Habló sor Inés, tratando de que Caridad no me siguiera sermoneando, y estoy segura de que ella la debe haber convencido de mi situación para que cediera de ese modo. Trató de desviar la conversación hacia otra que nos interesaba mucho a las tres. —Cambiando el tema, estoy muy preocupada con el destino de los pobres huérfanos, pues no quiero separarme de ellos. Incluso he llegado a pensar que a lo mejor los pueda adoptar e irme a una de las casas de los chicos a criarlos.—Tienes que calmarte, no creo que será necesario, ahora que pasó el ciclón de seguro tendremos noticias de la madre superiora a más tardar mañana, estamos convencidas de que los acogerá en el seno del colegio. —Dije tratando de tranquilizarla, ella es muy impulsiva y era capaz de agarrar a los chicos e irse loma arriba a sus casas. Nos interrumpimos al ver regresar a Tomaza y Aurelio, salimos al encuentro dándonos cuenta de que sus caras estaban algo tristes. —¿Pasó algo en su casa? —Me apresuré a preguntar. —¡Ay
Por mi parte, no porque mi Julián me lo indicaba. Quería en realidad alejarlas de todo aquello, para que no fueran a ser afectadas con los fenómenos de mi familia. Tomaza se lamentaba de la pérdida de su casita cada día, pero al final terminó confesándonos que le entristecía el haber perdido su huerto tan bonito. —¡Oh mamá! Tú lo que extrañas es las travesuras que hacían tú y papá. ¿O crees que yo no lo sé? Ante la ocurrencia de Dolores se puso a reír poniéndose roja, un tanto avergonzada trataba de disimular, nosotras también reímos haciéndola sentir más cómoda.—No le hagan caso a esta muchacha que dice cada cosa. —Mamá, porque mejor no le cuentas cómo fue que se conocieron tú y papá —y acercándose Dolores nos dijo bajito. —A ella le encanta esa historia, ya verán. Se pone muy feliz cada vez que la hace.—Sí, Tomaza, nos gustaría que nos hicieras esa historia —dijo sor Inés. —Está bien. Cuando yo era joven, era una moza requetelinda señorita, sin exagerar. Comenzó a contar emo
Los días transcurrieron entre preparativos y consejos de todos. Al fin llegó el día en que deberían marchar, Julián había arreglado dos carruajes donde fueran cómodos los niños y ellas. Aparte de otros dos, dónde llevaban disímiles cosas que sabía necesitaban en el colegio. Los niños estaban muy emocionados porque iban a viajar, las hermanas se habían encargado de hacerles los uniformes del colegio, vistiendo los hermosamente, qué hacían total armonía con los uniformes de ellas. solicitarle a Julián, que me llevará a hablar con el abogado Edmundo, para extraer una buena cantidad de dinero, y enviárselo a la madre superiora. Quería además, que mandar a hacer grandes reparaciones en el colegio, y que todas fueran pagadas por mí. con ayuda de Julián, y del abogado. Di claras órdenes, para que la fábrica de muebles, que quedaba muy cerca de nuestro colegio. Hiciera grandes reparaciones y cambiará todo en el mismo, antes de fin de año. También encargué a los mercados
—¿Qué quieres decir con todos? Por favor explícate, necesito comprender qué es lo que está pasando. —Insistió de nuevo con tremenda expresión de preocupación y siguió. —Algo ha sucedido después que aparecieron todas esas presencias que mencionas, he dejado de percibir a todas las almas en pena. Es el motivo por el que te he tenido abandonada, trato de entender qué pasó, si es que perdí mis poderes, no podría ayudarte en nada.—¡No me digas eso por Dios a Julián!—Le dije realmente aterrada, casi entrando en pánico. — Si tú no me ayudas quién me va a ayudar. —Todavía puedo protegerte cómo te diste cuenta, todavía funciona mi protección hacia ti mi esposa —dijo y me estrechó contra su corazón infundiénfome valor. —Mandaremos por el Padre y nos casaremos hoy mismo, puedo entender, qué es algo que debo de hacer para poder protegerte por siempre. Debo unirme a ti frente a tuyos y los míos. ¿Estás de acuerdo?—No tienes que preguntar, sabes que estoy de acuerdo, por mí lo hiciéramos ahor
Cerré mis ojos tratando de dormir, cuando pude escuchar una voz cavernosa que susurraba en mi oído. ¿Estás segura de lo que hiciste? Me senté de golpe asustada mirando alrededor, y cubriendo el cuerpo lo más que podía con mi juego de dormir, sin ver nada a mi lado. Solo a mi hermoso Julián que salía del baño mojado y se enfundaba en un juego de dormir, que le había traído Dolores, sonreí satisfecha tratando también de ocultar el susto que acababa de pasar. Di palmadas en el lado en la cama, indicándole que quería que viniera a acostarse a mi lado ya.—Amor, ¿te pasa algo? —preguntó mirándome fijamente. Dije que no con la cabeza e insistí en que viniera a acostarse a mi lado. —Debo ir a saludar a mis santos antes de acostarme. ¿Quieres venir? Sé que estás muy cansada y un poco débil. Me da miedo dejarte sola aquí en el cuarto, pero es algo que debo de hacer cada día de mi vida. Si quieres te llevo cargada y te traigo, ahora no hay nadie de quien debamos ocultarnos. ¿Quieres?—¿En ver
Volvió a tomarme en sus brazos, y como si de una pluma se tratara, subió corriendo las escaleras. Aunque había terminado el temporal, todavía llovía un poco y la humedad reinante era muy fuerte, haciendo que me estremeciera por el frío. A pesar de haber corrido, pude ver y escuchar al ser monstruoso que me perseguía, siguiéndonos por el pasillo hasta que entramos en nuestra habitación. El sueño ante el miedo se había alejado de mí. —Creo que voy a leer un poco, del susto se me ha quitado el sueño. —Le dije tomando las hojas amarillentas del diario que había encontrado en la caja fuerte del despacho. —Vamos a ver qué dicen estas últimas hojas que estaban escondidas en un lugar tan seguro.—Está bien, sentémonos frente a la chimenea para que te calientes. Así lo hicimos, unimos los sillones para estar uno muy cerca del otro. Luego miré con detenimiento las hojas del diario que permanecían dobladas en mi bolsillo del vestido que llevara aquel día, las extendí cuidando de no romperlas.
Me quedé mirándolo fijamente, sintiendo como el miedo se iba adueñando cada vez más de mí. ¿Era cierto o una descabellada pesadilla que había creado mi loca imaginación? ¿Estaría viviendo dentro de un delirio o todo era realidad? ¿Cómo podía separar la ilusión de todo lo demás? —¿Julián…? Lo llamé con un hilo de voz, presa del más grande terror que se pueda experimentar. Julián era un anciano cuando lo conocí y ahora era joven. ¿En verdad él hacía todo eso, o era un juego macabro de mi mente enferma? ¿Cómo iba a saber si todo era real o falso? El pánico se fue adueñando de mí y lo volví a llamar ahora un poco más fuerte haciendo que abriera los ojos. —¿Julián, estás vivo o yo estoy demente y te he creado? ¿Eres real? —No es nada de eso que dice ahí, vida mía. Solo le dije lo que él quería escuchar. Estaba muy perturbado y hacía cosas muy extrañas, por eso trataba de tranquilizarlo. No te pongas así vida mía, todo esto es real, eres mi linda esposa y lo que te he contado hasta a
Dije tratando de justificar lo injustificable, en eso tenían razón Julián, ¿quien firma un contrato sin leerlo minuciosamente antes? Sobre todo él que era tan meticuloso en todo, sí, seguro tuvieron que embrujarlo para que cometiera tamaña atrocidad. —Es una posibilidad, pero su orgullo lo castigó, me cansé de avisarle que esas personas eran malas y no me hizo caso, solamente porque eran blancas. Confió en ellos por el color de la piel solamente, y condenó a su familia a vivir en el infierno, y a nosotros con ellos. Termina por favor de leer. —De acuerdo, puede que tengas razón en todo eso que dices. Por su estupidez de no leer el contrato, es que estamos pasando por todo esto, deja ver qué más dijo. Espera, ¿viste que mencionó dos talismanes de agua sagrada? ¿Serán mis gotas?—No lo sé por eso sigue leyendo.… Me ha dicho el padre que los demonios al servicio del maligno, escogen almas puras para corromperlas y las convierten en sus servidores como lo eran mis vecinos. Y como no c