— Creí que ya no volverías a estar con él a solas, también creí que esto ya era suficiente para que lo desterraras de tu vida.— dijo Aron cuando Francesco se alejó, este era un terrible error, Alice estaba muy afectada con todo lo que pasaba como para recibir un ataque de celos de su nuevo novio.— ¿En serio tendrás un ataque de celos ahora?— recriminó Alice, ella estaba muy sensible y lo último que quería era tener esta conversación nuevamente. — Alice, siempre dejas que él te afecte, no puedes.— reclamaba Aron, perdiendo los papeles definitivamente. — Mi hija está secuestrada, eso es todo en lo que puedo pensar.— gritó Alice, ahora sí estaba descontrolada.— ni si quiera sabes lo que estábamos hablando, ¿Se te ocurrió empezar por ahí?— Cariño, tienes razón, no debí decirte esto, sobre todo en estas circunstancias.— entró en razón Aron rápidamente, ver la furia de su enamorada era algo que lo pegaba contra la pared con fuerza.— Si estarás aquí pendiente de
La adrenalina se había apoderado de casi todos los que estaban en el mini bar, este era el momento que estaban esperando, entregar el dinero y poder recuperar a la dulce e inocente Caroline al fin.Casi todos menos Alice, quien seguía paralizada, estas transacciones podían complicarse y pensar en que su hija estaba de por medio la dejaba sin reacción alguna.— Iré a buscarte un te, estas muy alterada cariño.— le dijo Aron a Alice, levantándose de su silla.— ¿Quieres algo Roxana?— Así estoy bien, gracias.— respondió Roxana, Alice, por su parte, solo pudo asentir, seguía aturdida, quería cerrar los ojos y tener a su hija a su lado, nada más.Con esto, pasaron un par de horas, sin noticias, nadie escribió, nadie avisó nada, esto solo hacía parecer que las cosas habían empeorado.— Han, ¿Dónde diablos estas?— gritaba John al entrar en la casa donde tenían oculta a Caroline. — Shhh, no grites, la niña está dormida aún y no creo que sea buena idea decir esas palabras con
La tensión estaba en su punto máximo en la mansión Rucci, los agentes de policías buscaban, desesperados el origen de estos correos electrónicos y aunque estaban algo cerca de descubrir de donde provenían esto no les garantizaba que pudieran dar con el culpable tan fácilmente. También se había hecho un deposito de cien millones de dólares y no se obtenía respuesta de los responsables.Ya Caroline debía estar en los brazos de sus padres desde hace varias horas, el frío ya era inclemente y en los próximos días la temperatura bajaría a tal punto que se esperaban las primeras nevadas de la temporada.Francesco salía de la habitación con el celular pegado al oído, se había puesto pálido, sintiendo como la sangre le corría por las venas con velocidad, con la mirada lo seguía Alice, quien llevaba más de una hora llorando, aún más desesperada, sentir que ya estaba cerca de tener a su hija consigo y que ahora todo se fuera esfumando era realmente tormentoso.— No puedo darte cien por cien
Cada paso que daba Francesco al lado de Phil, hacía que la tensión fuera en aumento, era una situación irreal, como sacada de una película de acción. La única y gran diferencia era que esto se trataba de la vida real, significando que cualquier error pudiera costar la vida de una niña inocente, causando, al final de todo , la destrucción de un padre y una madre que ya no podían soportar esta situación.— Han, debes huir, envié a dos sujetos al segundo piso, vinieron por ti.— decía al teléfono Tim, el viejo destartalado que ya había recibido un soborno por parte de John cuando llegaron al edificio.— Maldición, gracias Tim, te la debo.— respondió Han, quien era amigo del viejo. Esto era un juego macabro la verdad, pero se trataba de una estrategia donde solo el más acto o el mejor preparado o quizás, porque no, el que tenga más suerte saldría victorioso. — Debemos irnos, llegaron dos sujetos a buscarnos aquí, te lo dije, me tenían en la mira.— le dijo Han a John, a quien
Estaban frente a frente Francesco y John, el prometido y el amante de Zia, el que sería el futuro padre y el verdadero padre del bebé que venía en camino.Era un momento difícil, Francesco solo quería tener el poder de salir con su hija a un lugar seguro, dejar todo este drama atrás y olvidarlo para siempre.— En serio que eres imbécil Francesco, con razón tuviste ese accidente, no entiendo como no moriste esa misma noche.— decía John, quien ahora estaba como hipnotizado, el poder que tenia ahora sobre dos vidas lo hacía sentirse muy superior.— no debo decirte esto, la verdad, pero es muy difícil para mí dejar pasar esta oportunidad.— John hacía un cliché, hace varios minutos que pudo acabar con la vida de Francesco y salir con la niña para pedir más dinero o simplemente huir, no tenía sentido seguir haciendo esto cuando ya había asegurado cien millones de dólares.— Solo eres un cobarde, puedo verlo en tus ojos.— dijo Francesco, intentando ganar algo de tiempo, rogando que Ph
Definitivamente algo había cambiado en Francesco, no hablaba igual, no miraba igual, esa ternura por la vida que se podía apreciar luego de despertar del coma y de como lo trataba todo el mundo había desaparecido. Con la ayuda de Han, quien yacía muerto a su lado, había recuperado su memoria, todo volvía, ahora su vida estaba muy clara, como si estos últimos dos años y medio solo habían pasado en su mente, como un sueño o una pesadilla realmente. — No podemos dejarlo vivo, este malnacido quiso matar a tu hija.— le recordaba Mike a su hermano, viéndolo otra ve con algo de miedo dado que él volvía a tener esa mirada dura y severa que siempre tuvo.— Sé lo que hizo y su peor castigo será ver que su hijo crecerá sin su padre, encerrado en una celda hasta que se vaya pudriendo poco a poco.— respondió Francesco, acercándose hasta John, guardando su arma y amarrándole las manos con todas sus fuerzas.— ¿Su hijo?.— intentó preguntar Mike, pero Francesco no lo dejó terminar.—
Luego de aproximadamente dos horas de haber llegado Caroline a la mansión Rucci, Francesco salía de emergencias, con el brazo inmovilizado por el disparo recibido, pero ansioso de llegar a su casa para ver a su hija nuevamente. Era como si el mundo volviera a girar normal ahora con todos sus recuerdos, los buenos y los malos, amando aún más a la madre de su hija, su gran amor y único amor. — ¿Listo?— le preguntó Mike al verlo salir del hospital, él esperaba en el auto, pensando en lo maravilloso que era el amor entre hermanos, capaz de perdonar faltas realmente graves.— Listo hermano, ya toda esta pesadilla acabó.— respondió Francesco, subiéndose al asiento del copiloto.En el camino conversaban del trabajo, Mike quería involucrarse más, ser una persona útil para la empresa, dejar atrás todos estos años de vagabundería y de malas decisiones. Alice, por su parte, se disponía a retirarse de la mansión Rucci, después que los médicos forenses revisaran a su hija, para descarta
Para el orgullo masculino, descubrir que la mujer con la que estuviste a punto de casarte y de la cual pensabas que tendrías un hijo, te había sido infiel con tu jefe de seguridad era una de las peores cosas que le podían pasar en la vida, pero para Francesco no, él estaba realmente feliz de no tener ninguna obligación con Zia, tanto era así que no le temblaría el puso en lo más mínimo meterla a la cárcel. Para su sorpresa, entró en la habitación y encontrandola completamente vacía, esto fue decepcionante, también estaba vacía la cómoda junto al espejo, perdiéndose miles de dólares en joyas pertenecientes a Francesco.— Huiste, bien por ti, pero no creas que no te encontraré, pagarás por hacerle esto a mi hija.— decía Francesco, revisando cada uno de los compartimientos de su cómoda, viendo el alcance del robo sufrido.— ¿Dónde está Zia?— preguntó Mike al ver que Francesco bajaba sólo las escaleras, con ánimos de estar derrotado.— No está, supongo que al ver el alboroto