"No va a pasar nada" mmmm....
Capítulo 51 —Finalmente había llegado...Narrador:Cédric giró por el camino de tierra que se abría entre los árboles y descendía suavemente hacia la finca. Las ruedas del coche apenas hacían ruido sobre la grava. El sol ya se había ocultado del todo, y la penumbra del atardecer se había convertido en una oscuridad amable, recortada por las luces bajas que delineaban la entrada.La finca era suya. Un lugar que no solía compartir con nadie; ni con colegas, ni con conocidos. Ni Charlotte sabía siquiera que ese lugar existía. Era su refugio, su santuario. Y esa noche, por primera vez, lo abría para alguien, pero no un alguien cualquiera, lo abría para ella.Detuvo el coche frente a la entrada principal, bajó sin prisa y cerró la puerta con cuidado. Llevaba su bolso colgado del hombro y una botella de vino en la mano. La camisa perfectamente abotonada hasta 3 botones antes de llegar al cuello, las mangas aún sin arremangar. Todo en él era orden, contención, control… pero por dentro el cora
Capítulo 52 —Mi refugioNarrador:El coche avanzó con lentitud por el sendero curvado de tierra, iluminando los árboles a cada lado con sus faros. El motor se apagó justo frente a la casa, y por un segundo, solo quedó el sonido del viento entre las ramas y el fuego crepitando a lo lejos dentro de la chimenea.Cédric se acercó sin apuro, con las manos aún en los bolsillos y el corazón palpitándole como si no tuviera ningún entrenamiento para disimular. Se detuvo junto a la puerta del chofer, la abrió con un gesto natural, como si no estuviera al borde de la respiración contenida.Desirée giró el rostro hacia él. Su expresión era neutral, pero sus ojos… sus ojos decían que también estaba conteniéndose.Descendió del coche con lentitud, no por efecto, sino porque el momento lo exigía. Llevaba puestos unos jeans ajustados, zapatillas deportivas, una sudadera gris que parecía demasiado cómoda como para ser accidental. El cabello recogido en una coleta alta le despejaba el rostro. Estaba com
Capítulo 53 —Por una noche sin ruido… y sin demonios.Narrador:Desirée cruzó la cocina sin decir nada más y se acomodó en uno de los taburetes altos frente a la isla. El asiento era firme, la altura perfecta para mirar sin incomodar, para observarlo sin tener que justificarse. Por una noche sin ruido… y sin demonios.Apoyó los codos en la encimera con naturalidad y soltó el aire como si eso pudiera aplacar algo.Cédric, sin romper el ritmo de lo que hacía, tomó una copa de vino ya servida de una bandeja a un costado y se la acercó.—Para ti —dijo, sin mirarla de frente.Ella la aceptó sin decir nada, envolvió el cáliz con ambas manos y bebió de un trago largo, casi desesperado.El vino era suave, oscuro, con cuerpo. Ni siquiera sintió el sabor.Cédric la miró con una ceja levemente alzada.—Despacito —murmuró, sin reprimenda, solo con esa voz cargada de segundas intenciones que ni siquiera intentaba suavizar.Sin esperar, volvió a tomar la botella y le sirvió de nuevo, con calma.Desi
Capítulo 54 —Al bordeNarrador:Desirée sostuvo la mirada un instante más, como si evaluara si quería seguir empujando o no. Pero luego asintió, apenas, como quien reconoce un límite sin discutirlo.Cédric tomó su copa y bebió un poco más de vino, como para enfriar la tensión que se había colado entre los dos.—Mejor háblame de otra cosa —añadió él —No sé… ¿cuál es tu peor manía? —preguntó, con un leve intento de alivianar el momento.Ella lo miró de reojo, una sonrisa apenas torcida dibujándose en los labios.—¿Además de venir a pasar el fin de semana con el esposo de mi madre?Él soltó una carcajada breve, genuina, bajando la cabeza como si intentara contenerla.—No tienes remedio, Desirée, pero te diré que esa… puede que no sea una manía, esa es directamente una locura.—Una de tantas —dijo ella, levantando la copa para brindar —Pero esta tiene mejor comida que las anteriores.Y aunque el vino bajaba con suavidad y los platos se iban vaciando, lo que verdaderamente los estaba alime
Capítulo 1 —Una despedida de soltero cualquieraNarrador:La música vibraba en el suelo y las luces danzaban como llamas entre la multitud. Ella entró al club nocturno junto a sus amigas, después de una larga semana en la oficina. No esperaba nada fuera de lo común. Solo quería beber algo fuerte, bailar un poco y olvidar que su vida estaba completamente programada.Tenía veinticuatro años, era abogada, decidida, con una belleza que llamaba la atención sin que lo buscara. Llevaba un vestido negro que marcaba sus curvas con la elegancia justa para destacar, pero no parecer desesperada por hacerlo.—Mira allá —murmuró una de sus amigas —Un grupo de hombres celebrando. Parece una despedida de soltero.—¿Cuál será el afortunado? —preguntó otra con una sonrisa maliciosa.Ella los observó. No se interesó en los que hacían ruido, en los que brindaban o se reían escandalosamente. Su mirada se detuvo en el hombre apartado del grupo, de pie junto a la barra. Llevaba la camisa blanca arremangada,
Capítulo 2 —Aquella nocheNarrador: El silencio en la habitación estaba roto apenas por el sonido de sus respiraciones entrecortadas. La sábana a medio cubrir, la piel húmeda, el cuerpo aún vibrando del orga*smo. Ella yacía boca arriba, con los ojos en el techo, mientras él, a su lado, seguía mirándola como si aún no pudiera creer lo que había pasado.—Aún no me has dicho tu nombre —murmuró él, con la voz grave y cargada de deseo contenido.Ella giró el rostro hacia él, con una sonrisa ladeada, aún sin aliento.—¿Y tú el tuyo?Él estiró la mano y le retiró un mechón de cabello de la frente.—Damas primero.—Lucía —dijo ella, sin pestañear.—Daniel—respondió él, después de un segundo de pausa, como si saboreara la idea de decirlo solo para ella.—Encantada, Daniel —susurró, con una sonrisa pícara —Aunque creo que ya nos conocemos bastante bien, asi que nada de apellidos.—Todavía no lo suficiente —murmuró él mientras se inclinaba sobre ella otra vez.La besó, lento al principio. Su le
Capítulo 3 —La invitaciónNarrador:El sonido de las llaves al caer sobre la mesita de entrada fue lo único que anunció su llegada. La joven cerró la puerta de su apartamento y se quitó los tacones como si le pesaran siglos. Aún tenía las mejillas encendidas y los labios sensibles. Se pasó los dedos por el cuello, allí donde él la había besado con fuerza, dejando marcas que no se borraban tan fácil.—¿Dónde demonios estabas? —preguntó su amiga Margot desde el sofá, con una taza de café en la mano y cara de curiosidad insatisfecha.Desirée soltó un suspiro mientras caminaba directo a la cocina.—No me lo vas a creer.—¿Te fuiste con uno de la despedida de soltero?Desirée se quedó en silencio, tomó una botella de agua y se la llevó a los labios. Cuando volvió a mirar a Margot, tenía una sonrisa maliciosa pintada en el rostro.—No solo me fui con él... me lo follé como si el mundo se fuera a acabar esta noche.Margot abrió los ojos como platos y se enderezó en el sofá.—¡No jodas! ¡¿Des
Capítulo 4 —Regreso a casaNarrador:Desirée se sentó frente al espejo y comenzó a peinarse. Intentaba parecer tranquila, pero había una inquietud que no podía explicar. Un nudo en el estómago. Como si algo no terminara de encajar.—Me da igual. Solo quiero cumplir, sonreír, tomarme un par de copas y desaparecer.—Claro… como la noche del club.Desirée la miró por el reflejo. Margot alzó su copa con una sonrisa cínica.—No te preocupes, Desirée. Es solo una boda más… ¿qué podría salir mal?El motor del auto zumbaba con suavidad, y el paisaje se deslizaba por la ventana como si no quisiera ser visto. Desirée conducía con una mano en el volante y la otra apoyada sobre su muslo, los dedos tamborileando con impaciencia. El vestido rojo colgaba cuidadosamente en el asiento trasero, protegido con una funda plástica, como si fuera más importante que todo lo que sentía en ese momento. No había música. Solo el sonido del camino y sus pensamientos.Hacía años que no veía a su madre. Ni llamadas