Durante el resto de la semana, Damián tuvo que estar siempre con la mirada de odio por parte de la chica. Sin lugar a dudas, ella estaba muy enojada y con mucha razón. Él no entendía del porqué se atrevió a tanto, el amor no estaba en sus planes y mucho tener que darle explicaciones a alguien acerca de esa chica. Si le decía algo de lo que estaba a James, este se iba a burlar de él.
¿Por qué diablos dijo que era su novio? La edad era demasiado grande, y tal vez ella se podía enamorar de un chico mucho más joven que él.
Pasaron las horas, y él terminó su trabajo. Tuvo que decirle a James que no hiciera planes durante el fin de semana, por si lo necesitaba para algo.
Llegó a su casa, encontrándo
Estaba nervioso, ella esa chica le estaba poniendo los pelos de punta. Primero le quita la virginidad, luego la tiene amarrada y dispuesta a hacer todo lo que él le ordene para poder pagar la deuda de su padre. — Te voy a dar diez con esta fusta y tú vas a contar —avisó, y se posicionó detrás de ella—. Como es la primera vez que experimentas algo nuevo, lo haremos lento. Dio un paso hacia atrás y colocó una de sus piernas delante de la otra antes de soltar el primer golpe en el trasero de la humana. — Uno —contó Charlotte, cuando sintió un ardor en su trasero. — ¿Uno qué? —subió una ceja y detuvo su mano en el aire. —Uno, señor —contestó la humana en un susurro, y esa palabra le encantaba a Damián. La chica, de sol
Charlotte fue la primera en despertar, por los rayos de sol que entraban por la ventana. Estaba recostada sobre algo duro que no era precisamente el colchón, miró hacia arriba, y vio a Damián durmiendo plácidamente como si no tuviese nada más que hacer en el día. Pero no fue el sol que la despertó, sino que sintió algo duro rozar entre sus piernas y eso le pareció algo extraño. Levantó la delgada sábana que los cubría a ambos y miró cómo el pene de Damián estaba totalmente erecto. Se sorprendió demasiado para su gusto, al ver el tamaño de este, era bastante grande. Se desprendió del agarre que ejercía en ella, se movió delicadamente en la cama para no despertarlo y también porque se sentía adolorida. Buscó una buena posición en la que su trasero no saliera perjudicado en el proceso. Como toda una curiosa chica de su edad, acercó sus dedos al miembro del alfa donde pudo observar mejor como de este salía líquido pre-seminal. Se llevó los dedos a la boca y sonrió al darse cuenta de qu
— Dios Santos — gritó, cuando Damián le dio una mordida a su parte íntima. Charlotte tenía ganas de agarrar el cabello de él para que fuera más rápido, pero se contuvo. Damián separó los muslos de la humana para tener un mejor acceso y así conseguir un mejor ritmo con sus lamidas para excitarla de placer. Quitó sus manos de los muslos de Charlotte, tomó una almohada y la colocó debajo de ella. Y usando la humedad de ella unto dos de sus dedos. La humana veía cada uno de los movimientos que él hacía, y esto provocaba que se pusiera más nerviosa. Damián siguió lamiendo su clítoris y metió uno de los dedos lubricados dentro de ella. El cuerpo debajo de él se tensó otra vez por la intromisión. — No quiero que te corras hasta que yo te lo ordene, si lo haces antes me veré obligado a castigarte y tú no quieres eso —le dijo, con voz ronca, y sería a la vez. — Sí, señor —respondió, asintiendo. Volvió con lo que estaba haciendo, pero más rápido que la vez anterior. Movía su dedo con la mi
— ¡Charlotte, ya vámonos, por Dios! —gritó Damián, ya cansado de esperarla.Después de que terminaron de bañarse juntos, y no solamente un baño porque eso llevó a hacer muchas otras… cosas. Dejó a Charlotte en la habitación cambiándose, pero ya se había tardado bastante, por lo que de seguro se encontraría con muchos pendientes por hacer en la empresa.— No se puede esperar un poco más, porque usted no es la persona que no puede caminar sin cojear—explicó, bajando las escaleras lentamente y eso hizo que Damián riera en silencio—. ¿En dónde está Michael?— Le pedí a James que se lo llevara por unas horas en lo que yo iba a resolver un problema a la empresa —se aclaró la garganta para no reírse—. Es que ya es tarde, yo nunca me retraso para el trabajo —aclaró, mirando su reloj y tomando su maletín.— Sí, ya vámonos —murmuró, cuando llegó a su lado—. ¿Y él aceptó tan campante irse con James? —Damián asintió—. Esto es extraño.Comenzaron a caminar hacia el auto de Damián y partieron hacia
La chica asintió sin mirarlo, y él fue hacia dónde se encontraba su secretaria esperando por él para ir a la reunión. Trabajar los sábados era una cosa espantosa. No era para nada grato tener que usar sus días libres para ese tipo de cosas, sin embargo, agradece siempre que su amigo estuviera disponible para él y su hijo.— Señor Walter —uno de sus socios lo saludó—. Lamentamos haber hecho esta reunión el día de hoy.— No es conmigo, con quien debe disculparse, sino con mis empleados —estrechó su mano con las de su socio—. Gracias por venir.— Es un placer —su socio se hizo a un lado para que pasara—. La prensa está hablando muchas casas sobre usted y su novia.— ¿Eso es relevante ahora? —preguntó enarcando una ceja—. Mi vida personal nunca ha intervenido en mis labores.— Ya está en las noticias que ella se encuentra aquí con usted. ¿Por qué no la muestra?— Porque es una rosa difícil de encontrar —respondió Damián con una sonrisa ladina—. Mi prometida no es alguien que yo deba andar
— Mamá —Charlotte escuchó Michael—. ¿Qué te hizo papá?— Nada, mi amor —dijo la humana, señalando el asiento a su lado—. ¿Por qué tu padre me haría algo?— Él nunca me pide que duerma con el tío James y esta mañana el tío James me sacó de la casa antes de que despertaras —el pequeño alfa dejó caer su cabeza en el regazo de la humana—. Me secuestraron y no te diste cuenta de eso.— Bueno, pequeño —dijo Char—, es algo que pasó. Tu papá no me hizo nada, estoy bien.— ¿Entonces por qué tienes esas marcas en los brazos?— Porque caí —mintió sonrojada—. Antes de venir a tu casa, pensé que las habías visto.— No las tenías —dijo el pequeño alfa, y en eso el alfa mayor llegó con la cena y un par de bebidas—. ¿Por qué le pegaste a mi mamá?— ¿Qué? —preguntó Damián con un hilo de voz—. ¿Yo le pegué?— Sí, eres un hombre muy malo, papá.— No le puse un solo dedo encima a tu niñera, no seas chismoso…— Pero si todo el cuerpo —balbuceó Charlotte, y Damián la contempló con deseos de querer lincharl
Hizo una línea recta cuando la mirada asesina del alfa recayó sobre su cuerpo, vaya m****a. Ese hombre iba a matarla en cualquier momento, eso sin duda. Dejó que él siguiera con el desayuno, no obstante, él se veía tan hermoso moviéndose por la cocina, que sus caricias hacia el pequeño alfa que se quedó dormido, se quedaron esos dos solos. Ella ladeó la cabeza, mirando a ese hombre con cara de una mujer embarazada. Su amiga tenía razón, Damián era la personificación de la excitación para cualquier mujer y ella se lo estaba comiendo solita. Lo mejor de todo eso, es que sería durante un año, recibiría dinero, una casa y la deuda por la operación de su padre quedaría saldada por completo. — ¿Me quieres comer? — Sí —tuvo que pestañear varías veces antes de darse cuenta de lo que había dicho sin darse cuenta. Estaba frita—. Lo dije sin pensar, no lo tomes personal. — Tienes mucho rato mirándome con deseos de comerme, sin embargo, es algo que no puedo permitirte que hagas —el alfa puso
Charlotte se encontraba encima del escritorio de Damián, siendo penetrada violentamente. A ella le dolía su parte íntima, ya que él no tenía compasión de ella en ese momento. Los celos que el alfa sintió al ver a la humana cerca y coqueteando con el mesero lo obligaron a esto. Pero eso era lo que Charlotte quería en ese momento, sacar el lado celoso de Damián para confirmar lo que ella tanto quería.«Ambos entraron al restaurante a comer, se dirigieron hacia la mesa que Damián había reservado para ambos y esperaron al mesero. Él llegó y ambos ordenaron, pero lo que a Damián no le gustó para nada fue la mirada que el mesero le hizo a su sumisa y eso lo enfureció más que la vez anterior. El mesero se retiró pero, no sin antes guiñarle un ojo a Charlotte provocando el sonrojo de esta. Ella se percató que Damián estaba muy tenso y decidió romper el hielo.— Señor, ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? — preguntó, llamando la atención de Damián, y el nombrado la miró con recelo.— Nada que importe,