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Minutos antes.Sostenía el cabello de Simón mientras vomitaba en la arena. Había vomitado tres veces, a él el alcohol siempre le cae mal, lo hace vomitar todas las veces, pero luego, bebe como si no pasara nada. Así que, cuando ya se cansó de vomitar, se sentó y limpié su rostro con un paño, porque sudaba, bebió demasiado, bebió cerveza, tequila y vodka en cantidades. No sé cómo no se murió.
-¿Te sientes bien? -Le pregunté y negó con la cabeza. -Te traeré agua.Al rato después de hidratar un poco a Simón, lo ayudé a entrar a su auto, pero esta vez al asiento de copiloto, porque no podía manejar así. Los chicos también bebieron, pero se controlaron. Sorprendentemente Alonzo fue el que menos bebió y no Iván, por eso el manejaría. Iván se quedó dormido en el asiento trasero, pensé que se iría conmigo, pero se subió solo un momento a tomar una botella de agua y se quedó dormido.Entonces yo me fui adelante, necesitaba empacar un par de cosas que olvidé. Yo también bebí, pero solo dos cervezas porque no sería irresponsable y después de hacerlo, comí y bebí agua, entonces me encontraba bien. Tomé carretera a eso de las 2:30pm, después de pasar media hora ayudando a Simón. Iba por la vía al mar, saliendo de puerto velero. Miré la señalización que acababa de pasar, decía máx 80 km/h, entonces llegué a esa velocidad rápidamente, pero decidí ir más rápido porque debía empacar lo que me faltaba.Llegué entonces a 100km/h y bajé el vidrio del coche. Me gusta la brisa de la tarde y el sol de esa hora, es muy agradable. Escuchaba de The dark side of the moon de Pink Floyd cuando vi a mi costado derecho, una gigante casa campestre incendiarse. La vimos cuando veníamos y estaba bien, ¿qué sucedió? No era solo que se quemara una sola habitación, se incendiaba por completo y parecía que nadie lo había notado. No había bomberos cerca, ni vehículos detenidos, ni gente ni nada y, de hecho, la carretera estaba sola por completo. Esta es una zona alejada, con pocas casas y las pocas, son muy distantes una de la otra. Creo que me detendré más adelante a medio kilómetro donde llega la señal del pueblo y llamaré a los bomber… ¡trash! Algo golpeó fuertemente mi auto, parecía ser una persona, pero no vi bien y en cuestión de segundos, no lo sé, no recuerdo… mi auto dio tres vueltas aparatosas y salí disparada hacia adelante. Mi cinturón se rompió y di vueltas de arriba abajo en lo que se detuvo el auto por completo. Todo fue tan rápido que ni alcancé a reaccionar.
Luego hubo un enorme silencio.
No quedé inconsciente, estaba tirada con el auto a un costado, en la puerta del asiento de copiloto. Me costaba respirar, me costaba demasiado, tanto que empecé a desesperarme. Estaba en shock. Podía ver el auto lleno de vidrios rotos y salía humo de todos lados, creo que explotará, debo bajarme. Intenté moverme, pero fue imposible. Tenía vidrios incrustados en mi brazo y pierna izquierda, y cuando me apoyé de rodillas para salir, noté que no tenía movilidad sobre mi muñeca izquierda y mi mano… estaba volteada hacia atrás y sangraba. Por algún motivo no sentía dolor.
Era como si soñara, cómo si esta fuera una pesadilla de la cual quería despertar, pero no lo hacía. Podía sentir el olor de la gasolina derramarse y tomé valor, me puse sobre mis rodillas, y agarré una de mis botas para terminar de romper el vidrio del parabrisas. Salí, gateando, con cuidado de no cortarme más, pero cuando llegué al césped, notaba como caían gotas sin parar de mi sangre en la hierba. Pero, pero… ¿qué pasó? ¿qué carajos me golpeó? Volteé a ver detrás de mí en la carretera y me quedé helada cuando vi un cuerpo bocabajo a unos metros. Mi corazón se aceleró y grité, me costaba respirar, es que no podía, ¡no podía! ¿yo… lo… asesiné? Intenté llegar como podía, pero cada vez que gateaba, me caía por tanto dolor que empezaba a asomarse. Sentía mi rostro lleno de sangre y esta caía por mi ropa. Mis piernas no respondían, pero me obligué a hacerlo. Gateé lentamente hasta que toqué el asfalto cálido, esto… esto… ¿era un sueño? ¿esto… ocurría? ¿yo… de verdad… le hice daño a ese chico? Me acerqué hasta estar a solo centímetros de un chico bocabajo que estaba inconsciente, salía mucha sangre de su cabeza y de su torso, tenía una pierna doblada y vidrios en muchas partes de su cuerpo. Dios, Dios, Dios, quiero despertar. Yo… no le haría daño a nadie, no a este chico, ¡no pude haberlo matado! Me acosté cerca de él, a solo centímetros de su rostro y lo miré, acerqué mi mano a su nariz y noté que respiraba con dificultad.
-Por favor, despierta, por favor, no te vayas. - Intenté gritar, intenté tomar mi teléfono, pero luego escuché la bocina de un autobús que se detenía y escuché la voz a la distancia de uno de los chicos, no sé cuál era, porque me desplomé bocarriba y miré el cielo, y luego me invadió una completa oscuridad.Parte2Impacto Abrí los ojos y esperé despertar de un sueño, que nada de esto hubiese ocurrido, que despertaría en mi casa y bajaría a desayunar con los chicos… pero no. Estaba aquí, en una habitación fría de hospital y veía a los chicos dormir, Iván en una silla y a Simón, y Alonzo en un sillón. Había una televisión encendida en el canal de noticias, vi la hora, eran las 22:30pm. Bajé la mirada a mi cuerpo y descubrí la sábana con mi mano derecha. Tenía enyesada la mano contraria y mi abdomen dolía muchísimo. Creo que tenía contusiones y mis piernas… tenían numerosos, cortes, golpes, sangre seca, al igual que en mis brazos. Agarré el teléfono de Iván que estaba en la mesita de un costado y vi mi rostro… Dios, estaba irreconocible. Estaba lleno de moretones y algunas manchas de sangre, tenía un vendaje en la frente y un respirador, así como numerosas agujas introducidas, no sé qué me estaban inyectando. -¿Iván…? -
Obsesión Miré su nombre completo que estaba en la ficha junto a su historial médico y enseguida tomé mi teléfono que Alonzo lo traía en la mano. Mi teléfono estaba intacto, no tenía ni un rayón, por eso él me sugirió que comprara esta marca, aunque eso sí, de contrabando. Entré a internet y escribí su nombre completo: Mateo Duarte Ibarra, no tardé en encontrarlo y fue todo más curioso y rápido de lo que imaginé, el internet puede ser una herramienta muy útil, pero también un arma de doble filo, porque me permitió ver muchas cosas de su vida privada que no debería saber. Mateo tiene unos veintisiete años y estudió gastronomía, se graduó hace ya cinco años, pero nunca trabajó como chef, sino que trabajaba en el negocio familiar. Centenares de fotos de su padre confirmarían esto, pero se nota que es apasionado por la comida. No tiene muchas fotos suyas, solo unas tres contadas, pero todas las demás son de platos que hace. Sabe hacer de todo, absolutamen
Interminable Esa noche Mateo no murió, aunque fue como si lo hubiese hecho. Entró en coma por el fuerte golpe que recibió en la cabeza que no se dio al recibir el impacto de mi auto, sino al caer, porque al parecer voló dos metros. Eso fue lo que nos dijo la policía quienes en los días siguientes empezaron a hacerme numerosos interrogatorios. Me preguntaban si bebí, si tuve un micro sueño, si iba distraída. Sé que intentaban culparme y mandarme a juicio, Iván me dijo que intentarían esto a toda costa porque podrían sacarme mucho dinero en un juicio y, además, era más un show mediático. Empezaron numerosas teorías sobre lo que sucedió en redes sociales, muchos mencionaron que conducía ebria sin ninguna prueba al respecto. El video en que Mateo se lanza a mi auto no se hizo público por respeto a su persona, no iba a permitir que esto sucediera y si por algún motivo llegaba a filtrarse, Alonzo se encargaría de esto. A nuestros seguidores esto pareció import
Tiempo Estaba muy preocupada, me quedaban solo tres días de incapacidad, voló el tiempo y yo estaba recuperada casi que por completo, a excepción de mi mano que tardaría al menos dos semanas más en sanar, pero Mateo no lo estaba. No despertaba, no había ni siquiera un indicio de que fuera a hacerlo y temía por eso, porque ahora he podido acompañarlo cada día por mi incapacidad, pero luego, debo cumplir con el contrato y retomar con la gira después de las terapias. Lógicamente en esta solo cantaría, no tocaría el bajo sino uno de los chicos asistentes del tour que lo hace muy bien y eso no era lo que me preocupaba, sino Mateo. ¿Cómo me voy a ir a EEUU en un par de días sabiendo que este chico estaba totalmente solo aquí? Si es que él me escucha… se sentirá muy solo si desaparezco por completo y lo peor es que este tour dura muchísimo, hasta dos meses puede extenderse y no podría estar tranquila, no dejándolo solo. -¿Ya comiste?-Preguntó Alonzo y negué con
La primera cena Esto era ciertamente incómodo. Estábamos los cuatro sentados junto a él, prácticamente rodeándolo porque estábamos dos de cada lado y nadie sabía qué decir. Mateo nos miraba uno a uno frunciendo el ceño y yo podía ver la incomodidad incluso en el rostro de mis amigos. Los doctores lo habían examinado un par de horas, le hicieron exámenes y en eso, Iván nos trajo de comer y pensaron que sería una buena idea cenar junto a él, porque ya el hospital también iba a traerle la comida a sus pacientes. Incluso a Simón, con todo el alboroto, bebió dos botellas de agua y se le pasó la ebriedad. Entonces estábamos todos en su habitación y nadie comía, ni Mateo había ni siquiera mirado la bandeja de comida que estaba a un costado. -¿Estoy muerto?-Preguntó al fin.-¿Qué?-Dijo Alonzo.-¿Por qué 4ta fase me está rodeando si no estoy muerto?-Los chicos rompieron en risas. Ese era el nombre de nuestra banda. Elegimos ese nombre por una película d
Tiempo juntos Los días pasaron rápido y así, pasaron los primeros seis días. Mis amigos lo acompañaron solo un par de veces y yo, estuve todos los días, todo el tiempo que pude. Sólo iba a casa a asearme, cambiarme, pero el resto del tiempo estuve acompañándolo, porque sabía que se sentía solo cada vez que me iba y temía que pudiera hacerse daño en el par de horas en que iba a cambiarme, por eso incluso dormí todos estos días en el sillón de la habitación. Pude empezar a conocerlo y bastó solo un par de horas que nos agarráramos confianza. Me contó muchas cosas suyas e incluso, yo hice lo mismo y Mateo me escuchaba atento.Él tenía una personalidad bastante peculiar, era alegre, sonreía mucho y parecía ser muy descomplicado, aunque noté algo y no sé si es que lo sea ahora desde lo que ocurrió con sus padres o si era así desde antes… pero noté que era muy dependiente. Al ser yo la persona más cercana a él en estos momentos, notaba que no soportaba prác
Decisiones Yo estaba muy preocupada. Este era el noveno día que estaba en el hospital desde que Mateo despertó. Mañana debía viajar a eso de las 23h y no sabía… qué debía hacer. No podía incumplir el contrato, eso me daría una multa millonaria y perderíamos un contrato valioso, no podía darme ese lujo, pero tampoco… podía dejar a Mateo. No quería dejarlo, no sabiendo que estará solo. Temo que, si me voy y lo dejo, se hará daño y no lo soportaría. Estoy en una encrucijada. Su salida de la clínica era en seis días. Lo peor es que no solo yo estaba preocupada, notaba que Mateo lo estaba. La primera noche en que lo acompañé y hablamos, le dije que teníamos el tour reprogramado para el 17. Sé que él sabía que era mañana y por eso, todo el día de hoy lo vi mal. Estaba apagado, triste, hablaba poco y aunque se forzaba a sonreír, podía reconocer que no era una sonrisa genuina como la de los otros días. Sé que lo conozco hace muy poco, pero hemos pasado muchí
La crisis Abrí los ojos y me levanté aturdida. Miré a través de las puertas de vidrio del balcón de mi habitación que ya estaba amaneciendo. Me puse de pie, alterada y corrí a la ducha. Maldición, me quedé dormida. Anoche después de hablar con los chicos, subí a mi habitación con Iván, quién me ayudó a doblar todas las cosas que le iba señalando y las guardó en mi maleta porque yo con la mano estropeada me tardaría mucho en empacar, le agradecí cuando acabó y miré la hora, llevaba solo una hora de haber llegado a la casa. Entonces pensé que podría dormir unos treinta minutos y luego regresaría al hospital, solo tardaría unos quince o veinte minutos en llegar, pero al percatarme, eran las 5:42am. Ya estaba amaneciendo, Mateo debe haber dado por sentado que ya no regresaría más…Tomé una rápida ducha, me vestí y salí de inmediato. Tomé el primer taxi que vi que tardó unos minutos en pasar por la hora, y llegué alrededor de treinta minutos después al