❝ En medio de la dificultad reside la oportunidad ❞ — Albert Einsten —
Las palabras de mi padre se sentían caer sobre mí con extremada fuerza y era casi imposible de no notar que al igual que a mí esto sin dudas le había afectado.
A pesar de todo intente escucharle aunque quería tirarlo todo por la borda, sacarle por mis propias manos y a hacerle a un lado para alejarlo así de esta situación en la que él y por razón propia se estaba lanzando era lo único que quería hacer.
— Si tú lo dices padre así será — dije deseando no arrepentirme luego de haber aceptado — pues ante todo sé que si lo haces alguna razón hay de por medio, pero, perdona que me entrometa, de verdad necesito saber ¿Quién es ese hombre?
El rostro de papá se tornó algo serio ya que la pregunta en él había causado realmente efecto, por algunos segundos aquel agacho la cabeza aparentemente intentando asimilar aquella interrogante hasta que finalmente tras elevar su mirada aquel exclamó.
— Ese hombre es un viejo amigo mío, uno que aunque llevo años sin ver puedo reconocer fácilmente y a plenitud y que ya aquí y ahora por consiguiente si puedo llegar a decir que todo para ti cambiara.
— De qué hablas padre ¿Por qué para mí? — increpe confundida.
— Hablo de que ese sujeto tiene más que ver contigo que conmigo la verdad.
Desorbitándoseme los ojos de continuo apele a decir — ¡Eh! Pero cómo es eso — reclame ante la sorpresa de sus palabras.
— Esa pequeña no sería la pregunta adecuada y aunque sin dudas la hagas por ahora no puedo decir más, sé muy bien que las dudas te corroen, pero, te lo pido por favor que tengas un poco más de paciencia el tiempo todo lo aclarara.
Realmente todo en la vida cuesta y evidentemente el existir se sustenta basándonos en las múltiples pruebas que debemos de atravesar, aquellas a la larga nos otorgan un juicio claro y preciso de lo que en realidad es la vida, pero ya conmigo sin dudas ese concepto se ha superado a sí mismo con creces en más de una ocasión.
Lo peor era que aunque tal suceso parecía proporcionar un pequeño halo de luz en medio de mi total oscuridad en todo lo que representa mi inconcebible existencia e incertidumbre, lo mismo no hacía sentido la verdad.
— Entonces que si puedo preguntar al respecto, porque algo de ese hombre necesito ahora saber.
— Nada más que su nombre puedo hacer de tu conocimiento, le puedes llamar Sheis de ahí en más él deberá de decidir una vez recobre los sentidos si a ti Aysun se te hará de conocimiento quién en verdad aquel es.
Y helo allí el misterio se hacía presente a quien con menos en momentos así quisiera de paso tratar.
Papá notando mi evidente confusión no queriendo ahondar más en tal asunto tras darme un beso en la frente indicó.
— Para que puedas estar cómoda esta noche hasta que mañana pueda yo trabajar en ello, como Sheis no puede estar solo traeré mi cama y la acomodare en tu recámara aprovechando que es más grande el lugar para que por favor y te lo pido encarecidamente que lo vigiles mientras yo voy a cazar y a custodiar los alrededores.
— Es realmente necesario — pregunte segada por la molestia la cual intentaba detener detrás de una mirada indiferente.
— Sí que lo es — con firmeza replicó e instantáneamente dijo aquello aquel se alejó.
Tal y como dijo poco tiempo después aquel se encontraba acomodando las cosas en mi habitación y rápidamente tras dejar a aquel lecho dispuesto hacia un rincón próximo se marchó.
La casa sola y tan carente de vida que se percibía al papá no estar aquí hacía que en mí la perpetua nostalgia se afianzará al contemplar como aquel cuerpo inerte sobre la cama carente de toda sensación se encontraba y sin tener remedio o razón allí sin más me quedé.
De vez en cuando de aquellas cuatro paredes salía queriendo tomar un respiro, estar rodeada de tanto silencio en presencia de un extraño era algo abrumador y difícil de soportar, pero que yo podía hacer más que aguantar.
A causa de aquello termine por ponerme a organizar la leña que ya de por sí se encontraba cortada e intentando por ello tener la mente lo más ocupada posible sobre el cobertizo aún lado de mi habitación dispuesto en el exterior, acomode todos los trozos de leña antes de que hiciese más de noche por lo que por algún tiempo en aquella tarea entretenida estuve.
Durante aquello relajarme fue lo que mayormente intente hacer tanto que incluso llegue al punto de perderme del presente y de un lado a otro iba y venía poniendo todo en su lugar hasta que algo me hizo reaccionar.
De la nada la sensación abrupta de que unos ojos curiosos me contemplaban en silencio llegó a mí y mi piel por ello se erizó tanto que prácticamente de un solo clic me hizo volver al presente.
Con los últimos trozos de madera en mis manos al montón de leña causalmente organizado me acerqué acomodando por consiguiente los últimos bloques y a causa de la misma sensación hacia todos lados observé una vez me di la vuelta buscando dar con el intruso tras dar unos cuantos pasos en dirección a la espesura que al frente se encontraba y que tal vez por mala suerte la mía probablemente porque me encontraba muy despistada no pude descubrir, era eso o mi mente me hacía permanecer tan nerviosa que me hacía ver fantasmas donde no los había.
Pasado un tiempo a la casa ingresé y a la pequeña chimenea que se encuentra en aquella misma sala me acerque y por consiguiente la encendí debido a que el frío estaba empezando a azotar, así que, calentar un poco el interior de la casa necesitaba conseguir y aprovechando la ocasión sobre la brasa caliente una tetera con agua fresca coloque sin tardar.
La noche estaba empezando a caer cada vez más oscuro el cielo tornaba y ante lo inminente, antes de que los últimos rayos de luz se esfumaran encender las lamparillas alrededor de la casa igualmente me dispuse.
La última en acomodar fue la lamparilla de mi habitación lo cual aproveche para hacer una vez la coloque sobre un pequeño estante justamente encima a un costado de donde mi padre colocó su lecho para que así yo contemplara a aquel hombre pretendiendo así cuidar de él gracias a que con la habitación ya iluminada era sin dudas algo más sencillo de hacer acercándome por consiguiente a su persona.
Sentándome en el borde de aquella cama sobre su frente mi mano dispuse — está ardiendo en fiebre — dije tras percibir como las altas temperaturas se escapaban de su cuerpo.
— Necesito hacer que baje — replique en mi mente y tras ponerme de pie alejándome de él me dirigí hasta la despensa inferior alojada en aquella misma sala desde donde tomé una vasija y aprovechando la tetera que había dejado sobre las brasas llenando aquel utensilio que llevaba entre mis manos con el agua ya tibia hacia la habitación nuevamente me aproxime.
Sobre un banquillo cercano la coloqué y tomando de paso un trozo de tela desde el pequeño closet improvisado que se encuentra próximo a la puerta al interior de aquella recamara le deje caer mientras me acomodaba nuevamente en el borde de aquella cama.
Con el trozo de tela una vez lo extraje del interior de la vasija luego de deshacedme del exceso de agua fui limpiando cuidadosamente los rastros de sudor que por su frente se escurarían intentando hacer más sencillo para él aquella travesía delineando a cada paso los contornos de su rostro.
Su aspecto tan varonil estaba produciendo y eso que solo lo contemplaba bastantes estragos en mí, su rostro enmarcado por la masculinidad pura era deleitable y cada rasgo en su ser era magnífico, incluso a la simple y llana vista.
Su fina nariz armonizaba con bastante fuerza ante los demás rasgos rudos que a su rostro distinguía, la pequeña barba que cubría su mentón hacía juego perfectamente con él, sus gruesos y rojos labios parecían más que nada puertas impropias e insanas que me llamaban de una manera u otra a perderme en su ser y yo carente de juicio y razón ante ellos quería ceder.
— ¿Qué haces? Eres tonta acaso él solo es un extraño más, de esa manera debes de tratarlo — murmuré entre dientes reprimiéndome buscando batallar contra mis propios pensamientos mientras inconscientemente seguía limpiando su inerte cuerpo.
Cada vez menos entre el presente, él y el fino hilo de lo propio y de lo decente mi mente se desvanecía pérdida agonizante y deseosa.
Cada vez más y más abajo mi mano se sumergía dentro de mi propia y benevolente agonía, provocando que no me diera siquiera cuenta cuando las sábanas le retire dejándole por consiguiente bastante expuesto a la vista.
Con el trozo de tela aún empuñado, fui descendiendo desde su cuello, atravesando el centro de su pecho sumamente despacio, delineando con ello cada músculo bien contorneado que a su torso adornaba y su cuerpo cuál muralla peretne parecía ser más que nada una fortaleza impenetrable extremadamente deleitable.
Mi mano para aquel momento parecía tener mente propia y a cada segundo que transcurría parecía perderse sumergida en su desdicha.
Su ingle cuál fosa que anteponía sobre todos los medios su evidente llamado a la guerra en la cual los cuerpos carentes de sentido son sumergidos ante la puesta en escena de la lujuria dominarlos para este instante la misma anunciaba a voz en alto mi perdición cuando a pocos centímetros de mis dedos aquella ya se encontraba.
Y fue allí que ante una respuesta inconsciente quizás, que tras levantar levemente mi mirada en su dirección que pude llegar a descubrir por primera vez como sus tan fascinantes ojos grises en silencio me observaban.
Avergonzada pude sentir como el calor se me subía al rostro con rapidez, pues fue inevitable, ya que termine siendo descubierta realizando algo que se apartaba grandemente de lo casto y lo propio y a causa de aquello busque retroceder apartando mi mano de su ser, pero curiosamente antes de que yo pudiese llegar a hacerlo en pleno aire me vi vilmente capturada.
— Te tengo — indicó a aquel hombre en marcando de paso una sonrisa maliciosa en la esquina izquierda de su boca.
— ¿Qué haces? Suéltame.
— No me place hacerlo — dijo antes de tirar hacia atrás su brazo uniéndome por consiguiente a su pecho mientras nuestros labios terminaron presos de un apasionado beso que no parecía tener fin y contra el cual fuerzas yo no tenía y contra el cual gracias a la locura que me cegó por algún tiempo no parecía poder resistirme.
*** Bueno, bueno... se desató la maldad, Sheis llegó tremendo, vamos a ver si él de esta sale bien y Aysun no se desquita todo lo que este sin dudas le haga
❝ Lo único que tiene más fuerza que el miedo es la esperanza ❞ — Suzanne Colins — Llevo rato sumergido en esta oscuridad en la cual parezco encontrarme preso y de la cual no puedo escapar, el frío se hace por entre mis huesos dejándome sin fuerzas y todo a causa de aquellos miserables monstruos quienes sorpresivamente me emboscaron. — A caso este es mi fin — pensé amargamente antes de perder la poca conciencia que aún en mí quedaba y la cual esporádicamente regresaba. Entre lo poco que percibía no había nada que proporcionará un halo de luz a mi vida salvo las voces que de pronto empezaron a resonar en mi cabeza y las cuales yo creía que eran creadas por mi propia conciencia, pero que va, resulto ser todo menos eso. Cuando pude finalmente despertar vendando y recostado sobre una humilde cama en medio de una particular habitación totalmente hecha de madera me encontraba y mis heridas habían sido tratadas tan bien que no quedaba rastro alguno de quienes me hicieron esto más el dolor
❝ No olvides que lo que llamamos hoy realidad fue imaginación ayer ❞ — José Saramago — (Desde la perspectiva de Sheis) Algunos segundos prudentes transcurrieron, unos en los que yo por idiota puedo llegar a decir que verdaderamente me confié hasta que la lección más grande de mi vida sin dudas dio inicio. Todo parecía transcurrir con toda calma, como una mansa oveja aquella chica aparentaba comportarse hasta que llegó el momento justo de apartarnos. Con detenimiento a los ojos la contemplé, una expresión sumamente sería dominaba las esquinas laterales de su rostro, cosa que para mí era algo sumamente gracioso de ver, provocando que con ello algunas carcajadas salieran de mi boca, pero en ella a diferencia de mí no había reacción, ni el más mínimo intento de formar una sonrisa en ella apareció más la frialdad en toda su extensión parecía haberla tomado para sí. — Te parece gracioso — reclamo aquella haciendo que por ello yo guardara silencio por un momento antes de decir. — Sí me
❝ Soy lo que los demás no ven ❞ — Cuento Infantil — Beatriz de las Heras — (Desde la perspectiva de Sheis) Lo que era cierto, los vampiros en sus garras son capaces de desprender un veneno que gradualmente al adentrarse al torrente sanguíneo va debilitando el cuerpo en caso de ser un humano el que lo reciba este hace que se inhiban las facultades básicas de su cuerpo dejándoles a merced de aquellos chupasangres, pero en el caso de los lobos la cosa es un tanto diferente. A la uña desprenderse dentro de la piel del lobo no solo libera su bien conocido veneno, lo cual provoca una gran debilidad que los lycans medianamente pueden llegar a resistir, sino que las mismas al poco tiempo comienzan un proceso de descomposición en la cual la misma va pudriéndose llevándose tejido importante de por medio hasta formar un cuadro infeccioso el cual mata al lobo lenta y dolorosamente, claro, si ellos no logran matarte primero. — Y tanto tiempo ha transcurrido. — Podría decirse todo sucedió en p
❝ Deja que mis dedos corran por los caminos de tu cuerpo ❞ — Pablo Neruda — Una vez papá se alejó disimuladamente dirigí mis ojos en dirección a aquel hombre queriendo contemplarlo, inesperadamente al voltear terminé encontrándole de pie recostado contra la pared con la mirada perdida, además de que parecía sutilmente incómodo al contemplar como mi padre se había alejado. Su rostro y su aspecto para aquel instante de algún modo empezó a hacer ruido en mi cabeza al contemplar como su imponente figura ante mí ahora se alzaba, aquel era alto y probablemente oscilaba la misma estatura que papá ostentaba. Dándome media vuelta me acerqué hasta el escalón que da acceso al porche y justo por el lado de aquel hombre di algunos pasos antes de detenerme próxima a su vera alejada por unos pocos centímetros de su ser quien de paso no lo noto hasta el último momento. — Regresa a la cama no estás en condiciones aún de estar de pie tanto tiempo, escuchaste a papá así que obedece — dije enmarcando
❝ A la vida hay que hacerle el amor sin drama, con locura y pasión ❞ — Federico Moura — Mi mano sin tardar aquel capturó en el aire mientras enmarcaba en las esquinas de su boca una risilla llena de complacencia que solo y a sinceridad solo, me hacía sentir mucho peor. Aquel tras su evidente proeza me miró de una manera la cual jamás había sido presenciada por mí en la que el deseo y la añoranza se combinaban en una misma expresión y antes de que yo pudiera forcejear para escapar de su agarre con fuerza tiró de mi brazo y como a cuál muñeca de trapo carente de voluntad propia él mismo me hizo subir hasta la cama sin hacer mucho esfuerzo que digamos. Con un solo agarre ya puesta ante él me dominó haciendo de mis brazos los únicos elementos que yo podía usar como mi defensa directa sus fieles prisioneros de los cuales me sujeto fuertemente al tomarme de una manera bastante hábil por las muñecas. Al hacerlo directamente los llevó hacia atrás en dirección a mi espalda baja contra la cu
❝ En mi cama olor a lujuria quedo... y por las noches mientras sueño, tu aroma a perdición me acaricia... haciéndome recordar los días en los que era feliz. ❞ — Facundo Gerez — (Desde la perspectiva de Sheis) Y sí, las cosas no serían tan divertidas si yo mismo no me complicará la vida más aún de lo revuelta que la misma ya se encuentra por la cantidad de problemas que me persiguen. La verdad y lo tengo que admitir poner uno de mis famosos juegos de seducción ante aquella para mí resultó ser tan fácil, algo que se me ha de alabar por lo mismo no me pude resistir, pero realmente yo no contaba con su reacción. Aysun no solo se resistio al encanto lobuno sino que también se atrevió a medir fuerzas conmigo y vaya que era sin dudas la primera que lo hacía en mis casi cuarenta años, sino que de igual manera se atrevió a colocar leyes de por medio y aún yo sabiendo lo que podía suceder porque las cartas siempre se inclinan hacia donde más les convienen, yo acepte y selle todo como yo si
❝ La medida de lo que somos, es lo que hacemos con lo que tenemos. ❞ — Vince Lombardi — He de admitir que Sheis tiene una forma aunque algo particular si se podría decir que bonita de ver la vida pues quien diría que aquel hombre a quien considero ser tan pervertido posee un lado tierno que con solo esforzarse por intentar hacerme sonreír lo pude llegar a ver surgir. Con sus palabras junto a sus puestas con interés de querer ver la magia que aún habita en el mundo en sí me hacía sin dudas pensar que la malicia en él solo es sinónimo de lo mal que lo ha venido pasando sabrán los cielos desde cuándo y aunque no lo quería hacer pues sin más volvió a suceder y heme aquí justificando sus actos perversos y pecaminosos solamente porque la esencia de la maldad como tal no puede habitar en mí. La noche con él pese a que papá no estaba y que vamos, era evidente de que estaba ante un extraño parecía ser menos pesada de lo habitual la serenidad se podía llegar a percibir brotar desde el propio
❝ No hay pasado ni futuro, todo fluye en un eterno presente ❞ — James Joyce — (Desde la perspectiva de Sheis) La vida puede llegar a ser tan burlona a veces que ni tiempo a reaccionar nos concede, por ello nos envuelve en su innegable juego de que todo lo que pensábamos que alguna vez era bueno y que imaginábamos que era noble por un tiempo se vuelve tan bonito que cuando nos damos cuenta de que todo es una farsa es porque hace rato ya vamos en picada y en caída libre sin paracaídas directo y sin rechistar hacía las fauces de la gran bestia que nos espera hambriento por devorarnos, sin piedad y con toda malicia. Para este instante y lo puedo decir a manos llenas que realmente no habría existido otro lugar en el mundo en el cual yo pudiera llegar a sentirme mejor, con solo tener una simple taza de chocolate a mi disposición sentado sobre este tronco improvisado con Aysun frente al fuego realmente me sentía ser yo y aún mejor me sentía libre cosa la cual me he negado a sentir durante