Amelia tomó de la mano a Maximilien y salieron de la habitación, ella desde niña había soñado con una boda mágica, pero de ese sueño, lo único que se estaba volviendo una realidad, era que se casaría con el amor de su vida, el hombre que amaba sobre cualquier situación. ¡Y eso era más que suficiente! Su boda sería una ceremonia sencilla, solamente unos cuantos invitado estarían presentes, pues el objetivo principal de este evento era la unión de sus almas y cuerpos, no la de llamar la atención de la gente. Sus gemelos los estaban esperando en la sala de estar, ambos estaban vestidos de igual manera, con un fino smoking gris claro, y un precioso corbatín, aunque ambos se veían hermosos, el rostro de Lucían estaba pálido y decaído, su cuerpo era más delgado de lo normal, y sus pocas energías no le daban para mucho. Amelia se desgarró al contemplarlo, pues su matrimonio era parte de la última voluntad de Lucían, se puso a la altura de su hijo lo miró con una profunda nostalgia que era
Jean tuvo que forcejear con Selene para evitar que ella se devolviera a la iglesia, ella estaba decidida a dañar el momento feliz de Amelia y Maximilien.—¡Que me sueltes Jean! ¿Acaso que te importa que yo quiera impedir ese matrimonio? ¿De cuándo acá eres amigo de esa gente? —Gritó enojada—Selene no se trata de que sea amigo de ellos, es que simplemente no le veo ninguna lógica a que te expongas de esa manera ¿Qué tenías pensado hacer? ¡Dime!—¡A ti que te importa! O es que ¿Te interesa esa mujerzuela? —Selene lo miró despectiva, sus ojos estaban llenos de furia, y sus mejillas ruborizadas producto de la subida de tensiónJean rechino los dietes y se llevo la mano a la cabeza.—Selene ¿Por qué no entiendes? Que la única persona que me importa en este mundo, eres tú, quiero estar contigo, te amo, me enamoré de ti durante este tiempo, y te juro que no quiero verte lejos de mí, ¿Aún amas a Maximilien acaso?—¿Y si así fuera qué? —Respondió ella desafiante—Yo he estado contigo en tus
Unos cuantos días más tardeMaximilien bajó apresurado por las escaleras de la mansión, en menos de una hora su hijo tendría una cita importante con un especialista, y se estaba haciendo tarde.—Lucían, cariño ¿Ya estás listo? —Le preguntó a su pequeño, quien asintió apenas con la cabeza—Sí…—Bueno mi amor, entonces me despido de tu madre y salimos—¿Ella puede ir con nosotros? Como siempre papi —Le preguntó el niño en un hilo de voz—No mi amor, hoy tiene que ir al colegio, es la entrega de calificaciones de Eithan, es necesario que ella vaya, yo iré solo contigo ¿Está bien?—Si—volvió a responder Lucían con una voz floja.Maximilien se fue hacia la cocina rápidamente, Amelia estaba preparando el desayuno, le gustaba atenderlos.—Mi amor, esperen, coman algo antes de irse —Sugirió Amelia—No cariño, es completamente imposible, tenemos una hora para llegar al hospital, pero te agradezco, por cierto, hoy estás más hermosa que nunca —Él la tomó por la cintura y la besó apasionado, se p
Era la decima llamada que Amelia le hacía a Maximilien, no era normal que él se estuviera demorando tanto con su pequeño, ya que, por sus condiciones médicas, entre menos tiempo estuviera fuera de casa, sería mucho mejor.>Se repetía Amelia, tomó su bolso y lista para salir , por fin, él atendió su llamada.—Mi amor ¡Hasta que por fin! ¿Qué paso? ¿Por qué no me contestas? —Al otro lado de la línea, estaba Maximilien descontrolado, con los nervios de punta y sintiendo la peor de las angustias.—Cariño—le dijo con una voz suave —Tenemos un problema.—¿Qué problema? —Amelia quiso desfallecer—Lucían se desapareció, en un descuido lo deje con una enfermera, y el niño ya no está —en medio de lágrimas Maximilien tuvo que decirle las cosas, al escuchar sus palabras, un terrible dolor se posó en medio del pecho de Amelia y ni siquiera pudo musitar palabra. —Amelia, mi amor por favor, conserva la calma, ya la policía viene en camino.—Maximilien, ya voy para allá —Amel
Maximilien hizo todo lo que Selene le ordenó, creó acceso a sus cuentas y estaba listo para hacerla creer que se iría con ella, haría hasta lo imposible porque le regresara a su hijo, mientras tanto, la policía estaba armando el más grande operativo para poder capturarla, pues ella en su ingenuidad, pensó que con el hecho de tener a Lucían secuestrado, ya tenía todo en sus manos.—Maximilien, mi amor, es muy arriesgado exponerse a verse a solas con esa mala mujer, estoy muy nerviosa. —Amelia estaba sentada a su lado, viendo como él trataba de recuperar el control.—Amelia, te necesito fuerte mi amor, este es un momento decisivo, apenas Selene me llame y me diga la forma en la que me entregará a nuestro hijo, tú debes estar al pendiente con todo el personal médico, durante las horas que el niño no ha estado en casa, se ha dejado de tomar los medicamentos, así que necesita atención urgente.Amelia asintió con la cabeza, estaba pálida producto de los nervios.—Tengo mucho miedo, yo sé qu
Maximilien después de todo lo sucedido en el aeropuerto, y haber dado las declaraciones correspondientes, se fue corriendo hasta el hospital, su hijo fue internado de urgencias y era importante su presencia, aunque Amelia estaba ya con Lucían, no se sentía lo suficientemente fuerte como para llevar sola la situación.Al llegar, a su hijo ya lo tenían en cuidados intensivos, aunque había sido poco el tiempo en el que duro secuestrado, el trauma por el que tuvo que pasar sumado al mal estado de su enfermedad, complicaron por completo su salud. A tal punto que tuvo que ser inducido en coma.Amelia estaba abrazada al borde de la cama, sumergida en una profunda tristeza, pues era consciente de que el momento de despedirse de uno de sus hijos estaba pronto a llegar y eso la estaba destrozando completamente, era una sensación demasiado difícil de explicar y no sabía como manejarlo.Maximilien se acercó despacio sin hacer poco ruido, sin embargo, ella se percató de su presencia y levantó la c
Lucían seguía inconsciente, no daba ninguna señal de mejoría, los días iban pasando y aunque para Amelia y Maximilien era una situación deprimente, conservaban la esperanza de ver una ultima vez los ojos de su pequeño hijo.Pero el tiempo no solamente pasaba para el pequeño, en el vientre de Amelia, una nueva vida se estaba gestando y cada día que pasaba se hacia notar más, por lo menos, eso reconfortaba su alma.—Hoy tenemos la ecografía para saber el sexo de nuestro bebe —Amelia se recogió su cabello en una coleta y se miró al espejo.Maximilien la abrazó por la espalda y acarició su vientre, le dio un dulce beso en el cuello y miró su reflejo en el espejo.—¡Si mi amor! Que felicidad saber cuál será el sexo de nuestro bebé ¿Sabes algo Amelia? —le preguntó sin dejar de ver su reflejo en el espejo—Dime mi amor—Amelia colocó sus manos sobre el dorso de las manos de Maximilien, y entre los dos masajeaban su vientre—Te ves preciosa embarazada, tus ojos están más brillantes y tus mejil
Unos cuantos meses más tarde—¡Me está doliendo demasiado! —Amelia sentía como sus caderas empezaban a romperse producto de las contracciones, el nacimiento de su pequeña hija Luciana había llegado, y cada minuto que pasaba se tornaba más difícil.—Cariño, resiste mi amor, ya casi llegamos al hospital, no comprendo esa absurda idea de esperar hasta lo último para dar a luz. —Maximilien conducía a toda velocidad por las abarrotadas calles, las manos le temblaban, y por su frente corrían unas cuantas perlas de sudor.—¡Tú simplemente conduce! ¡Por favor! —Los gritos de Amelia cada vez eran más fuertes, un par de cuadras más adelante, Maximilien aparcó su auto frente al hospital que estaba destinado para dar a luz a su pequeña hija.Amelia como pudo se bajó del puesto del copiloto, mientras que él, salió corriendo y trajo una silla de ruedas. La ayudo a sentar y la llevó hacia dentro, ya había un grupo de médicos que la estaban esperando, todo estaba listo para recibir a la nueva integra