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4. ¿Quién es este hombre?

❝ La primera justicia es la conciencia ❞ — Victor Hugo —

A causa de aquello empecé a adentrarme a las aguas algo inquieta sin perderle absolutamente de vista — ¡Padre! — cuestioné por segunda vez, pero de él palabra alguna no salía, preocupada empecé a avanzar más rápidamente luchando contra la corriente queriendo llegar temiendo probablemente lo peor.

Cuando finalmente me aproxime a su lado por tercera vez le llame, pero papá no contestó, por lo que a causa de aquello me vi obligada a llevar mi mano derecha hacia su brazo más próximo el izquierdo perturbando así su pasividad.

— ¿Qué sucede? — cuestione no muy bien vi como aquel había desviado su mirada hacia mi y quien mantenía una expresión lo más parecida a la tristeza ahora alojada visiblemente en sus ojos.

Y a pesar de mi pregunta, bueno aquel no contestó, parecía perdido sumergido en su propia mente la cual le impedía permanecer en el presente, por lo que, queriendo obtener respuestas por mis propios medios hice a mi padre a un lado aprovechando la corriente junto a su desganes y tomando su lugar en aquel espacio finalmente lo pude ver, la razón de su espanto.

El cuerpo de un hombre totalmente desnudo de pelo negro aparentemente largo hasta los hombros, musculoso y bastante bien dotado “valla que lo debo de admitir” yacía allí batallando casi sin fuerzas contra la corriente, estaba semiinconsciente cosa que descubrí una vez que acerqué mis manos hacía su ser queriendo averiguar cuál era su estado, y así fue que descubrí que en medio de tales circunstancias aquel seguía aferrándose a vivir pues sus dedos no se apartaban de una roca cercana con la que se mantenía fijo en el mismo sitio.

Papá seguía sumergido en sus pensamientos estaba como perdido en su propia mente sus ojos parecían que incluso habían perdido la luz que le caracterizaba como si la propia imagen le hubiese arrebató algo de sí mientras su mirada se encontraba dirigida hacia abajo carente de emoción.

Mientras revisaba a aquel hombre aquello era algo que yo podía notar, pues, los ojos de papá a pesar de encontrarme enfocada en lo que hacía, yo no los podía apartar.

— Está vivo — repetí una vez aparte mis dedos de su cuello tras corroborar como su corazón aún latía, descubriendo a fin de cuentas cuál era su estado.

— Estás segura — dijo en un tono más animado tras levemente volver en sí.

— Sí, muy segura, está algo débil, pero vivirá.

— Qué alivio — serenamente tras aquello respiró y tras unos pocos segundos algo más calmado aquel comentó — necesito tu ayuda cariño mío — indicó mientras por unos segundos fijamente me observaba.

— Sí, padre, que necesitas.

— Ve rápido hasta la orilla, en la mochila hay una manta ábrela y extiendela en el suelo para envolver su cuerpo.

Instantáneamente replicó aquello Varyan me hizo retroceder un poco para tomar en brazos como pudo a aquel hombre.

Una vez lo escuche le obedecí y de él me aleje buscando con ello llegar a donde se me había indicado por lo que tal y como lo pidió hacía la mochila me acerque extrayendo de ella aquel trozo de tela.

Pocos segundos después mi padre se aproximó luchando contra la corriente mientras entre dientes replicaba lo más bajo que podía y que aun así yo comprendía.

— ¿Quién te hizo esto querido amigo? — lo escuchaba como al viento parecía cuestionar bastante molesto de paso antes de depositar a aquel sujeto sobre la manta.

— ¿Qué significa eso? — dije queriendo obtener respuestas — acaso lo conoces — le increpé a sabiendas de que le había escuchado, pero tal y como hace un momento de él no recibí razón alguna.

Mirando su cuerpo ahora allí yacente y carente de reacción se me hizo inevitable no notar lo gravemente que había sido lastimado, ya que al verle tendido dentro del agua no había sido capaz de percatarme de ello.

En su brazo y costado izquierdo tenía dos heridas bastante profundas que más que nada aparentaban ser hechas por unas garras que se habían dado a la tarea de dañarle de aquella manera, con maldad y evidente perversidad.

De aquellas zonas aparentaba haber perdido bastante sangre la suficiente como para permanecer sumergido en aquel estado de trance y fue a causa de aquello ante la propia manifestación bestial que todo singularmente cambio tras la esencia que emanaba su piel inundar mi sensible olfato.

El aroma a lobo se adentro a mis sentidos tan fuerte como si aun a pesar de aquel encontrarse inconsciente, el mismo buscase de manera abierta darse a notar.

Un perfume propio de los dioses salía de aquel sujeto inundando todo alrededor, su sola esencia me hizo sentir sutilmente intranquila, pues un extraño y nada familiar calor recorrió mi cuerpo sin reparo que más que nada perturbaba mi tranquilidad removiendo sensaciones de paso nada conocidas por mí que revoloteaban justo en mi bajo vientre.

— Debería despertar — repliqué aún a pesar de tener mis dudas al respecto — sus heridas no parecen tan críticas.

— Sí, pero no lo hará — indicó mi padre con una aptitud algo severa mientras me observaba con firmeza — necesita tratamiento, tiene otras heridas igual de graves en su espalda, necesitamos llevarlo hasta la cabaña lo antes posible, pues solamente allá podré ayudarlo.

Con gran molestia aquellas palabras recorrieron mi oído y a causa de aquello fue inevitable que no diera mi negativa con respecto a aquel asunto — como que a la cabaña padre, acaso he escuchado bien, realmente piensas llevar a este hombre a nuestra casa.

— Sí Aysun, lo llevaré con nosotros.

— Pero porque, no es tan importante, podemos darle tratamiento aquí de ser necesario y luego de que despierte, pues, que se las ingenie, su presencia podría llegar a ponernos en gran peligro y aunque suene egoísta, sabes bien que tengo razón.

— Pues porque yo lo digo Aysun, él irá con nosotros y yo no lo voy a abandonar, punto.

— ¡Pero padre! — volví a cuestionar, pero él solo me ignoro dejándome en claro que por más que insistiera aquel sin dudas no cambiaría de opinión.

Encogiéndome de hombros, me quedé en un rincón esperando a que aquel terminase de prepararle, pues hasta llegar a casa debía de medianamente vendarle para así evitar que este siguiera desangrándose.

Como necesitábamos llegar lo antes posible papá se transformó en lobo y sobre su lomo con mi ayuda acomodo a aquel hombre, mientras que yo aprovechando el momento necesitando por consiguiente seguirle el paso igualmente en loba me transforme.

Gracias a ello en poco tiempo a la casa llegamos, aunque realmente nuestro hogar no estaba demasiado lejos, el sendero está medianamente cerca del río aunque realmente se diga lo contrario, claro, porque relativamente nos hemos acostumbrado.

Ya delante de la morada ambos ahora transformados en humanos rápidamente entramos en ella, el cuerpo de aquel hombre papá lo depositó sobre la mesa central hasta prepararnos.

Cuando nuestra desnudez se vio cubierta a la sala nos dirigimos y papa llevo consigo toda la indumentaria necesaria.

— Sé que será extraño para ti, pero necesito que me comprendas, a este me lo llevaré hasta tu recámara necesito curarle y no puedo distraerme en lo absoluto, además que será más que necesario que guarde completo reposo las próximas horas hasta que ver que su cuerpo empiece a curar.

Como lo planteo lo hizo y yo ni objetar ni siquiera pude, negarme tampoco se me permitió, pues, antes de que pudiese hacerlo hacia el pasillo que da en dirección hacia mí recámara aquel desapareció, cerrando la puerta tras de sí.

Casi una hora después mi padre salió con el rostro casi desfigurado por la impresión como si estar con aquel hombre en aquella recámara habría dejado en su ser un tremendo mal sabor de boca.

Preguntar al respecto de qué era lo que sucedía realmente no era algo que yo quería hacer, la molestia por su tan insólito comportamiento había dejado detrás de sí el propio sabor en mí de la desilusión, pero aun así aquel insistió.

— Por si te interesa él estará bien.

— Y porque tendría que hacerlo, solo es un desconocido para mí.

— Solo decía Aysun, deja de ser tan tosca.

A pesar de su reclamo en vez de sentirme mejor todo empeoro — ¿Cuándo se irá? — cuestione buscando saber cuándo aquel reaccionaria.

— Cuando sus heridas estén lo suficientemente sanas para viajar.

— Y eso que significa padre.

— Pues que se quedará aquí un tiempo.

— Esto tiene que ser una broma — dije tras la última gota de paciencia que me quedaba haberse esfumado.

— No, no lo es.

— Perfecto lo que me faltaba y de paso ahora me dirás también que yo específicamente tendré que cuidarlo.

— De hecho sí, en vista de tu presente incapacidad para cazar yo tendré que esforzarme para hacerlo doblemente y vigilar por las noches hasta que él se recupere.

Incierto era todo ya que en verdad lo que una vez conocí de él de pronto se había tornado tan extraño de un momento a otro que mi padre en gran medida realmente no parecía ser él para nada.

El hombre que yo conocía curiosamente había desaparecido, dejando tras de sí la fachada de un hombre fuerte y bastante restrictivo respecto a sus sentimientos.

— No es justo — increpe mientras me daba la vuelta con los brazos cruzados dejándome seducir por la tristeza.

Transcurrido algunos pocos segundos aquel dispuesto desde mi espalda a mí se acercó, sobre mis hombros sus manos colocó, haciéndome girar totalmente hacia él y mirándome a los ojos con algo de ternura replicó.

— Sé muy bien que detestas los cambios y te sientes vulnerable cuando alguien interrumpe en tu espacio, pero créeme cuando te digo que él no es malo, si algo conozco bien de ese hombre es que desde que tiene uso de razón ha luchado siempre por hacer lo correcto y eso significa cuidar de quienes son importantes para él hasta con su vida de ser necesario, si está aquí es sin dudas porque algo malo ocurrió, algo de lo cual evidentemente no pudo llegar a defenderse, así que mi pequeña perdóname por todo esto, pero te pido por favor que no te niegues a su estadía.

*** Bien el primer cambio, es sin dudas notable la molestia de Aysun por la presencia de este sujeto, vamos a ver de quién se trata.

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