Antioquia Turquía
Ayse, había recibido un mensaje de Yusuf, que fuera a su habitación aquella noche, pero temerosa de ser encontrada allí rechazó por primera vez la oferta de su amado.
Sin embargo, no dejaba de sentirse mal por no complacerle y ceder como siempre.
Por lo que unos minutos después lo citó en una fuente que se encontraba en un lugar apartado del jardín.
Ella se encontraba de espalda cuando él la abrazó desde atrás.
—Hola hermosa, esta noche brillas más que las estrellas, ¿Por qué nos encontramos aquí en vez de en un lugar más privado?, sabes que aquí estamos más expuestos.
—Ha pasado toda la noche de fin de año y no has hablado con nuestras madres como lo prometiste.
—Sabes que no es algo que pueda hacer de un momento a otro, la casa está llena y decidí esperar por eso no te preocupes, solo serán unos días más.
—Entonces no nos veremos secretamente hasta entonces, sabes mis sentimientos, te entregué mi pureza, fui contra la educación de mi madre, a pesar de sus consejos y advertencias para poder estar contigo—, su expresión era un poco diferente parecía haber bebido, aunque no olía a alcohol.
—Solo debes esperar un poco más te lo prometo, por favor dime que irás esta noche a mi habitación, tenemos que aprovechar que se han quedado aquí por las festividades pues luego será más difícil.
Insistió sabiendo los riesgos y las dudas de Ayse, lo cual terminó por hacerla ceder,—Está bien, esta noche iré, pero debemos ser cautelosos no quiero deshonrar a mi madre—, él la giró y la besó con pasión sin percatarse que unos pasos se acercaban.
—¡Qué es esto!
Se escuchó el grito en la puerta de vidrio que era la entrada al jardín, Ayse se estremeció apenas escuchó aquella voz y tembló mientras la mujer se acercaba a ellos.
Sila la madre de Yusuf se encontraba enfurecida con lo que había visto,—¿Cómo te atreves?, ¿después de la confianza que se te ha brindado en esta casa intentas seducir a mi hijo como una cualquiera?
—Señora, por favor se lo pido, no es así. yo le tengo un gran agradecimiento…
No la dejó terminar y la tomó del cabello de manera bruzca para darle una cachetada con todas sus fuerzas.
—Y en mi casa inmoral, como hablas de agradecimiento, pensé que eras una buena chica, le di trabajo a tu madre, le maté el hambre cuando nadie más deseaba ayudarle, estás estudiando gracias a esta familia, ¿pero no era suficiente verdad?, querías más, al fin y al cabo, no eres más que una interesada como las otras.
Murat Yilmaz se acercó con rapidez ante los gritos de su esposa, —¿Qué ocurre sultana?, tenemos invitados, no es el momento de ventilar problemas familiares.
—Es que esta chica se ha aprovechado de nuestra confianza para meterse en la cama de nuestro hijo, menuda sorpresa me he llevado.
—¡No puede ser niña!, ¿Cómo nos haces algo así?, ¿No tienes vergüenza?, ¿No te respetas a ti misma tampoco?
Volvió a darle una cachetada y esta vez Ayse cayó de rodillas en el suelo, ante la mirada indiferente de Yusuf que solo expresó algunas palabras sin mucho interés.
—Madre, por favor déjala ya, hoy es fin de año ya déjalo, no nos amarguemos la noche.
—Esto es entre ella y yo, ustedes regresen a la fiesta, atiendan a los invitados y continúen disfrutando, yo me encargaré de la servidumbre y de que entiendan su lugar y las consecuencias de sus acciones.
Ambos hombres le dieron una mirada apreciativa y luego caminaron hacía la entrada.
Ayse al ver que él iba a retirarse, quien hace unos minutos antes se mostraba muy interesado se desesperó y suplicó.
—Por favor Yusuf, no me dejes sola en este momento, si hasta hace unos minutos me prometías amor.
—¿Yo?, solo te dije que fueras a mi habitación ya que te estás ofreciendo tan enérgicamente.
—¡No me hagas esto por favor!—, dijo desesperada viendo a los ojos al que consideraba el amor de su vida y este la miraba con frialdad como si se tratara de una completa extraña.
—Basta, provocadora, ¿no tienes respeto por ti misma?, afortunadamente llegué a tiempo de que esto llegara mucho más lejos y lo voy a detener de inmediato—, afirmó Sila y Ayse decidió callar, parecía que la mujer no sabía que ya habían tenido intimidad y era mejor así.
—Bien mamá, entonces las dejaré que hablen—, y así de simple se desentendió de la situación.
Sabía que su madre era de un carácter fuerte y él no sería quien la enfrentaría, no la llamaban la sultana solo por gusto, era controladora y la que imponía su voluntad a todos, así que con suerte dejaría ir a la chica después de un buen escarmiento.
Ayse lloraba, no solo porque le dolía la cara y la cabeza, sino por la humillación a la que estaba siendo sometida y a lo que vendría a continuación.
De seguro el próximo paso era dar cuenta a su madre quien seguramente no solo la golpearía, sino que le restregaba su error por el resto de sus días porque ya se lo había advertido.
—¡Párate del piso ahora mismo!, vamos a hablar de inmediato de esto con tu madre.
—Por favor, se lo pido, se lo suplico, le prometo que jamás pisaré esta casa de nuevo, que nunca volveré a hablarle a su hijo, pero se lo pido, no le diga nada a mi madre, no quiero decepcionarla.
—¿Crees que te saldrás con la tuya?, tu madre merece saber la clase de hija que tiene, todo el esfuerzo que ha hecho por educarte y no sirvió de nada.
—Por favor, mi madre me ha criado sola, esto ha sido un error que le causará gran dolor—, dijo desesperada tratando de tragarse el engaño al que había sido sometida por parte de Yusuf, que tonta e ilusa había sido, no podía pensar como darle la cara a su madre.
—Nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión, has debido de pensar en todo eso antes, las chicas pobres siempre querrán aprovecharse de los ricos.
Caminaron juntas a la cocina donde se encontraba su madre, cabizbaja se enfrentó a la cara del personal de servicio que la observaba con curiosidad pendiente de enterarse de lo que pasaba para comentar entre ellos, solo había una cara entre aquellos intrigantes, que la miraba con preocupación y era la de Yasemin su amiga de infancia y confidente quien de inmediato pensó lo peor.
La habitación estaba repleta de personas, pero Sila estaba decidida de humillar a la chica para ponerla en su lugar sin exponer a su hijo, así que se acercó a la madre de Ayse y sin más dijo en voz alta,—Como todos los presentes saben soy una ama que siempre estoy dispuesta a ayudarles, soy benevolente y generosa, pero solo pido de mi personal la lealtad y respeto.
Todos se detuvieron para observar la escena y lo que vendría a continuación, —Frente a ustedes está Ayse, la hija de mi ama de llaves por tantos años Melek, por respeto a ella no detallaré los eventos específicos que he presenciado que me ha llevado a tomar una difícil situación.
—¿Qué ha ocurrido mi señora?
—La chica tuvo un comportamiento poco respetable con uno de los invitados y es por ello que no lo puedo pasar por alto, en esta casa prevalecen las buenas costumbres.
—En nombre de mi hija quiero pedirle perdón, si es necesario la reprenderé, haré que trabaje para usted para resarcir el daño.
—Lo siento, es irreparable, a partir de este momento no solo no podrá pisar nunca más esta casa, ni hablar con los miembros de esta familia, sino que tampoco puedo permitir que tu como su madre permanezcas trabajando aquí, así que a partir de este momento estás despedida, mañana ven a retirar lo corresponde, pero no deseo verle la cara a ninguna de las dos—, Ayse le había dado la razón necesaria para hacer algo que deseaba desde hace mucho tiempo hacer.
Melek la miró con una mezcla de rabia e indignación, ¿Qué había ocurrido?, no podía con la cara de vergüenza, pero su preocupación inmediata era, ¿Qué harían a partir de ahora?, ¿Cómo iban a mantenerse?
Mientras las mujeres salen a la calle son observadas desde una ventana a lo alto, una disimulada sonrisa de satisfacción cubre su rostro y luego de unos minutos Sila se une a él y coloca una mano en su hombro en señal de felicitación.
Como dirían en una película de suspenso famosa, “Que comience el juego”, pensó.
Después de aquella revelación su madre la tomó por el brazo y la condujo entre los presentes, no quería hacer un escándalo allí, pero era claro que a la menor oportunidad caería sobre ella no solo sus. —Cuando lleguemos a casa verás, no lo aclaré aquí porque no voy a darles más de que hablar a estos chismosos, pero no te libras de esto. —Madre, te juro que yo… —No me jures nada—, su madre arrastró la pequeña maleta que ambas compartían y salió de la casa por la puerta de servicio no sin antes darle un último vistazo a aquella casa donde trabajó por tantos años. Caminaron con rapidez hasta un pequeño y sencillo anexo a una casa el cuál era su hogar desde hace muchos años. Las calles se encontraban a oscuras y totalmente desiertas, no más que el humor de aquel par que las transitaba. Una vez que cruzaron la puerta Ayse sintió el golpe de la bofetada que le propinas a su madre en la cara. —Ahora me dirás que fue lo que ocurrió con tus propias palabras. —Madre, te juro que… —Nada
Su pregunta no fué respondida y por un momento sintió temor, sin embargo, cuando estuvo lo suficientemente cerca se dio cuenta que era uno de los choferes de la casa de los Yilmaz el cual le entregó un sobre y sin más se retiró dejándole intrigada. Ilusiona abrió el sobre pensando que quizás se trata de un mensaje de amor, pero solo encontró un trozo de papel dónde expresamente decía "termínate de largarme lejos" acompañado con un grupo de billetes. Aquellas palabras sonaron amenaza lo cual la hizo reflexionar si se mantenía en Antioquia que le esperaba a ella y a su bebé vivir tras la vergüenza de saberse manchada, una madre soltera juzgada quizá sin poder mencionar al padre de su hijo por temor a Sila. Se dió ánimo, no lo pensó por mucho tiempo y decidió irse a Estambul, una ciudad grande donde pasaría desapercibida y podría crear la historia que quisiera y empezar de nuevo. Llegó 12 horas más tarde con esfuerzo encontró dónde alojarse en una pensión que apenas le alcanzaba par
4 años más tarde… Yusuf se dirigía con pasos apresurados acompañado por uno de sus mejores amigos y Gerente de proyectos Asaf Demir, estaban a tiempo para asistir a una licitación para la construcción de un consorcio de industrias textiles en las tres de las ciudades principales del país. —Estoy seguro que nos irá bien, somos una de las contratistas más sólidas del país y la principal que está participando en no tenemos competencia. —Amigo, tenemos en esta oportunidad un competidor fuerte, ya lo investigué, apenas empezó hace unos cinco años y en los últimos cuatro ha crecido como la espuma. —¿Cómo no supimos antes de ellos? —Por alguna razón no habíamos coincidido. —¿Cuál es el nombre de la empresa? —Constructora Kayak. —No me suena de nada. —Se dice que en el último año ha sido dirigida por la viuda de Berat Kaya, Ayse, según comentan es mucho más dura y con visión que su esposo y se ha arriesgado en proyectos de más envergadura haciéndose un nombre. Yusuf se estremeció al
Ayse llegó se reunió en la entrada con su asistente Elif visiblemente afectada, ver a Yosuf le había afectado más de lo que hubiese deseado, por años se había preparado para ese momento y sentía que había fracasado en mantenerse fría.—Señor Demir, que tenga un excelente día, mañana les contactaremos, intentó sonar profesional cuando sentía que el corazón se le saldría del pecho.—Un placer señora Kaya y señorita…—Elif, Elif Yavuz.—Un placer me encantará trabajar en equipo con ustedes—, y estrechó sus manos rápidamente, las vio irse como si escaparan de algo y se preguntó si había alguna confrontación.Cuando finalmente se le unió Yusuf decidió no preguntar, lo conocía lo suficientemente como para saber que se encontraba afectado por algo, pero después de un rato decidió romper el hielo.—A pesar de todo nos fue bien jefe, ¿no te parece?—Si.—¿Quieres ir a almorzar para celebrar?—No.—Si sigues respondiendo con monosílabos me voy a preocupar.—No pasa nada, solo que está idea de c
—Buen día, no se si es el sueño pero me pareció que acabo de ver por un instante unos niños en la ventana, ¿quiénes son? Ayse se quedó viendo fijamente a Yusuf sin saber qué decir, y tras un terrible silencio, se aclaró la garganta. — ¿Qué tienes tú que preguntar por quienes estén en mi casa Acaso yo te he preguntado por tu vida personal? — Si lo haces no tengo problema en contestarte pues no tengo nada que ocultar, pero creo que tú quieres mucho más que compartir que yo. — Mejor déjalo ya no tengo nada que darte explicaciones de mi vida y mucho menos después de tanto tiempo vinimos a hacer un trabajo y nada más. Otro silencio terrible… Yusuf se volvió hacia esta hermosa mujer con un suspiro —Siento lo de tu madre supe que murió al poco tiempo que te fuiste, pero no tenía donde darte mis condolencias. — Te lo agradezco, supongo que al final simplemente no estuve allí para ella, me fui lejos y cuándo pude llamarla ya la habían enterrado. — ¿Así que nunca volviste a Ant
— ¿Cómo me engañaste tanto?, por años te añore, pensaba en ti con dolor imaginando que pasabas por soledad y quizá carencias. — ¿A qué viene esto? — ¿Es por eso que tu madre te echo de la casa verdad?, ¿Por qué descubrió el tipo de mujer en el que te convertiste? Ayse sintió como si le tiraran un vaso de agua helada en la cara. ¿A qué se refería?, quizá sabía del nacimiento de los gemelos, pero ¿Cómo podría saber que eran suyos? — No sé a qué te refieres, necesitas calmarte y respetar mi espacio personal. — ¿Cómo pudiste entregarte a un hombre que te llevaba cuarenta años?, ¿Me reemplazaste con él por dinero verdad? Ayse soltó el puño cerrado y dejó escapar un suspiro. — Si ya tienes decidido el tipo de mujer que soy qué haces aquí, porque estás acosándome. — ¿Me negaste tu cuerpo a mí que fui tu primer hombre a quien le entregaste tu inocencia solo por dinero? — ¿Entonces entiendo que a ti lo único que realmente te importa es tu orgullo herido?, quizá era mejor hombre
Esa noche, después de Yusuf se fue, Ayse se sentía indignada, intentando recuperar el aliento se sentó en la pequeña terraza de la habitación para que le diera el aire fresco.¿Cómo era posible que aquel hombre se sintiera con derecho de irrumpir en su vida para juzgarla?, ¿Cómo le había permitido acercarse y tocarla?, no podía permitirse que derrumbara sus defensas, ahora más que nunca debía mantener su postura. Podía aguantar toda la porquería que hablara sobre ella, pero no sobre Berat, había sido un hombre demasiado bueno. Un año antes…. Ayse había salido de una reunión al mediodía y debía subir al apartamento en el último piso del edificio a preparar el almuerzo, era parte de su rutina de lunes a viernes, mientras la niñera bañaba a los gemelos y les vestía, ella preparaba la comida para todos y ese día no era la excepción. — Hola Elmas, ¿Dónde están mis príncipes? — Están jugando en su corral, estaba preparando el baño como siempre. Se acercó a la puerta de la pequeña ha
— Tal como te comenté es la información que he podido recolectar hasta ahora, creo que realmente no es de nuestra incumbencia en qué momento le pidió matrimonio y porque espero para reconocer a sus hijos, ¿Por qué deberíamos inmiscuirnos? — Tienes razón, solo intentaba reconocer su carácter, entender sus valores como persona para poder confiar en su ética de trabajo — , explico intentando disimular pues se estaba poniendo en evidencia. — Creo que de eso se tratara esta primera etapa de este proyecto, saber cómo trabaja cada grupo fortalezas y debilidades, lo mejor es concentrarnos en eso. — Mejor vayamos a desayunar y estemos listos para continuar con el trabajo. — Así se habla, con ánimos de afrontar este nuevo reto. Tomaron sus cosas y cuando salieron al pasillo se encontraron de frente con Ayse quien venía de hacer ejercicios y se sentía con las energías renovadas. — Buenos días señora Kaya. — Buen día, señor Demir y… señor Yilmaz. — A usted, imagino que aún no ha v