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Siento las miradas acusadoras como alfileres, imagino que no tardaron en relacionar el arresto de Ricardo conmigo de una u otra manera. Aunque sea la asquerosa verdad.

Recordarlo me hacía sentir fatal. No sé ni cómo tuve las fuerzas de venir.

Por un momento me había quedado varada en medio del pasillo, inmersa en mis pensamientos. Bajo la manga de mi chaqueta para que no se note los vendajes que aún duele.

Logro despertar de mi transe cuando caigo al suelo con las manos en el pecho de alguien, respiro la colonia cítrica, es un chico.

—Lo... lo siento, Nova—se levanta de pronto y ahora si termino cayendo al suelo.

Cómo si el cuerpo no me doliese como u

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