En el pasillo…….
—¿Estación de policía?, acaso estás loco idiota, acabo de besarte no de cometer un delito, ni siquiera podría llamarse a eso besar ya que simplemente fue un rose inocente así que suéltame— grito mientras intentaba zafarse de su fuerte agarré.
“Vaya hasta que al fin dejo de fingir y saco sus garras como la gata callejera que es”, pensó para sí mismo Maximiliano arrastrándola con el al ascensor.
Paul presionó el botón del primer pisó con rapidez.
—Que no me escuchaste, te dije que me soltaras idiota—
Maximiliano le lanzo una mirada fría, sin previo aviso la tomo por el cuello de su blusa y la azoto en el frío metal del ascensor.
—¡Angh! — gimió Tanying ante el dolor en su espalda ocasionado por el golpe, por primera vez en su vida comenzó a sentir cierto temor por su vida. Paul miro horrorizado la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, sin saber cómo detener aquella situación.
—¿Idiota? ¡Ja!, sabes a quien estas insultando su mocosa de mierda— Hablo con la respiración pesada tratándose de controlarse así mismo, en su vida perfecta Maximiliano jamás había sido insultado por nadie de tal manera como lo estaba haciendo aquella chiquilla.
Los labios de Tanying se curvaron, mostrando una sonrisa forzada— Que hay de ti, ¿sabes quién demonios soy? grandísimo cabrón.
—¿Qué quién eres tú? — Dijo con burla desviando su mirada por la silueta delgada de Tanying, quien no evito estremecerse. Una vez que sus ojos volvieron a su rostro Maximiliano sonrió con burla: — Una simple gata callejera que busca llamar mi atención para meterse en mi cama—
En ese instante las puertas del ascensor se abrieron por lo que Tanying elevo su rodilla golpeando fuerte los genitales del hombre, Maximiliano soltó su agarre cayendo de rodillas al piso ante el fuerte dolor.
—Tendria que estar demasiado demente para fijarme en un animal como tú— Expresó, para luego salir con rapidez escabulléndose entre la muchedumbre de la salida. Tan pronto como salió del club, se subió a su automóvil y condujo a toda velocidad hacia la casa de sus padres. . Mientras conducía, Tanying siguió pensando en lo sucedido: por estar en la celebración de cumpleaños de su amiga, no asistió a la cena con sus padres y sus invitados, y aquello la tenía muy ansiosa. Recordó que su madre le había dicho, unos días atrás que no podría faltar a ese compromiso; sin embargo, no había hecho caso omiso y ahora realmente se arrepentía. Si no hubiera sido por aquel cumpleaños, no tendría que a ver pasado lo que vivió esa noche y no tendría que estar con tanta ansiedad encima.
Era consiente de las muchas locuras y todos los dolores de cabeza ocasionados a sus padres desde que había nacido; Tanying siempre había sido una niña problemática daba a las travesuras que hacía sin medir límites. Había hecho todo lo que quería, sin restricciones de ningún tipo. Pero su padre sabía que podía castigarla sin mucho esfuerzo. La mayoría de veces, sus castigos estaban destinados a asustar directamente a la chica.
Mientras estaba conduciendo, de repente recordó algo y se dio una palmada en la frente. ¿Qué más podía esperar? No solo se había atrevido a rayar el parabrisas de su automóvil con lápiz labial, si no que se había atrevido a besarlo justo en el mismo día para rematar y aún peor lo había golpeado justo en sus genitales. ¿Qué diría su padre si esto llegaba a sus oídos? Así que era una razón más para que Tanying estuviera agitada. ¡Ay, por Dios! Estoy en problemas muy serios, realmente espero que no se entere de quien soy, y continuó orando en silencio.
Cuando llegó a la casa, dejó escapar un suspiro de alivio al notar que ninguna luz estaba encendida.
–Tal vez realmente no supo quién era, porque de saber ya hubiese llamado a mis padres, no es que salga continuamente en las revistas por ser hija de un empresario como mi padre y cuando eso sucede mi rostro siempre es editado aparte con los quince quilos de maquillaje que se encargan de ponerme como un payaso las maquillista para ocasiones de fotografías, hay una probabilidad del 75 % de que aparezca en dichas imágenes, además cuando le dije que no tenía idea de quien era yo se notó por sus palabras que no savia de mi existencia ¡Agradezco a Dios por eso! –murmuró.
Cuando entró a la mansión, vio a Marc de pie bajo una de las lámparas del jardín, vistiendo únicamente un pijama delgado. Estaba con los brazos cruzados, sin expresión alguna mientras la veía entrando. El corazón se le aceleró. , pensó ella para sí misma. Luego respiró hondo y lo abrazo.
–Papá, lo siento, prometo que no volverá a pasar.
—Pensé que no volverías esta noche —suspiró, pensando que su hija se disculpaba por no haber asistido a la cena.
— ¿Entonces por qué estás aquí? —preguntó juguetonamente Tanying, apoyándose en su hombro, fingiendo que no pasaba nada.
—Yo.... estaba dando un paseo—esa fue la peor excusa que se le ocurrió a Marc, dado que aún no tenía el corazón para contarle a su hija acerca de que tenía que casarse, y sobre el hecho de que toda la cena había terminado arruinada por su ausencia.
Tanying se río —Tenía que venir, mamá no me lo perdonará. Pero Papá, también te eché de menos.
—Tanying Domale Dapane, ¿hay algo que tenga que saber? —dijo Marc, arqueando sus cejas. Su hija solo le decía que lo echaba de menos cuando hacía travesuras o necesitaba más dinero; no es que fuera tacaño, pero para su hija el dinero nunca le era suficiente, por lo que Mar ya sabía que con los no venía nada bueno.
Tanying se dio cuenta de que su padre no sabía nada, lo que hizo que su corazón se sintiera aliviado, si eso significaba que tendría que hacer cualquier cosa para que toda aquella situación vergonzosa no llegara a oídos de su padre, lo haría.
—No hay nada que no sepas de tu hija, papá— Aclaro
—Entremos y descansemos un poco – tomó el brazo de su padre y caminaron hacia la villa, lentamente.
.....
Tanying era una estudiante de la clase quince del departamento de finanzas, economía y administración de la universidad Columbia de la ciudad de New York. Había más de ochenta matriculados en su clase; setenta y cinco de ellos habían pasado el examen de ingreso a la universidad mientras que el resto había logrado pasar gracias a sus influencias.
La Universidad de Columbia de la ciudad New York estaba entre las dos mejores universidades a nivel nacional. Incluso, hasta Maximiliano Cash se había graduado en aquella institución. No era de extrañar que hubiera una larga fila de personas esperando inscribirse en esa universidad. Sin embargo, Tanying era una de las personas que había entrado mediante el uso de influencias.
Mauricio Cárdenas, un profesor de física, estaba dando su clase. Colocó sus lentes encima de su nariz y miro por encima de ellos a sus estudiantes, de los cuales la mayoría estaba bostezando y tenía cara de sueño. De repente se escuchó un fuerte estruendo: el profesor había azotado un montón de libros encima del. El fuerte ruido hizo que la mayoría de sus estudiantes se despertaran y rápidamente se incorporaran.
—¡Tang! ¡Tanying! — Una ligera voz llamaba a Tanying mientras está cerraba con fuerza los parpados y se quejumbrosamente se negaba a despertar, sintió que la jalaban de la manga de su abrigo constantemente, pero entre más ignoraba más fuerte era la voz y el tirón. Esto hizo que finalmente se rindiera y que medio se despertará. Aunque estaba claro que todavía estaba media dormida, giro su cabeza hacia Emily; — Carajos, Emi…. Es mejor que tengas una muy buena razón para insistir tanto y no dejarme dormir. La única repuesta de Emily fue apuntar con su dedo índice, a lo que Tanying giró su cabeza y siguiendo la dirección apuntada vio al profesor Mauricio enfurecido. El solo hecho de presenciar aquel rostro de lucifer que se traía el profesor guapo de física era igual que ser arrojada de un enorme precipicio en opinión de ella. ¡Oh M****a!, luchando por incorporarse rápido como un soldado listo para la guerra, Tanying sacudió la cabeza violentamente al igual que su cabello que estaba ech
Alguien toco la puerta del estudio. — ¡Adelante! — dijo una voz ya algo cansada. La persona que se encontraba afuera, abrió la puerta. —¿Quieres hablar conmigo? —dijo el hombre más joven. Antes de entrar Maximiliano había recibido un mensaje de texto del anciano de su abuelo, especificándole que si no iba no le temblaría la mano en arruinar la carrera y vida de aquella mujer ordinaria. Antes del que el joven pudiera tomar asiento, el viejo Damon fue al grano. —No permitiré, que una mujer tan ordinaria y huérfana forme parte de esta familia así que es mejor que te olvides de aquella idea absurda ¡Qué vergüenza! Que agás estupideces por esa mujer, tanto que estás dispuesto a deshacer la alianza familiar con los Domale Dapane que tanto me costó hacer para el futuro de esta familia “Tu futuro”, debí de deshacerme de ella años atrás cuando me imploraste que la acogiéramos. El viejo Damon, pensaba que Maximiliano, aunque sintiera cualquier tipo de apego asía aquella mujer tenía que
De inmediato se tapó la boca con las manos, pero fue en vano, todos los presentes la habían escuchado. Entonces Marc miró a su hija y le preguntó: —Tanying, ¿se conocen ustedes dos? —No le parecía posible que fuera así. Por lo que tenía entendido, Maximiliano siempre estaba ocupado y su hija no era la clase de persona a quien le gustara tratar con tipos aburridos que solo ocupaban su tiempo en trabajar. “¿Qué si lo conozco?, claro que lo conozco este tipo es quien trato a tu preciada hija de gata callejera, después de haberse ofendido con un rose de labios inocente; pensó para sí misma con las manos todavía cubriéndole la boca, Tanying negó con la cabeza a la pregunta de su padre, y no quiso decir ni una sola palabra más. Sin embargo, Maximiliano rio sarcásticamente entre dientes y la contradijo: —Así que te llamas Tanying… La reacción de ambos jóvenes hizo que, para los demás presentes en la sala, fuera evidente que ese par ya se conocían; en ese momento el viejo Damon preguntó a
Solo así, durante la cena, la familia Domale Dapane y el mayor de la familia Cash decidieron que el contrato matrimonial se iba a cumplir. No le importaba que ella no quisiera o que ambos jóvenes se opusieran no había nada que se pudiera hacer. La decisión ya había sido tomada. En dos días, las dos familias celebraron una gran fiesta de compromiso en el hotel más prestigioso de la ciudad. Y La boda estaba programada para los primeros días de septiembre. Todo sucedió muy rápido. Para Tanying parecía todo sacado de una pesadilla. Recia ante toda la situación que se estaba dando, había sido maquillada y vestida por las manos de los mejores profesionales del país por lo que la chica lucía hermosa y radiante. Con una copa de vino en su mano mirando como sus amigos y familiares iban y venían de un lado a otro, alzó la copa llevándosela a sus labios tomándose de un solo trago el líquido. De repente Emily grito de la emoción. —¡Esto debe ser el destino! te vas a casar con él con Maximilia
—¡Que…!, fue la única palabra que a tuno en el cerebro de Tanying cuando vio que el rostro de Maximiliano se acercaba con la intención de besarla. Justo cuando estaba a punto de besarla en los labios, ella giro la cabeza de repente. El beso cayó sobre su cabello. Las luces en el escenario estaban atunadas, y esto dio la ilusión de que la pareja se había besado. Los invitados no tenían idea de que el beso cayó distorsionado. Solo el presentador a su lado vio esta escena claramente. Reprimió su propia vergüenza sin poder creer que había una mujer que se resistía a los encantos de Maximiliano Cash, pero fingió no ver nada. Una mujer quien miraba desde una esquina la escena con ojos lleno de ira, agitando un vaso de vino tinto en su mano. Sus celos estallaron en su interior como fuegos artificiales en noche de año nuevo. —Admítelo, no serás más que una simple amante de ahora en adelante— Se burló Emily quien se encontraba a una distancia prudente de Alison Su, su voz era alta más de lo n
A Tanying le pareció una especie de chiste, lo que su padre acababa de decir. Quería rechazarlo, pero luego de pensarlo unos momentos decidió abstenerse cuando imagino que sería una gran oportunidad para obligar al hombre admitir que realmente tenía un romance con Alison Su y con ello le sería suficiente para mostrarle a su padre las pruebas necesarias para que rompiera el acuerdo de matrimonio con éxito. Con un brillo de esperanza en sus ojos y una sonrisa en su rostro la joven chica se sentó junto a su madre. El desayuno que hacía momentos atrás le parecía simple y desagradable, ahora le parecía el desayuno más delicioso que hubiera probado en toda su vida. Su actitud sorprendió tanto a Alice como a Marc por lo que no evitaron mirarse entre sí. La pequeña Domale no protestando era la cosa más rara que podían presenciar en su vida. Cuando estaba a punto de terminar las frutas de su plato Tanying de repente miro a su padre y le sonrió con desdén. —Oye Papá, ¿Me haces un favor? — —
Después de varios minutos de silencio Tanying, decidió hablar. —Tu romance no tan ocultó ah hecho de mí el hazmerreír de la ciudad— Puntualizo— ¿te sientes lo suficiente satisfecho ya? O tu segundo paso va hacer vestirla de novia el día de la boda. ¡Oh! vamos viejo no crees que está siendo demasiado ambicioso en tener a dos novias en un altar el mismo día— Maximiliano que había estado todo el tiempo escuchando a la chica mientras trabajaba en su laptop, apenas escucho ser llamado viejo, su rostro se oscureció tan solo eran mayor por siete años. De pronto se aflojó la corbata frunciendo las cejas terminado por acortar distancia entre ambos. Por instinto propio la joven se inclinó para atrás con la intención de alejarse; sin embargo, esto solo hizo que Maximiliano colocara su cuerpo encima de ella manteniendo su flecividad con una mano mientras que su otra mano era deslizada por la piel tersa del brazo de Tanying. Un espeso escalofrió recorrió su espina dorsal, haciendo que su respir
—¡Angh! — gimió Jeremy de dolor y se sobo el brazo. Tanying le dio un gran peñiscon en el brazo, cuando se detuvo junto a su amigo, quien estaba con pensamientos inapropiados sobre ella. La mirada de desaprobación en su rostro fue suficiente para hacer que dejara verse tonto por su propio bien. Mirándole con el ceño fruncido Tanying puso los ojos en blanco; —¿Jeremy vas a pensar que me eh acostado con ese idiota? Nada fue a lo que simple vista pareció, ese idiota se aprovechó de que estaba descuidada— aclaro la joven. —Tang, realmente no fue mi intención pensar aquello— se excuso Por otro lado, la joven se limitó a lanzarle una mirada de enojo como respuesta y se dirigió a su salón. Mientras Jeremy no dejaba de maldecirse a sí mismo por tener pensamientos incoherentes hacia su amiga. La noticia de que Tanying y Maximiliano teniendo un momento romántico se extendió como un fuego en el campus, sin intención Tanying ahora era más famosa. En el salón quince, muchos estudiantes estaban