Cap° 1

Meses atrás, antes de la noche de bodas. 

En la Villa de la familia Domale Dapane.

En uno de los suburbios más lujosos se encontraba la Villa de unas de las 

familias más prestantes. El clima era caluroso, pero eso no impedía que se 

respirara un ambiente fresco en aquella villa.

La servidumbre estaba alborotada con los arreglos de la cena que se iba a 

llevar a cabo. El invitado de honor seguía siendo una incógnita, según los 

empleados, quienes no paraban de murmurar unos a otros, especulando con el nombre de quien se trataba, todo para haber puesto aquella villa en un caos total como para que los dueños y señores de la gran casa, que siempre se mantenían calmados y sonrientes, en ésta ocasión se encontraran muy ansiosos y nerviosos a la vez, tendría que tratarse de alguien muy especial. Se rumoraba que sería el hombre más poderoso del país quien los visitaría. Éstos eran algunos de los murmullos que corrían por toda la enorme y lujosa casa, pasando por cada uno de los muchos empleados.

...

Ajenos de la situación que se vivía afuera en los pasillos, en el gran estudio se encontraba una pareja de esposos de media edad nerviosos. Ambos no 

dejaban de caminar de un lado a otro, sus mentes estaban hechas un caos, 

tratando de pensar cómo podrían resolver el problema que se les avecinaba como un huracán sin control.

–¿Dónde está Tanying? –preguntó de repente Marc a su esposa, 

deteniendo sus pasos.

Alice, apenas escuchó la pregunta de su esposo, quedó en seco sin saber qué responder. Su hija había salido desde muy temprano sin haber dicho palabra alguna por lo que no tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba, también estuvo intentando llamarla muchas veces al celular, pero siempre la mandaba al buzón de voz.

–Ya sabes cómo es Tanying… –respondió mientras daba un largo suspiro cansado.

El hombre, frunció el ceño. Claro, el mejor que nadie conocía a su traviesa hija púes había estado con ella durante todo su crecimiento; desde que había nacido lo único que le había traído eran muchos dolores de 

cabeza fuera que estuviera bien o mal de salud, donde solía ir Tanying Domale Dapane solían haber problemas, ella era un problema deambulante con vida. No hubo día en que no le hiciera salir más canas y constante arrugas incluso podría decir que cada arruga que tenía habían salido gracias a su hija; a pesar de todo no importaba en los miles de problemas que causara, Marc siempre estaría dispuesto como un superhéroe listo para resolver cualquier caos que fuera ocasionado por su pequeña, el hombre era tan débil cuando se trataba de su bella hija, que no le importaba lo mucho que lo hiciera radiar de furia ya que jamás se atrevía ponerle una mano encima. Para sus ojos su hija era un tesoro muy preciado. Al recordar el rostro sonriente de su hija una leve sonrisa se dibujó en sus finos labios, pero, así como llegó desapareció. El hombre no pudo evitar sentir un dolor agudo en su corazón cuando pensó en la cena que se llevaría a cabo en la noche, su respiración se hizo pesada mientras que un nudo en la garganta se le formaba.

Alice notó el estado de su esposo, por lo que decidió acercarse ayudarlo a tomar asiento. Una vez ambos estuvieron sentados, uno junto al otro, con sus manos entrelazadas no pudo evitar soltar un par de lágrimas; la situación se tornaba muy nublada para ellos más que todo para su hija por lo que la tristeza en su corazón era inevitable en imaginar una vida sin su bella hija alrededor de ellos, aunque normalmente estuviera más tiempo en la universidad tenía cierto presentimiento de que todo cambiaría y nada volvería a ser igual. Sus manos no demoraron en temblar, lo que inmediatamente fue percibido por su esposo, quien apretó con fuerzas las manos de su esposa en un intento de consolación.

(......)

En unos de los grandes y lujosos centros comerciales, en el estacionamiento subterráneo, se encontraba una joven mirando para todos lados infraganti como un sigiloso ladrón, asegurándose de que nadie la viera. A simple 

vista, parecía una joven universitaria: su vestimenta era casual; pantalón y 

camiseta sencilla con unos tenis que, hacia una combinación perfecta, lo que la hacía ver como cualquier otra chica. Sin embargo, si se detenían a ver sus rasgos faciales, cualquiera quedaría sin aliento y dudaría si aquella joven era real o un simple espejismo producido por su imaginación ya que su belleza era única, su cabello largo que había sido tinturado de color lila recientemente le daban un toque especial.

 Sus pies se movieron a toda prisa cuando se percató de que su objetivo estaba cerca, se acercó con sigilo y empezó a escribir con un lápiz labial en letras grandes y claras en el parabrisas del Bugatti de lujo. Minutos antes, cuando la chica trataba de estacionar su BMW, había dado tantas vueltas por el estacionamiento para encontrar un lugar para estacionarse y cuando al fin encontró un lugar, aquel automóvil había pasado cerca de ella, rebasándola y robando su lugar de estacionamiento. Furiosa, salió de su automóvil con la intención de tratar de ser lo más educada posible con la persona que había robado su lugar.

Pero fue inútil, apena salió el hombre quien se suponía que era el dueño del 

automóvil por un momento había quedado distorsionada, en todas sus facetas se podía decir que estaba viendo al individuo más guapo que hasta momento había visto. sin embargo, al instante recupero su sentido común al ver que ni siquiera se voltio a mirarla apenas intento replicar sus palabras quedaron en nada.

—Quítate de mi camino, ¿acaso no ves que estas estorbando? ¿O piensas fingir que estas ciegas? — Inquirió cortante. 

—¡Estás loco!, acabas de robarme mí puesto de estacionamiento cuando claramente encendí la direccional de mi vehículo, y ahora me estás insultando ¿a mí se me hace que el ciego es otro? — replicó la joven con ironía, mientras rodaba los ojos. 

El rostro frío del hombre miró donde estaba estacionado su automóvil y volvió a mirar a la chica que tenía frente sus ojos como si se tratara de una desquiciada—No veo que exclusivamente especifique que ese sitio le pertenece a alguien, así que deja de actuar como una loca que busca llamar mi atención— dicho esto el hombre siguió su camino, sin ganas de seguir perdiendo su tiempo. 

—Lo que tiene de guapo, lo tiene de imbécil— murmuró molesta con su rostro teñido de rojo de la rabia. No solo había tomado el lugar en el que se iba a estacionar pues si fuera poco la había tratado como una loca que solo quería llamar su atención. Frustrada de aquella situación, a la chica se le ocurrió darle una lección a aquel hombre, para que, en el resto de su vida, no volviese a ser tan arrogante y grosero. Cuando el parabrisas quedó totalmente rayado con lápiz labial rojo sonrió victoriosa y se sintió 

orgullosa de su trabajo, aunque era algo infantil. Cuando estaba a punto de irse dé el lugar del crimen, escuchó voces a lo lejos que gritaban:

–¡Hey!, ¡¿qué rayos crees que haces?!— 

Cuando vio que era aquel hombre quien había abierto la puerta, al arrogante narcisista de unos minutos atrás, comenzó a correr como un animalito salvaje para llegar a su automóvil mientras se quejaba mentalmente: ¿” A qué persona se le ocurre entrar a un centro comercial, ¿tan solo por unos pocos minutos?”. Apena estuvo dentro de su coche, se apresuró a encenderlo, ya para cuando el asistente del hombre estaba a punto de llegar al automóvil de la chica ya era muy tarde; la joven había sido más rápida y se había dado a la fuga.

“Maldito psicópata narcisista” eras las palabras que adornaban el parabrisa del coche, si aquello no hubiera sido poco, una enorme cara dibujada le sacaba la lengua. La respiración de Maximiliano se distorsiono, era la primera vez que conducía aquel automóvil desde que lo había comprado pero ahora simplemente había sido rayado con palabras vulgares como cualquier basura.

—Señor la joven ... yo no, no pude alcanzarla— balbuceo Paul con evidente nerviosismo y con un poco de cansancio.

Maximiliano le lanzó una mirada fría a su asistente—¿Quieres que yo vaya a alcanzarla por ti’’’’? — Inquirió con molestia.

—No, yo jamás quise decir tal cosa— Negó con rapidez e inquietud.

—¿Entonces que supones que aré con un no pude alcanzarla? —

Paul sabía que significaba la molestia de su jefe, tanto así que él no quería pagar los platos rotos del causante de su irá—Tendré toda la información de aquella mujer a más tardar mañana a primera hora encima de su escritorio— Afirmó con algo de temor.

—Mas te vale, ya que últimamente tu insuficiencia cada día me sorprende más, hasta el punto de considerar en darte unas muy lindas vacaciones, tal vez los países bajos sería una buena opción para ti. He escuchado que en una de las sedes de mi empresa se está necesitando personal de limpieza para ….

—¡NO! — interrumpió con rapidez Paul, negándose a cualquier tipo de las llamadas vacaciones que su jefe le quería dar. 

Maximiliano lo fulmino con la mirada, por lo que Paul vaciló por unos segundos armando las palabras correctas en su mente para decir a continuación.

—Lo que quise decir fue que es muy amable de su parte, pero la verdad no necesito vacaciones— 

—Eso esperó— dijo de manera cortante dando por terminada aquella conversación.

Ya dentro del automóvil Paul miro a su jefe de reojo, dudando si decirle que el anciano Cash le había encargado de hacerle acuerdo sobre la cena que se llevaría acabo en la casa de los Domale Dapane donde Maximiliano sería el invitado principal.

Su presencia era importante ya que si optaba por no asistir estaría desafiando de todas las maneras la autoridad del anciano Cash, y el como asistente personal seria arrastrado en medio de una guerra fría entre abuelo y nieto. 

— Señor, su abuelo me pidió que le recordará que debe asistir a la cena de esta noche que se llevará acabo en la casa de los Domale Dapane— dijo Paul con algo de inseguridad ya que no savia como reaccionaria su jefe después, porque se notaba que aún seguía molesto con el incidente de su automóvil y o quería las vacaciones ya antes mencionadas.

Maximiliano le lanzo una mirada furiosa a su asistente como respuesta, esto fue suficiente para que Paul se mordiera la lengua y guardara silencio el resto del camino. Por otro lado, Maximiliano pensó en su amarga situación al recordar aquella alianza familiar que su abuelo había sellado con su viejo amigo cuando eran jóvenes y aún tenían el dominio de la ciudad, dado que ambas familias habían tenido hijos varones el acuerdo pasó para sus nietos. La suerte no estuvo de su lado esta vez la familia Cash había tenido un varón como primogénito, luego siete años después la familia Domale Dapane fue bendecida con una niña cómo primogénita, aquel día su destino quedo pactado en un contrato matrimonial entre ambas familias.

Todo esto fue confesado recientemente por su abuelo durante el desayuno de esta mañana, el anciano lo había dicho como si el fuera un tipo de mercancía la cual estaba disponible en ser negociada al mejor postor lo cual hizo que se enfureciera negándose a cumplir dicho contrató. Pero como hombre de negocios y ambicioso que era sabía que una alianza mediante un matrimonio con la familia Domale Dapane sería un Jake mate, ese era el mejor pase que tenia para lograr su cometido, el terminaría por convertirse en unos de los hombres más ricos del mundo y con un poco de suerte seria uno de los primero en aquella lista. Una vez que lo lograra encontraría la manera de deshacerse de cualquier lazo que lo uniera a la familia Domale Dapane y la dichosa alianza.

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