Detenida ante la imagen de la pareja que estaba frente a mí observándome con curiosidad, giré mis ojos hacia mi Julián tratando de entender quiénes eran aquellas personas. Se sacudió primero violentamente, para quitar toda la nieve que tenía encima el capitán, para luego levantar su bastón y expulsar toda la que había entrado por la puerta cerrándola de un tirón. Seguía cada uno de sus movimientos tratando de entender quiénes eran esas personas que tenía frente a mí, y que me parecían conocidas, pues las había estado observando en la habitación de los ancestros, pero sin poder ver con claridad de quiénes se trataba. Tomó una de mis manos y me llevó de nuevo al piano indicándome que me sentara, viendo como a mi lado se sentaba la imagen de la mujer que aún no lograba definir por completo. Sus manos recorrieron las teclas, dejando escuchar una conocida melodía, al tiempo que todas las luces se prendieron en la casa. Y allí ante mis ojos sin que mi mente todavía lograra entende
Ella se quedó por un momento en silencio mirándome fijamente, para luego soltar la risa como si lo que dije fuera una broma.—Ja, ja, ja…, ¡tú prometido querida!Me quedé de una pieza al escuchar aquello, algo había cambiado mi realidad debería averiguarlo muy rápido antes que las cosas se salieran por completo de control. Apenas tomé mi desayuno y me despedí diciendo que tenía que ir a buscar algo a mi habitación. No dejando que nadie me acompañara, me introduje en la de mi abuela, para con sorpresa, verla acostada en su cama.—¡Abuela! —exclamé. Me dirigió una sonrisa y extendió los brazos hacia mí. Me acerqué muy despacio como si aún estuviera mirando una visión. Ella miró con miedo para todas partes. Tomó mi mano depositando algo en ella que escondí rápidamente por instinto. Mientras cerraba los ojos y tiraba de mí hasta que mi oído estuvo cerca de su rostro.—No te dejes engañar, sabes lo que tienes que hacer —dijo en un susurro y desapareció . Abrí mi mano despacio para
Al mirar a sus ojos azul oscuro, me volví abrazar fuertemente de su cuerpo siendo correspondida por él. Llena de una inmensa felicidad por haber logrado regresarlo.—¿Amor, dime que hacer? Estoy muy asustada, ¿qué es lo que está sucediendo?—pregunté apresuradamente, sin soltarlo por el miedo que sentía.—Creo que todo fue una trampa para encerrarnos en esta inconsciencia tuya, y que no pudiéramos hacer nada.—¿Qué quieres decir?—El capitán, embrujaron al capitán y me atrapó cuando me introduje en él.—¡Dios! ¿Y ahora?—Estás dormida amor, tienes que despertar.—¡No estoy dormida, estoy despierta! —exclamé.Julián se quedó observándome por un momento, luego bajó su mirada hacia las dos gotas de agua colgadas en el cuello. —¿Quién te dio esa agua?—Mi abuela.—No, ella está muerta. Debe haber sido la bruja. Te engañó haciéndose pasar por ella.—¿La bruja? ¿Y cómo se deshizo lo que tenía el capitán en su frente y se despertó?—No, vida mía, no se despertó. Nos estás atrapando para intr
A mi lado se encontraban las hermanas, Caridad e Inés, junto a la Madre Superiora que rezaba a mi lado el rosario.—¡Dios bendito hija, no dejas de darnos sustos! —exclamaron al ver como abría mis ojos y buscaba desesperadamente al capitán, que apareció por la puerta cargando una bandeja junto a Dolores.—¿Al fin despertó, mi Ángel? —preguntó corriendo a mi encuentro.La Madre Superiora junto a las hermanas salieron sigilosamente mientras el capitán se arrodillaba al lado de la cama y tomaba mis manos besándolas con amor al tiempo que me decía.—¡Lo lograste cariño, lo lograste! Lo miré sin dejar de llorar, pues no sé porque me sentía tan triste y agotada. Giré mi cabeza para mirarme en los hermosos ojos azules oscuros de mi Julián, que se inclinó y me abrazó fuertemente. —Todo está bien ahora vida mía, todo está bien.—¿Qué sucedió?—Todo fue una trampa muy bien planeada, no sé de qué modo sabían que tú podías liberarnos de la bruja. Creo que se dieron cuenta la vez anterior cu
No contesté a la pregunta que me había hecho el capitán, pero volví a besarlo suavemente en sus labios, sintiendo como él me devolvía el beso con más deseos. Luego nos quedamos abrazados por un largo período de tiempo en que recosté mi cabeza en su hombro y me sentía llena de tranquilidad. No sabía explicarlo, pero en estos momentos sentía que el capitán era el único que me podía salvar. Además, me aterraba la idea de que lo fueran a separar de mí como había escuchado en mi sueño, y mandarlo lejos lo que también significaba que mi Julián se alejaría de todo aquello. ¡Tenía tanto miedo en estos momentos! La otra cosa que me aterraba, era que si lo mataban, al parecer también moría mí Julián. No quería perderlo a ninguno de los dos, los quería conmigo allí seguros. No me importaba que fueran dos en uno, eran míos, mis esposos y los quería por igual a ambos, me acababa de convencer. No sabía si era el amor que le tenía a mi Julián que me hacía amar a Luis Manuel así, pero estaba
Imploraba una y otra vez de rodillas a su santos, que me libraran de todo mal. Que todavía mi tiempo no había llegado, que no debería dejarme visitar el mundo de los muertos, y que había sido un error que yo había entrado allí siguiendo a mis padres. Que por favor, me dejaran libre de todo compromiso, que él estaba dispuesto a tomar mi lugar.—¿Qué sucede Julián?—pregunté todavía sin comprender por qué él hacía todo aquello. Sin embargo, no tuve respuesta, seguía sin poder marcharme del lugar en que me había colocado como si me tuvieran retenida allí, giré mi cabeza por un momento al ver mi reflejo en un espejo y fue entonces que comprendí porque estaba tan asustado. ¡No era yo! Como lo oyen, aunque me sentía presente lo que se reflejaba en el espejo era solamente mi esqueleto, y vi como mi alma flotaba a mi alrededor. Pegué un grito muy grande, me agaché y me abracé de Julián, realmente asustada. Justo en ese momento vi como la prometida de Julián, se acercaba a mi cuer
Seguía en silencio cada una de las cosas que me decían las hermanas, sin comprender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Por lo que supe, habíamos hecho un montón de cosas de las que yo no tenía ni idea. Pero sobre todo, estaba arreglando mi boda para dentro de tres meses, con el capitán Luis Manuel. Y lo extraño de todo aquello, era que todos mis sirvientes y trabajadores estaban en la casa como cuando los comencé a ver y me saludaban muy felices. Lo otro y más extraño aún, era que la hija de Dolores, Hortensia estaba viva, junto a Diego vivían felices en lo que había sido la casa de Tomaza y Aurelio, los cuales habitaban conmigo en la casona. Pero ahí no se termina lo extraño de la situación en que estaba envuelta. Tata Julián había aparecido y era el mismo anciano respetable que conocí la primera vez. Me encontré con él en el despacho, había tocado la puerta y entrado respetuosamente quedándose detenido de pie frente a mí, que lo miraba sin e
—Ah, sí, vino y me salvó. Luego me dormí y me desperté hoy. Pero las hermanas hablan como si hubiera estado con ellas todo este tiempo, y no me acuerdo de nada.—Y lo estabas, yo te he visto, trabajé contigo todo este tiempo.—¡Yo no fui! Estaba dormida en esa cama y me desperté ahora, para mí solo ha pasado una noche, no cinco meses.—Una noche, ¡una noche solamente! Repetía mientras caminaba de un lugar a otro por frente de su altar, frente al cual se volvió a detener y golpeó con furia el piso, haciendo aparecer de nuevo todos aquellos extraños signos y con ellos a los ancianos con otros bastones que comenzaron a hacer lo mismo, pero esta vez los hizo girar contrario a las manillas del reloj mencionando algunas cosas. Atrapándome para que me parara junto a él en el extraño signo, igual que la noche que había sucedido todo. Y fue como si hiciera retroceder el tiempo, pude ver como retrocedimos hasta ver que me encontraba sentada en la cama como la noche anterior. Cuando se det