—No quiero hacerlo así —señalé su rostro con firmeza. —Sabía que dirías eso —respondió con un tono que mezclaba resignación y comprensión.Él, con cuidado y suavidad, colocó la venda sobre mis ojos, cubriendo mis párpados con un tejido suave y oscuro. La ajustó con firmeza alrededor de mi cabeza, asegurándose de que no pudiera ver nada. En ese momento, el mundo a mi alrededor se desvaneció en una negrura completa. La única realidad era el contacto de su piel contra la mía y el roce de sus manos en cada rincón de mi cuerpo. Mis músculos temblaban incontrolablemente, aunque mi mente estaba decidida.Sus labios, cálidos y exigentes, se apoderaron de los míos con una intensidad que me hizo estremecer. Mientras sus besos se profundizaban, sentí sus manos recorrer las tiras de mi vestido, deslizándolas hacia abajo con una habilidad que me dejó sin aliento. Con mi ayuda, logró despegar el vestido por encima de mi cabeza, dejándome solo en ropa interior. Escuché el sonido de su ropa cayendo
—¿Quieres que hable con mi hermano? —le propuse, segura de que él no tendría ningún problema al contratarla. Ryan sería el más feliz en que el amor de su vida trabaje para él.Ella negó con la cabeza mientras se ponía de pie. Hace meses que Alaska volvió a caminar; aún le cuesta, pero poco a poco va mejorando.—¡Vamos, Alaska! —insistí.—Mejor dime por qué esa cara de tonta, Regina —se burló.—Nada —intenté disimular mi sonrisa.—¡Vamos, Regina! No volviste en toda la noche.— Insiste ellq—¡Basta!— Espeté Ella rió porque entendió mi respuesta.—No me lo esperaba de ti. Pensé que lo harías esperar años.—Yo también, pero lo amo tanto que no pude aguantarme. Fue muy lindo conmigo y lo mejor es que nos dimos cuenta de que Lucio no abusó de mí.—¿Cómo?— Cuestiona —No lo sé. Al parecer, mintió el cerdo. Anoche perdí la virginidad con el alacrán, pero ya no quiero pensar en ese tipo. Estoy feliz, Alaska.—Mucha felicidad, pero dime lo más importante: ¿se cuidaron?Cuando ella pronunció aqu
Estaba furiosa. Decidí entrar en la oficina de Ryan para hablar con él, pero lo que encontré en ese momento fue inesperado. Ryan tenía a Alaska contra su escritorio, besándola de forma apasionada. La sostenía de los hombros sin dejar de besarla, mientras mi amiga intentaba empujarlo.—¡Suéltame! —gritaba Alaska, mientras él no dejaba de besarla y la mantenía atrapada en el escritorio.Molesta, pegué un portazo y Ryan se alejó de ella al verme. Alaska no dijo nada y se marchó. Yo lo sostuve del brazo.—¿Qué rayos haces, hermano? La estabas forzando.— Espeté —Solo fue un beso, Regina. Jamás le haría daño a la mujer que amo. Necesito tu ayuda. Ahora que está soltera, necesito que la convenzas de que me dé una oportunidad.— Confiesa.—Alaska está vulnerable. Ryan, se acaba de enterar de algo terrible: Mauricio se quedó sin trabajo y necesita tiempo para sanar.— Le recordé —Alaska me necesita a mí solamente. Yo podré hacerla feliz y darle una familia a esos niños. Sabes que siempre la h
Cuando me desperté, él seguía durmiendo boca abajo y me di cuenta de que no tenía el pasamontañas. Lo abracé por la cintura y dejé varias mordidas en su hombro. Mis manos bajaron a su miembro, amasándolo.—Volteate juguetona o tú me lo bajarás —dijo él, medio dormido.—Sí, señor Alacrán —le respondí, riendo mientras me volteaba.—No seas graciosa. Para ti soy "Amor" o "Mi vida" —añadió mientras se colocaba su pasamontañas.—Lo sé, mi vida —respondí con una sonrisa.[...]—Deberías ponerte ajo, pero temo que ni así te dejará tranquila cuando no obtiene lo que quiere, se encapricha —rió Grace, refiriéndose a Simón mientras las dos desayunábamos en una cafetería.—Pues yo no cederé a sus caprichos nunca —afirmé con determinación.—Ya veo —dijo ella, señalando mi cuello con marcas visibles.—Ya hablé con él y me aseguró que sales con su amigo —confesé.—Yo no me confío en ellos. Llámame desconfiada, pero no creo en los hombres. Tal vez usa lentes de contacto diferentes —replicó Grace con
ReginaDecidí a visitar a Grace en su casa porque tengo que hablar algunos asuntos del proyecto con ella y más que nada, aclararle que sé del tatuaje del Águila por razones diferentes a las cuales ella cree.No quisiera arruinar la relación de mi primo con ella por un malentendido. Aún me cuesta demasiado trabajo procesar que el Águila y Beto son la misma persona. Si alguien me lo hubiera dicho nunca le hubiera creído.Sin embargo, más que la identidad oculta de mi primo lo que más me perturba es el hecho de que el alacrán me oculta algo con respecto a su pasado y yo debo descubrir que es. Es increíble que esté enamorada de un completo enigma.—¿No me estás mintiendo?— Pregunta Grace preocupada Negué con la cabeza —No puedo decirte quien es, solamente que es mi amigo, pero nunca hemos tenido nadaElla ríe —Lo siento, soy muy celosa y con respecto al proyecto creo que podríamos....Me siento muy incómoda al estar en esta casa. Nunca debí venir porqué simplemente no soporto a Simón Gue
Llámanos a la policía y llegaron de inmediato, ya se llevaron al sujeto herido y tomaron mi declaración al igual que la de Noe. Lo noté nervioso ante la presencia de las autoridades. También curaron mi herida en el labio.De todas formas, mañana tengo que hacer la denuncia formal porque ahora estoy muy nerviosa.Diego me ofreció que me quede en la hacienda, pero yo lo que más deseo es ir a mi casa y dormir. En este momento Beto me está llevando a casa y noto que tiene una mirada muy extraña. —Por favor no le digas nada— Le suplique —ya le dije — Confirma —¡Beto!— Lo regañe —Él tiene que saberlo, me mata si no le digo— Responde —Sabes que es capaz de todo — Rodeé los ojos. —Regina ya he visto al tipo que te ataco.—Me informa —Me imaginó que es un delincuente muy buscado —Así es, pero lo vi hoy con Guerra —¡Ese maldito intentó secuestrarme!— Exclamé. —Debes tener mucho cuidado con ese sujeto Noto que él doblo hacia la dirección contraria hacia la ciudad. —Es hacia la
Regina Balmaceda Mi nombre es Regina Balmaceda. Mi padre, Luca Balmaceda, siempre ha sido un hombre cruel y despiadado. Jamás le importé, ni yo ni mis hermanos. Mi madre está sometida a él y nunca nos ha defendido. Ella es todo lo que yo no deseo ser: una mujer sometida a un hombre. Sin embargo, debo casarme porque mi familia enfrenta una crisis financiera insuperable. Mi padre, en su desesperación por mantener nuestro estatus y nuestras propiedades, ha llegado a un acuerdo con los Foster. A cambio de salvarnos de la ruina, debo casarme con Diego Foster. Estoy feliz porque Diego es el hombre que siempre he amado. Sus padres y los míos son socios y crecimos juntos. Él es el hombre perfecto para mí. Es amoroso, amable, un caballero, y me trata increíble. Estamos comprometidos desde hace más de cinco años. Estaba feliz con mi vestido de novia bajando las escaleras de mi casa. Mi vestido era blanco y largo, y mi cabello estaba recogido en un peinado alto. Ryan, mi hermano, me reci
Regina Llegué a la fiesta de la boda, y la majestuosa mansión Foster brillaba con luces y risas. Invitados elegantes, entre ellos socios comerciales, empresarios y amigos de la familia, llenaban los espacios decorados con exquisito gusto. Pero para mí, la mansión no era solo un lugar de celebración; desde la muerte de Julia hacía varios años, junto con su bebé, había sido un recordatorio constante de pérdida. Julia había sido mi mejor amiga, mi confidente en momentos difíciles. Ahora, con ella fuera de mi vida y Alaska ausente, me sentía sola entre la multitud. Busqué un momento de paz en el jardín iluminado por la luna, sintiendo cómo la tristeza se apoderaba de mí. Ryan, mi hermano, percibió mi gesto y se acercó con una mano en mi hombro, preocupado. — ¿Cómo estás, Regi? —preguntó con ternura. Suspiré, sintiéndome vulnerable ante la opulencia de la celebración. — Estoy tratando de manejarlo, Ryan. Todo es tan confuso... No puedo creer cómo todo cambió tan rápido —murmuré,