Ayse llegó se reunió en la entrada con su asistente Elif visiblemente afectada, ver a Yosuf le había afectado más de lo que hubiese deseado, por años se había preparado para ese momento y sentía que había fracasado en mantenerse fría.
—Señor Demir, que tenga un excelente día, mañana les contactaremos, intentó sonar profesional cuando sentía que el corazón se le saldría del pecho.
—Un placer señora Kaya y señorita…
—Elif, Elif Yavuz.
—Un placer me encantará trabajar en equipo con ustedes—, y estrechó sus manos rápidamente, las vio irse como si escaparan de algo y se preguntó si había alguna confrontación.
Cuando finalmente se le unió Yusuf decidió no preguntar, lo conocía lo suficientemente como para saber que se encontraba afectado por algo, pero después de un rato decidió romper el hielo.
—A pesar de todo nos fue bien jefe, ¿no te parece?
—Si.
—¿Quieres ir a almorzar para celebrar?
—No.
—Si sigues respondiendo con monosílabos me voy a preocupar.
—No pasa nada, solo que está idea de compartir un proyecto a gran escala con una empresa pequeña y sin tanta experiencia no me hace gracia.
—Se ven profesionales y seguras creo que nos irá bien.
—Eso espero.
—Creo que con los días las cosas se calmarán y nos irá bien a pesar de la sorpresa e incomodidad inicial.
—Deberemos esperar la planificación que hará el cliente.
Ayse llegó a la oficina y se encerró, necesitaba un momento para encontrar serenidad y retomar su estado de ánimo, su mente evocó un recuerdo del pasado.
Estaba asustada y apenada a partes iguales de ir al médico como madre soltera, en un principio creía que sería juzgada por la sociedad, así que mintió y les dijo a todos que era una madre viuda.
—Señora… ¿Ayse Aslan?
—Sí, diga—, incómoda y apenada de no haber escuchado lo que le la secretaria le dijo.
—Puede pasar a la consulta.
—Se lo agradezco.
Se sentía con una mezcla de emociones tristeza de estar sola en una etapa tan feliz, pero a la vez con la ilusión de ver por primera vez a su bebé, cómo también miedo de lo que afrontaría sola.
Aquella tarde le dijeron que no eran uno sino eran dos los bebés y todavía recuerda las palabras de Berat allá respecto, "te prometo que como mi hija que siento que eres, a mis nietos nunca les falta nada"
Estaba tan agradecida con él, lo extrañaba, era su mentor, su única familia y desde que murió se sentía desprotegida, pero como le prometió durante su enfermedad no dejaría que volvieran a pisotearla.
Regresó al presente y decidió anticiparse a la reunión del día siguiente, construirían tres fábricas en diferentes ciudades y debía dejar a los niños en algún punto al cuidado de su niñera cosa que no le gustaba en lo más mínimo, pero no había solución.
Esa noche al llegar a casa sus pequeñas voces llegaron hasta ella al abrir la puerta, —Mamá, llegaste—, dijo Kan abrazándola, los dos eran como gotas de agua, pero con personalidades distintas, él solía ser más cariñoso y protector era mayor apenas por unos segundos pero se lo tomaba muy en serio.
—Mami, Kan me quito mis carros y no me dejó jugar—, Ayse sonrío pues eso era todos los días que la esperaba para hacer el juez de sus peleas de todo el día, fuera por juguetes o por algún postre especial.
Ella con paciencia se agachó a su altura con una sonrisa y le dijo, —Estoy segura que tú hermano solo quería jugar contigo, pero no supo pedírtelo, pero ahora mismo mientras mami se da una ducha para hacer la cena ustedes la esperarán jugando juntos como los hermanos más unidos que existen.
Ambos niños se miraron midiéndose el uno al otro y como solía pasar después de unos segundos se abrazaron y se fueron a jugar, en ese momento se acercó su niñera, —Hola Elmas, ¿Cómo te fué con los niños hoy?
—Excelente señora Ayse, son unos ángeles cada día más inquietos, inteligentes y creativos.
—Normal a su edad, solo espero siempre conducirlos con amor y sabiduría.
—Son unos niños felices no hay duda, por cierto, no desea que los atienda está noche se ve agotada, no tengo problema.
—Cansada siempre estoy, pero sabes que es mi regla para que tú descanses y para atender a mis niños, las noches son para ellos y no quiero cambiarlo, los baño, les doy su cena y les leo un cuento, por esas horas soy su madre al 100% y me encanta.
—Realmente es admirable sé que trabaja muy duro.
—Ellos son mi motor, pero gracias a ti y a la tía Yasemin he podido alcanzar el éxito sin que los niños estén solos.
—Recuerdo cuando los llevaba a la oficina o mientras trabajaba en la primera sede, subía y bajaba constantemente de la oficina al pequeño apartamento para darles pecho y atenderles, para mí es admirable.
—Eran unos días de locura—, apenas dormía un par de horas por día entre alimentar y dormir a uno y después repetir la acción con el otro, que tiempos, agotadores, pero son mi mejor regalo.
—Dos chicos hermosos.
—Por cierto, si alguien pidiera información sobre ellos no les comentes nada antes de autorizar.
—De acuerdo.
Aquella noche cumplió su rutina y luego de dormir a sus bebés y darles un beso en la frente se retiró a la habitación.
Allí en su cama en medio de la oscuridad se dio un espacio para recordar aquel encuentro, estaba más atractivo, más maduro y de cuerpo definido, sus ojos verdes aceituna y mirada profunda aún la dejaban sin aliento.
Pero nada de eso borraba el dolor y amargura que la acompaño hasta ahora así que se quitó aquellos pensamientos de la mente y se concentró en el reto del proyecto, era un éxito el haber ganado la contratación y le demostraría a todos que estaba a la altura.
La mañana siguiente…
—Si me permite una sugerencia, ya que se trata de tres construcciones, siendo la de mayor envergadura la que se realizará dentro de Estambul creo que abarcaríamos mucho más si nos dividimos, Construcciones Kaya y las otras dos un poco más por Yilmaz.
—Entiendo su punto de vista y quizá tenga razón así sería más fácil y rápido quizá pero cuando hablamos de trabajo en equipo nos referimos a que ambas empresas trabajen juntas en las tres construcciones.
—Disculpe la insistencia, pero ¿cuál es el motivo de tal decisión?—, insistió Ayse.
—Queremos uniformidad en los diseños y estándares de los tres edificios y eso solo se logra trabajando en conjunto.
Yusuf sentía cierta satisfacción de ver la incomodidad que su ex mostraba, así que le susurro cerca del pulido, —Te estás poniendo en evidencia, van a pensar que tienes problemas personales conmigo.
—No seas tonto ¿Por qué los tendría?
—Porque te pongo nerviosa.
En ese momento se vieron interrumpidos nuevamente por el representante del consorcio contratante quien establecía algunas pautas.
—La primera sede a visitar será la de Bursa sé que está solo a tres horas, pero se coordinó el hospedaje y todo lo necesario para permanecer dos semanas allí, partirán mañana.
En la mente de Ayse solo podía pensar en que trataría de mantenerse alejada por completo de Yusuf, no quería darle la oportunidad de enterarse de nada.
—Irán con chóferes asignados y en este caso irán ustedes en un vehículo y el otro sus asistentes para que puedan compartir información—, Ayse solo pensaba cómo soportaría a un hombre que odiaba por tantas horas.
Mientras Yusuf sonriendo pensaba en que le haría la vida imposible por apartarse de él y su rechazo constante.
El día siguiente llegó de prisa, entre delegar funciones en el trabajo y en casa girar instrucciones sobre el cuidado de los niños, se le hizo tarde entre hacer la maleta y lograr que los niños se durmieran luego de su inesperado viaje, sin embargo, los primeros en levantarse fueron los gemelos.
—Pensábamos que te habías ido mami y mi hermano y yo queríamos despedirte—, aseguró Kan.
La calle estaba silenciosa debido a la hora por lo que advirtieron que se había detenido un carro y corriendo curiosos a la ventana a asomarse, —Mami, creo que ya llegaron por ti.
—Chicos, no se asomen es de mala educación—, les dijo su madre para apartarlos, aunque su preocupación era que no los hubiesen visto, los despidió con un beso y un abrazo y luego salió de su casa.
Entregó la maleta al chófer y éste le abrió la puerta.
—Buenos días, Yusuf.
—Buen día, no sé si es el sueño, pero me pareció que acabo de ver por un instante unos niños en la ventana, ¿quiénes son?
—Buen día, no se si es el sueño pero me pareció que acabo de ver por un instante unos niños en la ventana, ¿quiénes son? Ayse se quedó viendo fijamente a Yusuf sin saber qué decir, y tras un terrible silencio, se aclaró la garganta. — ¿Qué tienes tú que preguntar por quienes estén en mi casa Acaso yo te he preguntado por tu vida personal? — Si lo haces no tengo problema en contestarte pues no tengo nada que ocultar, pero creo que tú quieres mucho más que compartir que yo. — Mejor déjalo ya no tengo nada que darte explicaciones de mi vida y mucho menos después de tanto tiempo vinimos a hacer un trabajo y nada más. Otro silencio terrible… Yusuf se volvió hacia esta hermosa mujer con un suspiro —Siento lo de tu madre supe que murió al poco tiempo que te fuiste, pero no tenía donde darte mis condolencias. — Te lo agradezco, supongo que al final simplemente no estuve allí para ella, me fui lejos y cuándo pude llamarla ya la habían enterrado. — ¿Así que nunca volviste a Ant
— ¿Cómo me engañaste tanto?, por años te añore, pensaba en ti con dolor imaginando que pasabas por soledad y quizá carencias. — ¿A qué viene esto? — ¿Es por eso que tu madre te echo de la casa verdad?, ¿Por qué descubrió el tipo de mujer en el que te convertiste? Ayse sintió como si le tiraran un vaso de agua helada en la cara. ¿A qué se refería?, quizá sabía del nacimiento de los gemelos, pero ¿Cómo podría saber que eran suyos? — No sé a qué te refieres, necesitas calmarte y respetar mi espacio personal. — ¿Cómo pudiste entregarte a un hombre que te llevaba cuarenta años?, ¿Me reemplazaste con él por dinero verdad? Ayse soltó el puño cerrado y dejó escapar un suspiro. — Si ya tienes decidido el tipo de mujer que soy qué haces aquí, porque estás acosándome. — ¿Me negaste tu cuerpo a mí que fui tu primer hombre a quien le entregaste tu inocencia solo por dinero? — ¿Entonces entiendo que a ti lo único que realmente te importa es tu orgullo herido?, quizá era mejor hombre
Esa noche, después de Yusuf se fue, Ayse se sentía indignada, intentando recuperar el aliento se sentó en la pequeña terraza de la habitación para que le diera el aire fresco.¿Cómo era posible que aquel hombre se sintiera con derecho de irrumpir en su vida para juzgarla?, ¿Cómo le había permitido acercarse y tocarla?, no podía permitirse que derrumbara sus defensas, ahora más que nunca debía mantener su postura. Podía aguantar toda la porquería que hablara sobre ella, pero no sobre Berat, había sido un hombre demasiado bueno. Un año antes…. Ayse había salido de una reunión al mediodía y debía subir al apartamento en el último piso del edificio a preparar el almuerzo, era parte de su rutina de lunes a viernes, mientras la niñera bañaba a los gemelos y les vestía, ella preparaba la comida para todos y ese día no era la excepción. — Hola Elmas, ¿Dónde están mis príncipes? — Están jugando en su corral, estaba preparando el baño como siempre. Se acercó a la puerta de la pequeña ha
— Tal como te comenté es la información que he podido recolectar hasta ahora, creo que realmente no es de nuestra incumbencia en qué momento le pidió matrimonio y porque espero para reconocer a sus hijos, ¿Por qué deberíamos inmiscuirnos? — Tienes razón, solo intentaba reconocer su carácter, entender sus valores como persona para poder confiar en su ética de trabajo — , explico intentando disimular pues se estaba poniendo en evidencia. — Creo que de eso se tratara esta primera etapa de este proyecto, saber cómo trabaja cada grupo fortalezas y debilidades, lo mejor es concentrarnos en eso. — Mejor vayamos a desayunar y estemos listos para continuar con el trabajo. — Así se habla, con ánimos de afrontar este nuevo reto. Tomaron sus cosas y cuando salieron al pasillo se encontraron de frente con Ayse quien venía de hacer ejercicios y se sentía con las energías renovadas. — Buenos días señora Kaya. — Buen día, señor Demir y… señor Yilmaz. — A usted, imagino que aún no ha v
Ayse de pronto se vio sin más confrontada con su secreto, su mayor temor parecía estarse haciendo realidad ante la pregunta de Yusuf y el noto su duda así que insistió, — ¿Por qué escondes a tus hijos?, ¿Acaso a tu difunto esposo le avergonzaban porque parecía su abuelo? — , dijo con ironía mostrando una sonrisa en los labios.Fue ese el momento en que ella se percató que en realidad él no había descubierto nada así que de inmediato, — En primer lugar, como te lo respondí antes no te debo ninguna explicación de mi vida, pero en respuesta a tus preguntas mi esposo se sentía orgulloso de sus hijos nunca fue de los que se dejaban llevar por terceros como otras personas. — ¿Si lo dices por mí? — Ya lo que hagas o dejes de hacer con tu vida no es mi problema ni me interesa y si no digo nada sobre mis hijos es porque es mi vida personal, no quiero ni tengo por qué darle explicaciones a nadie, creo que deberías ocuparte de tus asuntos y dejar a los demás en paz.De pronto él se sintió est
Sila de inmediato sintió curiosidad por lo exaltado que veía a su hijo, — Vamos, deja el misterio ya y dinos que pasa. — Apareció después de tantos años Ayse la hija del ama de llaves el antiguo amor de Yusuf, supongo que la recuerdas.Claro que ella la recordaba perfectamente, — Pero, ¿cómo es posible que se reencontraran? — En la obra que acaban de comenzar, ha sido una coincidencia supuestamente. — Seguro esa mosquita muerta lo hizo a propósito y ¿qué sabe de ella? — Que tiene dos hijos… — Por lo menos está casada. — No estés tan tranquila, es viuda y ahora adinerada. — Tal como siempre lo pensé, esa chica solo estaba tras el dinero, primero enfoco su interés en nosotros y luego buscó otra opción más lucrativa. — ¿Crees que debemos intervenir para que el estúpido de mi hermano no caiga en la tentación? — No podemos ser tan evidentes, déjalo en mis manos, pero debes ir Estambul y averiguar todo lo que puedas de ella, absolutamente todo, debemos saber a qué nos enfrentamos
Esa misma noche mientras Ayse viajaba de regreso a su casa recibió un mensaje de su amiga Yasemin que le indicaba que se encontraba en casa, había comprado una pizza para compartirla con los niños y ver con ellos una película animada.Su amiga la conocía muy bien, sabía lo importante que era para ella que sus niños, que se sintieran a gusto y además bien cuidados, por ello no le extraño que al tener unos días libres su decisión fuera regresar a casa.Para otros quizá era la oportunidad de disfrutar de un momento de esparcimiento, pero ella prefería mil veces pasar el fin de semana con sus niños que, con extraños, siempre ha sido de esa manera aún antes que los niños nacieran.Y Yasemin durante todo este tiempo había servido como un gran apoyo, todavía podía recordar cuando Berat la contrató, que apenas se instaló llamó a su amiga quién además perdió su trabajo por tratar de interceder en su situación y Yusuf la despidió.Ayse abogó por ella para un trabajo y unos días después llegó un
Yusuf despertó aquella mañana sintiéndose aún sin quererlo un poco miserable y disgustado, no quería pensar en Ayse pero parecía inevitable, allí estaba en la cama en medio de su cama reclamándose por pensar en ella, una mujer despreciable y calculadora. Decidió que lo mejor era intentar disfrutar el fin de semana en aquel hermoso lugar, así que se levantó y fue por su amigo a su habitación, el plan era desayunar y luego planificar que hacer durante el día, al abrirle este se encontraba recién levantado. — ¿Si recuerdas que hoy es sábado verdad? — Por supuesto, pero no pensarás quedarte toda la noche en casa verdad. — Ya no claro, mejor pasa — , Yusuf ni noto el sarcasmo en su respuesta pues su mente estaba en otra parte, fue directo al sofá que daba con la ventana y no dijo nada más, Asaf giró los ojos y pensó en que su amigo se estaba comportando muy extraño y eso solo tenía una causa, la viuda. Una vez estuvo listo avisó a su amigo que aún se mantenía ausente, — Listo vamo