—Tampoco lo sabía, señorita. Aunque he presenciado a veces muchas cosas que ellos han realizado, debido a que me ha tocado cuidar muchas veces fuera del país, con personas que practican esa religión de la que está hablando.—¿Por ejemplo?—Pues me llamó mucho la atención que ellos hacen muchas ofrendas a los santos, ya sea de frutas, licores, flores y hasta sacrifican animales en su honor.—¿No me diga?—Recuerdo que una vez alguien me explicó, al preguntar qué celebraban, pues tocaban mucho los tambores y bailaban para animar a uno de ellos a caer en posesión de un espíritu de su santos y así comunicarse con él, eso era un ritual llamado el toque de santo.—Qué interesante.—También, pude ver que poseen varias formas de adivinación, cómo son el ifá, para descifrar los mensajes de los santos, hacen ofrendas a los espíritus de los muertos y algunos practicantes, se identifican como medios espirituales. También tienen rituales que según ellos, son para curar a las personas con remedios
Julián se había quedado mirándome seriamente sin contestarme, a lo que le había preguntado. Lo vi conjurar y salir completamente del cuerpo del capitán, el cual me miró sin comprender lo que estaba pasando.—¿Qué hago aquí? —preguntó mirándome unas veces a mí, y otras a Julián que estaba en su imagen del viejo Tata Julián.—Vine a informarle al capitán que ya todos los trabajos de los potreros están hechos— comenzó a hablar Julián muy respetuosamente. — También vengo informarle, que ha llegado un mensajero diciendo que vendrá la señora Lucía de la Concepción.—¿Qué? ¿Cuándo llegó ese mensaje? —preguntó y pude darme cuenta que estaba muy nervioso.—¿Quién es la señora Lucía de la Concepción? Pregunté a mí vez, pues no recordaba que hubiese existido en el pasado que conocíamos. ¿Sería por casualidad, esa mujer que había vislumbrado, en la extraña nube que se abrió delante de mí, después que apareciera la primera Ángel?—Señorita Ángel, debemos hablar a solas si me lo permite —m
—Sí, y no por ser pequeño es menos importante. Yo me crié en un colegio de monjas dónde me enseñaron que cuando contrajera matrimonio era para toda la vida, y si algún día me decido hacerlo es lo que pretendo. Pues como usted sabe en la Iglesia Católica no se permite el divorcio. Así que piense usted ahora detenidamente. ¿Quiere en verdad que yo diga que soy su prometida? ¿Sabe a lo que eso lo va a llevar si lo acepto? ¿Está dispuesto a asumir todas las consecuencias? Además que no debe olvidar otro detalle.—¿Otro?—Sí, usted vive conmigo. ¿Cómo quedará mi reputación de mujer si hago eso y rompemos al poco tiempo? Quiero ayudarlo, no me mal interprete, pero usted debe comprender la situación que me va a poner si acepto hacer eso que me pide. Si usted está de acuerdo en asumir todo lo que eso significa, lo ayudaré sin problemas. Pero piénselo usted muy bien, porque después no hay marcha atrás. El capitán se quedó mirándome fijamente como si no pudiera creer lo que yo acababa de
Ante la pregunta sorprendida del capitán, me quedé mirándolo sonriente mientras me acercaba más a él y le tomaba una mano para explicarle. Para mí todo iba demasiado lento, sé que podía estar apresurando mucho, pero quería que toda esta extraña historia terminara—Sí, tenemos que tutearnos si somos prometidos.—Cierto, cierto, querida Ángel. Todavía no puedo creer que me hayas aceptado como tu prometido. ¿ Qué es eso que me quieres pedir?—¿Puedes realizar el baile militar que hacen en diciembre en el cuartel general? Me han dicho que mi abuela siempre lo hacía aquí, pero no quiero tener esa enorme cantidad de personas dentro de la casa desconocidas por completo. Además, que no te he dicho y no tienes porqué saberlo, dentro de poco va a llegar la Madre Superiora con todos los niños de la escuela, porque los invité a pasar todo diciembre aquí, y quizás enero y febrero, porque van hacer una remodelación completa del colegio que yo mandé a hacer por encontrarse en muy malas condici
—De acuerdo, lleva uno de los carruajes y regresa lo antes posible esperaré por ti para cenar.—No hagas eso, no sé cuánto tiempo me llevará resolver el asunto con esta mujer. —Bueno, espero que no olvides que eres mi prometido y que no puedes estar con otras mujeres —le pedí haciéndome la celosa. Él sonrió encantadoramente y volvió a besar mi mano.—Lo sé querida, lo sé. ¡Jamás traicionaré a una mujer tan bella como tú! Vendré en cuanto pueda.— No vayas a quitarte el pulso que te di, sin importar qué. ¡Promételo! —exigí—No lo haré. Te lo prometo, deja de preocuparte, volveré. Volvió a darme un beso en la mano y se alejó rumbo a la puerta, la cual abrió y bajó los escalones que lo conducían al carruaje dónde lo esperaba esa mujer.—Iré con él — me dijo Julián parado frente a mí— no dejaré que lo vuelvan a poseer como la vez anterior. Me parece que esto es un complot en esta nueva realidad a la cual debemos enfrentarnos.—No dejes que los atrapen otra vez querido y regresa p
Estaba aterrada ante lo que me había dicho Dolores. Busqué desesperada los ojos del capitán para ver si era mi Julián. Para mi descontento no lo era, sus ojos permanecían siendo de un azul claro muy hermosos que me miraban con verdadera adoración. —Vamos querida, estás muy nerviosa, terminemos de comer.—Está bien, te acompañaré, ya lo hice. Nos dirigimos a la mesa y nos sentamos haciéndole una señal a Dolores de que le sirviera su cena, lo cual hizo dándome cuenta de que no era de muy buena gana. Seguía mirando a mi alrededor tratando de ver a mi querido Julián, cuando sentí que me abrazaba fuertemente, y sin poder contenerme solté mi llanto haciendo que tanto Dolores como el capitán, me miraron sin comprender lo que me estaba pasando. Este último se puso de pie rápidamente y me levantó para abrazarme después fuertemente, al tiempo que me decía—Todo va estar bien, querida Ángel, no tengas miedo jamás te abandonaré.Me estreché a su cuerpo fuertemente sintiendo como la ma
Salió de la habitación mirándome otra vez con aquella manera extraña que tenía de hacerlo, como si quisiera leer lo que tenía en mi mente. Me vestí muy abrigada y salí en busca del capitán que estaba medio dormido sentado en un sillón de la esquina, frente a lo que era mi antigua habitación.—Luis Manuel — lo llamé despacio haciendo que saltara para mirarme sorprendido al ver mi indumentaria— tenemos que ir ahora mismo a que nos case el padre Bartolomé.—¿Qué? ¿Hablas en serio? Está nevando mucho y es muy peligroso salir ahora a los caminos.—Te digo que tenemos que ir ahora mismo, o mañana no podremos, porque mandarán por ti. No puedo decirte cómo me enteré, pero lo sé, si no nos casamos hoy no lo podremos hacer jamás. Porque te enviarán lejos de mí y te obligarán a casarte con otra persona que no sea yo.Se puso de pie mirándome fijamente a los ojos, como si quisiera adivinar lo que yo estaba pensando. Le sostuve la mirada para que viera que estaba hablando muy seriamente. Por
Ahora todos estaban admirados ante la grandeza de su rey, la mujer no decía nada y tenía su cabeza apoyada en la tierra, lo cual hizo que Julián se enfureciera aún más e hiciera salir a dos ancianos de aquella extraña nube.— Saben que puedo desaparecerlos en este instante si no me dicen lo que hicieron. Y esta extraña realidad en que estamos viviendo y la cual voy a morir, debe haber sido obra de ustedes.—Solo queremos que regreses a liberarnos y a reinar —dijo un anciano de los que estaba arrodillado delante de él — no puedes traicionar a nuestra raza y casarte con una blanca.—Yo puedo hacer todo lo que me plazca y lo sabe muy bien. No pueden estar interfiriendo en lo que yo haga. Los salvé a todos y miren como me están pagando. Si no he regresado antes, es porque existe una maldición que ustedes han entorpecido y engrandecido con sus locuras. Si no lo hubiesen hecho ya, yo la hubiese roto y hubiera regresado con todos nosotros a nuestra patria. Por tal motivo les quitaré