capitulo 4

En la empresa, había muchos inversionistas que eran guapos y jóvenes de familias muy adineradas.

Jack entró y todos se pusieron de pie para recibirlo como se merece. La silla con el encabezado de oro y cuero de león es la más codiciada de la empresa. Quien algún día no sea uno de los hijos de los Bill que maneje esta empresa. Todos sabían que Jack era un chico de pura disco.

Sus ojos estaban iluminados, hasta que algunos hicieron comentarios provocativos, dejando en cuestión si Jack era un chico calificado para manejar la empresa, ya que solo se la pasa en discotecas y viajando para satisfacer sus deseos exóticos. No duraría mucho; la empresa iría a la bancarrota, ya que alguien más estaría disponible para manejar el negocio de los Bill.

El carácter de Jack, aparte de ser atractivo y muy deseado, era fuerte. Cuando se trataba de negocios, su mirada penetrante te llenaba de un aura de nervios y temor. Nadie sabía el lado oscuro de él, ya que era la primera vez que aparecía en la compañía. Algunos tenían la intención de dejarlo mal parado, pero un chico de los suburbios sabía más que los propios empresarios e inversionistas de la empresa.

Es la razón por la que Don Marcelo lo dejó a cargo. Había inversionistas con otras intenciones, pues el único con un carácter mucho más fuerte que el propio Marcelo, el jefe Bill, era Jack Bill.

Dominaba a las mujeres con su cuerpo y mirada, y dominaba a los mafiosos con su puño e inteligencia. Era un Bill, pero ya tenía su patrimonio hecho a un lado; era un magnate de los suburbios, nadie en las calles Primavera se metía con él. Su nombre hacía temblar a muchos mafiosos.

Jack era un recién llegado, y muchos aprovecharon la oportunidad para hacer propuestas indecentes, con intenciones ocultas, pintándolo de una manera que traería frutos para la empresa.

Jack entendió, y una sonrisa se dibujó hasta sus orejas. Era prácticamente el Joker en la película; sus ojos azules se pusieron negros y con pintas de sangre, entregó un golpe fuerte en la mesa. Todo en la sala se estremeció y los que hablaban se pusieron atentos para escuchar lo que tenía que decir.

Jack inició una conversación llena de preguntas. Cada palabra que mencionaba era una pregunta de alguna manera; carajo, jugó con la cabeza de todos en la sala.

Los empresarios tenían que responder y poder salvarse a sí mismos. Pero cada respuesta encendía una pregunta al punto que él no tenía que hablar. Ellos se encargaron de hablar y explicar todo, hasta que surgió que el expresidente sabía por qué lo eligió como nuevo presidente y lo dejó a cargo de una de las empresas más prometedoras.

Jack salió de la sala de juntas con una sonrisa dibujada en su cara, mostrando satisfacción y éxito en su primer día. Le dijo a Katty que anunciara una reunión en una hora con todos los empleados.

_ "Anuncia reunión en una hora a todos los empleados, y el que esté a cargo, si no tiene un reporte, tendrá consecuencias." _ dijo Jack en un tono severo.

Katty estaba acostumbrada a él y ya sabía de su temperamento salvaje. Después de dirigirse a su oficina, envió el mensaje a todos en la empresa. Fue a la oficina del presidente. La oficina tenía un tono y objetos nuevos de lujos extravagantes.

En la silla había una gran bufanda de cuero emplumado a su espalda y una estatua en el piso como de león que vigila su presa. La sala era extremadamente grande y lujosa. Los muebles habían sido cambiados. La luz en la oficina era de mucho más poder. El expresidente tenía una personalidad calmada y suave, a diferencia de su hijo.

Jack clavó sus ojos en su pecho bajo, la camisa de seda y una chaqueta fruncieron las cejas y dijo entre dientes: "A partir de ahora, no habrá más monjas." Katty hizo caso omiso, pretendiendo que no escuchó lo que dijo. Luego pensó en el comentario: ¿Qué pretendía cuando dijo "monja"? ¿Se refería a mi atuendo?

_ "¡Ese maldito no me dejará tener una vida fácil!" _

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo