Maximilien se dirigió hacia el elevador para abandonar el edificio, cuando este estaba a punto de abrir sus puertas, él miró atrás y casualmente se chocó con la mirada de Amelia, ella no pudo evitar quedarse viéndolo cuando pasó por su lado. Sin embargo, ella fingió indiferencia, y continuó con lo que estaba haciendo, además le sonrió a Jean, y le acarició el brazo, mostrando felicidad por el nuevo hombre que la pretendía. Maximilien resopló producto de la ira, ella había regresado tan diferente a lo que recordaba, que era como si estuviera presenciando otra mujer. La Amelia que él conoció jamás hubiera actuado de esa manera, coqueta y llamativa. Unos cuantos minutos más tarde, regresó a la gran mansión que compartía con su esposa, pero Selene no estaba, después de la noticia que le dio, lo único que quería era hablar con ella, marcó su teléfono varias veces, pero ella rechazó sus llamadas. Mientras tanto, en la clínica más prestigiosa de la ciudad, Selene estaba ansiosa, desp
Un par de días más tarde, Maximilien estaba en su oficina esperando por la llegada de Amelia, no dejaba de ver por su ventana, las ansias lo estaban consumiendo, era como si en su pecho algo lo incitará a reclamar por lo visto en la clínica. —¡Antonia! ¿ya llegó la señora Hastings?—Maximilien preguntó por quinta vez a su secretaria —Señor Archer, ya le dije que no ha llegado, en cuanto llegue le aviso, pero eso sí, ella tiene su agenda completamente copada, no creo que lo atienda. —¿Se te olvida con quién hablas? si quieres conservar tu puesto, no le vas a decir que yo la estoy buscando, simplemente me avisas cuando llegue, y está bien ¿entendido? —¡Entendido señor!—respondió Antonia cabizbaja, cuando de repente la puerta del elevador se abrió, y quien arribó era Amelia. —¡Señor! Acabó de llegar la señora Hastings—alcanzó a decirle antes de que le colgara. Maximilien colgó la llamada, ansioso se fue hacia su baño personal, se miró al espejo, arregló su cabello, se aseguro de
Amelia, consumida por los nervios que le causó la discusión con Maximilien, ni siquiera esperó que el día de trabajo terminara, salió corriendo directo a su nueva casa, lo único que anhelaba, era ver a sus pequeños, pues se sintió amenazada por Maximilien. Al cruzar el umbral de la puerta, lo primero que hizo fue recibir el abrazo de Eithan y Lucien, los brazos de sus hijos fueron tan reconfortantes en ese instante, que ni siquiera se dio cuenta de que Olivia la estaba observando. —¡Amelia! cariño, has regresado temprano del trabajo ¿pasó algo?—Olivia se acercó preocupada al ver lo pálido de su rostro. —Niños, vayan al cuarto de juegos, en un momento estoy con ustedes, debo hablar con la tía Olivia—Amelia ordenó a sus hijos, los niños asintieron y se fueron de allí. Las dos mujeres se sentaron en la sala de estar, mientras que Olivia servía un par de tazas de té, Amelia seguía con cara de angustia. —¿Vas a decirme que está pasando Amelia?—Olivia la miró a los ojos—Olivia, cuando
Mientras tanto, Maximilien no la estaba pasando nada bien, los dos días de espera fueron eternos, y la ansiedad, por saber los resultados de la investigación, lo estaba carcomiendo. —Dorian, dime que has conseguido lo que te pedí—miró a su investigador con ansias —No fue tan fácil, pero si lo logre, hay algo muy importante que sucedió el día de tu matrimonio. —¡¿Ah sí?! ¿que?—preguntó Maximilien sarcástico, lejos de imaginar la realidad —Ese día, después de que Amelia salió corriendo de la iglesia, tuvo un accidente demasiado grave, está viva de milagro —¡¿Qué?!—para Maximilien la noticia le caía como un balde de agua fría, ella pudo haber muerto por su culpa, tomó aire y se sentó de nuevo en su silla. —¿como que un accidente? no puede ser, ¿qué pasó después? —Pues Olivia fue quien la llevó al hospital en ese momento, fue una casualidad me imagino, porque Olivia estaba en tu boda ese día, tal vez la vio, no lo sé, pero fue ella finalmente quien ayudó a Amelia, luego salió del pa
Cabizbajo y malhumorado, Maximilien se encerró en su despacho, los celos lo estaban consumiendo por completo, después de que se casó con Selene, buscó a Amelia por más de tres años, cuando pensó que jamás sabría de ella, regresó de repente para volver su vida un laberinto.Sirvió una copa de vino, pero este le sabía más amargo de lo normal, con ira, estrelló la copa contra la pared manchando todo con el color vinotinto de la bebida, mientras que la puerta de su despacho se abría. Selene y su madre se quedaron atónitas al ver el espectáculo. —¡Hijo! ¿qué está pasando aquí?—Mary le gritó a Maximilien confundida—¿Qué? ¿acaso no les enseñaron a golpear la puerta primero?—refunfuño Maximilien Selene se quedó viéndolo también con algo de enojo y se cruzó de brazos—No sabíamos que debíamos entrar a tu oficina con permiso, soy tu esposa y ella tu madre, ahora dime ¿qué es lo que está pasando?—Maximilien tomó aire, y sin saber que responder, simplemente mintió—Un negocio que salió mal y
Amelia por su parte, no dejaba de tener cierta preocupación por el caudal de mentiras que estaba diciendo, sin embargo, sus gemelos eran su mayor prioridad, desprotegerlos no estaba entre sus planes. —Amelia, es demasiado importante la reunión que tienes mañana temprano mi niña, se que te estoy pidiendo demasiado, pero todo esto va a ser por la nueva razón social.—Olivia se había alejado de los negocios de Archer y Asociados, a causa de una enfermedad que invadía su cuerpo, en Amelia encontró la aliada perfecta para manejarlos. —¡Claro que sí! Mañana estaré muy temprano en la compañía, pero algo que realmente me preocupa, es tu estado de salud Olivia, siento que debemos seguir el tratamiento completo como te lo receto el especialista en Alemania, para mi es demasiado difícil verte así. —Amelia… por mi no tienes que preocuparte, enfócate en los negocios, en el futuro, en tu posición como Amelia Hastings, la nueva dueña de la compañía Hastings LM, enfócate en tus hijos y cuando y
Maximilien salió directo hacia su oficina, quería sentirse malhumorado por la bofetada que le dio Amelia, pero, por el contrario, sentía una especie de felicidad en su interior, su sonrisa invadía su rostro de oreja a oreja, llevaba demasiado tiempo sin probar sus labios, tenerla tan cerca, por extraño que sonara, le quitó gran parte de su enojo.Durante los siguientes días, Amelia evitó cualquier encuentro con Maximilien, debía mantener su concentración en la gran reunión que perdió el día del incidente en el elevador. Ese día por fin había llegado y ella ya estaba lista para darle la cara a quienes serían los grandes acreedores de su nueva razón social, si lograba finiquitar los negocios con ellos, el declive de Archer y Asociados vendría muy pronto. Y por fin se iría de nuevo lejos de esa ciudad.Esa mañana fue excelente, la reunión fue todo un éxito y logro convencerlos de que la mitad de los negocios se quedaran en Hastings LM, aunque era una jugada muy sucia para Archer y Asoc
Amelia salió cogida de la mano de Billy, apenas cruzaron el umbral de la puerta de la compañía, sus lagrimas rodaron sin control por sus mejillas. Soltó la mano de su amigo, y saco un pañuelo de su cartera para secar su rostro. —Amelia, ¿estás bien? —le preguntó Billy preocupado —Sí, muy bien—se secó las lagrimas y levantó la cabeza firme de nuevo —vamos, llévame a ese gran lugar que me dijiste, tengo apetito. —Está bien—Ambos se subieron al auto de Billy, un espectacular BMW, ella apenas sonrío al abrochar el cinturón. —Los negocios están yendo bien ¿verdad? —lo miró de reojo —Sí Amelia van muy bien, pero me ha costado bastante trabajo tener lo que tengo, tú sabes que nunca acepte la ayuda de Hernán, me hubiera gustado quitarme su apellido, pero bueno, vamos que quiero comer algo. Ambos llegaron a un precioso restaurante ubicado en el más prestigioso vecindario de la ciudad, se sentaron en una mesa con vistas a un hermoso paisaje, mientras esperaron el menú. —Que lugar tan prec