—De acuerdo, lleva uno de los carruajes y regresa lo antes posible esperaré por ti para cenar.—No hagas eso, no sé cuánto tiempo me llevará resolver el asunto con esta mujer. —Bueno, espero que no olvides que eres mi prometido y que no puedes estar con otras mujeres —le pedí haciéndome la celosa. Él sonrió encantadoramente y volvió a besar mi mano.—Lo sé querida, lo sé. ¡Jamás traicionaré a una mujer tan bella como tú! Vendré en cuanto pueda.— No vayas a quitarte el pulso que te di, sin importar qué. ¡Promételo! —exigí—No lo haré. Te lo prometo, deja de preocuparte, volveré. Volvió a darme un beso en la mano y se alejó rumbo a la puerta, la cual abrió y bajó los escalones que lo conducían al carruaje dónde lo esperaba esa mujer.—Iré con él — me dijo Julián parado frente a mí— no dejaré que lo vuelvan a poseer como la vez anterior. Me parece que esto es un complot en esta nueva realidad a la cual debemos enfrentarnos.—No dejes que los atrapen otra vez querido y regresa p
Estaba aterrada ante lo que me había dicho Dolores. Busqué desesperada los ojos del capitán para ver si era mi Julián. Para mi descontento no lo era, sus ojos permanecían siendo de un azul claro muy hermosos que me miraban con verdadera adoración. —Vamos querida, estás muy nerviosa, terminemos de comer.—Está bien, te acompañaré, ya lo hice. Nos dirigimos a la mesa y nos sentamos haciéndole una señal a Dolores de que le sirviera su cena, lo cual hizo dándome cuenta de que no era de muy buena gana. Seguía mirando a mi alrededor tratando de ver a mi querido Julián, cuando sentí que me abrazaba fuertemente, y sin poder contenerme solté mi llanto haciendo que tanto Dolores como el capitán, me miraron sin comprender lo que me estaba pasando. Este último se puso de pie rápidamente y me levantó para abrazarme después fuertemente, al tiempo que me decía—Todo va estar bien, querida Ángel, no tengas miedo jamás te abandonaré.Me estreché a su cuerpo fuertemente sintiendo como la ma
Salió de la habitación mirándome otra vez con aquella manera extraña que tenía de hacerlo, como si quisiera leer lo que tenía en mi mente. Me vestí muy abrigada y salí en busca del capitán que estaba medio dormido sentado en un sillón de la esquina, frente a lo que era mi antigua habitación.—Luis Manuel — lo llamé despacio haciendo que saltara para mirarme sorprendido al ver mi indumentaria— tenemos que ir ahora mismo a que nos case el padre Bartolomé.—¿Qué? ¿Hablas en serio? Está nevando mucho y es muy peligroso salir ahora a los caminos.—Te digo que tenemos que ir ahora mismo, o mañana no podremos, porque mandarán por ti. No puedo decirte cómo me enteré, pero lo sé, si no nos casamos hoy no lo podremos hacer jamás. Porque te enviarán lejos de mí y te obligarán a casarte con otra persona que no sea yo.Se puso de pie mirándome fijamente a los ojos, como si quisiera adivinar lo que yo estaba pensando. Le sostuve la mirada para que viera que estaba hablando muy seriamente. Por
Ahora todos estaban admirados ante la grandeza de su rey, la mujer no decía nada y tenía su cabeza apoyada en la tierra, lo cual hizo que Julián se enfureciera aún más e hiciera salir a dos ancianos de aquella extraña nube.— Saben que puedo desaparecerlos en este instante si no me dicen lo que hicieron. Y esta extraña realidad en que estamos viviendo y la cual voy a morir, debe haber sido obra de ustedes.—Solo queremos que regreses a liberarnos y a reinar —dijo un anciano de los que estaba arrodillado delante de él — no puedes traicionar a nuestra raza y casarte con una blanca.—Yo puedo hacer todo lo que me plazca y lo sabe muy bien. No pueden estar interfiriendo en lo que yo haga. Los salvé a todos y miren como me están pagando. Si no he regresado antes, es porque existe una maldición que ustedes han entorpecido y engrandecido con sus locuras. Si no lo hubiesen hecho ya, yo la hubiese roto y hubiera regresado con todos nosotros a nuestra patria. Por tal motivo les quitaré
Terminé de explicarle mirándolo fijamente, mientras trataba de entender qué estaría pensando en ese momento. Volvió a acercarse a mí y me abrazó fuertemente besando mi cabello, para luego separarse tomar mis manos y hacer lo mismo.—Eres en verdad un Ángel. Gracias por haberme elegido para ser tu compañero en esa misión que tú misma te has impuesto. Estaré muy orgulloso de ayudarte a que la cumplas. No quiero subir en el ejército hasta la cumbre, más bien quiero alejarme y tengo que encontrar una manera de hacerlo honradamente.—Conozco una, pero creo que no te va a gustar Le dije adentrándome en mi closet para buscar una ropa apropiada y vestirme sin que él me viera desnuda. Me había seguido, pero se detuvo sin entrar al tiempo que me preguntaba.—¿Puedes decirme cual?—Siempre he escuchado que los militares que se lesionan son dados de baja con honor. ¿Qué tal si te sucede algo mientras entrenas a tus hombres, o ayudas a reparar el cuartel?Volvió a quedarse en silencio ante
—Oh, querida, gracias por elegirme. Esperaré pacientemente que como yo, tu corazón se abra para mí. Está muy claro que nos faltarán muchas cosas y que quizás no hayamos empezado un amor tórrido y alucinante, y que no serán suficientes las palabras para expresar todo lo que sintamos. Pero una cosa puedo asegurar, no nos faltarán lugares para visitar, ir y dejar nuestro sueño crecer, yo te acompañaré siempre, ya sea en todas las noches de insomnio que viviremos juntos, o quizás existan días donde no todos sea risa y dicha como ahora.Sin embargo, a pesar que se nos avecinan grandes acontecimientos, sé que sabremos cómo arreglarlos entre los dos. Si algo malo nos amenaza, estaré ahí para ti y sé que tú también estarás ahí para mí, detendremos todo lo que nos lance el destino, para separarnos, ¿y sabes por qué? Porque vamos a compartir el mismo sentimiento y cuando la risa y los buenos momentos se ausenten, nos llenaremos de los recuerdos qué viviremos en esta vida que hemos decidido
Nos miramos con amor, sintiendo que nuestro amor era realmente poderoso, aún cuando nos ponía estas enorme pruebas. —¿Y qué quieres que hagamos? No he encontrado la manera de separarme del Capitán, y créeme lo he buscado. No soporto que te bese, que te toque con sus manos. Pero no me queda otra solución que aceptar lo que no ha mandado la vida. Lo único que puedo hacer para librarte de ese desconcierto, es desaparecer yo.—¡No, no amor! Deseo que te mantengas en mi vida presente, y en mi futuro, que jamás te quedes en el pasado, porque siempre, siempre, te amaré, aún dentro del capitán. —¿De veras?—Sí.—Oh, mi Ángel. El primer día que te vi no sabes cuántos sentimientos encontrados sentí en un solo instante, que no podía comprender y fueron más de los que había pasado en toda mi larga existencia. Desde ese mismo instante que apareciste delante de mí, sabía que alguien nos había destinados. No por lo que conocía de la maldición, si no que éramos uno para el otro, lo sentí clarame
Después de subir a mi habitación y tomar un baño bien caliente y ponerme un juego dormir muy abrigado, me acosté al lado del capitán Luis Manuel que estaba durmiendo apaciblemente. Aunque era de día se mantenía el día bastante oscuro, por la manera tan copiosamente en que estaba nevando. Por lo que instintivamente me abracé a su cuerpo y me quedé profundamente dormida. De pronto me desperté al sentir como sus manos recorrían todo mi cuerpo de una manera que me sorprendió y me senté de golpe en la cama.—¿Qué crees que haces Luis Manuel? —pregunté sentándome al ver una extraña mirada y sonrisa en su cara.—Nada que no hagan los matrimonios —me respondió muy serio. —Eres mi esposa y tienes la obligación de cumplir con tus deberes de esposa.—¿Qué rayos hablas? Además, que apenas puedes moverte porque tienes esa pierna cómo la tienes, dejamos todo muy bien claro antes de envolvernos en esta aventura del matrimonio. Estuviste de acuerdo en no tocarme, hasta que llegara el momento e