Capítulo 24

Emma no conseguía pegar ojo, pensaba en lo que había sucedido en el cuarto de Henry, ¿y si lo había malentendido? Pero ¿cómo podía saberlo? Él la había acariciado de aquella manera, sintió mariposas al recordarlo, podía sentirle todavía acariciándola. Tal vez la culpa era de ella, ¿cómo se le había ocurrido ofrecerse a hacerle la maleta a esas horas de la noche? No era su esposa, al menos no su verdadera esposa.

Se dio cuenta de que había logrado dormir cuando escuchó el sonido del despertador de su móvil sobre la cama, abrió los ojos y alargó la mano para apagarlo, miró la hora, daban las seis de la mañana y entonces se acordó.

―¡Henry!

Se incorporó de inmediato y se bajó de la cama, se puso la bata encima y caminó hacia la puerta, pero mientras lo hacía se acordó de lo ocurrido la noche anterior y se detuvo. ¿Con qué cara lo vería? Se sentía algo avergonzada, pero él se estaba yendo de viaje, ¿lo que pasaba iba a impedir que se despidiera de él?

Abrió la puerta y caminó rápido hacia
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