El aroma a café recién hecho flotaba en el aire cuando Logan Montgomery entró en su oficina con pasos firmes y mirada impenetrable. Su presencia, como siempre, irradiaba autoridad y frialdad, esa que con los años había perfeccionado hasta convertirse en su mejor armadura.Apenas cruzó el umbral, su asistente personal, Mark, se acercó con una carpeta en la mano, su postura rígida delatando nerviosismo.—Señor Montgomery —dijo, con un leve carraspeo—. Hay un problema con el contrato de Emir Al-Fayed.Logan se detuvo a medio camino de su escritorio y frunció el ceño.—Habla —ordenó, su tono como siempre cortante como el filo de un cuchillo.Mark tragó saliva y se apresuró a abrir la carpeta.—Los rumores dicen que Al-Fayed ha estado considerando otra oferta.Logan apoyó ambas manos sobre el escritorio, inclinándose levemente hacia su asistente.—¿Qué oferta?Mark respiró hondo antes de responder.—Callahan Corporation.El ambiente en la oficina se volvió gélido en un instante.Logan perm
Logan Montgomery salió con su porte imponente, el traje impecablemente ajustado y la mirada de acero que solía doblegar a cualquiera. No tenía tiempo para distracciones. Había luchado por ese contrato durante dos años y no iba a permitir que nadie, mucho menos Callahan Corporation, se lo arrebatara.Sus pasos resonaban con firmeza sobre el mármol pulido. Su destino estaba claro.Pero entonces, el sonido del ascensor a su derecha lo detuvo en seco.El impacto fue inmediato.«April»El mundo pareció tambalearse. No era una ilusión. No era un recuerdo distorsionado por el tiempo. Era ella.Cinco años. Cinco malditos años, extrañándola, pensando todos los días en ella, atado de manos sin poder buscarla y saber qué había sido de su vida. Y sin embargo, ahí estaba, de pie frente a él.La sorpresa fue mutua. April también se quedó inmóvil. No respiró. No parpadeó. Como si su cuerpo intentara negar lo evidente.Logan estaba diferente. Más varonil. Más imponente. Su porte desprendía una autor
April empujó la puerta y entró.Logan la siguió con la mirada.Todavía sostenía la tarjeta entre los dedos.Su pecho se contrajo con una sensación que no supo definir.Enseguida entró a la sala de reuniones con el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Su mirada se posó de inmediato en April, quien ya estaba sentada frente al escritorio de Emir Al-Fayed con la espalda recta y la expresión serena.Le irritó que ella no se inmutara con su presencia. Como si él no fuera más que un competidor más en la sala.Pero lo era.Y eso lo encendía por dentro.—Bienvenidos, señores Montgomery y Collins —la voz de Emir Al-Fayed resonó con calma y autoridad—. Me honra recibirlos, pero les advierto que mi tiempo es valioso. No me interesan promesas vacías, quiero hechos. Este hotel será mi legado, y solo confiaré en la empresa que me garantice excelencia absoluta.April esbozó una leve sonrisa y cruzó una pierna sobre la otra con elegancia.—Lo entendemos perfectamente, señor Al-Fayed. Callahan Corporati
April sintió la sangre hervir en sus venas.—¿Y si lo fuera? —respondió con frialdad, sus ojos verdes brillaron con una mezcla de desafío y dolor—. ¿Qué harías al respecto, Logan?Logan dejó escapar una leve exhalación, sin apartar la mirada de ella. Su expresión permanecía inescrutable, pero sus dedos se crisparon sutilmente contra la pared del ascensor.—Es la única explicación lógica. No puede ser una coincidencia que justo ahora trabajes para Callahan, mi mayor competencia.April soltó una risa seca.—Claro… porque tú crees que este mundo gira alrededor tuyo.Logan entrecerró los ojos, como si analizara cada palabra.—No me subestimes, April. Sé que me odias.Ella sintió un nudo en la garganta.—El odio es un sentimiento demasiado fuerte para alguien que ya no ocupa espacio en mi vida —respondió con voz fría, aunque sus manos temblaban ligeramente—. No te preocupes, Logan. No necesito vengarme de ti. La vida ya se encargará de eso. Logan sintió un nudo en la garganta, ella como s
Logan entró en la oficina y cerró la puerta tras él con un movimiento brusco. Su hermano menor, Axel Montgomery, alzó la vista de los documentos que revisaba y lo observó con atención.—¿Cómo te fue con Al-Fayed?Logan no respondió de inmediato. Se frotó la cara con ambas manos, intentando calmar la presión que sentía en el pecho. No había esperado que verla le afectara tanto.Axel dejó los papeles a un lado y frunció el ceño.—¿Qué demonios te pasa? Parece que hubieras visto un fantasma.Logan soltó un resoplido irónico.—Eso fue exactamente lo que pasó.Su hermano se inclinó ligeramente hacia adelante.—¿A qué te refieres?Logan se apoyó en el escritorio y exhaló pesadamente.—Me encontré con April.Axel parpadeó sorprendido.—¿April?Logan asintió, sin fuerzas para agregar más.Axel lo miró con más detenimiento, como si intentara leer lo que no decía.—¿Con tu exesposa la que tenías en secreto? ¿La mujer que nunca dejaste de amar?Logan apretó la mandíbula, sin negar nada.—Sí.Axe
La noche cubría la ciudad con su manto silencioso, pero en la mente de April, el eco del día aún resonaba con fuerza.Nathan la había acompañado a su apartamento tras su tensa conversación en la oficina. No habían hablado mucho durante el trayecto, pero su presencia, firme y protectora, le daba un extraño consuelo.Cuando el auto se detuvo frente al edificio, Nathan la miró de reojo.—¿Segura de que estarás bien?April forzó una sonrisa.—Estoy bien, Nathan. Solo… necesito descansar.Él asintió, pero no pareció convencido.—Te acompaño hasta arriba.Ella no discutió. Sabía que él insistiría de todos modos.Cuando entraron al apartamento, el sonido de risas infantiles y pequeñas pisadas corriendo por el suelo de madera los recibió.—¡Mami! —gritó Sienna, corriendo hacia ella con los brazos abiertos.April se inclinó para abrazarla, sintiendo que, por más complicado que fuera todo, siempre encontraba paz en los brazos de sus hijos.Dylan y Ethan también aparecieron, pero en lugar de lan
El sol de la mañana iluminaba la terraza del exclusivo restaurante, donde Nathan Callahan disfrutaba de su café con una tranquilidad que no duraría mucho.Porque en cuanto levantó la vista y vio a Logan Montgomery caminando directamente hacia él, supo que la paz de su mañana estaba oficialmente arruinada.Nathan no se movió. No parpadeó.Solo bajó lentamente la taza y observó cómo Logan se detenía justo frente a él.—Qué sorpresa verte por aquí, Montgomery —murmuró Nathan con calma, aunque su tono tenía un filo cortante—. No me digas que te quedaste con ganas de más después de nuestra última reunión.Logan esbozó una sonrisa cínica, pero sus ojos ardían con rabia contenida.—No te confundas, Callahan. No tengo el más mínimo interés en verte, pero ya que te encontré, mejor aclaremos algo.Nathan dejó el teléfono sobre la mesa y se cruzó de brazos.—Te escucho.Logan se inclinó ligeramente hacia él.—Mantente lejos de mis proyectos.Nathan arqueó una ceja, sin inmutarse.—¿Tus proyectos
Axel negó con la cabeza.—¿Seguro? Porque según mi fuente, Nathan no los expone públicamente. Ya sabes, no quedaría bien que un magnate como él tenga una familia con una de sus empleadas.Logan sintió cómo su estómago se hundía en un abismo sin fondo.«¿April tenía una familia con Callahan?»Se levantó bruscamente de la silla y comenzó a caminar por la oficina como un león enjaulado.Su mente estaba en caos.Nathan no había mentido, era cierto, ahora él estaba con ella.El pensamiento lo golpeó con una brutalidad indescriptible.Se detuvo y apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.—Ella… —Su voz se quebró antes de recomponerse.— Ella nunca habría hecho algo así.Axel lo observó con seriedad.—La dejaste, Logan. ¿Qué esperabas?La culpa le perforó el pecho como un puñal bien afilado.Había perdido contratos, dinero, pero nada de eso importaba. Porque había perdido a April.Porque lo que más amaba en la vida, ahora le pertenecía a otro hombre.Y eso era l