–¡Tang! –Gritó Emily mientras observaba desde la puerta– ¡Estuviste increíble, nena! – dijo orgullosa dándole unos golpecitos a su amiga en la espalda.
Respirando de manera entrecortada después de haberse escapado, Tanying soltó un gran suspiro de alivio ya que logro cumplir el reto. Mientras tanto después del sorpresivo beso, Maximiliano se quedó petrificado en su asiento mientras que su rostro se oscureció como la noche, mientras veía a la chica salir de la sala 510 a toda velocidad.
—Paul— rugió, furioso.
—Si señor—
—La dejas escapar esta vez, te iras de vacaciones sin retorno—
Paul fue lo suficiente audaz para salir inmediatamente de la sala y comenzar a buscar aquella chica que había sido demasiado valiente como para desafiar a su jefe dos veces en el mismo día. Por otro lado, los otros dos hombres hicieron como si nada hubiera sucedido y siguieron jugando póker ya que ninguno de los dos estaba preparado para enfrentar la furia de Maximiliano Cash.
De pronto un teléfono celular sonó, rompiendo el enorme silencio incomodo que se había formado.
—Maximiliano, como es posible que te hayas marchado de esa manera— La voz molesta del anciano Cash se oyó en la otra línea. El viejo estaba lo suficiente molestó por la vergüenza que su nieto le había hecho pasar en la villa de los Domale Dapane.
Maximiliano no se molestó en responderle sin más finalizo la llamada. Estaba lo suficiente molesto como para tener que lidiar con su abuelo.
—Que día de mierda— resoplo con molestia.
(,,,)
¡Plasf!, el fuerte ruido resonó por todo él estudió de la enorme mansión Cash. Los pedazos del móvil cayeron en el pisó.
—Mocoso insolente— gritó con colera el anciano con su rostro enrojecido.
—¿Cómo se atreve a ser tan irrespetuoso?, no solo me hizo quedar en vergüenza ahora se atreve a cortarme la llamada—balbuceo, temblando de la ira, mientras que su respiración se hacía más pesada dificultando que el aire entrase normalmente a sus pulmones. Apenas dio un paso hacia la puerta principal se tambaleo perdiendo el equilibro su cuerpo arrugado y ya cansado cayo en el piso.
Pronto la puerta del estudio se abrió, el mayordomo de la familia corrió hacia donde se encontraba el anciano.
—Señor sus pastillas— dijo colocándosela en la boca del viejo, para luego pasarle el vaso con agua que llevaba en sus manos.
El anciano trago las pastillas con el agua, pronto su respiración se estabilizó por lo que con ayuda del mayordomo se sentó en el sofá. Este no preguntó el motivo de la crisis que había tenido ya que sabía que el único quien podía hacer que se enfureciera a tales grados era su nieto.
—Señor debería de tener mas cuidado, su salud no es tan buena— dijo el mayordomo, llamando la atención del anciano Cash quien entrecerró sus ojos al escucharlo.
—Ahora no Pedro, ese mocoso me saca fuera de mis cabales cada día su insolencia aumenta— reprochó en su defensa— Mejor dime que has averiguado de esa mujer con la que sabe andar mi nieto.
—Parece que el señor Maximiliano realmente esta enamorado de ella— confeso el mayordomo sabiendo a quien se refería el anciano.
—¡No!, jamás permitiré tal acto inmaduro— dijo el anciano con rapidez recio que su único nieto terminará cayendo por completo en las garras de dicha mujer que era todo menos digna para formar parte de la familia Cash.
—Averiguaste porque la hija de Marc no se presentó en la cena—
—Me informaron que la señorita Domale estaba en el club azfin celebrando el cumpleaños de una amiga—
—Parece que esto va hacer más difícil de lo que pensaba— murmuro el anciano con voz ya cansada.
**************
Dentro de la sala 501, Tanying se frotaba sus mejillas rojas y sentía que ardían de vergüenza. Eso era la cosa más loca que había hecho en su corta vida. Con el corazón agitado, su mente era un remolino de caos que se inundaba de pensamientos. .
A la edad que tenía Tanying, lo que había hecho era algo muy nuevo para ella. Algunas veces había coqueteado con algunos chicos guapos y musculosos, pero nunca se había atrevido a besar a alguno.
. Tanying estaba absorta y se había olvidado de todos los que estaban a su alrededor.
De repente, Emily gritó: —¡Dios mío! —y todos sus compañeros se sorprendieron ante su repentino arrebato.
— ¿Qué te pasa, Emily? ¿Quieres acaso matarme de un susto? —dijo la cumpleañera, quien estaba a punto de beberse una copa de vino, pero que terminó derramando el líquido y se estaba dando palmaditas en el pecho para calmarse.
Emocionada, Emily se acercó a Tanying, quien todavía estaba absorta en sus pensamientos, y la sacudió por los hombros; —¿Sabes quién era ese hombre? — preguntó alarmada.
El tipo que había acabado de besar Tanying era un hombre con el que todas las mujeres soñaban y morían por él. Era joven, guapo, rico, poderoso, dueño de una gran empresa multinacional y si su vida no hubiera sido suficiente premiada ya, era el único heredero de la fortuna de los Cash.
—No, ¿quién es él? —pregunto Tanying, tratando de relajarse, mientras tomaba un trago de agua.
De repente la puerta de la sala se abrió y un hombre atractivo procedió a entrar –¡Maximiliano Cash! –Emily grito su nombre con mucha fuerza mientras miraba el rostro de su amiga. Se suponía que el nombre era suficiente para saber de quién se trataba, por lo que quería estar segura de que Tanying lo escuchara bien. El agua que estaba en la boca de la chica se derramó en el momento que Emily dijo el nombre de Maximiliano. Tanying comenzó a toser violentamente sin darse cuenta que había escupido el líquido en la cara de su amiga. En lugar de enojarse Emily de que la escupiera en la cara, se quedó atónita. Incluso Jeremy se quedó pasmado cuando escuchó el nombre.
— ¿Maximiliano Cash?, ¡maldición! Tang creo que ahora si metiste la pata, estas en serios problemas –dijo Jeremy, quien era hijo del dueño de una compañía financiera en la ciudad de New York, y a quien el nombre de Maximiliano golpeó sus oídos como el trueno de un rayo, por otro lado, quien no supiera de Maximiliano Cash tendría que haber vivido bajo una roca toda su vida. Aunque muchos sabían su nombre muy pocos conocían su rostro ya que en las revistas y en los medios de comunicación jamás revelaba su rostro y cuando eso pasaba su imagen podría durar minutos subida en línea para luego ser borrada. No era de extrañar que una chica como Tanying quien no vivía pendiente de los chisme o medios de comunicación como el resto de sus amigos no conociera su rostro.
Aquel nombre tan familiar también hizo gritar a Karen White, la cumpleañera; —¡Oh por dios, Tang! ¡lo besaste! ¡Ooooh! Déjame besarte, porque es como estar besándolo a él— dijo su amiga tan alegremente, a lo que todos no pudieron evitar reír.
Tanying reaccionó: tomó un puñado de servilletas y procedió a limpiar el rostro de su amiga, pero estaba demasiado avergonzada como para disculparse, mientras tanto Emily maldijo en voz baja; —¡Joder, Tang! ¡Mira lo que has hecho! ¡Mi cara! ¡Y mi cabello, todo empapado de tu saliva! —
Tanying le dio unas palmaditas en la espalda para consolarla.
Cua
salió corriendo tan rápido como pudo. Pero de repente Maximiliano la tomo de la muñeca y la jalo cerca de él, “Estoy frita” fue el primer pensamiento que se le cruzo por la mente, al reconocer aquella fragancia que hace momentos atrás le había parecido adictiva.
—Si que esta frita, pero del cerebro— respondió con sarcasmo Maximiliano quien había escuchado su pensamiento ya que la chica lo había dicho en voz alta.
Silencio absoluto, los murmullos y risas se silenciaron automáticamente mas nadie se atrevió a mover un solo musculo. Por otro lado, el rostro de la joven palideció como un papel, en el momento que sus ojos hicieron contactó visual. Si minutos atrás le había parecido familiar ahora por la luz de los pasillos pudo ver perfectamente sus rajos faciales, ¡Si!, el mundo era tan pequeño que de entre todos los presentes del club a quien beso tenía que ser el mismo hombre del centro comercial, Maximiliano Cash, a quien también lo había acabado de besar.
—No volveré a consumir tanto alcohol la próxima vez, lo prometo— susurro rompiendo el silencio que se formó en el ambiente, pensando en la posibilidad que el hombre quien la miraba con furia era simplemente parte de su imaginación.
—Solo estoy alucinando— se dijo así misma con una expresión aturdida.
Todos se tiraron miradas complicadas entre sí, antes los murmuro incoherentes de la chica; sin embargo, Maximiliano pensaba que la chica solo estaba actuando por lo que agarro con mayor fuerza su muñeca: —En la estación de policía podrás seguir con tu estúpida actuación — Apenas termino de decir estas palabras arrastro a la chica fuera de la habitación, seguido por Paul.
Al ver que su amiga había sido arrastrada por Maximiliano Cash todos temieron por ella por lo que Jeremy, Jixon y varios chicos corrieron tras ella, pero tan pronto como llegaron a la puerta varios hombres vestidos de negros bloquearon su salida.
—¡Quítense de mi camino!, o no me are responsable por lo que vaya a suceder— rugió Jeremy con enojó, al ver que ninguno se quitaba de la puerta lanzo un puño golpeando el rostro del tipo, por lo que los demás siguieron su ejemplo y comenzaron a golpear a los demás.
—¡Esto es guerra! — grito Emily a ver que sus amigos estaban peleando solos— todos contra ellos—expresó lanzando un pedazo de pastel en la cara del tipo que tenía agarrado por el cuello a Jeremy.
En un segundo todos estaban peleando unos a otros volviendo aquella sala que había sido decorada para un cumpleaños en un rin de boxeo, mientras que las chicas lanzaban cosas, los chicos peleaban a puño limpio.
En el pasillo……. —¿Estación de policía?, acaso estás loco idiota, acabo de besarte no de cometer un delito, ni siquiera podría llamarse a eso besar ya que simplemente fue un rose inocente así que suéltame— grito mientras intentaba zafarse de su fuerte agarré. “Vaya hasta que al fin dejo de fingir y saco sus garras como la gata callejera que es”, pensó para sí mismo Maximiliano arrastrándola con el al ascensor. Paul presionó el botón del primer pisó con rapidez. —Que no me escuchaste, te dije que me soltaras idiota— Maximiliano le lanzo una mirada fría, sin previo aviso la tomo por el cuello de su blusa y la azoto en el frío metal del ascensor. —¡Angh! — gimió Tanying ante el dolor en su espalda ocasionado por el golpe, por primera vez en su vida comenzó a sentir cierto temor por su vida. Paul miro horrorizado la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, sin saber cómo detener aquella situación. —¿Idiota? ¡Ja!, sabes a quien estas insultando su mocosa de mierda—
—¡Tang! ¡Tanying! — Una ligera voz llamaba a Tanying mientras está cerraba con fuerza los parpados y se quejumbrosamente se negaba a despertar, sintió que la jalaban de la manga de su abrigo constantemente, pero entre más ignoraba más fuerte era la voz y el tirón. Esto hizo que finalmente se rindiera y que medio se despertará. Aunque estaba claro que todavía estaba media dormida, giro su cabeza hacia Emily; — Carajos, Emi…. Es mejor que tengas una muy buena razón para insistir tanto y no dejarme dormir. La única repuesta de Emily fue apuntar con su dedo índice, a lo que Tanying giró su cabeza y siguiendo la dirección apuntada vio al profesor Mauricio enfurecido. El solo hecho de presenciar aquel rostro de lucifer que se traía el profesor guapo de física era igual que ser arrojada de un enorme precipicio en opinión de ella. ¡Oh M****a!, luchando por incorporarse rápido como un soldado listo para la guerra, Tanying sacudió la cabeza violentamente al igual que su cabello que estaba ech
Alguien toco la puerta del estudio. — ¡Adelante! — dijo una voz ya algo cansada. La persona que se encontraba afuera, abrió la puerta. —¿Quieres hablar conmigo? —dijo el hombre más joven. Antes de entrar Maximiliano había recibido un mensaje de texto del anciano de su abuelo, especificándole que si no iba no le temblaría la mano en arruinar la carrera y vida de aquella mujer ordinaria. Antes del que el joven pudiera tomar asiento, el viejo Damon fue al grano. —No permitiré, que una mujer tan ordinaria y huérfana forme parte de esta familia así que es mejor que te olvides de aquella idea absurda ¡Qué vergüenza! Que agás estupideces por esa mujer, tanto que estás dispuesto a deshacer la alianza familiar con los Domale Dapane que tanto me costó hacer para el futuro de esta familia “Tu futuro”, debí de deshacerme de ella años atrás cuando me imploraste que la acogiéramos. El viejo Damon, pensaba que Maximiliano, aunque sintiera cualquier tipo de apego asía aquella mujer tenía que
De inmediato se tapó la boca con las manos, pero fue en vano, todos los presentes la habían escuchado. Entonces Marc miró a su hija y le preguntó: —Tanying, ¿se conocen ustedes dos? —No le parecía posible que fuera así. Por lo que tenía entendido, Maximiliano siempre estaba ocupado y su hija no era la clase de persona a quien le gustara tratar con tipos aburridos que solo ocupaban su tiempo en trabajar. “¿Qué si lo conozco?, claro que lo conozco este tipo es quien trato a tu preciada hija de gata callejera, después de haberse ofendido con un rose de labios inocente; pensó para sí misma con las manos todavía cubriéndole la boca, Tanying negó con la cabeza a la pregunta de su padre, y no quiso decir ni una sola palabra más. Sin embargo, Maximiliano rio sarcásticamente entre dientes y la contradijo: —Así que te llamas Tanying… La reacción de ambos jóvenes hizo que, para los demás presentes en la sala, fuera evidente que ese par ya se conocían; en ese momento el viejo Damon preguntó a
Solo así, durante la cena, la familia Domale Dapane y el mayor de la familia Cash decidieron que el contrato matrimonial se iba a cumplir. No le importaba que ella no quisiera o que ambos jóvenes se opusieran no había nada que se pudiera hacer. La decisión ya había sido tomada. En dos días, las dos familias celebraron una gran fiesta de compromiso en el hotel más prestigioso de la ciudad. Y La boda estaba programada para los primeros días de septiembre. Todo sucedió muy rápido. Para Tanying parecía todo sacado de una pesadilla. Recia ante toda la situación que se estaba dando, había sido maquillada y vestida por las manos de los mejores profesionales del país por lo que la chica lucía hermosa y radiante. Con una copa de vino en su mano mirando como sus amigos y familiares iban y venían de un lado a otro, alzó la copa llevándosela a sus labios tomándose de un solo trago el líquido. De repente Emily grito de la emoción. —¡Esto debe ser el destino! te vas a casar con él con Maximilia
—¡Que…!, fue la única palabra que a tuno en el cerebro de Tanying cuando vio que el rostro de Maximiliano se acercaba con la intención de besarla. Justo cuando estaba a punto de besarla en los labios, ella giro la cabeza de repente. El beso cayó sobre su cabello. Las luces en el escenario estaban atunadas, y esto dio la ilusión de que la pareja se había besado. Los invitados no tenían idea de que el beso cayó distorsionado. Solo el presentador a su lado vio esta escena claramente. Reprimió su propia vergüenza sin poder creer que había una mujer que se resistía a los encantos de Maximiliano Cash, pero fingió no ver nada. Una mujer quien miraba desde una esquina la escena con ojos lleno de ira, agitando un vaso de vino tinto en su mano. Sus celos estallaron en su interior como fuegos artificiales en noche de año nuevo. —Admítelo, no serás más que una simple amante de ahora en adelante— Se burló Emily quien se encontraba a una distancia prudente de Alison Su, su voz era alta más de lo n
A Tanying le pareció una especie de chiste, lo que su padre acababa de decir. Quería rechazarlo, pero luego de pensarlo unos momentos decidió abstenerse cuando imagino que sería una gran oportunidad para obligar al hombre admitir que realmente tenía un romance con Alison Su y con ello le sería suficiente para mostrarle a su padre las pruebas necesarias para que rompiera el acuerdo de matrimonio con éxito. Con un brillo de esperanza en sus ojos y una sonrisa en su rostro la joven chica se sentó junto a su madre. El desayuno que hacía momentos atrás le parecía simple y desagradable, ahora le parecía el desayuno más delicioso que hubiera probado en toda su vida. Su actitud sorprendió tanto a Alice como a Marc por lo que no evitaron mirarse entre sí. La pequeña Domale no protestando era la cosa más rara que podían presenciar en su vida. Cuando estaba a punto de terminar las frutas de su plato Tanying de repente miro a su padre y le sonrió con desdén. —Oye Papá, ¿Me haces un favor? — —
Después de varios minutos de silencio Tanying, decidió hablar. —Tu romance no tan ocultó ah hecho de mí el hazmerreír de la ciudad— Puntualizo— ¿te sientes lo suficiente satisfecho ya? O tu segundo paso va hacer vestirla de novia el día de la boda. ¡Oh! vamos viejo no crees que está siendo demasiado ambicioso en tener a dos novias en un altar el mismo día— Maximiliano que había estado todo el tiempo escuchando a la chica mientras trabajaba en su laptop, apenas escucho ser llamado viejo, su rostro se oscureció tan solo eran mayor por siete años. De pronto se aflojó la corbata frunciendo las cejas terminado por acortar distancia entre ambos. Por instinto propio la joven se inclinó para atrás con la intención de alejarse; sin embargo, esto solo hizo que Maximiliano colocara su cuerpo encima de ella manteniendo su flecividad con una mano mientras que su otra mano era deslizada por la piel tersa del brazo de Tanying. Un espeso escalofrió recorrió su espina dorsal, haciendo que su respir