Muchas gracias por el apoyo con la historia. Nos estaremos leyendo el lunes con un nuevo capítulo. Los leo en los comentarios. 🌹🌹🌹
— ¡Charlotte, ya vámonos, por Dios! —gritó Damián, ya cansado de esperarla.Después de que terminaron de bañarse juntos, y no solamente un baño porque eso llevó a hacer muchas otras… cosas. Dejó a Charlotte en la habitación cambiándose, pero ya se había tardado bastante, por lo que de seguro se encontraría con muchos pendientes por hacer en la empresa.— No se puede esperar un poco más, porque usted no es la persona que no puede caminar sin cojear—explicó, bajando las escaleras lentamente y eso hizo que Damián riera en silencio—. ¿En dónde está Michael?— Le pedí a James que se lo llevara por unas horas en lo que yo iba a resolver un problema a la empresa —se aclaró la garganta para no reírse—. Es que ya es tarde, yo nunca me retraso para el trabajo —aclaró, mirando su reloj y tomando su maletín.— Sí, ya vámonos —murmuró, cuando llegó a su lado—. ¿Y él aceptó tan campante irse con James? —Damián asintió—. Esto es extraño.Comenzaron a caminar hacia el auto de Damián y partieron hacia
La chica asintió sin mirarlo, y él fue hacia dónde se encontraba su secretaria esperando por él para ir a la reunión. Trabajar los sábados era una cosa espantosa. No era para nada grato tener que usar sus días libres para ese tipo de cosas, sin embargo, agradece siempre que su amigo estuviera disponible para él y su hijo.— Señor Walter —uno de sus socios lo saludó—. Lamentamos haber hecho esta reunión el día de hoy.— No es conmigo, con quien debe disculparse, sino con mis empleados —estrechó su mano con las de su socio—. Gracias por venir.— Es un placer —su socio se hizo a un lado para que pasara—. La prensa está hablando muchas casas sobre usted y su novia.— ¿Eso es relevante ahora? —preguntó enarcando una ceja—. Mi vida personal nunca ha intervenido en mis labores.— Ya está en las noticias que ella se encuentra aquí con usted. ¿Por qué no la muestra?— Porque es una rosa difícil de encontrar —respondió Damián con una sonrisa ladina—. Mi prometida no es alguien que yo deba andar
— Mamá —Charlotte escuchó Michael—. ¿Qué te hizo papá?— Nada, mi amor —dijo la humana, señalando el asiento a su lado—. ¿Por qué tu padre me haría algo?— Él nunca me pide que duerma con el tío James y esta mañana el tío James me sacó de la casa antes de que despertaras —el pequeño alfa dejó caer su cabeza en el regazo de la humana—. Me secuestraron y no te diste cuenta de eso.— Bueno, pequeño —dijo Char—, es algo que pasó. Tu papá no me hizo nada, estoy bien.— ¿Entonces por qué tienes esas marcas en los brazos?— Porque caí —mintió sonrojada—. Antes de venir a tu casa, pensé que las habías visto.— No las tenías —dijo el pequeño alfa, y en eso el alfa mayor llegó con la cena y un par de bebidas—. ¿Por qué le pegaste a mi mamá?— ¿Qué? —preguntó Damián con un hilo de voz—. ¿Yo le pegué?— Sí, eres un hombre muy malo, papá.— No le puse un solo dedo encima a tu niñera, no seas chismoso…— Pero si todo el cuerpo —balbuceó Charlotte, y Damián la contempló con deseos de querer lincharl
Hizo una línea recta cuando la mirada asesina del alfa recayó sobre su cuerpo, vaya m****a. Ese hombre iba a matarla en cualquier momento, eso sin duda. Dejó que él siguiera con el desayuno, no obstante, él se veía tan hermoso moviéndose por la cocina, que sus caricias hacia el pequeño alfa que se quedó dormido, se quedaron esos dos solos. Ella ladeó la cabeza, mirando a ese hombre con cara de una mujer embarazada. Su amiga tenía razón, Damián era la personificación de la excitación para cualquier mujer y ella se lo estaba comiendo solita. Lo mejor de todo eso, es que sería durante un año, recibiría dinero, una casa y la deuda por la operación de su padre quedaría saldada por completo. — ¿Me quieres comer? — Sí —tuvo que pestañear varías veces antes de darse cuenta de lo que había dicho sin darse cuenta. Estaba frita—. Lo dije sin pensar, no lo tomes personal. — Tienes mucho rato mirándome con deseos de comerme, sin embargo, es algo que no puedo permitirte que hagas —el alfa puso
Charlotte se encontraba encima del escritorio de Damián, siendo penetrada violentamente. A ella le dolía su parte íntima, ya que él no tenía compasión de ella en ese momento. Los celos que el alfa sintió al ver a la humana cerca y coqueteando con el mesero lo obligaron a esto. Pero eso era lo que Charlotte quería en ese momento, sacar el lado celoso de Damián para confirmar lo que ella tanto quería.«Ambos entraron al restaurante a comer, se dirigieron hacia la mesa que Damián había reservado para ambos y esperaron al mesero. Él llegó y ambos ordenaron, pero lo que a Damián no le gustó para nada fue la mirada que el mesero le hizo a su sumisa y eso lo enfureció más que la vez anterior. El mesero se retiró pero, no sin antes guiñarle un ojo a Charlotte provocando el sonrojo de esta. Ella se percató que Damián estaba muy tenso y decidió romper el hielo.— Señor, ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? — preguntó, llamando la atención de Damián, y el nombrado la miró con recelo.— Nada que importe,
El primero en despertar fue Damián al sentir algo pesado en su pecho, pero después se calmó al ver que era Charlotte que estaba dormida sobre él y lo estaba abrazando como si no quisiera que se fuera de su lado.Ayer en la noche, después de quedarse dormido, James lo llamó y le dijo que iba a ir a su casa a entregarle un sobre de suma importancia, sin embargo, no le daría más detalles, hasta que llegara.Suspiró y pasó sus dedos por el cabello de Charlotte, la comenzó a mover con delicadeza y tirando de ella con suavidad. La humana fue abriendo los ojos lentamente al sentir esas caricias que la hacían sentir bien, y olvidarse de todos los problemas.Dejó escapar un suspiro antes de dejar un beso en el pecho de Damián y míralo a los ojos para darle otro beso de buenos días.— Hola —saludó, con una sonrisa tímida que hizo que el alfa sonriera.— Hola, ¿Estás adolorida? —preguntó, con una ceja levantada. Esto provocó que Charlotte lo mire con timidez y pena para luego la humana poner su
— ¿Quién te lo entregó? — preguntó, con voz enojada. Ella dándose cuenta de esto y colocó su cabeza en el regazo de Damián para calmarlo, proporcionándole algunas caricias con sus manos que estaban funcionando. — Fue Nadia —dijo, desviando la mirada hacia otro lado. Charlotte levantó la cabeza al oír ese nombre. — Perdón que me entrometa, la persona que se lo entregó es Nadia Green —indagó, con un dedo en la barbilla. — Sí, es ella, ¿La conoces? —preguntó James, de inmediato. — Sí, es mi mejor amiga, es la única con quien he hablado desde que llegué aquí —confesó, sonriendo. — Ya no hablemos de eso, tenemos algo más importante que hacer antes de dos semanas — dispuso Damián, haciendo que las miradas se dirijan a él. — Sí, tienes razón, al menos tienes a Charlotte para que sea tu sumisa, pero yo no tengo a nadie, y Nadia no quiere saber de mí —declaró, bajando la mirada. — No obstante, Charlotte no está preparada para eso, y yo no quiero asistir a ese evento —expresó Damián, seri
Charlotte esperó a que su amiga terminara de arreglarse, en cambio, fue a su dormitorio, encontrándose con Michael, hurgando entre sus cosas.— Te dije que no podías tocar mis cosas, Michael —dijo la humana, cerrando los ojos un momento—. ¿Qué miras?— Tus dibujos —Michael seguía sentado en el piso—. Son hermosos, ¿me puedes dibujar a mí?— ¿Quieres que lo haga? Sabes que puedo hacer cualquier cosa por ti —sonrió, sentándose a su lado—. Ahora que estoy más tiempo en tu casa, puedo hacerlo y luego haremos que tu padre nos ayude en eso.— Papá no lo hará, no le gustan las fotos —dijo Michael, haciendo un puchero—. Contigo, es diferente. A mí me gusta tu olor, también sé que siempre estarás conmigo y papá se nota más feliz que con mi mamá.— ¿Por qué no te gusta hablar de tu mamá?— Mi madre es una mujer mala, se fue una noche y nunca volvió —dijo Michael, jugando con sus dedos y mirando los dibujos—. Por eso es mala, tampoco ha ido a buscarme y no quiero que lo haga de todos modos —se e