Sin saber que su tranquila vida está a punto de dar un giro inesperado inocentemente Tanying no dejaba de sonreír alegremente mientras conducía su coche; pensando que se había salido con la suya, le había dado su merecido a aquel hombre arrogante no tanto de lo que realmente se merecía a su parecer, pero le bastaba con saber que al menos había hecho algo y que no lo volvería a ver por el resto de su vida. Ahora, tenía que ver a donde compraría el obsequio que quería comprar en aquel centro comercial para el cumpleaños de su mejor amiga y compañera de clases.
De repente el celular sonó atrayendo la atención de la joven quien al ver el nombre de su madre en el identificador de llamada hizo una mueca con sus labios y volteo su atención en conducir. Lo que restaba de la mañana Tanying era consciente de que había ignorado al propósito todas las llamadas de su madre, ya que esta segura que su único propósito era convencerla a como diera lugar para que asistiera a la cena de hoy; sin embargo, hoy no estaba dispuesta a ceder por ningún motivo.
Horas más tarde…
—Eres genial, Tang —la alabó la chica más bulliciosa y de cabellos rojos, al ver la enorme caja que su amiga le estaba obsequiando. En el club privado «» de la ciudad de Nueva York, en una habitación Vip reservada, el lugar estaba poco iluminado pero lleno de gente. Hombres y mujeres jóvenes acudían en grandes cantidades al lugar, que era uno de los más populares de la ciudad. Los cuerpos sudorosos chocaban entre si al ritmo de la música en los salones principales, mientras tanto dentro de la sala 501 había una mesa llena de botellas de cervezas, de vino y una buena cantidad de aperitivos. La sala estaba adornada para celebrar una fiesta de cumpleaños. La cumpleañera era Karen White, quien cumplía 20 años ese día, amiga de Tanying y compañera de clase. Cuando ambas chicas terminaron de tomarse muchas fotos juntas (hasta llenar sus galerías de sus celulares), la cumpleañera comenzó a divertirse bebiendo con sus compañeros de clases, por lo que Tanying también comenzó a hacer lo mismo.
Jeremy apareció cantando una canción, abrazado de hombros por otro chico. «Lo que mola de ti es lo que mola de ti», tarareó. Muchas de las chicas de la sala gimieron y se taparon los oídos porque la voz de Jeremy era muy dura. «Un burro canta mejor que tú». Habían murmurado muchos con mala cara, haciendo obvio el malestar que provocaba escuchar a Jeremy.
Emily Sorni, una de las compañeras de habitación de Tanying, le dijo a Jeremy que se limitara a hacer cosas que no rompieran los oídos de los demás. Sus palabras consiguieron que todos los presentes se callaran, era una chica alegre, llena de confianza y siempre llamaba la atención de la gente. Los chicos y chicas miraron a Emily, esperando instrucciones.
—Juguemos «verdad o reto» ...
Los invitados se opusieron al instante a que jugarán «verdad o reto»" y una sonrisa apareció en los labios de Emily. Varios de ellos le dirigieron una mirada de desprecio, expresando su desacuerdo con aquel juego, ya que les parecía infantil.
—Emily, ese juego es asqueroso, qué pena— Tanying ya estaba borracha cuando se quejó.
Jeremy, el niño rico de segunda generación, se volvió hacia Emily y la miró con disgusto porque le parecía aburrido. Por otro lado, Emily siguió mirando a Jeremy, mientras le decía: —Hoy es el cumpleaños de nuestra sexi y ardiente peli roja, así que haremos más emocionante el juego—y enseguida mostró una sonrisa malvada que se podría comparar con la del «Grinch», lo que hizo que a algunos de los invitados se les erizara la piel. Dado que todas las personas en la fiesta eran estudiantes universitarios, muchos todavía eran bastantes inocentes ya que eran de nuevo ingreso. Conocían el juego y las consecuencias de los retos que estos podían ocasionar, solo sirven para hacer el ridículo de alguna o otra forma, por lo que ellas o ellos terminarían siendo la burla de los demás presentes. Pero Emily tenía otra cosa en mente para su buena amiga Tanying, las mejillas de esta ya estaban de color carmesí por el exceso de la cantidad de alcohol que había consumido. Cuando comenzó la primera ronda, Emily guiñó un ojo a los demás, quienes se dieron cuenta de lo que estaba planeando.
—Escuchen con atención esta será la primera vez que aremos de este juego algo interesante, si pierde cualquiera de nosotros no estará en la posición de negarse a nada, por lo que si aun están en pañales este es su momento de retirarse bebitos— Emily miro a todos los que habían formado la ronda al ver lo reacio que estaban en marcharse sus labios dibujaron una sonrisa siniestra.
—Quien pierda primero tendrá que interrumpir cualquier sala privada VIP de este piso, entrar como un anfitrión, beber de las bebidas que estén consumiendo los ocupantes de la sala y besar en los labios a cualquiera de los presentes sea hombre o mujer —dijo Emily.
Al escuchar el reto, todos se emocionaron; estaban ansiosos por saber quién sería el primer perdedor. Esta vez Jeremy resopló de disgusto, pero no dijo nada, sabía que ya existía un complot y este era dirigido contra Tanying quien claramente no se podía mantener en pié muy bien.
Después de jugar «piedra papel o tijera», todos voltearon a mirar a Tanying, quien a pesar de estar ebria se quedó sorprendida de ser la única en perder ya que por estadística debían perder dos o tres. Ella se quedó mirando su mano, siendo esta la única que formaba el símbolo de papel. Luego miro a los demás y vio que todos eligieron tijeras; sus ojos se agrandaron y su mandíbula se tensó.
—¡Joder, ¿no?, Emily Sorni! —gritó al recordar el reto, e inmediatamente sintió ganas de llorar de solo pensar que tendría que besar a un desconocido y peor aún al tener que entrar a una sala privada donde podría ser reconocida inmediatamente y desprestigiar el apellido de su familia la cual era una de las más importantes, era consciente de los problemas que esto podía ocasionar. Pero no podía retractarse a cumplir el reto ya que desde el inicio estuvo de acuerdo, así que dio unos pasos en dirección a la puerta mientras se tambaleaba de un lado a otro, sacó todo el coraje de donde ya no había y suspiró varias veces antes de abrir la puerta. Una vez salió de la habitación tomo impulso a la puerta de al frente que era la habitación 501 con lo mareada que estaba solo se golpeo en la cabeza sus amigos quienes la seguían para ver si cumplía con el reto, solo se rieron sin ayudar, después se levantó y siguió caminando por el pasillo mientras intentaba entrar a una de salas, paso por la 503, 504, cuando se encontraba por la sala 508 noto que la puerta de la sala 510 se abrió y de ella salió una pareja que al parecer ya se estaban retirando de esa sala, Tanyin se movió apresuradamente mientras en su cabeza todo daba vueltas como si estuviese en un parque de diversiones, ya poniendo su mano en el pomo para evitar que la puerta se cerrase.
Su perfecta figura delgada logro deslizarse y pararse en la entrada, mientras que sus ojos curiosos divagaron por toda la habitación, su contacto visual fue inevitable con un hombre que estaba sentado en los sofás en medio de la habitación, las luces bajas no dejaban ver perfectamente las facciones del hombre, pero su apariencia era la de un tipo que sobresalía entre la multitud, aunque había tres hombres mas quienes la miraban con curiosidad, sus ojos estaban fijo en el hombre que vestía de camiseta blanca, pantalón negro y zapatos de cuero, también negros.
—¡Wow, esos tipos son guapos! ¡Tang, date prisa! Te estamos observando —le susurró Emily al oído. Tanying se quedó paralizada por un momento; había algo que ocupaba su mente: «Tengo el presentimiento de haberlo visto en algún otro lugar». Pero la voz de Emily y el bullicio y susurros de sus compañeros interrumpieron sus pensamientos, así que respiró hondo y reunió más coraje. Sin embargo, todavía estaba presente ese pensamiento inquietante: «» Con valentía, se adentró a la habitación sin dejar de mirar aquellos ojos fríos con pasos seguros evitando tambalear y verse más ridícula de lo que ya se sentía. A medida que se acercaba le era inevitable respirar el humo de cigarro que flotaba en el ambiente, arrugo la nariz a la vez mostrando una dulce y tierna sonrisa mientras se acercaba a su objetivo, su mirada se desvió por cuestión de segundo a la mesita donde se podía observar algunas botellas de vino vacías, cartas, cigarros y encendedores.
—A la mierda— maldijo para sus adentros, recordando que debía beber y ella ya que se sentía lo suficientemente mal como para beber otro vaso más de licor; sin embargo, arrastro sus pies hacia donde se encontraba el bar y tomo la primera botella que sus ojos lograron ver, una vez de beber de esa botella sintió una corriente de adrenalina recorrer cada parte de su cuerpo, sus ojos volvieron a encontrase con los de su objetivo quien parecía mirarla con rareza de igual manera como ella lo hacía. Un paso, dos pasos, tres pasos y cuando menos lo pensó estaban tan cerca que el aroma de su perfume flotaba alrededor de su nariz, sin previo aviso choco sus labios con los de aquel hombre mientras cerro sus ojos perdiéndose en aquel contacto de calidez por un segundo, ya que huyo al instante como si se trace de un ladrón siendo descubierto.
Maximiliano había llegado al club 20 minutos atrás, procedente de la mansión Domale Dapane, donde había estado esperando por horas a la futura esposa que su abuelo le había impuesto en aquel contrato matrimonial y quien nunca se apareció a dicha cena. No estando dispuesto a esperar a tal mujer por más tiempo, se había marchado de aquella mansión algo molesto por lo que decidió ir a un club para tomar unos cuantos tragos con un par de amigos, al llamarlos ellos ya se encontraban en un club diferente a los que solía ir, ellos le dijeron que fuera que se encargarían de guardarle un lugar, una vez llegando a dicho club se dirigió a la sala 510, en un lapso de 30 minutos el solo se dedicó a tomar whisky mientras veía jugar póker a los demás, de pronto noto que una pareja que ya se retiraba, no pudo evitar ver a la pareja y decir en su mente «menuda manera de desperdiciar la vida», en ese instante noto que una chica se asomó a la puerta evitando que esta se cerrara, de alguna manera dicha chica le resulto familiar lo cual hizo que su expresión facial cambiara a una manera más seria, Frunció el ceño «quien rayos es y por qué me molesta verla», trató de recordar dónde la había visto antes. Mientras se perdía en reflexionar acerca de quién podría ser y donde la había visto, Maximiliano perdido en sus pensamientos ignoro totalmente el tiempo y espacio a su alrededor, algo así como soñar despierto, solo pudo despertar al sentir unos suaves labios de alguien más en los suyos, quedó estupefacto no era ni más ni menos que la misma mujer que le rayo su auto por la mañana.
–¡Tang! –Gritó Emily mientras observaba desde la puerta– ¡Estuviste increíble, nena! – dijo orgullosa dándole unos golpecitos a su amiga en la espalda. Respirando de manera entrecortada después de haberse escapado, Tanying soltó un gran suspiro de alivio ya que logro cumplir el reto. Mientras tanto después del sorpresivo beso, Maximiliano se quedó petrificado en su asiento mientras que su rostro se oscureció como la noche, mientras veía a la chica salir de la sala 510 a toda velocidad. —Paul— rugió, furioso. —Si señor— —La dejas escapar esta vez, te iras de vacaciones sin retorno— Paul fue lo suficiente audaz para salir inmediatamente de la sala y comenzar a buscar aquella chica que había sido demasiado valiente como para desafiar a su jefe dos veces en el mismo día. Por otro lado, los otros dos hombres hicieron como si nada hubiera sucedido y siguieron jugando póker ya que ninguno de los dos estaba preparado para enfrentar la furia de Maximiliano Cash. De pronto un teléfono ce
En el pasillo……. —¿Estación de policía?, acaso estás loco idiota, acabo de besarte no de cometer un delito, ni siquiera podría llamarse a eso besar ya que simplemente fue un rose inocente así que suéltame— grito mientras intentaba zafarse de su fuerte agarré. “Vaya hasta que al fin dejo de fingir y saco sus garras como la gata callejera que es”, pensó para sí mismo Maximiliano arrastrándola con el al ascensor. Paul presionó el botón del primer pisó con rapidez. —Que no me escuchaste, te dije que me soltaras idiota— Maximiliano le lanzo una mirada fría, sin previo aviso la tomo por el cuello de su blusa y la azoto en el frío metal del ascensor. —¡Angh! — gimió Tanying ante el dolor en su espalda ocasionado por el golpe, por primera vez en su vida comenzó a sentir cierto temor por su vida. Paul miro horrorizado la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, sin saber cómo detener aquella situación. —¿Idiota? ¡Ja!, sabes a quien estas insultando su mocosa de mierda—
—¡Tang! ¡Tanying! — Una ligera voz llamaba a Tanying mientras está cerraba con fuerza los parpados y se quejumbrosamente se negaba a despertar, sintió que la jalaban de la manga de su abrigo constantemente, pero entre más ignoraba más fuerte era la voz y el tirón. Esto hizo que finalmente se rindiera y que medio se despertará. Aunque estaba claro que todavía estaba media dormida, giro su cabeza hacia Emily; — Carajos, Emi…. Es mejor que tengas una muy buena razón para insistir tanto y no dejarme dormir. La única repuesta de Emily fue apuntar con su dedo índice, a lo que Tanying giró su cabeza y siguiendo la dirección apuntada vio al profesor Mauricio enfurecido. El solo hecho de presenciar aquel rostro de lucifer que se traía el profesor guapo de física era igual que ser arrojada de un enorme precipicio en opinión de ella. ¡Oh M****a!, luchando por incorporarse rápido como un soldado listo para la guerra, Tanying sacudió la cabeza violentamente al igual que su cabello que estaba ech
Alguien toco la puerta del estudio. — ¡Adelante! — dijo una voz ya algo cansada. La persona que se encontraba afuera, abrió la puerta. —¿Quieres hablar conmigo? —dijo el hombre más joven. Antes de entrar Maximiliano había recibido un mensaje de texto del anciano de su abuelo, especificándole que si no iba no le temblaría la mano en arruinar la carrera y vida de aquella mujer ordinaria. Antes del que el joven pudiera tomar asiento, el viejo Damon fue al grano. —No permitiré, que una mujer tan ordinaria y huérfana forme parte de esta familia así que es mejor que te olvides de aquella idea absurda ¡Qué vergüenza! Que agás estupideces por esa mujer, tanto que estás dispuesto a deshacer la alianza familiar con los Domale Dapane que tanto me costó hacer para el futuro de esta familia “Tu futuro”, debí de deshacerme de ella años atrás cuando me imploraste que la acogiéramos. El viejo Damon, pensaba que Maximiliano, aunque sintiera cualquier tipo de apego asía aquella mujer tenía que
De inmediato se tapó la boca con las manos, pero fue en vano, todos los presentes la habían escuchado. Entonces Marc miró a su hija y le preguntó: —Tanying, ¿se conocen ustedes dos? —No le parecía posible que fuera así. Por lo que tenía entendido, Maximiliano siempre estaba ocupado y su hija no era la clase de persona a quien le gustara tratar con tipos aburridos que solo ocupaban su tiempo en trabajar. “¿Qué si lo conozco?, claro que lo conozco este tipo es quien trato a tu preciada hija de gata callejera, después de haberse ofendido con un rose de labios inocente; pensó para sí misma con las manos todavía cubriéndole la boca, Tanying negó con la cabeza a la pregunta de su padre, y no quiso decir ni una sola palabra más. Sin embargo, Maximiliano rio sarcásticamente entre dientes y la contradijo: —Así que te llamas Tanying… La reacción de ambos jóvenes hizo que, para los demás presentes en la sala, fuera evidente que ese par ya se conocían; en ese momento el viejo Damon preguntó a
Solo así, durante la cena, la familia Domale Dapane y el mayor de la familia Cash decidieron que el contrato matrimonial se iba a cumplir. No le importaba que ella no quisiera o que ambos jóvenes se opusieran no había nada que se pudiera hacer. La decisión ya había sido tomada. En dos días, las dos familias celebraron una gran fiesta de compromiso en el hotel más prestigioso de la ciudad. Y La boda estaba programada para los primeros días de septiembre. Todo sucedió muy rápido. Para Tanying parecía todo sacado de una pesadilla. Recia ante toda la situación que se estaba dando, había sido maquillada y vestida por las manos de los mejores profesionales del país por lo que la chica lucía hermosa y radiante. Con una copa de vino en su mano mirando como sus amigos y familiares iban y venían de un lado a otro, alzó la copa llevándosela a sus labios tomándose de un solo trago el líquido. De repente Emily grito de la emoción. —¡Esto debe ser el destino! te vas a casar con él con Maximilia
—¡Que…!, fue la única palabra que a tuno en el cerebro de Tanying cuando vio que el rostro de Maximiliano se acercaba con la intención de besarla. Justo cuando estaba a punto de besarla en los labios, ella giro la cabeza de repente. El beso cayó sobre su cabello. Las luces en el escenario estaban atunadas, y esto dio la ilusión de que la pareja se había besado. Los invitados no tenían idea de que el beso cayó distorsionado. Solo el presentador a su lado vio esta escena claramente. Reprimió su propia vergüenza sin poder creer que había una mujer que se resistía a los encantos de Maximiliano Cash, pero fingió no ver nada. Una mujer quien miraba desde una esquina la escena con ojos lleno de ira, agitando un vaso de vino tinto en su mano. Sus celos estallaron en su interior como fuegos artificiales en noche de año nuevo. —Admítelo, no serás más que una simple amante de ahora en adelante— Se burló Emily quien se encontraba a una distancia prudente de Alison Su, su voz era alta más de lo n
A Tanying le pareció una especie de chiste, lo que su padre acababa de decir. Quería rechazarlo, pero luego de pensarlo unos momentos decidió abstenerse cuando imagino que sería una gran oportunidad para obligar al hombre admitir que realmente tenía un romance con Alison Su y con ello le sería suficiente para mostrarle a su padre las pruebas necesarias para que rompiera el acuerdo de matrimonio con éxito. Con un brillo de esperanza en sus ojos y una sonrisa en su rostro la joven chica se sentó junto a su madre. El desayuno que hacía momentos atrás le parecía simple y desagradable, ahora le parecía el desayuno más delicioso que hubiera probado en toda su vida. Su actitud sorprendió tanto a Alice como a Marc por lo que no evitaron mirarse entre sí. La pequeña Domale no protestando era la cosa más rara que podían presenciar en su vida. Cuando estaba a punto de terminar las frutas de su plato Tanying de repente miro a su padre y le sonrió con desdén. —Oye Papá, ¿Me haces un favor? — —