BenediktObservo las postales que año con año se han convertido en una pequeña pila que guardo con mucho cariño y vuelvo a releer la primera que recibí hace años procedente de las islas Cook «Sunt liber (soy libre)».Miro con nostalgia la foto que adorna mi escritorio y acaricio el rostro de la mujer que me mira sonriente.—¿Lo ves nana?, al final Ana fue libre, tanto como ella deseaba y tú siempre tuviste razón, enamorarse ese hombre fue lo mejor que le pudo pasar a esa niña que llegó con el corazón y el alma rota a nuestras vidas hace tantos años —expreso poniéndome de pie y guardando la última postal que recibí hace unos días—. Por fin es libre y feliz, como siempre debió de serlo, antes de que esos cerdos mancharan su inocencia.Antes de que pueda seguir sumido en esa pequeña tristeza que se instaló en mí, desde el día en que en esa explosión perdí más de lo que podía soportar, tocan a mi despacho.—Jefe, es hora de irnos —me informa uno de mis hombres.—Vámonos, antes de ver a es
Las peores pesadillas son aquellas en las que se viven constantemente como si fuesen un círculo vicioso del cual no puedes escapar, aquellas dónde no sabes identificar cuál es la realidad y cuál es un mal sueño, esas que te paralizan a tal extremo de dejarte sin habla, sin respiración y hecho trizas, deseando arrancarte la piel para no volver a sufrir, pero sobre todo añorando con todas tus fuerzas que se acaben de una vez por todas.Otras veces esas mismas pesadillas son las que te impulsan a sobrevivir cada día como si fueses un maldito robot sin ánimos para sentir, llorar e incluso vivir, pero que son tu aliciente para llevar a cabo tu más ansiado deseo, tu sed de venganza.Dicen que la venganza es un plato que se come frío, esperando el momento oportuno para atacar y que una vez que logremos nuestro cometido, nuestra alma al fin estará en paz.Pero ¿qué ocurre cuando estás tentada a dejar de lado tu venganza por un hombre que te hace desear estar más viva que nunca, incluso ser ot
Damien Pavlov Después de algunos meses fuera del país, por fin regreso a mi amada Rusia, estoy tan agotado que manejo con precaución de no ocasionar un accidente, cuando al fin estoy cerca de llegar a mi casa, mi móvil comienza a vibrar una y otra vez.—¡Maldita sea! —expreso molesto. Aún no me instalo y seguramente ya desean que tome alguna misión, tomó el móvil y acepto la llamada.—¿Con el Teniente Pavlov? —inquiere la voz del otro lado.—Sí, él habla —respondo más hosco de lo normal.—Solicitamos su presencia en el Hospital Burdenko lo antes posible.—¿Para qué se me solicita? Mi trabajo no es atender pacientes en el hospital, soy Teniente General del ejército…—Eso lo sé perfectamente Teniente, p-pero debe de venir para el reconocimiento de un cuerpo, creemos que se trata del Coronel General Pavlov y como usted es su único familiar no nos quedó más remedio que contactarlo —se explica la voz del otro lado, en este momento freno en seco, mi tío es casi como un padre para mí no pue
Anastasia Gerasimova —Lo hemos capturado muñeca —me informa Benedikt, mi hombre de confianza.—Perfecto, llévame con él Fiară (bestia) —respondo levantándome de mi asiento.Subimos a la camioneta que ya espera por nosotros y nos dirigimos al hangar privado donde ya está listo el jet, el cual nos llevará hasta Taganski, durante todo el viaje sigo revisando unos documentos importantes sobre algunas mercancías que me interesa conseguir y hasta el momento solo sé de una persona que las tiene en su poder.—¿Qué te sucede muñeca? —inquiere Benedikt preocupado al ver mi rostro inexpresivo.—Aún no puedo conseguir las armas que necesitamos Fiară, solamente hay un hombre en Rusia que tiene acceso a ellas, por desgracia ese hombre se encuentra en Italia en este momento, pero es tan escurridizo que no he podido comunicarme con él —espeto frustrada.—¿Deseas que vaya y lo encuentre?—No, prefiero tenerte a mi lado, ya viste lo que sucedió con ese infeliz.—En ese caso, buscaré algún hombre de co
BenediktObservo a Ana durante todo el trayecto y aunque me diga que las palabras de ese malnacido no le afectaron, sé que no es así, su pasado es algo que siempre le atormentara y no podrá sacarlo de su cabeza hasta que cumpla su objetivo, vengarse de todos aquellos los cuales le jodieron la vida. Para no discutir más con ella decido no volver a tocar el tema, pero cuando llegamos a la mansión sube a su habitación y se encierra como siempre que alguien le menciona algo semejante.—¿Qué le pasó a mi niña? —inquiere Marisha la nana de Ana.—El hijo de perra de Viktor nos traicionó y le dio información al infeliz del Coronel Pavlov, si no ha sido porque Valka escucho su conversación, ahora Ana estaría en manos de ese perro sarnoso.—Pobre de mi niña, ya ha sufrido bastante como para que ahora ese tipo esté detrás de ella.—No te preocupes, nana, ese par de basuras ya están contándole a Satanás todos sus pecados —respondo con satisfacción al saber que por lo menos ya nos deshicimos de do
Damien Después de todas las diligencias que tuve que realizar la noche anterior, me encuentro en mi cama con la mirada extraviada viendo el techo de mi habitación, pensando en ¿cómo fue posible que esa maldita mujer haya sido capaz de asesinar a mi tío? Digo era un hombre experimentado, es imposible que haya podido someterlo tan fácilmente.Tomo la carpeta que me dio el General Kazakov y leo de nuevo su información, decido ir a Basmanni que fue donde encontraron a mi tío, tal vez tenga un poco de suerte y dé con algo que ellos hayan pasado por alto, me doy una ducha rápida y preparo mi desayuno, cuando estoy por salir mi celular comienza a sonar.—¡Diga! —respondo tomando las llaves de mi auto.—Teniente Pavlov, soy el General Kazakov, lamento molestarlo a esta hora, pero es necesario que se presente en el cuartel cuanto antes, hay algo que debe de ver.—Llego en una media hora —replico frustrado al ver que mis planes no han resultado como quería, corto la llamada y me apresuro a lle
Benedikt —¡¿Qué les dio el valor para hacer esto?! —inquiero al tiempo que doy vueltas por la estancia.—Vamos Fiară, sabemos de sobra que La muñeca no tiene las suficientes pelotas para llevar sobre sus hombros semejante responsabilidad —responde Danko, meneo mi cabeza y tomo el fuete que uno de mis hombres me tiende en ese momento, lo estampo contra su cara y al segundo siguiente veo como un hilillo de sangre escurre por su mejilla acompañada de un grito que me lacera los oídos.—De lo único que estoy seguro es que son unos perros malagradecidos, ¿quién les tendió la mano cuando necesitaban trabajo? Exacto, La muñeca, incluso fue tan condescendiente de dejarles algunas zonas para sus negocios, ¿y cómo le pagan ustedes? Aliándose con estos bastardos, que creen que pueden hacer mejor el trabajo que ella y no solo eso, reuniéndose con esos políticos de mierda que una vez que obtuvieron lo que necesitaban de La muñeca la quieren fuera de su camino.—Por su culpa hemos perdido bastante
Anastasia Después de subir a la camioneta e intercambiar unas cuantas palabras con Ben, me quedo pensando en lo que ha sucedido en estos últimos días y si bien es cierto que estoy un poco más cerca de lograr mi objetivo, también me ha traído esos amargos recuerdos que pensé estaban enterrados muy en el fondo de mi ser.Cierro los ojos un instante, pero cuando Ben le pide al chofer que nos lleve a la mansión de Moscú, lo cuestiono sobre esta decisión tan precipitada, ante lo cual me confiesa los intentos fallidos de Viktor por deshacerse de mí, pero lo que me deja más impactada es su orden de apresar a Jereni.—¿Qué sucede con Jereni? —inquiero devolviéndole la mirada.—Esa serpiente venenosa le pasaba información a Viktor sobre cada paso que dabas, no conforme con eso estoy seguro de que fue la maldita que le entrego tu foto a ese bastardo, para que este se la entregase al Coronel Pavlov.—¿Y por qué haría algo así Jereni?—Era la amante de Viktor —sentencia con molestia.—¿C-cómo sa