Queridas lectoras, muchas gracias por los mensajes que dejan en cada capítulo, quiero decirles que leo cada uno y me llena de felicidad, saber cuanto les gusta mi trabajo, continúen comentando que yo las leo, y me fascinan sus hipótesis, dentro de poco sabremos quien es el padre de Pamela, una incógnita que nos quita el sueño a muchas. Gracias totales.
Cielo estaba sola en la cocina, los niños ya se habían dormido hacia un rato, y Gabriel le había informado que no lo esperara despierta, pues debía solucionar unas cosas, y por muy loco que fuese Cielo sabía que esas cosas debían ser asesinar a alguien, en ningún momento se le paso por la cabeza que
— Te pareces a la abuela, cuando persuade al abuelo. — explico el motivo de su felicidad, aunque Cielo no había dicho nada. — Te quedaras ¿verdad?— ¿Aquí o cómo? — no comprendía la mentalidad del pequeño.— En la familia. ¿serás nuestra? — ¿Por qué sonaba a amenaza, aunque era una pregunta? No lo s
— Quiero a ese ángel. — aseguro apuntando a su esposa y Alma tuvo que morder su labio para no echar por tierra todo el plan.— Por favor. — susurro enterrando las uñas en el brazo de Baltazar que solo tenía una camisa negra.— Tenías el Cielo, pero preferiste caer al infierno, ahora ve a trabajar. —
Cielo camino con apuro, cada dos pasos, veía sobre su hombro, la sensación de que alguien la seguía la acompaño las dos calles que tuvo que recorrer, hasta llegar a la farmacia, aun estando dentro, sentía un par de ojos clavados en su nuca y por un momento pensó que se estaba volviendo paranoica, pu
— Bueno, como que mucho no la ocultaste, porque fueron por nosotras ¿lo sabias? Claro que lo sabes, si enviaste a tus amigos. — algo había cambiado en Cielo, Sergio se dio cuenta de ello, no podía ser que Cielo hablara tan tranquila, como si ya no lo necesitara, era ridículo, porque ese riquillo sol
— No, no sucede nada, el hombre ya se iba.Fue todo lo que dijo antes de ingresar al edificio, y mientras su cabeza le decía que algo estaba mal, porque ella no podía sentirse tan bien luego de tratar a su hermano como un extraño, del otro lado de la ciudad, el infierno subía a la tierra y los ángel
— Pero no como esta. — rebatió Baltazar, saltándose las presentaciones y yendo directo al punto, dejando con disimulo la bebida que le habían alcanzado y la cual no había tocado. — Pregunta a tus hombres, con solo un cliente, junto lo que tus chicas en una calle hacen en toda un anoche. — Baltazar e
Cielo veía las pruebas de embarazo, y una serie de sentimientos la recorría, eso era tan… frustrante, ridículo, improbable, deseaba gritar y llorar, golpear y maldecir, no lo comprendía, no debería ser así, tres pruebas de embarazo, tres malditas pruebas, y aun así no sabía si estaba o no embarazada