Selene:

No puedo creer que he hecho esto.

Jamás me hubiera imaginado que yo misma iría a buscar a Aidan y me acostaría con él en su estado más bestial pero había una confianza intrínseca en mí.

Algo que me decía que él no podía hacerme daño, que él jamás me lastimaría.

Abrí mis ojos sintiendo su cuerpo contra el mío.

—Somos muy diferentes —susurré porque él aún dormía.

Repasé su rostro masculino alzando mi mirada para encontrarlo.

Sus ojos estaban cerrados.

Parecía tan relajado y sereno.

Sus labios eran carnosos y quise besarlos como anoche.

La diferencia es que ahora no sabía qué hacer cuando la racionalidad me había golpeado.

—Es una locura.

Esto no está bien.

¿Qué pasará cuando mis padres lo sepan? ¿Cómo voy a decírselos?

La yema de mis dedos se dirigió a sus labios acariciándolos por encima antes de negar con la cabeza.

—No puedo hacerlo.

No puedo decirles.

Esto que estaba sintiendo por Aidan era prohibido incluso para mí misma pero ¿Cómo puedo detenerlo?

Ahora mis dedos se levanta