21

Me siento en la cama llevándome las manos a la cabeza, permaneciendo inmóvil. Las lágrimas se acumulan y me muerdo el labio a tal punto de sentir un sutil sabor a óxido.

No tiene sentido que llore, llorar no solucionara el hecho de que he perdido a alguien más por mi culpa. Cierro los ojos con fuerza y vuelvo a recordar lo de hace unos minutos.

Después del beso sentí una corriente de aire fría y abrí los ojos para darme cuenta de que ya no tenía a Brayden frente a mí.

Recordé lo que había pasado, tratando de entender lo que había sucedido pero mi mente no reaccionaba.

¿Le había correspondido el beso? La respuesta era sí, y en menos de lo que me di cuenta la realidad me cacheteó para hacerme entender que no

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