Capítulo 36
Nunca había sentido tanto miedo de entrar a mi propia casa, y más porque no sabía con lo que me podía encontrar.

-¿Martín? – camino lentamente por toda la entrada de la casa hasta que un ruido proveniente de la sala llama mi atención, me asomo y justo ahí lo veo viendo a la chimenea con un vaso de whisky en la mano -Martín.

-Te lo he dado todo, Lisa. Te di mi corazón, te di riquezas y así me pagas – veo sobre la mesa unas fotos de Salvatore y mías cuando íbamos al cementerio.

-Martín, no es lo que parece.

-¡SIEMPRE ES NO LO QUE PARECE! – grita parándose bruscamente, lo cual me asusta – ¡¿ACASO ME CREES ESTÚPIDO?!

-Es que no estábamos haciendo nada malo, te estás dejando cegar por los celos, Martín.

-Erika los vio – ¡fue ella! Fue la m*****a asistente.

-¿Y le vas a creer más a esa, que a mí que soy tu esposa? – digo ofendida.

-Ya no sé qué pensar de ti – miro a Martín dolida y este lo nota porque su mirada se suaviza.

-Yo no quería que lo supieras por ahora, pero en vista de este malent
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