Después de aquella revelación su madre la tomó por el brazo y la condujo entre los presentes, no quería hacer un escándalo allí, pero era claro que a la menor oportunidad caería sobre ella no solo sus.
—Cuando lleguemos a casa verás, no lo aclaré aquí porque no voy a darles más de que hablar a estos chismosos, pero no te libras de esto.
—Madre, te juro que yo…
—No me jures nada—, su madre arrastró la pequeña maleta que ambas compartían y salió de la casa por la puerta de servicio no sin antes darle un último vistazo a aquella casa donde trabajó por tantos años.
Caminaron con rapidez hasta un pequeño y sencillo anexo a una casa el cuál era su hogar desde hace muchos años.
Las calles se encontraban a oscuras y totalmente desiertas, no más que el humor de aquel par que las transitaba.
Una vez que cruzaron la puerta Ayse sintió el golpe de la bofetada que le propinas a su madre en la cara.
—Ahora me dirás que fue lo que ocurrió con tus propias palabras.
—Madre, te juro que…
—Nada, ¿qué estabas haciendo?
—Lo que pasa es que Yusuf me besó y en ese momento nos vio su madre.
Se le fue encima y la tomó de la cara para que le viera,—me has deshonrado a mí pero también a tu difunto padre, ¿qué creías que iba a pasar?, ¿qué eres la Cenicienta y te va pediría matrimonio para llevarte a su castillo?, despierta eso solo ocurre en los cuentos.
—No pensé.
—¿Pretendes excusarte con esas simples palabras, niña tonta?—, reclamo suspendiendo de nuevo la mano con ganas de pegarle pero al final sabía que con aquello no ganaría nada.
—Madre, mañana te prometo que hablaré con la señora Sila, suplicaré, haré lo que sea necesario para que te devuelva tu trabajo.
—Vete mejor de mi vista, en todos estos años trabajando en esa casa?, has visto que la sultana perdona a alguien?
—No, pero quizá contigo pueda hacer una diferencia.
—No se te ocurra pasar por esa casa, empeoraras el daño que has hecho, solo ve a la cama yo iré después por ahora no puedo siquiera pensar, mucho menos dormir.
Volvió a la habitación y se sentó en el suelo de inmediato, con la cara ardiendo de dolor, pero el corazón doliéndole aún más.
Colocó sus manos en sus ojos y comenzó a llorar está vez sin poder contenerse, apretaba la boca con fuerza para que no escapara de ella el llanto amargo que provenía de su corazón.
¿Yusuf realmente la abandonó?
No podía causar más dolor y vergüenza a su madre no sólo por su religión y educación, sino que además vivían en un lugar donde reinaba la tradición.
¿Por qué le hizo esto?, ¿Por qué las trató así?, lo rechazó muchas veces y él insistió hasta que lo consiguió.
De pronto un rayo de esperanza surco su mente, tal vez Yusuf solo lo hizo para calmar a su madre y no enfrentarla, así que tomó el teléfono le escribió varias veces y le llamó, pero este no contestó.
Desesperada le llamó a su fiel amiga para intentar saber de él, pero esta le explicó que no lo había visto pero que escuchó que estaba por irse a estudiar a Estados Unidos, Ayse pensó con rapidez y decidió escribirle una carta.
En la mansión
Yasemin fue directamente a entregársela, se sentía un poco aprensiva porque no quería involucrarse y poner en riesgo su trabajo también, sin embargo, cumplió con ella para ayudarle.
—Buen día señor le fue enviada está carta y me tomé el atrevimiento de traérselo.
—¿Yasemin verdad?
—Sí señor.
—Sé que eres la amiga de Ayse, te diré dos cosas, pero primero inmortaliza este momento en un video, graba lo que haré a continuación con tu entrega para que se lo envíes.
Ella sacó su teléfono, ansiosa por lo que iba a pasar y filmó cómo este chico que hace apenas el día anterior se mostraba amable ahora quemaba la carta sin siquiera abrirla y luego continuó su discurso.
—No vuelva a ponerse en contacto conmigo de ninguna manera, porque tú, Ayse, no es nadie para mí y si pretendes embaucarme para que asumas algún compromiso no va a suceder y ella, tu mejor amiga, está despedida por ayudarte no necesito chivos expiatorios dentro de mi casa. No quiero verte nunca.
—Pero señor…
—Pero nada, vete de inmediato.
Con tristeza la chica se retiró, Yusuf era un ser despreciable sin duda, le dolía su trabajo, pero no se humillaría, quizá era mejor así.
En esa familia no parecía haber nadie con verdaderos valores, siempre le pareció un gran chico, pero estaba equivocada, parecía que al final tenía más parecido a su hermano que su aspecto físico, realmente aquella situación la sentía más por su amiga por haber puesto su amor y esperanzas en alguien así.
En el otro extremo de la mansión, un joven con el mismo rostro apuesto que Yusuf está tumbado tranquilamente en la cama.
De repente, el hombre frunció el ceño y abrió los ojos.
—Hermano, estás despierto.
—Burak, por fin has vuelto, qué me está pasando.
—Estabas borracho y dormiste todo el día y toda la noche y te perdiste un gran escándalo.
—¿Qué ha pasado?
—La criada hija de Melek se lió con un invitado, se besaron y casi se acuestan juntos, pero mi madre se enteró y echó fuera de la casa a la desvergonzada con su madre.
—De ninguna manera, no me lo creo, Ayse no me traicionaría.
—¿Qué, ella es la mujer que te gusta? No seas tonto, lo ha admitido y ha prometido no volver, definitivamente está con ese hombre.
—No puedo creerlo.
—Ya verás que con tu partida a la universidad podrás olvidarla—, fingió consolarlo.
—Ojalá tengas razón.
Cuando Ayse vio llegar a su amiga se alegró, pero casi se desmaya cuando vio en el vídeo aquella cara que tanto quería pero le decía cosas que le escocían en el corazón.
Ahora de paso debía cargar con la culpa de que tanto su madre como su amiga habían perdido sus trabajos por culpa de ella, simplemente no lo podía creer.
A partir de ese momento la joven se sumió en una profunda depresión, no comía y prácticamente no dormía más que un par de horas seguidas.
Pasaron unas dos semanas, cuando ella tomó agua y sintió cómo su estómago se revolvía, corrió al baño y vomitó, se encontraba mareada y un poco desorientada cuando su madre entró al baño.
—¿Vomitaste?, pero si no has comido nada.
—No lo sé mamá es la primera vez que me pasa.
De pronto esta se le quedó viendo a los ojos fijamente, como mujer con experiencia empezó a atar cabos a gran velocidad,—¡No me lo digas por favor!.
—¿El qué?
—¿Qué estás embarazada?, ¿Qué llegaste lejos con ese hombre?, ¡Oh Dios, me vas a matar—, Ayse se quedó en silencio.
—¿Cómo es posible?, toda la enseñanza que te di, la gente no paraba de mirarnos y criticarnos, no puedo aceptar esta inmoralidad en mi casa, perdí el trabajo y ahora esto, simplemente no puedo hacerme cargo de lo que se nos vendrá encima.
—¿A qué te refieres?
—Debes irte, no sé adónde pero no permanecerás aquí.
—No tengo a donde ir, por favor mamá te lo suplico no me saque así.
—Debiste pensar en eso cuando fuiste a acostarte con él como una cualquiera, ahora ve con él para que te resuelva, pero no te quiero aquí.
Agotada se sentó en la banqueta pensando qué hacer dónde podría refugiarse aquella noche, cuando vio un hombre alto, delgado y de contextura fuerte acercarse, estaba algo oscuro, —¿Yusuf eres tú?
Su pregunta no fué respondida y por un momento sintió temor, sin embargo, cuando estuvo lo suficientemente cerca se dio cuenta que era uno de los choferes de la casa de los Yilmaz el cual le entregó un sobre y sin más se retiró dejándole intrigada. Ilusiona abrió el sobre pensando que quizás se trata de un mensaje de amor, pero solo encontró un trozo de papel dónde expresamente decía "termínate de largarme lejos" acompañado con un grupo de billetes. Aquellas palabras sonaron amenaza lo cual la hizo reflexionar si se mantenía en Antioquia que le esperaba a ella y a su bebé vivir tras la vergüenza de saberse manchada, una madre soltera juzgada quizá sin poder mencionar al padre de su hijo por temor a Sila. Se dió ánimo, no lo pensó por mucho tiempo y decidió irse a Estambul, una ciudad grande donde pasaría desapercibida y podría crear la historia que quisiera y empezar de nuevo. Llegó 12 horas más tarde con esfuerzo encontró dónde alojarse en una pensión que apenas le alcanzaba par
4 años más tarde… Yusuf se dirigía con pasos apresurados acompañado por uno de sus mejores amigos y Gerente de proyectos Asaf Demir, estaban a tiempo para asistir a una licitación para la construcción de un consorcio de industrias textiles en las tres de las ciudades principales del país. —Estoy seguro que nos irá bien, somos una de las contratistas más sólidas del país y la principal que está participando en no tenemos competencia. —Amigo, tenemos en esta oportunidad un competidor fuerte, ya lo investigué, apenas empezó hace unos cinco años y en los últimos cuatro ha crecido como la espuma. —¿Cómo no supimos antes de ellos? —Por alguna razón no habíamos coincidido. —¿Cuál es el nombre de la empresa? —Constructora Kayak. —No me suena de nada. —Se dice que en el último año ha sido dirigida por la viuda de Berat Kaya, Ayse, según comentan es mucho más dura y con visión que su esposo y se ha arriesgado en proyectos de más envergadura haciéndose un nombre. Yusuf se estremeció al
Ayse llegó se reunió en la entrada con su asistente Elif visiblemente afectada, ver a Yosuf le había afectado más de lo que hubiese deseado, por años se había preparado para ese momento y sentía que había fracasado en mantenerse fría.—Señor Demir, que tenga un excelente día, mañana les contactaremos, intentó sonar profesional cuando sentía que el corazón se le saldría del pecho.—Un placer señora Kaya y señorita…—Elif, Elif Yavuz.—Un placer me encantará trabajar en equipo con ustedes—, y estrechó sus manos rápidamente, las vio irse como si escaparan de algo y se preguntó si había alguna confrontación.Cuando finalmente se le unió Yusuf decidió no preguntar, lo conocía lo suficientemente como para saber que se encontraba afectado por algo, pero después de un rato decidió romper el hielo.—A pesar de todo nos fue bien jefe, ¿no te parece?—Si.—¿Quieres ir a almorzar para celebrar?—No.—Si sigues respondiendo con monosílabos me voy a preocupar.—No pasa nada, solo que está idea de c
—Buen día, no se si es el sueño pero me pareció que acabo de ver por un instante unos niños en la ventana, ¿quiénes son? Ayse se quedó viendo fijamente a Yusuf sin saber qué decir, y tras un terrible silencio, se aclaró la garganta. — ¿Qué tienes tú que preguntar por quienes estén en mi casa Acaso yo te he preguntado por tu vida personal? — Si lo haces no tengo problema en contestarte pues no tengo nada que ocultar, pero creo que tú quieres mucho más que compartir que yo. — Mejor déjalo ya no tengo nada que darte explicaciones de mi vida y mucho menos después de tanto tiempo vinimos a hacer un trabajo y nada más. Otro silencio terrible… Yusuf se volvió hacia esta hermosa mujer con un suspiro —Siento lo de tu madre supe que murió al poco tiempo que te fuiste, pero no tenía donde darte mis condolencias. — Te lo agradezco, supongo que al final simplemente no estuve allí para ella, me fui lejos y cuándo pude llamarla ya la habían enterrado. — ¿Así que nunca volviste a Ant
— ¿Cómo me engañaste tanto?, por años te añore, pensaba en ti con dolor imaginando que pasabas por soledad y quizá carencias. — ¿A qué viene esto? — ¿Es por eso que tu madre te echo de la casa verdad?, ¿Por qué descubrió el tipo de mujer en el que te convertiste? Ayse sintió como si le tiraran un vaso de agua helada en la cara. ¿A qué se refería?, quizá sabía del nacimiento de los gemelos, pero ¿Cómo podría saber que eran suyos? — No sé a qué te refieres, necesitas calmarte y respetar mi espacio personal. — ¿Cómo pudiste entregarte a un hombre que te llevaba cuarenta años?, ¿Me reemplazaste con él por dinero verdad? Ayse soltó el puño cerrado y dejó escapar un suspiro. — Si ya tienes decidido el tipo de mujer que soy qué haces aquí, porque estás acosándome. — ¿Me negaste tu cuerpo a mí que fui tu primer hombre a quien le entregaste tu inocencia solo por dinero? — ¿Entonces entiendo que a ti lo único que realmente te importa es tu orgullo herido?, quizá era mejor hombre
Esa noche, después de Yusuf se fue, Ayse se sentía indignada, intentando recuperar el aliento se sentó en la pequeña terraza de la habitación para que le diera el aire fresco.¿Cómo era posible que aquel hombre se sintiera con derecho de irrumpir en su vida para juzgarla?, ¿Cómo le había permitido acercarse y tocarla?, no podía permitirse que derrumbara sus defensas, ahora más que nunca debía mantener su postura. Podía aguantar toda la porquería que hablara sobre ella, pero no sobre Berat, había sido un hombre demasiado bueno. Un año antes…. Ayse había salido de una reunión al mediodía y debía subir al apartamento en el último piso del edificio a preparar el almuerzo, era parte de su rutina de lunes a viernes, mientras la niñera bañaba a los gemelos y les vestía, ella preparaba la comida para todos y ese día no era la excepción. — Hola Elmas, ¿Dónde están mis príncipes? — Están jugando en su corral, estaba preparando el baño como siempre. Se acercó a la puerta de la pequeña ha
— Tal como te comenté es la información que he podido recolectar hasta ahora, creo que realmente no es de nuestra incumbencia en qué momento le pidió matrimonio y porque espero para reconocer a sus hijos, ¿Por qué deberíamos inmiscuirnos? — Tienes razón, solo intentaba reconocer su carácter, entender sus valores como persona para poder confiar en su ética de trabajo — , explico intentando disimular pues se estaba poniendo en evidencia. — Creo que de eso se tratara esta primera etapa de este proyecto, saber cómo trabaja cada grupo fortalezas y debilidades, lo mejor es concentrarnos en eso. — Mejor vayamos a desayunar y estemos listos para continuar con el trabajo. — Así se habla, con ánimos de afrontar este nuevo reto. Tomaron sus cosas y cuando salieron al pasillo se encontraron de frente con Ayse quien venía de hacer ejercicios y se sentía con las energías renovadas. — Buenos días señora Kaya. — Buen día, señor Demir y… señor Yilmaz. — A usted, imagino que aún no ha v
Ayse de pronto se vio sin más confrontada con su secreto, su mayor temor parecía estarse haciendo realidad ante la pregunta de Yusuf y el noto su duda así que insistió, — ¿Por qué escondes a tus hijos?, ¿Acaso a tu difunto esposo le avergonzaban porque parecía su abuelo? — , dijo con ironía mostrando una sonrisa en los labios.Fue ese el momento en que ella se percató que en realidad él no había descubierto nada así que de inmediato, — En primer lugar, como te lo respondí antes no te debo ninguna explicación de mi vida, pero en respuesta a tus preguntas mi esposo se sentía orgulloso de sus hijos nunca fue de los que se dejaban llevar por terceros como otras personas. — ¿Si lo dices por mí? — Ya lo que hagas o dejes de hacer con tu vida no es mi problema ni me interesa y si no digo nada sobre mis hijos es porque es mi vida personal, no quiero ni tengo por qué darle explicaciones a nadie, creo que deberías ocuparte de tus asuntos y dejar a los demás en paz.De pronto él se sintió est