Al aeropuerto de la ciudad llegó un avión privado, de este se bajó Olivia y detrás de ella, una imponente y magnífica mujer, vestida con un traje oscuro y zapatos altos. El cambio de Amelia era más que evidente, la inocencia e ingenuidad que había en su rostro se desvaneció por completo, ahora su mirada era un solo reflejo de ímpetu y seguridad. —¡Hemos llegado, mi querida Amelia! —Olivia se quedó viendo encantada a su creación. —Así es Olivia, cuanto tiempo sin venir por aquí —suspiró—. ¿cinco años y tres meses más exactamente? —Amelia espetó mientras subía una ceja. —Si, ese tiempo cariño, ¡cuidado! ¡Ahí vienen! —Olivia advirtió al escuchar unos gritos chillones. Detrás de las mujeres asomaron dos pequeños, dos gemelos idénticos, dos varones que físicamente poco se parecían a su madre, más bien eran el reflejo de su progenitor, de aquel padre ausente que nunca supo de su existencia, y Amelia había decidido que así fuera para siempre. —¡Mami! —gritaron al unísono. Amelia los
Todos los empleados de Archer y asociados fueron convocados para el nombramiento sorpresivo de Amelia, ninguno de ellos conocía a la recién llegada y gran parte olvidaron lo sucedido el día del matrimonio de Maximilien.Amelia llegó a la oficina con una elegancia que parecía estar en perfecta armonía con su aura enigmática, estaba vestida impecable y en seguida su presencia se convirtió en el centro de atención de todos en la compañía.En especial, se estaba convirtiendo en el centro de atención del CEO predecesor, deslumbrar a Jean era casi que imposible, pero ella lo logró con tan solo un encuentro.—Bienvenida mi querida Amelia, me alegra que seas mi nueva sucesora, esta compañía necesita personas como tu para continuar con su expansión y crecimiento.—Me halagas Jean, pero más que eso, se necesita trabajo fuerte, y yo soy experta en eso, te prometo que lo que dejaste construido no será en vano.Ambos estaban hablando amenamente, cuando las puertas del elevador se abrieron llamando
Maximilien se dirigió hacia el elevador para abandonar el edificio, cuando este estaba a punto de abrir sus puertas, él miró atrás y casualmente se chocó con la mirada de Amelia, ella no pudo evitar quedarse viéndolo cuando pasó por su lado. Sin embargo, ella fingió indiferencia, y continuó con lo que estaba haciendo, además le sonrió a Jean, y le acarició el brazo, mostrando felicidad por el nuevo hombre que la pretendía. Maximilien resopló producto de la ira, ella había regresado tan diferente a lo que recordaba, que era como si estuviera presenciando otra mujer. La Amelia que él conoció jamás hubiera actuado de esa manera, coqueta y llamativa. Unos cuantos minutos más tarde, regresó a la gran mansión que compartía con su esposa, pero Selene no estaba, después de la noticia que le dio, lo único que quería era hablar con ella, marcó su teléfono varias veces, pero ella rechazó sus llamadas. Mientras tanto, en la clínica más prestigiosa de la ciudad, Selene estaba ansiosa, desp
Un par de días más tarde, Maximilien estaba en su oficina esperando por la llegada de Amelia, no dejaba de ver por su ventana, las ansias lo estaban consumiendo, era como si en su pecho algo lo incitará a reclamar por lo visto en la clínica. —¡Antonia! ¿ya llegó la señora Hastings?—Maximilien preguntó por quinta vez a su secretaria —Señor Archer, ya le dije que no ha llegado, en cuanto llegue le aviso, pero eso sí, ella tiene su agenda completamente copada, no creo que lo atienda. —¿Se te olvida con quién hablas? si quieres conservar tu puesto, no le vas a decir que yo la estoy buscando, simplemente me avisas cuando llegue, y está bien ¿entendido? —¡Entendido señor!—respondió Antonia cabizbaja, cuando de repente la puerta del elevador se abrió, y quien arribó era Amelia. —¡Señor! Acabó de llegar la señora Hastings—alcanzó a decirle antes de que le colgara. Maximilien colgó la llamada, ansioso se fue hacia su baño personal, se miró al espejo, arregló su cabello, se aseguro de
Amelia, consumida por los nervios que le causó la discusión con Maximilien, ni siquiera esperó que el día de trabajo terminara, salió corriendo directo a su nueva casa, lo único que anhelaba, era ver a sus pequeños, pues se sintió amenazada por Maximilien. Al cruzar el umbral de la puerta, lo primero que hizo fue recibir el abrazo de Eithan y Lucien, los brazos de sus hijos fueron tan reconfortantes en ese instante, que ni siquiera se dio cuenta de que Olivia la estaba observando. —¡Amelia! cariño, has regresado temprano del trabajo ¿pasó algo?—Olivia se acercó preocupada al ver lo pálido de su rostro. —Niños, vayan al cuarto de juegos, en un momento estoy con ustedes, debo hablar con la tía Olivia—Amelia ordenó a sus hijos, los niños asintieron y se fueron de allí. Las dos mujeres se sentaron en la sala de estar, mientras que Olivia servía un par de tazas de té, Amelia seguía con cara de angustia. —¿Vas a decirme que está pasando Amelia?—Olivia la miró a los ojos—Olivia, cuando
Mientras tanto, Maximilien no la estaba pasando nada bien, los dos días de espera fueron eternos, y la ansiedad, por saber los resultados de la investigación, lo estaba carcomiendo. —Dorian, dime que has conseguido lo que te pedí—miró a su investigador con ansias —No fue tan fácil, pero si lo logre, hay algo muy importante que sucedió el día de tu matrimonio. —¡¿Ah sí?! ¿que?—preguntó Maximilien sarcástico, lejos de imaginar la realidad —Ese día, después de que Amelia salió corriendo de la iglesia, tuvo un accidente demasiado grave, está viva de milagro —¡¿Qué?!—para Maximilien la noticia le caía como un balde de agua fría, ella pudo haber muerto por su culpa, tomó aire y se sentó de nuevo en su silla. —¿como que un accidente? no puede ser, ¿qué pasó después? —Pues Olivia fue quien la llevó al hospital en ese momento, fue una casualidad me imagino, porque Olivia estaba en tu boda ese día, tal vez la vio, no lo sé, pero fue ella finalmente quien ayudó a Amelia, luego salió del pa
Cabizbajo y malhumorado, Maximilien se encerró en su despacho, los celos lo estaban consumiendo por completo, después de que se casó con Selene, buscó a Amelia por más de tres años, cuando pensó que jamás sabría de ella, regresó de repente para volver su vida un laberinto.Sirvió una copa de vino, pero este le sabía más amargo de lo normal, con ira, estrelló la copa contra la pared manchando todo con el color vinotinto de la bebida, mientras que la puerta de su despacho se abría. Selene y su madre se quedaron atónitas al ver el espectáculo. —¡Hijo! ¿qué está pasando aquí?—Mary le gritó a Maximilien confundida—¿Qué? ¿acaso no les enseñaron a golpear la puerta primero?—refunfuño Maximilien Selene se quedó viéndolo también con algo de enojo y se cruzó de brazos—No sabíamos que debíamos entrar a tu oficina con permiso, soy tu esposa y ella tu madre, ahora dime ¿qué es lo que está pasando?—Maximilien tomó aire, y sin saber que responder, simplemente mintió—Un negocio que salió mal y
Amelia por su parte, no dejaba de tener cierta preocupación por el caudal de mentiras que estaba diciendo, sin embargo, sus gemelos eran su mayor prioridad, desprotegerlos no estaba entre sus planes. —Amelia, es demasiado importante la reunión que tienes mañana temprano mi niña, se que te estoy pidiendo demasiado, pero todo esto va a ser por la nueva razón social.—Olivia se había alejado de los negocios de Archer y Asociados, a causa de una enfermedad que invadía su cuerpo, en Amelia encontró la aliada perfecta para manejarlos. —¡Claro que sí! Mañana estaré muy temprano en la compañía, pero algo que realmente me preocupa, es tu estado de salud Olivia, siento que debemos seguir el tratamiento completo como te lo receto el especialista en Alemania, para mi es demasiado difícil verte así. —Amelia… por mi no tienes que preocuparte, enfócate en los negocios, en el futuro, en tu posición como Amelia Hastings, la nueva dueña de la compañía Hastings LM, enfócate en tus hijos y cuando y