Capítulo 38

La única

Alessio

Contemplaba pensativo la vista panorámica de la ciudad. Decidí cancelar aquella demanda. No podía seguir adelante con eso sabiendo que tenía sentimientos por Gina, los cuales iban más allá de lo pasional. Me ponía ansioso el verla de nuevo después de lo de anoche, pero si quería ganármela debía comenzar a comportarme como el hombre que ella se merecía.

—La señorita Stevens ya está aquí.

—Dile que pase —Me acomodé la corbata por enésima vez.

Gina entró, sigilosa. Se me cortó la respiración al mirarla; se recogió el cabello y optó, como siempre, por usar una de esas camisetas con dibujos en el frente y unos jeans gastados, aunque cabía destacar que sus senos se abrazaban a la perfección por aquella camiseta.

Le

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