Por fin amaneció, aunque el sol no se deja ver por la oscuridad de las nubes que cubren todo el cielo, los vientos continúan ahora por ráfagas, la noche fue muy inquieta para todos. Los chicos lloraban asustados y hemos tenido que estar todo el tiempo a su lado. A las tres de la madrugada subió Tomaza, yha comenzado a cantar una hermosa canción de cuna en su lengua, no han tardado ni diez minutos en quedarse completamente dormidos, pero hoy todos están muy silenciosos y quieren estar cerca de nosotras. Luego del desayuno, entramos en el salón de juegos, ellos se han mantenido tranquilos a nuestro lado. Isabelita me ha pedido tocar el piano y me ha tomado por sorpresa, todos insistieron y lo he hecho sin que ocurriera nada extraño como temía. Los niños al fin han perdido el miedo y corren con tremenda algarabía que nos complace. La casa cobra vida con su alegría.—Menos mal que ya perdieron el miedo —comenta el padre Bartolomé sentándose a mi lado y mirándolos con lástima —pobres cr
He pedido a Dolores que me acompañe a mi habitación en busca del testamento, se ha quedado mirándome de una manera muy fija, sin decir palabras, comenzó a subir las escaleras. Entramos con algo de recelo, pero solamente el silencio y la penumbra nos han dado la bienvenida, prendimos las luces. Saqué el sobre de la gaveta de la cómoda y salimos en silencio.Sor Inés y sor Caridad vigilan a los niños sentadas en unos sillones del corredor inferior. Fui para el despacho tomando asiento, mientras Dolores en silencio encendió las luces, le pido que por favor se quede hacerme compañía, justo cuando acabo de abrir el sobre, asoma la cabeza Tata Julián.—Buenos días, niña Ángel.—Buenos días, señor Julián. ¿Desea algo?—Solo quería pedirle permiso para acompañarla en lo que usted lee eso que tiene en la mano. Lo observo extrañada, sin comprender por qué quiere hacer tal cosa. Veo a Dolores como asiente con la cabeza, y sin tener noción real de lo que experimento, escucho una voz.No se lo p
Miro fijamente al señor Julián, erguido frente a mí, con sus piernas separadas, y sus manos apoyadas en el enorme y grotesco bastón de madera que siempre lleva con él. Me da la pequeña sensación que ha crecido y fortalecido. Me mira con una sonrisa que me infunde valor. Le sonrío atrás, y bajo mis ojos al papel, para al fin saber de qué se trata todo esto.… Lo primero que quiero contarte es, que sobre nuestra familia está pendiente una maldición que realizaron unas personas muy malas en el pasado, y que hasta nuestros días no hemos podido librarnos de ella. Por alguna razón desconocida, o los designios del destino o de Dios, tú eres la tercera Ángel de nuestra familia. Me detengo al tener la confirmación de que la mencionada tercer Ángel durante todo el diario soy realmente yo. ¿Cómo es posible que mis padres me llamaran así, sabiendo lo que pesaba sobre la tercera que llevara ese nombre en esta aciaga familia? No, algo estaba mal, mis padres no pudieron hacerme eso, no pusieron.—E
Termino de beber el agua que me trajera Dolores, que permanece todo el tiempo en la puerta del despacho observando todo o como si cuidara de que nadie entre. Suelto todo mi aire y regreso a la lectura.… Tienes un poderoso talismán que trajera tu abuelo de muy lejos, con el trabajo debido es capaz de romper toda la desgracia que nos ha perseguido de por vida. Es lo que siempre me dijo, y espero de todo corazón que sea cierto y te proteja de todo lo que nos persigue… … Lo primero que has de hacer es leerte todo el diario, para que comprendas la enormidad de tu tarea, luego has de abrir todas las habitaciones de la casa y regalar los muebles de las mismas. Haz de borrar todo rastro de nuestra presencia, deja para último el salón de negro, solamente podrá vaciarse cuando al fin se rompa la maldición, si no lo logras tú, no lo tocarás para nada, y escaparás lejos de aquí… … Encontrarás además en la habitación de los sirvientes, múltiples esqueletos en sus camas, no los toques y déjalos
Me quedo en silencio después de lo que ha dicho el señor Julián, sabiendo que es verdad. Lo que leí en el diario me lo confirmaba. ¿Cómo pudo hacer eso el señor Don Lorenzo con su primera e inocente hija? Tan honesto y recto que parecía. ¿Qué firmó para que pasara lo que toda ésta tragedia de generación en generación? —¡Un pacto de sangre! Dice el señor Julián y otra vez lo observo. Sí, tiene que ser un brujo, para que lea así mis pensamientos, me digo sin dejar de ver como abre levemente sus gruesos labios en una leve sonrisa. Cómo si le complaciera de que yo pensara que es eso.—No mi niña, no soy nada más que eso que piensa. Soy alguien mucho más poderoso —dijo sonriendo de una manera increíble que hizo que me quedara observándolo, él prosiguió sosteniendo mi mirada— y el por qué le respondo sus pensamientos, no es porque le esté leyendo su mente en estos momentos, sino, porque usted es muy fácil de leer, no su mente, si no sus expresiones son un libro abierto. —Disculpe, seño
—Aunque lo fueran, niña Ángel —respondió mirándome de una manera diferente, como si esta vez quisiera en verdad leer si eran mías o no. —Yo no tengo nada que ofrecerle en esta vida. Mi tiempo hace mucho que pasó. Esto que ve ahora, no es la realidad. —¿Qué quiere decir? —Debes de terminar primero con lo que estás haciendo ahora, y luego preguntaré a mis ancestros que debemos hacer. Contestó, al tiempo que me daba su espalda para marcharse, me apresuré a ir a su lado, y sin apenas saber lo que realmente me pasaba, lo tomé por el brazo y lo detuve, para volver a mirarlo a sus increíbles ojos negros. Dándome a entender con la mirada cargada de una enorme tristeza, que tenía razón en lo que me decía—Muy bien Julián, continuaré con todo hasta que usted me diga. Dije firme y fui a alejarme, pero ahora fue él quien me detuvo, y sin previo aviso me estrechó en sus brazos, luego me separó y acarició con ternura mi mejilla.—Gracias por esto, niña Ángel. Sé que soy culpable también, per
Ambas hermanas se quedaron observándome, pero no les digo más. Ellas lo entienden y no preguntan. Me cuentan las cosas que hicieron con los niños en lo que me encontraba en el despacho. Las escucho en silencio. La lluvia no dejaba de caer, y el tiempo seguía estando tenebroso. Un gran rayo hace que saltemos asustadas.—Creo que subiré a mi cuarto, me siento extenuada —confieso.—¿No irás a dormirte otra vez unos cuantos días? —pregunta sor Inés.—No, me siento bien. Pero si te preocupa, ve a verme cuando quieras. ¿De acuerdo?—¿Por qué mejor no esperas a almorzar y luego subes? —me sugiere sor Caridad. —Falta muy poco, mientras ven a hacernos compañía, no vas a saber lo que encontramos.—¿Qué cosa?—Estamos aburridas después que Tomasa se apoderó de los niños y nos tomamos la atribución de registrar el cuarto morado, el de los bordados.—¿En serio? —y la curiosidad se apodera de mí.—Sí, nos dimos cuenta de que como el cuarto de juego, este también tiene muchos closets y gavetas empo
… La misa en la capilla fue muy buena, invité a todos los negros, pero se quedaron afuera, luego les he dado permiso para realizar una ceremonia de su religión, no sabía que fueran tantos, es la primera vez que los veo a todos, me ha llamado la atención que no hay jóvenes, solo ancianos, mujeres y hombres viejos, aunque fuertes… … He corrido hoy como un loco detrás de la joven del jardín, le he visto en las cercanías de la casa, pero ha escapado, no sé donde se ha metido, luego ha pasado por mi cuerpo el joven que siempre la persigue. ¡No lo podía creer! Hasta le extendí la mano para saludarlo, pero siguió como si no me viera. ¡Es un fantasma! ¡Entonces la chica lo debe ser también! Le he seguido sin que pareciera importarle, he visto a la chica muerta, atravesada por un puñal en el pecho, el joven le abraza y llora desconsoladamente, luego se ha batido en duelo, es muy bueno, en unas cuantas estocadas le ha dado muerte al criminal. Luego se ha acostado junto a la dama y creo que