Neri solo trataba de no volverse líquido frente al señor Hiro, él en verdad la hacía transpirar, sonrió un poco fuera de si y miró la puerta que conducía a la salida.
—Es…es tarde…yo…—No me tengas miedo, no voy acerté nada…aún.Los ojos de Neri se abrieron ante la sonrisa perversa de Hiro, abrió su boca, pero nada salió de ella.—¿Tienes novio?.Irrelevante, aquella pregunta, echa por aquel hombre, era irrelevante y de algún modo, ella se sentía…halagada y al mismo tiempo asustada. —Si— respondió con rapidez.Hiro caminó hasta ella y se detuvo a solo unos centímetros, la miró directamente sin siquiera disimular un poco, miró sus ojos, su nariz, sus labios, todo lo que ella poseía, y en sus labios se marcó una sonrisa perfecta.—Cuídate, te veo mañana— dijo el señor Okada mientras pasaba a su lado y salía de aquel lugar.Neri sintió dolor en el pecho, había estado conteniendo el aire y sintió un alivio atroz cuando pudo volver a respirar con normalidad.Parecía que él solo se divertía, a él le divertía verla tan nerviosa.………—Aterrador.—¿Qué?.—El señor Okada, el padre de Aiko, es aterrador.Lissette, la amiga de Neri arrugó la cara y la miró extrañada. —¿Okada?, ¿Aiko?.—Japoneses.—A, ya veo, pero ¿Te hizo algo o que?.—No, nada de eso, fue amable, pero en su casa había muchos tipos con trajes negros* y todos parecían…matones, en el patio estaban entrenando artes marciales, y en la habitación de su hija siempre había un guardia mirándonos.—Pues no lo se, tal vez todos son familia.—No…sabes— dijo Nery mientras se quedaba pensando. —Todos parecían como…de una organización.Lissette abrió la boca y la golpeo en el hombro. —¿Pandilleros?.—No, más que eso…— Neri tenia la palabra en sus pensamientos, pero se sentía ridícula pronunciándola.—¡Neri Walsh!.Las dos alzaron la vista y Neri se puso de pie al ver a uno de sus maestros. —Dígame.—¿Puedes venir un momento por favor?.Ella asintió y se puso de pie, aquel profesor la llevó hasta la oficina del director, y al entrar Neri se quedo un poco confundida al ver a dos hombres en traje.—Neri, pasa— dijo el director con mucha seriedad. La chica entró y todos la miraron.—Déjame presentarme, soy el agente Tamen, trabajo en la Interpol.Neri entonces entendió que algo grave iba a pasar y que ella estaba involucrada, ¿Por qué otra razón la buscarían?.—¿Nos regalas cinco minutos de tu tiempo?.—Claro.Los tres se fueron a un aula vacía, solo los dos hombres en traje negro y ella, uno de los hombres hizo una inspección rápida al lugar y asintió.—¿Cómo es que llegaste a la casa de Hiro Okada?—Preguntó uno de los agentes.—P-pues…soy niñera.—Si, ¿Pero como te conectaste hasta ellos?.El corazón de Neri latía con rapidez, algo le decía que no debía de abrir la boca. —Ellos me llamaron, alguien les dio mi número, pero no pregunté quien, cuido niños y…—No nos mientas Neri.—¿Por qué les interesa saber?.—No podemos darte detalles por ahora, solo nos pareció algo curioso, ningún extranjero es bienvenido en esa casa.—Puedo preguntarle al señor Okada quien le dio mi numero.—No hace falta, no les digas que vinimos a verte o te meterás en problemas.—¿Problemas?.—Verás, Hiro Okada, es un hombre muy peligroso, así que cuídate de él, y si es posible renuncia a ser su niñera. Eso era todo, ya te puedes ir.Neri asintió y salió de aquel aula.—¿Qué te pareció?—preguntó uno de los agentes mientras miraba la puerta cerrada.—Ella no sabe nada, no hay nada que la una a ellos.—¿No crees que pueda ayudarnos?.—Primero hay que ver de que lado está, tal vez ni siquiera regrese a trabajar para él, hay que darnos prisa antes de que se vayan, si regresan a Japón estarán resguardados.—No es tan fácil.—No, pero tampoco es imposible. Mientras tanto Neri regresó a su clases sin decir pio, lo que fuera que estuviera pasando, ella no quería involucrarse, así que esa tarde no fue a trabajar, decidió que no quería meterse en problemas, Aiko era una niña* muy tierna y lo sentía por ella, pero estaba segura de que iban a buscar a alguien mas para cuidarla.Esa noche mientras estaba lista para irse a dormir, escuchó que alguien golpeo la puerta de su pequeño departamento, arrugó la cara y miró la hora, casi iban a dar las doce, volvieron a golpear a su puerta y ella decidió acercarse.—¿Quién?—preguntó ella mientras sujetaba el gas pimienta que sacó de su bolso.—Traigo un paquete para la señorita Neri Walsh.—Déjelo ahí afuera.—Tiene que firmarme de recibido, por favor, ya es tarde y quiero ir a casa.Ella frunció el ceño y abrió la puerta, había un repartidor ahí afuera así que ella respiró tranquila.—Gracias Hugo, ya puedes irte.Su tranquilidad duró poco, sus ojos se abrieron como plato al ver al señor Hiro. Respiró con rapidez y sujetó con fuerza el gas pimienta. Él no venía solo, Yamato venia con él y algunos otros hombres que se quedaron afuera, mientras que Hiro entró y cerró la puerta detrás de él.—¿Qué hace aquí?—preguntó ella muy asustada.—No te presentaste hoy a trabajar— dijo Hiro mientras se mantenía calmado. —Aiko estuvo llorando mucho, creí que dijiste que eras una chica responsable, ¿Eres mentirosa?.—No…e-es que….me…me sentía mal.Hiro observaba todo a su alrededor. —No me mientas, ya vine hasta aquí.Neri se armó de valor y se enderezó. —No quiero problemas.—Tú ahora eres un problema, yo tampoco quiero problemas, y ¿Sabes que es lo que yo hago con mis problemas?, me deshago de ellos.—¿Eso que quiere decir?, ¿Esta amenazándome?.—¿Amenazándote?, no, creí haberte dicho que no indagaras donde no debías.—Bueno señor, creo que es obvio que renuncio, asi que mejor ya váyase— dijo Neri con firmeza mientras que sus piernas temblaban sin control.Hiro sonrió. —Antes de irme, voy a ocuparme de ti.Neri no lo pensó mas y rocío aquel gas pimienta sobre los ojos de Hiro, aquello mas que salvarla, había sido un gran error y pronto iba a darse cuenta de eso.Hiro Okada se había criado en las calles de Japón, su padre había abandonado a su madre y su madre tuvo que dedicarse al trabajo para sacar a Hiro y a su hermano adelante, su hermano Kai era tan solo un año menor que Hiro, ambos eran muy unidos, y mientras que Hiro era inteligente y mas calmado, Kai era despistado y rebelde.Ambos se quedaban todo el día en casa solos, eso los hizo volverse independientes, ellos se cocinaban, lavaban su ropa, limpiaban su hogar. Hiro iba a la escuela y Kai prefería faltar a clases y divertirse en las calles.Kai era el dolor de cabeza de su madre, y con el tiempo ambos crecieron teniendo personalidades totalmente opuestas, pero aun así tenían esa amistad que los hacía inseparables, tenían amigos en común, y empezaron a juntarse con los amigos equivocados, al paso del tiempo, Hiro decidió que no quería esa vida, quería tener una carrera, sacar a su madre adelante y darle la vida que merecía, mientras que Kai se la pasaba de fiesta en fiesta rodeándose d
La mirada de Neri estaba puesta en aquel caballero que se echaba unas gotas en los ojos. La habían llevado a aquella enorme mansión, pero esta vez no fue para cuidar de Aiko, esta vez había sido llevada por la mera diversión de Hiro.—Hay tres cosas que odio con todo mi ser—dijo él mientras cerraba y abría los ojos.—No me importa.—La primera, son los soplones, la segunda…—He dicho que no me importa, ¿Cree que quiero que me involucren con un pandillero como usted, ¿No esta ya un poco grande para andar en una pandilla?.Hiro soltó una carcajada y se sentó en un sillón, mientras que Neri estaba sentada en la cama, con las manos y los pies amarrados.—¿Pandillero?, me han llamado de muchas formas, pero pandillero…me ofendes, ¿Por qué dices que no quieres que te relacionen conmigo?.Neri desvió la mirada y negó. —No voy a decir nada.—¿Estas segura de eso?, hace rato te veías muy asustada, pero ahora, creo que tienes mucha confianza en que no voy hacerte nada.—Si va a hacer algo, hágalo
Al llegar a Japón, todo era tan diferente, la gente, el aire, los aromas, las calles. Neri no quería demostrarlo, pero estaba fascinada, aunque este viaje fue inesperado y no deseado, no podía evitar sentir cierta emoción.Por otro lado, Aiko estaba despierta y de mal humor, era pequeña y aún no entendía el por que de las cosas, así que sin más, empezó a llorar por comida, aun tenían que conducir para llegar a la casa de Hiro, así que el auto en el que iban se detuvo en un restaurante de lujo, pero Aiko se negó a bajar, pegaba de gritos y se negaba a comer algo de aquel elegante lugar, Hiro estaba empezando a sentirse frustrado.Neri tuvo que intervenir. —Aiko, ¿Quieres que papá te haga de comer?.La niña limpió sus lagrimas y dejó de gritar, un poco de cariño, eso era todo lo que Aiko quería, así que asintió ante aquella idea.—Señor no tenemos tiempo es…—¿No puede tomarse ni siquiera una hora?—preguntó Neri sin entender ¿Que podía ser más urgente que su propia hija?.—Has tiempo—o
*Neri*.Delicioso, todo se veía delicioso, el señor Hiro nos mandó llamar a mí y a la pequeña Aiko, y al llegar al comedor yo no podía creerlo.Había visto esos dramas de televisión, donde sirven muchos platillos a la hora de comer y creí que solo exageraban, pero ahora frente a mi había muchos platillos, miré a ese hombre y me pareció…tierno.Usaba un mandil blanco y se lavaba las manos. Asombroso. Se había convertido en un amo de casa y le quedaba bien.—¡Arroz, arroz, arroz!.Aiko cantaba emocionada.Yo miré lo feliz que estaba y sonreí, ¿Dónde estaba la madre?, tal vez falleció, era una posibilidad, de lo contrario el señor Hiro no hubiera sido tan descarado, a pesar de parecer un matón, se veía correcto, alguien fiel.Se quitó el mandil y se sentó en la mesa con ese porte dominante y siniestro, me miró y yo lo miré, parecía un león furioso que solo contenía sus ganas de lanzarse sobre mi y degollarme.—Buen provecho— dijo y tomó unos palillos, yo miré mis palillos y miré que Aik
*Neri*Muchas cosas sobre la primera vez en el mundo del sexo*, las imaginé diferentes.La primera, que sangraría a montones, tanto, que necesitaría ponerme una compresa. Mentira total, solo fue un poco, apenas unas gotas mancharon la colcha y cuando el señor Okada salió del baño me miró detenidamente y dijo: —No mentías, ¿Estás bien?.La segunda, fue que creí que sería sumamente doloroso y poco placentero, dolió solo un poco, al principio, pero después fue muy bueno, era…era como si mi cuerpo estuviera recibiendo una enorme dosis de algo que necesitaba para estar bien.La tercera, creí que esto no era nada si lo hacías con un extraño, mentira total, Hiro Okada había dejado un tatuaje invisible en mi, y ahora lo recordaría por siempre, tal vez fui una fácil por acostarme con él de este modo, una tonta por dejarlo llevarse una parte importante de mi, pero ¿Por qué todo tiene que ser tan correcto?, a veces, lo incorrecto o lo indecente, es lo mas fantástico de la vida.Mientras lo veía
*Neri*—¡Carajo!.Unas garras se encajaron en mi brazo y un gato muy enojado brincó por todo el baño, pero no podía salir, estaba preso conmigo.Me miró con furia y me mostró sus colmillos filosos, el sabía que yo había venido aquí a interrumpir su reinado de gato mal educado y no iba a detenerme.—Mira Ru— dije y lo señalé con mi dedo índice. —Vamos a hacer esto por las buenas o por las malas. —¡Aaaa!— pegué un grito cuando ese gato endemoniado se lanzó sobre mi, sin duda iba a llevarlo al veterinario a que le cortaran esas filosas garras, como pude lo sujeté del lomo y lo sambutí en la tina.Salió del agua y me miró lleno de miedo, lo volví a sambutir una vez mas y entonces lo saqué y lo puse sobre un tapete.Me miró mientras maullaba y agachó sus orejas mientras sus ojos estaban muy abiertos.—Te lo dije, si eres bueno conmigo yo seré buena contigo.En realidad no esperaba que el me entendiera mucho, pero creo que si entendió mis palabras, pues dejó sus garras clavadas en aquel tap
*Neri*Mi respiración agitada hacía que el pecho me doliera, sus ojos clavados en los míos, nunca antes me había sentido así, tan vulnerable, tan frágil como las hojas de una flor, pero al mismo tiempo tan desesperada.—Por favor…— supliqué en un suspiro.Pero él no cedió, sus cálidas manos entraron por debajo de mi blusa y eso me hizo estremecer, me mordí el labio conteniendo un gemido que quería escapar.—Señor Okada…no.Lo miré bajar y cerré los ojos, mi ropa interior se había esfumado por arte de magia, podía sentir sus labios en mi ombligo, bajando cada vez más, estaba por llegar a mi sexo*, era fabuloso, me aferré a la colcha, estaba lista para sentirlo, quería sentirlo.—¡Miiiaaaauuuuu!.Ese sonido me hizo abrir los ojos y ver con brusquedad a mi alrededor.¿Dónde…?.¿Dónde estaba él?.—¡MIIIIAAAUUU!.Miré al gato que estaba en mi habitación mirándome fijamente, estaba enojado, su mirada no reflejaba nada mas que desesperación y enfado.—¿Qué haces aquí Ru?—pregunté un poco dec
*Neri*《¿Cómo se atreve a hacer tal cosa?》, repulsivo, nunca antes me había sentido tan agobiada, yo rogarle por sexo*, por supuesto que no.Él podía tirarse a cualquier mujer que quisiera, no me importaba, ni siquiera lo conocía, pero…¿llamarme mientras cogía?, era ridículo, ¿Acaso estaba enfermo?, tenia que estarlo, sentía algo dentro de mi.Me sentía enojada, humillada, bufé con fuerza y mejor me recosté, todo lo que quería era dormir y no pensar mas en ese hombre tan descarado.A la mañana siguiente…..Sentí una opresión en el pecho, se me dificultó un poco poder respirar, abrí los ojos con lentitud y lo primero que vi, fue a ese gato demente mirándome fijamente.—Bájate Ru—Ordené mientras tallaba mis ojos.—Miiaaauuu.Yo me moví un poco y Ru pegó un salto hasta el suelo, se sentó en sus patas traseras y me observó.—¿Por que no vas y molestas a Kento?, ¿O a cualquier otro mafioso que ande por ahí?, ¿Por qué tienes que venir conmigo?, ¿Y como entraste aquí?.Yo me sentía frustrada