Interminable
Esa noche Mateo no murió, aunque fue como si lo hubiese hecho. Entró en coma por el fuerte golpe que recibió en la cabeza que no se dio al recibir el impacto de mi auto, sino al caer, porque al parecer voló dos metros. Eso fue lo que nos dijo la policía quienes en los días siguientes empezaron a hacerme numerosos interrogatorios. Me preguntaban si bebí, si tuve un micro sueño, si iba distraída. Sé que intentaban culparme y mandarme a juicio, Iván me dijo que intentarían esto a toda costa porque podrían sacarme mucho dinero en un juicio y, además, era más un show mediático. Empezaron numerosas teorías sobre lo que sucedió en redes sociales, muchos mencionaron que conducía ebria sin ninguna prueba al respecto. El video en que Mateo se lanza a mi auto no se hizo público por respeto a su persona, no iba a permitir que esto sucediera y si por algún motivo llegaba a filtrarse, Alonzo se encargaría de esto.
A nuestros seguidores esto pareció importTiempo Estaba muy preocupada, me quedaban solo tres días de incapacidad, voló el tiempo y yo estaba recuperada casi que por completo, a excepción de mi mano que tardaría al menos dos semanas más en sanar, pero Mateo no lo estaba. No despertaba, no había ni siquiera un indicio de que fuera a hacerlo y temía por eso, porque ahora he podido acompañarlo cada día por mi incapacidad, pero luego, debo cumplir con el contrato y retomar con la gira después de las terapias. Lógicamente en esta solo cantaría, no tocaría el bajo sino uno de los chicos asistentes del tour que lo hace muy bien y eso no era lo que me preocupaba, sino Mateo. ¿Cómo me voy a ir a EEUU en un par de días sabiendo que este chico estaba totalmente solo aquí? Si es que él me escucha… se sentirá muy solo si desaparezco por completo y lo peor es que este tour dura muchísimo, hasta dos meses puede extenderse y no podría estar tranquila, no dejándolo solo. -¿Ya comiste?-Preguntó Alonzo y negué con
La primera cena Esto era ciertamente incómodo. Estábamos los cuatro sentados junto a él, prácticamente rodeándolo porque estábamos dos de cada lado y nadie sabía qué decir. Mateo nos miraba uno a uno frunciendo el ceño y yo podía ver la incomodidad incluso en el rostro de mis amigos. Los doctores lo habían examinado un par de horas, le hicieron exámenes y en eso, Iván nos trajo de comer y pensaron que sería una buena idea cenar junto a él, porque ya el hospital también iba a traerle la comida a sus pacientes. Incluso a Simón, con todo el alboroto, bebió dos botellas de agua y se le pasó la ebriedad. Entonces estábamos todos en su habitación y nadie comía, ni Mateo había ni siquiera mirado la bandeja de comida que estaba a un costado. -¿Estoy muerto?-Preguntó al fin.-¿Qué?-Dijo Alonzo.-¿Por qué 4ta fase me está rodeando si no estoy muerto?-Los chicos rompieron en risas. Ese era el nombre de nuestra banda. Elegimos ese nombre por una película d
Tiempo juntos Los días pasaron rápido y así, pasaron los primeros seis días. Mis amigos lo acompañaron solo un par de veces y yo, estuve todos los días, todo el tiempo que pude. Sólo iba a casa a asearme, cambiarme, pero el resto del tiempo estuve acompañándolo, porque sabía que se sentía solo cada vez que me iba y temía que pudiera hacerse daño en el par de horas en que iba a cambiarme, por eso incluso dormí todos estos días en el sillón de la habitación. Pude empezar a conocerlo y bastó solo un par de horas que nos agarráramos confianza. Me contó muchas cosas suyas e incluso, yo hice lo mismo y Mateo me escuchaba atento.Él tenía una personalidad bastante peculiar, era alegre, sonreía mucho y parecía ser muy descomplicado, aunque noté algo y no sé si es que lo sea ahora desde lo que ocurrió con sus padres o si era así desde antes… pero noté que era muy dependiente. Al ser yo la persona más cercana a él en estos momentos, notaba que no soportaba prác
Decisiones Yo estaba muy preocupada. Este era el noveno día que estaba en el hospital desde que Mateo despertó. Mañana debía viajar a eso de las 23h y no sabía… qué debía hacer. No podía incumplir el contrato, eso me daría una multa millonaria y perderíamos un contrato valioso, no podía darme ese lujo, pero tampoco… podía dejar a Mateo. No quería dejarlo, no sabiendo que estará solo. Temo que, si me voy y lo dejo, se hará daño y no lo soportaría. Estoy en una encrucijada. Su salida de la clínica era en seis días. Lo peor es que no solo yo estaba preocupada, notaba que Mateo lo estaba. La primera noche en que lo acompañé y hablamos, le dije que teníamos el tour reprogramado para el 17. Sé que él sabía que era mañana y por eso, todo el día de hoy lo vi mal. Estaba apagado, triste, hablaba poco y aunque se forzaba a sonreír, podía reconocer que no era una sonrisa genuina como la de los otros días. Sé que lo conozco hace muy poco, pero hemos pasado muchí
La crisis Abrí los ojos y me levanté aturdida. Miré a través de las puertas de vidrio del balcón de mi habitación que ya estaba amaneciendo. Me puse de pie, alterada y corrí a la ducha. Maldición, me quedé dormida. Anoche después de hablar con los chicos, subí a mi habitación con Iván, quién me ayudó a doblar todas las cosas que le iba señalando y las guardó en mi maleta porque yo con la mano estropeada me tardaría mucho en empacar, le agradecí cuando acabó y miré la hora, llevaba solo una hora de haber llegado a la casa. Entonces pensé que podría dormir unos treinta minutos y luego regresaría al hospital, solo tardaría unos quince o veinte minutos en llegar, pero al percatarme, eran las 5:42am. Ya estaba amaneciendo, Mateo debe haber dado por sentado que ya no regresaría más…Tomé una rápida ducha, me vestí y salí de inmediato. Tomé el primer taxi que vi que tardó unos minutos en pasar por la hora, y llegué alrededor de treinta minutos después al
El plan Simón distrajo a las enfermeras en lo que Alonzo e Iván lograban sacar a Mateo del hospital. La ley colombiana da la autoridad a los hospitales para retener a los pacientes en casos necesarios y podían hacerlo totalmente con Mateo, es por eso que llamé a los chicos e incluso Simón que parece no agradarle mucho Mateo, accedió solo “por estar aburrido”, aunque veo venir una rivalidad, al menos departe de Simón, porque notaba como lo miraba. Como si quisiera pulverizarlo. Mateo no pareció darse cuenta, se veía feliz. No parece ser una persona problemática o con enemigos. Espero Simón no haga las cosas más complicadas de lo que son, porque no tengo idea de lo que sucederá.Al llegar a casa, noté que él miraba todo de una forma curiosa y no sé por qué lo hacía. -¿Te gusta la decoración?-Preguntó Simón al percatarse de la mirada curiosa de Mateo. Él respondió asintiendo.-Era de esperarse, yo la mandé a decorar con un par de diseñadores de interiores
El vuelo Abordar el avión fue más fácil de lo que pensé. No hubo ningún inconveniente. La policía no detuvo a Mateo y ni siquiera lo interrogaron. Creo que ayudó el hecho de que la mayoría de personas en el vuelo eran extranjeros, mayormente estadounidenses, canadienses y unos cuántos judíos israelíes, ellos sí que se ven llamativos. Mateo era muy chistoso a la vista, con su turbante, bigote falso y traje elegante, los chicos le sacaron muchísimas fotos y Simón se burló de él hasta que llegó el taxi a recogerlo, porque no podía irse con nosotros, sería sospechoso. Él abordó primero y nosotros tardamos porque la gente no nos dejaba pasar, suele sucedernos cada vez que estamos en lugares con muchos extranjeros, en Colombia no somos tan conocidos. Un grupo de chicos con acento neoyorquino nos rodearon y me hicieron sacarme muchas fotos con ellos. Eso no me molesta, es agradable sentir cuánto te admira la gente. Yo iba en el asiento de la ventana y Alonz
Houston Cerca de cuatro horas más tarde llegamos al West Houston airport. Era de madrugada, por lo que el par de camionetas que nos recogieron se limitaron solamente a llevarnos al hotel. Este era en Downtown, una zona central y a mi opinión la mejor de toda la ciudad, es muy bella, aunque vinimos en mala época, hace muchísimo calor para estos días, aunque dormiríamos en zonas con aire e Iván exigió como cada vez que viajamos al extranjero, autobuses de lujo, es decir, con todo dentro, incluido camas, televisión, cocina, minibar y todo lo que pudiésemos imaginar. Esto lo veo un poco innecesario, acá las distancias son grandes comparadas como cuando estuvimos en Ecuador o los países latinos, toca viajar necesariamente en avión a veces, pero, aun así, para movilizarse por la ciudad a los chicos les gusta esos buses hotel de lujo. No reniego a esto, es un lujo que hemos ganado, nos costó sueño, hambre y lágrimas estar donde estamos. Aunque no a mí, sí sufrí y m