Aún en el hospital, con una gran protuberancia en la frente, Zia despertaba. Este debía ser uno de los días más importantes y felices de su vida, pensaría cualquier persona normal, pero en vez de eso, ella era la víctima de un asalto muy bien planificado. No necesitaba actuar, ella sintió mucho miedo al ver a los ojos al primo de su amante, fue aterrador como ese loco y desquiciado hombre, impulsado por sabrá Dios qué droga se abalanzaba sobre ella para darle semejando golpe entre sus dos ojos. —Buenos días señorita Berlusconi, ¿Cómo se encuentra?— dijo una voz penetrante, Zia después de abrir los ojos con dificultad quería seguir durmiendo, esperando que todo su malestar se disipara rápidamente.—¿Dónde está mi novio?— preguntó Zia, sin ver el rostro de la voz que le hablaba. —Me temo que aún no han venido a visitarla hoy, yo soy el doctor de turno.— respondió gentilmente el apuesto caballero que se mezclaba con todas las luces de la habitación.— déjame ver cómo está tu her
Las horas pasaban, sin señal de una niña inocente que no tenía nada que con los problemas de los adultos. Esto hacía que la desesperación de sus padres siguiera en aumento, sin mensajes ni llamadas de los responsables de todo esto. ¿Qué quieren? ¿Cuánto quieren? ¿Por qué Caroline?Zia terminaba de recoger sus cosas cuando recibió la visita de la última persona que quería ver por el resto de su vida. — Te dije bien claro que no actuaras contra mí.— escupió Vito, entrando en la habitación junto a su esposa donde estaba su hija, ninguno de los dos preguntó cómo estaba, a él no le interesaba y la señora Berlusconi solo podía temblar del miedo.— Papá, pensé que no vendrían a visitarme, no tenía cómo avisarles dónde estaba, afortunadamente Francesco lo ha hecho.— decía Zia, creyendo que su padre se comería ese cuento.— Cállate, desde hoy no eres mi hija y te trataré igual que como trato a mis enemigos.— Vito estaba nublado por la ira, su esposa conocía esa expresión en su rostro, nada bu
—Salgamos de aquí, necesito un trago.— dijo Mike, caminando hacia su auto y seguido por Luke. —Sé lo que estás pensado, pero no creo estar cien por ciento seguro de que las cosas sean así.— soltó Luke, luego de observar la mirada pérdida de su hermano en el horizonte por más de quince minutos.—Bajemos aquí, en serio necesito ese trago.— ignoró Mike las palabras de su hermano.—Bien, ya tienes tu trago, ¿En serio crees que sea ella la culpable?— interrogó Luke, él estaba indeciso y si ellos creían algo como esto, debían decírselo a su hermano. Ya no importaba si Francesco descubría la verdad de sus faltas anteriores, ellos definitivamente sentían mucho aprecio por su hermano y ahora solo querían que toda esta situación se resolviera pronto y de la mejor manera. —Es que, ¿Quién más pudo ser?— replicó Mike, por mas que pensaba y pensaba no encontraba lógica alguna, tampoco otro posible responsable de un acto tan cobarde. —Sé que Zia no es de fiar, pero recibió un tremend
El reloj marcaba las cuatro y cincuenta minutos de la madrugada, todos en la mansión Rucci estaban dormidos, a excepción de los tres agentes de policías asignados por el detective Stuart para seguir monitoreando toda la zona donde posiblemente estaba el secuestrador.Alejado de toda la escena, durmiendo en su apartamento, al lado de su prometida, estaba John, él había estado al lado de su jefa en el momento exacto cuando se llevaron a Caroline. Esto lo descartó de cualquier investigación o interrogatorio, quedando asombrado por como el plan de su amante había funcionado tan perfectamente.Al hacerse las cinco de la madrugada, Alice despertaba, había descansado lo suficiente, ya no podía seguir dormida, debía, por lo menos, hablar con los oficiales de policías para saber cualquier noticia nueva que pueda haber surgido. —¿Tampoco puedes dormir?— escuchó Alice la voz que tanto retumbaba en su corazón, era Francesco, sentado en la cocina, con una taza de leche tibia. —Lo siento, p
La actitud de Marlene era realmente extraña. ¿Qué quiere? ¿Qué espera? Varias interrogantes que ningún integrante de la familia, en especial de sus otros dos hijos Mike y Luke, quienes no podían comprender tanta indiferencia de su madre para con Francesco. ¿Acaso ya no es su hijo favorito?¿Acaso ya no le interesa si sufre o no?La respuesta sólo podía estar en la mente de esa mujer malvada e inconsciente. — ¿Hasta cuando invadirán mi casa? Ya es hora de irnos John, se me hace tarde.— dijo Marlene, pasando por el lado del agente de policías y Zia, indicándole a su lacayo que la siguiera hacia la salida. — Si, señora.— respondió con la cabeza agachada John, como todo un corderito, aún sin poder creer que la mujer más hermosa que había conocido en su vida y de la cual estaba perdidamente enamorado hubiese sufrido semejante golpe. Posiblemente para Marlene, perder a su esposo en aquel fatal accidente la había dejado muy traumada. Haciendo que ella, con su impulso de tener
— Creí que ya no volverías a estar con él a solas, también creí que esto ya era suficiente para que lo desterraras de tu vida.— dijo Aron cuando Francesco se alejó, este era un terrible error, Alice estaba muy afectada con todo lo que pasaba como para recibir un ataque de celos de su nuevo novio.— ¿En serio tendrás un ataque de celos ahora?— recriminó Alice, ella estaba muy sensible y lo último que quería era tener esta conversación nuevamente. — Alice, siempre dejas que él te afecte, no puedes.— reclamaba Aron, perdiendo los papeles definitivamente. — Mi hija está secuestrada, eso es todo en lo que puedo pensar.— gritó Alice, ahora sí estaba descontrolada.— ni si quiera sabes lo que estábamos hablando, ¿Se te ocurrió empezar por ahí?— Cariño, tienes razón, no debí decirte esto, sobre todo en estas circunstancias.— entró en razón Aron rápidamente, ver la furia de su enamorada era algo que lo pegaba contra la pared con fuerza.— Si estarás aquí pendiente de
La adrenalina se había apoderado de casi todos los que estaban en el mini bar, este era el momento que estaban esperando, entregar el dinero y poder recuperar a la dulce e inocente Caroline al fin.Casi todos menos Alice, quien seguía paralizada, estas transacciones podían complicarse y pensar en que su hija estaba de por medio la dejaba sin reacción alguna.— Iré a buscarte un te, estas muy alterada cariño.— le dijo Aron a Alice, levantándose de su silla.— ¿Quieres algo Roxana?— Así estoy bien, gracias.— respondió Roxana, Alice, por su parte, solo pudo asentir, seguía aturdida, quería cerrar los ojos y tener a su hija a su lado, nada más.Con esto, pasaron un par de horas, sin noticias, nadie escribió, nadie avisó nada, esto solo hacía parecer que las cosas habían empeorado.— Han, ¿Dónde diablos estas?— gritaba John al entrar en la casa donde tenían oculta a Caroline. — Shhh, no grites, la niña está dormida aún y no creo que sea buena idea decir esas palabras con
La tensión estaba en su punto máximo en la mansión Rucci, los agentes de policías buscaban, desesperados el origen de estos correos electrónicos y aunque estaban algo cerca de descubrir de donde provenían esto no les garantizaba que pudieran dar con el culpable tan fácilmente. También se había hecho un deposito de cien millones de dólares y no se obtenía respuesta de los responsables.Ya Caroline debía estar en los brazos de sus padres desde hace varias horas, el frío ya era inclemente y en los próximos días la temperatura bajaría a tal punto que se esperaban las primeras nevadas de la temporada.Francesco salía de la habitación con el celular pegado al oído, se había puesto pálido, sintiendo como la sangre le corría por las venas con velocidad, con la mirada lo seguía Alice, quien llevaba más de una hora llorando, aún más desesperada, sentir que ya estaba cerca de tener a su hija consigo y que ahora todo se fuera esfumando era realmente tormentoso.— No puedo darte cien por cien