Parada en lo alto de la escalinata a la entrada de la casa, observaba cómo las personas se alejaban, tenía la sensación de que ya había vivido eso. Y no solo eso, al entrar de nuevo en la casa, me di cuenta que la conocía a la perfección, percatándome que cada una de las cosas que estaba mirando, estaban en mi memoria. Caminé decidida buscando a Dolores en la cocina, me la encontré acomodando la gran cantidad de cosas que se habían utilizado en el entierro de mi abuela.—Dolores, necesito que le digas a Tata Julián que necesito verlo. Y ahora mismo yo ni sabía porque había dicho aquello, era como si yo lo acostumbrara a hacer diariamente. Ella se giró para mí mirándome interrogadoramente, mientras su mirada se colocó a mi lado, como si estuviera alguien allí. Hice otro tanto sin ver nada a mi lado, aunque podía sentir cierta presencia que me era familiar.—¿Niña se encuentra bien?—Dolores, aunque es la primera vez que vengo aquí, tengo la sensación de que lo he hecho antes
Vi cómo volaron cosas encima de la cómoda, y fui corriendo y cerré la ventana dando entender que creía que había sido el aire que entraba por la misma. Entonces comprendí que quién estaba detrás de mí en la habitación, no era el ser monstruoso, si no, era la primera Ángel. No sé porque en este momento tenía la sensación de que si me mantenía así, como que no sintiera nada, ella se iba a convencer de que no podría poseerme porque yo no la reconocía como un ente real. Seguía haciendo todas las cosas que acostumbraba a hacer y me arreglé, recogí el cepillo que había caído en el piso y cepillé con calma mi largo y hermoso cabello rubio, dejándolo libre a mi espalda como me lo había pedido mi esposo Julián. Reí sola feliz mirando como mis mejillas se volvían rosas ante la idea de que tenía un esposo que me amaba. Pude sentir que alguien tiraba de mi cabello, pero me hice que se me había enganchado en la silla. Salí despacio de mi habitación y caminé hacia las escaleras mientras o
¿Te imaginas que todos pudiéramos volver a vivir un año de nuestras vidas y poder cambiar todo lo que ha sucedido de malo en ella? Es lo que yo estaba pretendiendo hacer y que Julián hacía todo lo posible por impedirlo.—¿Por qué no podemos avisarle de que no viajen porque van a sufrir un terrible accidente?—¿En verdad crees que te van a creer a ti, la Baronesa del Castillo, que tuviste una premonición?—¿Por qué no?—Ellos, mi Ángel, son gitanos que toda su vida han vivido las artes de la adivinación, y que creen de generación en generación en sus culturas y en sus creencias. Cada año de su vida han hecho ese viaje porque a pesar que se asentaron en ese pueblo allá encima de las montañas, no quieren perder su esencia de Cultura, lo que los hace ser lo que son, gitanos. Por eso cada año realizan ese viaje que los lleva de lugar en lugar haciendo sus adivinaciones y sus malabares recolectan dinero de esos espectáculos y de todo lo demás para poder sobrevivir el invierno en esa
Me puse a recordar lo que había hecho los primeros días de mi llegada a la casa, no fue otra cosa que estar dentro de ella y recorrerla. Por lo pronto, eso lo había cambiado, aquí en el pueblo donde todos me miran como si hubiera salido de un cuento de terror por la manera que lo hacen. Menos mal que tuve a bien vestirme de negro, por lo que de a poco todos me dan las condolencia.—Creo que mejor regresamos a la casa— le dije a Julián que se mantenía a mi lado en silencio, lo mismo que Dolores.—Muy buena idea. Esa fue la escueta respuesta de Julián, y dando la vuelta avanzó dirigiéndose de nuevo al carruaje que estaba parqueado frente a la iglesia. A la cual me dirigí y entré en ella, diciendo una pequeña oración luego de inclinarme delante de cada una imagen sagrada. Una extraña presencia pude sentir a mi lado haciendo que me estremeciera completamente y saliera rauda a refugiarme en los brazos de Julián que ya venía a mí encuentro.—¿La sentiste?—Sí, ¿qué es?—Es ella, la br
Permanecimos aún un largo período en el que Julián trataba de enseñarme algunas cosas para que repitiera junto a él y ver si podíamos realmente regresar a nuestra realidad, nuestro presente como lo habíamos vivido y no estar atrapados en este otro, un año antes. De pronto al decir un conjuro que él me había enseñado al mismo tiempo los dos, todas las luces desaparecieron, y sentí que éramos transportados a una gran velocidad dentro de esa oscuridad. Grité aterrada aferrándome lo más que pude de las manos de Julián, pero hubo un momento en que desapareció frente a mí, convertido en una nube. No sin antes gritarme.—Regresaré a ti mi Ángel, lo haré en cualquier forma. ¡No me olvides!—¡Julián regresa, regresa…! Lo llamé con todas mis fuerzas al ver como desaparecía, en lo que yo seguía siendo trasladada a gran velocidad por dentro de aquella oscuridad que no podía comprender, hasta que todo se detuvo. Me vi de pronto frente a mi casa, la cual encontraba realmente extraña y me
Al decir esto se volvió a quedar mirándome fijamente, como si tuviera miedo de que perdiera la razón o algo por el estilo. Y es que realmente me estaba comportando algo extraño, porque ya había comprobado de que había avanzado más allá del año y tenía miedo de que ese Julián que ella mencionara, no fuera el mío.—Dolores no me hagas caso, solo estoy muy cansada. ¿Qué querías decirme?—¿Niña puedo pedirle un gran favor?—Seguro, lo que quieras.—Mire niña, yo sé que mi hija fue engendrada por un demonio, y que no tengo derecho a pedir que la lleve con usted, pero es mi hija y yo no tendría el valor de dejarla aquí sola, además, creo que Diego debería también venir con nosotros. — ¿Diego? ¿Cuál Diego? Había olvidado por completo que así se llamaba el hijo de la primera Ángel y que era el que estaba representado en la estatua del jardín interior.—¿Cuál va a ser? El hijo de Ángel con los demonios, ellos se amaban mucho, yo no sé si eran hermanos o no, lo cierto era que no podían viv
Definitivamente ese no era mi Julián y al parecer se había olvidado de todo lo anterior. ¿Qué iba a hacer ahora?—Señorita Ángel —Comenzó a hablar al tiempo que me separaba de su cuerpo con delicadeza para mirarme a los ojos. —Si todo sale como esperamos, le agradeceríamos mucho que hiciera eso por nosotros, e incluso esperaríamos en esta forma que estamos para acompañarla en su viaje hasta nuestra tierra, y allí que sean los sacerdotes nuestros quien nos den el descanso. Lo observé en silencio tratando de adivinar qué quería decir con eso del descanso, ¿es que acaso no era él, el que tenía que liberar a toda su gente del conjuro que había realizado? ¿No me quedaría a vivir como su reina a su lado por una eternidad? Lo miraba en silencio mientras lo escuchaba decir que al fin iban a regresar a su terruño a descansar por siempre felices, por lo que decidí seguirle la corriente sin perturbar su felicidad—¿Sería posible eso?—Sí, solamente nos vería y nos escucharía usted. Pues desp
—Solamente que mi abuelo pidió a la madre superiora lo guardara, y que usted sabría cuando debía ser utilizado, justo en el preciso momento es lo que dice. —Guárdelo usted en la caja fuerte hasta que se lo pida. —Así lo hice en su compañía. —Usted mejor que nadie debe saber que mi abuelo viajó mucho por el mundo, tratando de encontrar una cura para la maldición y que todo lo que tenemos se lo debemos a él.—Sí, él fue el encargado antes que tú niña, de preparar el camino. —Que triste que no viviera para ver que su trabajo no fue en vano —No se preocupe, que lo va a saber. Tiene visita niña.—¿Cómo lo sabes si estás aquí conmigo?—Lo sentí llegar. —Vaya, a veces se me olvida que usted está en otra dimensión.Se sonrió mientras salíamos los dos al encuentro de Dolores, que anunció un caballero militar.—¿Quién es Dolores? ¿Lo conocemos?—No lo sé señorita, todavía no le abro. —Acompáñame a ver de quién se trata. Al llegar al recibidor me encontré con un apuesto caballero, alto,