Ese día Tanying llevaba un atuendo sencillo como siempre Jean azul tenis una blusa gris que era más grade de lo normal. Sin preámbulos se sacó la blusa quedando solo en brasier. Rompiendo una gran parte de esta envolvió su mano herida después de haberse lavado y sacado los cristales que aún había en sus dedos incrustados, con la intención de evitar que siguiera sangrando o al menos evitar que vieran su herida. Terminando con ello, se puso lo que quedaba de la blusa como había rompido la parte baja hacía que esta le quedara más arriba del ombligo dando a mostrar su piel blanca. Cuando salió del baño algunos chicos que se encontraba en el largo pasillo, no pudieron evitar voltear para poder mirar bien a la chica que veían sus ojos, pocas veces podían ver las curvas que poseía la gran hija traviesa y p
Maximiliano salió poco después con la intención de encontrar a su esposa, quería castigarla por su comportamiento grosero. Sin embargo, ya no se encontraba nadie en los pasillos era como si apenas hayan salido de la oficina hubiera corrido. Y no estaba equivocado al pensar aquello, ya que Tanying había corrido como cuando un animal huye de su depredador, la Decana no se había quedado atrás a pesar de su edad había corrido como nunca. Maximiliano Cash estaba a punto de ir a buscarla cuando su teléfono celular sonó al ver en la pantalla el nombre de Alison sintió un fuerte dolor de cabeza. Alison había terminado de despertarse hace un par de horas, sin embargo, aún seguía en cama, al recordar lo que había pasado la noche anterior lo llamó rápidamente. Maximiliano contestó el Teléfono y escucho la suave voz de Alison en la otra l&i
Por lo que todos la miraron a ver extrañados, sin saber a qué se refería con un “no”. Al ver las miradas acosadoras de sus amigos Tanying se apresuró a explicar _Digo que no es necesario que seamos nosotros quien nos vayamos de aquí_ aunque su voz sonaba más seria de lo normal, sin embargo, todos seguían sin entenderla a quien se le ocurría comer en el mismo lugar donde estaba el esposo y la amante en una situación tan íntima <e> embarazosa más cuando hay tantas miradas de personas curiosas que no dudarían en acosarla apenas la reconocieran con solo verla, sería la burla del lugar sin duda alguna.Todos se tiraron miradas dudosas entre sí. Sabiendo lo que tenían en mente sus amigos, ya que para ella no era muy difícil de saberlo con tan únicamente verle sus rostros distorsionados. Soltando un suspiro exhausta, mostrando lo cansada que estaba de la situación Tanying dijo:_ No es la primera vez que
_ No es la primera vez que estoy en una situación así_ sin vergüenza alguna encogió sus hombros restándole importancia a sus palabras que se sentía tan pesadas. Los ojos de todos se abrieron como platos al escuchar las palabras de Tanying, que fueron como un rayo en una gran tormenta para sus oídos. ¿Por qué Lucía tan relajada ante aquella situación? Simplemente, estaba fingiendo no importarle o realmente no quería que ellos se dieran cuenta lo mucho que le afectaba, ¿a qué se refería con que no era la primera vez?, las mentes de los chicos eran un caos como remolino al igual que la de ambas chicas eran un torrencial de preguntas que tenían en su cabeza la cuales cada vez eran más difícil de entender o siquiera hacer suposiciones pensaban que la situación de su amiga era más complicada de entender con cada cosa que pasaba o les tocaba presen
–¿Intentas llevarme a la cama con palabras bonitas? — resopló Tanying sarcásticamente poniendo los ojos en blanco. Los pocos rayos de luz de la luna que lograban colarse por las cortinas de la habitación, reflejaban los rasgos perfectos del hombre quien sonreía con un toque de picardía al mirar la expresión de la joven que se encontraba al otro lado de la cama. –¿Quién habló de cama? Hay lugares mucho más excitantes para hacerlo necesariamente no necesitaremos de una –Respondió sin pudor alguno. Su voz era seductora y sus ojos negros se iluminaron mostrando la malicia que había en ellos. –Tú... –Reprochó Tanying entre dientes. Su cuerpo se estremeció temblando por la colera, mientras su pequeño rostro se teñía de rojo por la vergüenza y la rabia que le causaban las palabras de aquel hombre tan descarado. –¡Maximiliano Cash! –de repente gritó su nombre completo para luego apuntarlo con su dedo índice–Tú, hombre sin escrúpulos, ¡primero! un puto payaso patea mi estúpido trasero a
Meses atrás, antes de la noche de bodas. En la Villa de la familia Domale Dapane. En uno de los suburbios más lujosos se encontraba la Villa de unas de las familias más prestantes. El clima era caluroso, pero eso no impedía que se respirara un ambiente fresco en aquella villa. La servidumbre estaba alborotada con los arreglos de la cena que se iba a llevar a cabo. El invitado de honor seguía siendo una incógnita, según los empleados, quienes no paraban de murmurar unos a otros, especulando con el nombre de quien se trataba, todo para haber puesto aquella villa en un caos total como para que los dueños y señores de la gran casa, que siempre se mantenían calmados y sonrientes, en ésta ocasión se encontraran muy ansiosos y nerviosos a la vez, tendría que tratarse de alguien muy especial. Se rumoraba que sería el hombre más poderoso del país quien los visitaría. Éstos eran algunos de los murmullos que corrían por toda la enorme y lujosa casa, pasando por cada uno de los muchos
Sin saber que su tranquila vida está a punto de dar un giro inesperado inocentemente Tanying no dejaba de sonreír alegremente mientras conducía su coche; pensando que se había salido con la suya, le había dado su merecido a aquel hombre arrogante no tanto de lo que realmente se merecía a su parecer, pero le bastaba con saber que al menos había hecho algo y que no lo volvería a ver por el resto de su vida. Ahora, tenía que ver a donde compraría el obsequio que quería comprar en aquel centro comercial para el cumpleaños de su mejor amiga y compañera de clases. De repente el celular sonó atrayendo la atención de la joven quien al ver el nombre de su madre en el identificador de llamada hizo una mueca con sus labios y volteo su atención en conducir. Lo que restaba de la mañana Tanying era consciente de que había ignorado al propósito todas las llamadas de su madre, ya que esta segura que su único propósito era convencerla a como diera lugar para que asistiera a la cena de hoy; sin embarg
–¡Tang! –Gritó Emily mientras observaba desde la puerta– ¡Estuviste increíble, nena! – dijo orgullosa dándole unos golpecitos a su amiga en la espalda. Respirando de manera entrecortada después de haberse escapado, Tanying soltó un gran suspiro de alivio ya que logro cumplir el reto. Mientras tanto después del sorpresivo beso, Maximiliano se quedó petrificado en su asiento mientras que su rostro se oscureció como la noche, mientras veía a la chica salir de la sala 510 a toda velocidad. —Paul— rugió, furioso. —Si señor— —La dejas escapar esta vez, te iras de vacaciones sin retorno— Paul fue lo suficiente audaz para salir inmediatamente de la sala y comenzar a buscar aquella chica que había sido demasiado valiente como para desafiar a su jefe dos veces en el mismo día. Por otro lado, los otros dos hombres hicieron como si nada hubiera sucedido y siguieron jugando póker ya que ninguno de los dos estaba preparado para enfrentar la furia de Maximiliano Cash. De pronto un teléfono ce
En el pasillo……. —¿Estación de policía?, acaso estás loco idiota, acabo de besarte no de cometer un delito, ni siquiera podría llamarse a eso besar ya que simplemente fue un rose inocente así que suéltame— grito mientras intentaba zafarse de su fuerte agarré. “Vaya hasta que al fin dejo de fingir y saco sus garras como la gata callejera que es”, pensó para sí mismo Maximiliano arrastrándola con el al ascensor. Paul presionó el botón del primer pisó con rapidez. —Que no me escuchaste, te dije que me soltaras idiota— Maximiliano le lanzo una mirada fría, sin previo aviso la tomo por el cuello de su blusa y la azoto en el frío metal del ascensor. —¡Angh! — gimió Tanying ante el dolor en su espalda ocasionado por el golpe, por primera vez en su vida comenzó a sentir cierto temor por su vida. Paul miro horrorizado la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, sin saber cómo detener aquella situación. —¿Idiota? ¡Ja!, sabes a quien estas insultando su mocosa de mierda—