El aire está cargado de pólvora y miedo.Respiro hondo. El olor a tierra húmeda y carne caliente se mezcla con el hedor metálico de la sangre. La luna llena, inmensa y blanca, cuelga en lo alto, observando el caos con su ojo indiferente.Mi piel arde. Los músculos se tensan, la transformación empuja desde dentro como un rugido contenido.Mis colmillos duelen.Las uñas se alargan, negras como la noche.Siento el tirón del instinto, la urgencia de dejar de ser hombre y convertirme en lo que soy en realidad.Un lobo.Un Alfa.Un asesino.Pero no puedo perderme. No aún.Rita me mira con el pánico atrapado en los ojos. Su cabello oscuro cae enredado sobre su rostro, sus labios entreabiertos buscan palabras que no llegan.—No… —musita, y su voz es apenas un susurro entre el estruendo de los disparos.Otro lobo cae cerca, su cuerpo convulsiona en el suelo antes de quedar inmóvil.La sangre se esparce en la tierra como tinta negra.Mis venas palpitan con furia.Los cazadores están cerca. Pued
Abro los ojos.El suelo está cubierto de hojas secas y sangre.Sangre mía.Sangre de ellos.Sangre de Rita.El rugido de la manada retumba en mis oídos mientras mis rodillas ceden y el frío de la tierra húmeda me recibe con la ternura de una tumba abierta.Fracaso.Eso es lo que soy ahora.Un Alfa que no pudo proteger lo que es suyo.Un idiota que creyó que el amor podía desafiar la ley de la manada.El aire huele a fuego y furia, a tierra removida y carne desgarrada. Gritos, órdenes, gruñidos. Mi visión se oscurece y todo se convierte en un remolino de sombras y memorias.Y en el centro de todo, está Rita.Se la llevan.La han atado.La arrastran al altar de sacrificios, al viejo roble que ha visto demasiadas muertes.Ella grita mi nombre.Yo intento levantarme.Mis huesos crujen. Mis músculos se desgarran.No puedo.—¡LUKE! —Su voz se quiebra, y con ella, algo dentro de mí también lo hace.No… No otra vez.Mis garras se clavan en la tierra cuando un lobo me golpea con su peso y me i
La cadena en mi cuello se tensa con cada respiración.El hierro está frío, pesado, impregnado con un olor a sangre seca que no es mía. Estoy encadenado en el sótano, un lugar oscuro y húmedo, donde las paredes de piedra exudan una humedad pegajosa. Apenas hay espacio para moverme.Intento levantarme, pero las cadenas me muerden la piel. Mi cuerpo está destrozado. No puedo regenerarme bien, no con estas malditas cadenas de plata quemando mi carne.Pero nada de eso importa.Lo único que importa es Rita.Cierro los ojos y me obligo a respirar hondo, a calmar el temblor que sacude mi cuerpo. La última imagen que tengo de ella me quema más que cualquier herida. Natan, parado frente a mí, con esa maldita sonrisa torcida, sujetándola del brazo como si fuera un objeto. Rita forcejeando, gritando mi nombre, con los ojos encendidos de furia y terror.Y yo, vencido.La manada rugió su veredicto como un solo ente. No eras digno, Luke. No eres apto para liderarnos. Has caído por una humana.Muerdo
El mundo se reduce a la daga en el suelo.A Rita, arrodillada, respirando con dificultad pero con la mirada intacta.A Natan, parado frente a mí, esperando mi respuesta como si esto fuera solo un juego más.Y a mí.A la furia que me quema la sangre, a la impotencia que me corroe las entrañas, a la maldita sensación de vacío que me hunde más que cualquier herida.Porque lo entiendo.Este es el final de todo.El punto en el que no hay retorno.Si tomo la daga, pierdo. Si no lo hago, también.Natan me tiene atrapado, y lo sabe.El bastardo sabe exactamente dónde golpearme, cómo doblarme sin quebrarme del todo, cómo mantenerme en esta maldita jaula de hierro y desesperación.Y lo odio por eso.Lo odio con una rabia que me ahoga, que me arranca el aire de los pulmones.Porque no siempre fue así.Hubo un tiempo en el que confiaba en él.Un tiempo en el que hubiera dado la vida por él.Flashback.Las luces de la ciudad titilaban a lo lejos. Natan y yo corríamos entre los callejones, con la a
Voy a desarrollar los siguientes s con toda la tensión, el conflicto interno de la manada y la desesperación de Luke. Mantendré el tono oscuro, con mucha introspección, describiendo la lucha de poder entre Natan y la manada, la amenaza de los cazadores y el papel de Rita como una pieza clave en medio de todo el caos.El olor a peligro está en el aire. Lo percibo incluso desde aquí, encadenado en la oscuridad. Es una mezcla de pólvora, metal y sudor humano. Un olor que reconozco demasiado bien.Los cazadores.Han venido por nosotros.Oigo el caos arriba. Pisadas apresuradas, gruñidos, órdenes gritadas entre dientes. La manada se mueve, inquieta, como una bestia herida. No saben qué hacer.Y yo…Yo sigo aquí, atrapado, impotente.Aprieto los puños hasta que las garras se me clavan en la piel. Mi sangre gotea sobre la piedra fría.—Esto es un desastre —gruñe una voz.Reconozco a Rain antes de verlo aparecer en la penumbra. Me mira con su sonrisa torcida, pero esta vez no hay burla en sus
El lobo dentro de mí explota.Me transformo en un segundo, los músculos estallando, la piel desgarrándose en el cambio. Siento la fuerza, la rabia.Y ataco.Los agarro desprevenidos. Mi cuerpo choca contra Rain con el impacto de un rayo. Mi mandíbula se cierra sobre su hombro, la sangre brota caliente en mi boca. Él grita, pero no me detengo.Otro lobo salta sobre mí. Siento sus garras desgarrándome el costado, pero lo lanzo contra la pared de un zarpazo.Rita se aparta, aterrada.—¡Corre! —le grito.Ella duda un segundo.Y en ese segundo, Rain se recupera.Me golpea con toda su fuerza, su puño convertido en garra me atraviesa el abdomen. Un rugido de dolor se me escapa.El aire se me va.Caigo de rodillas.Los otros me rodean.Rain se limpia la sangre del labio roto y sonríe.—Te vamos a hacer mierda, Luke.Siento el sabor metálico en la boca.No me importa.Si voy a caer, me los voy a llevar conmigo.Me preparo para pelear hasta la muerte.Pero entonces, otro sonido.Un estruendo en
La presión aumenta. Mi cuerpo no responde. La sangre empapa mi pelaje. Cada movimiento se siente como si me estuvieran desgarrando.Rita, sin embargo, no retrocede. Su mirada desafiante fija a Natan, aunque el miedo le tiembla en las manos.—¡Déjalo! —le grita. Su voz se eleva sobre el rugido de los cazadores. Algo en ella ha cambiado. Algo en mí también.Natan se detiene. Su mirada se cruza con la mía. Y es en ese instante que todo se desmorona.Los recuerdos vuelven como un torrente, como si una puerta que había estado cerrada se abriera de golpe. La vieja ciudad. La noche en que nos mezclamos entre los humanos. Yo, un chico perdido en un mar de sensaciones nuevas. Natan a mi lado, siempre vigilante, siempre dispuesto a apartarme de lo que creía que deseaba.Recuerdo a la chica. Ella, con su risa inocente. El roce de sus labios contra los míos, un beso robado en medio de la oscuridad. Todo eso lo desterré de mi memoria, pero ahora… ahora lo veo de nuevo con claridad.Natan me lo hab
Rita ha sido todo para mí, desde que la conocí. Su fortaleza, su pasión, su amor. Todo lo que soy ahora, cada fibra de mi ser, se ha moldeado por ella. No voy a dejar que Natan me arrebate lo único que me hace humano.Me arrastro de nuevo hacia él, sabiendo que no tengo opción, que cada segundo que paso sin enfrentarme a él me acerca más a perderla para siempre. Pero la fuerza de Natan, alimentada por años de rencor y odio, es demasiado. El choque es brutal, y el peso de su lobo me aplasta, me obliga a caer de nuevo.Un rugido, algo entre desesperación y rabia, escapa de mí, y por un momento, veo algo en los ojos de Natan. No es sólo odio. Es miedo. Miedo a perder el control. A perder lo que siempre tuvo. A perder lo que siempre pensó que me quitó. Yo.—No quiero esto, Luke. —Su voz suena más baja, más quebrada de lo que nunca pensé que sería posible. Pero no me detengo. No puedo.Me lanza una mirada de rabia, y la furia se convierte en una decisión.—¡Lo haré, Luke! —Su lobo se acerc