*Neri*《¿Cómo se atreve a hacer tal cosa?》, repulsivo, nunca antes me había sentido tan agobiada, yo rogarle por sexo*, por supuesto que no.Él podía tirarse a cualquier mujer que quisiera, no me importaba, ni siquiera lo conocía, pero…¿llamarme mientras cogía?, era ridículo, ¿Acaso estaba enfermo?, tenia que estarlo, sentía algo dentro de mi.Me sentía enojada, humillada, bufé con fuerza y mejor me recosté, todo lo que quería era dormir y no pensar mas en ese hombre tan descarado.A la mañana siguiente…..Sentí una opresión en el pecho, se me dificultó un poco poder respirar, abrí los ojos con lentitud y lo primero que vi, fue a ese gato demente mirándome fijamente.—Bájate Ru—Ordené mientras tallaba mis ojos.—Miiaaauuu.Yo me moví un poco y Ru pegó un salto hasta el suelo, se sentó en sus patas traseras y me observó.—¿Por que no vas y molestas a Kento?, ¿O a cualquier otro mafioso que ande por ahí?, ¿Por qué tienes que venir conmigo?, ¿Y como entraste aquí?.Yo me sentía frustrada
Neri jugaba con Aiko en su habitación, cuando escuchó unas risas en la sala, frunció el ceño y se puso de pie.—Espera aquí Aiko.Aiko asintió y se quedo coloreando, mientras que Neri se aventuró a investigar de donde venían esas risas, llegó hasta las escaleras y bajó con lentitud.Ahí estaba Hiro riendo, junto con dos de sus hombres y dos mujeres asiáticas, que parecían prostitutas.Una de esas mujeres estaba sentada en el regazo de Hiro acariciando su cabello y dejándose manosear por él.¿Cómo podía ser tan descarado?, Neri sintió que algo ardía dentro de ella, no lo pensó mucho y gritó llena de furia.—¡¿Qué cree que hace?!.Todos la miraron. Hiro posó su mirada en ella sin alguna preocupación y sonrió con discreción, ella se veía muy bien, tan bonitamente enojada.—¿Qué cree que hace…acaso se volvió loco?—preguntó ella mientras lo señalaba con su dedo indicé.Los dos hombres que estaban con Hiro solo lo miraron, era sorprendente ver como una mujer joven lo recriminaba.—Me alegra
"Oh, cielo santo”, pensaba Neri mientras se mordía el labio evitando dar un grito de satisfacción. El señor Okada era bueno con su boca, la chica estaba segura de que pronto tendría un delicioso y glorioso orgasmo*. Se estaba preparando para ello, para recibirlo con los brazos abiertos, pero nada iba a resultar tan sencillo.“Ni lo sueñes” pensó Hiro con malicia y diversión, él era un hombre de palabra, así que iba a esperar a que la chica le rogara por sexo*, a que ella misma se lo pidiera.Se levantó en ese ultimo segundo y se lamio los labios mientras la veía abrir los ojos llena de confusión, ella lo miró mientras que él mantenía su rostro sereno.—¿Qué hace?—Preguntó un poco dolida y desesperada.—Ya he terminado— dijo él mientras sentía que algo dolía en su entrepierna, había reflexionado en estos días. “¿Por qué fui a buscar a la niñera?, ¿Por qué la secuestré?, ¿Por qué me acosté con ella?, ¿Por qué siento que la necesito?”, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?. Hiro se había sentido
Neri gemía con cada envestida dada por aquel hombre, se aferraba al escritorio con ambas manos y lo miraba directo a los ojos, era fabuloso, se abrazó a él y gritó con fuerza mientras que él empujaba duro contra ella.Después de un rato todo quedo tranquilo…Neri se acomodaba la ropa, estaba toda mojada de ahí abajo, pero no importaba, se bañaría apenas entrara a su habitación, Hiro también se acomodó sus prendas, se sentó en su escritorio y sacó un cigarro, aunque no lo encendió de inmediato, por respeto a la joven chica.—¿No tienes nada que decirme?—preguntó él.Ella lo miró y formó un surco entre sus cejas. —No.—Esta bien, ve a dormir.—Si señor.—¿Quieres volver a tu país?—Preguntó él de repente.Ella lo pensó. —Es lo mejor, creo.—Dame tiempo y buscaré una niñera confiable para Aiko, o dímelo y te consigo una universidad aquí.—No se hablar japonés.—Eso fue lo primero que se le vino a la mente a Neri.—Tienes suerte de que yo si.—¿Va a enseñarme?.—Tengo tiempo estos días.Ner
—Mátenlos.Neri abrió los ojos al escuchar la orden de Hiro, llena de terror miró a Kento y al señor Yamato y no entendió, ¿Qué había pasado?, ¿Por qué Hiro ordenaba matarlos?.—Y tú…— dijo Hiro y la miró de esa forma despectiva, estaba enojado, se podía ver a kilómetros. —Yo mismo me voy a ocupar de ti.Neri pegó un grito cuando él la tomó del brazo con fuerza y la arrastró fuera de aquella habitación. (Horas antes…)La pequeña Aiko desayunaba felizmente mientras que Neri le daba de comer al felino que estaba sentado de una manera muy agraciada moviendo su cola de un lado a otro con sutileza.Y por otro lado Hiro lo miraba con desdén. —¿Por qué ese gato te quiere?, ¿Qué le hiciste?, ¿Y por que se ve mas limpió?.—Lo bañé, él y yo…digamos que tuvimos una conexión.Hiro solo arrugó un poco la nariz. —Es extraño, él no se deja agarrar por casi nadie, solo por Aiko y por…—Señor.Los dos miraron hacía la puerta, ahí había un hombre, el cual hizo una reverencia.—Dime.—Lo busca
—Hiro por favor...—Suplicaba Neri mientras era arrastrada hasta otra habitación, mientras que Hiro decía cosas en japonés que Nery no entendía. —Puedes decirme que ocurre.Minutos antes todo parecía ir de maravilla, llegaron a un bar exclusivo, Neri estaba fascinada con la hermosa ciudad nocturna, tanta tecnología, tantas cosas asombrosas que ver. En aquel bar había habitaciones privadas, todos se reunieron en una de esas habitaciones, había unas cuantas mujeres, Neri no sabía si eran amigas o mujeres de la vida galante y tampoco le importaba mucho, Hiro estaba junto a ella y no parecía importarle aquellas mujeres.Había muchos hombres, casi todos usaban la misma vestimenta, camisa blanca de vestir y pantalones negros de vestir, todos se veían relajados, parecían personas normales que solo buscaban un poco de diversión, así que Neri se sintió en confianza.Aunque aun estaba la barrera del idioma, por lo que solo se mantenía en silencio y sonriendo de vez en cuando.Hiro por otro lado
Neri estaba en aquella habitación frotando sus manos con temor.“Mátenlos”, ¿Cómo puede ordenar eso así como así?, ¿Qué clase de hombre era?.Se pegó en la frente y resopló llena de frustración. “Tonta Neri”.La puerta se abrió y ella se puso de pie casi de inmediato. Hiro estaba serio, se sentó en el sofá con calma y la miró detenidamente.—Lo siento—dijo al fin.Ella no entendía. Abrió la boca incrédula y se sobó la frente. —¿Cómo puedes ser tan idiota?—Lo cuestionó sin piedad.Hiro guardó silencio, iba a dejarla desahogarse, además estaban solos, ella podía llamarlo como quisiera.—¿Cómo puedes ser tan frio?, ordenaste matarlos sin saber, hiciste que me arrodillara frente a ti— dijo Neri muy indignada, ahora que el miedo se había ido, quería golpearlo. —¿Qué clase de persona eres?.Hiro tenia la respuesta en su boca, pero no la dijo, justo ahora era mejor no hablar.—Creí que dijiste que confiarías en mi, ¿Tengo que cuidarme de todo lo que digo o lo que hago?, ¿Sera así siempre?, y
*Neri*.Cada movimiento era perfecto, las manos de Hiro invadiendo mi cuerpo, tocando mi piel, y sus labios, ¡Cielos!, ¿Cómo me había perdido de esto?.Ahora entendía a mis amigas, ahora entendía por que cuando hablaban de sexo* lo hacían tan emocionadas, ahora entendía porque sus rostros se iluminaban.—Eres tan sexi.Yo sonreí y lo miré directo a los ojos. —¿Yo soy sexi?—pregunté un poco dudosa, él era el sexi, tenía un cuerpo duro y perfecto, sus tatuajes eran deslumbrantes, tenía algunas cicatrices, pero tenia miedo de preguntar.—Si.Lancé un gemido cuando él me apretó con fuerza y continúe moviéndome sobre él.—Eres un infeliz.Él me cargó y me recostó en la mesa de centro que había en aquel lugar, sujetó mis piernas y me hizo gozar como nunca. Creo que no hacía falta decirle que tan infeliz era, él ya lo tenía mas que claro.Salí de aquel lugar un poco adolorida, pero satisfecha, jamás pensé que algo así iba a pasarme, pensé que tendría citas románticas, que tendría conversacio