Marina.__ ¿Sí estás dormida? - Víctor bajó un poco su voz. El corazón estaba a punto de salirse de mi pecho, inestable tanto como para creer que explotaría en cualquier momento. No pude prever cuando George tomó mi boca. Caí de espaldas de nuevo a la cama donde se abrió espacio entre mis piernas una vez más.Tenía que alejarlo, empujarlo, pero solo me dejé llevar por lo bien que se sentía se poseída por alguien con ese aura tan dominante que estaba segura lo hacía para demostrar de nuevo que podía caer ante sus caricias cuando lo deseara.Enredé mis piernas en su espalda, en tanto el placentero roce de su miembro con mi canal regresó. Lleno mi cara con sus manos en tanto su boca me reclamó como suya.__ ¿Donde dejé las llaves? - dijo un pensativo Víctor en tanto George se adentró de nuevo entre mis paredes. Sentí su respiración en mi cuello, sus manos en mis caderas en tanto apreté los labios para no soltar los gemidos que de mi garganta querían escapar. __ ¡Joder! - murmuró su voz
George.La cara de la escoria a la cual Daniel Moreno llamaba hijo perdió color, de un segundo a otro, esa rabia por haber sido engañado pasó a ser de temor. Ya no se veía tan seguro. No existía más el emoji, ahora se podía notar la presencia de la sorpresa, el verse descubierto le dio duro.__ ¿George, que haces aquí? - logró articular. - ¿Como es que...__ Te llevaste a mi esposa ¿y creíste que me quedaría de brazos cruzados? ¿en qué mundo vives, Víctor? - dio un paso al frente. - Ya que dijiste estúpidamente que yo le fui infiel a mi mujer con mi cuñada, quiero que lo repitas, aquí, con los tres presentes. - desafié harto de que hubieran cosas en mi contra, que jamás haría. - Sostén ante los tres toda la sarta de mentiras que dijiste para engañar a Marina sobre su familia. Marina tenía la cara más pálida que cuando llegué. Esperaba explicaciones, pero era justo lo que la tenían de esa manera.__ Víctor, dime qué es mentira. - pidió ella con los ojos nublados. - Tú no serías capaz
Marina.En todo el vuelo me la pasé mirando por la ventanilla, con la constante pregunta ¿estoy haciendo lo correcto?No tenía una sola idea. No lo sentí de ese modo. Pero leer el contrato con lo que pedí y él exigió me hizo darme cuenta que estaba cometiendo errores desde el inicio. Las razones no debían ser esas para firmar un acuerdo de matrimonio. Solo fui su esposa sustituta. Lo que vino después era distinto, pero lo que inicia mal, de alguna manera iba a fracasar. Aún así, deseé por todos los medios saber todo. Saber que estaba haciendo con mi vida. Como era antes de perder todos mis recuerdos. Que había hecho para llegar a ese punto donde no sabía quién me decía la verdad o era solamente la burla de dos tipos a quienes les pareció divertido darme una jugarreta tan difícil de deshebrar. __ Bienvenida a los Ángeles de nuevo. - dijo Susan al ver que salimos del sitio. La emoción que sentí no era normal, algo en mi estómago se contrajo y lo volvió un agujero gigante. __ ¿No me
George.Divorcio. Una palabra que no quería escuchar, pero fue la que salió de sus labios. Viéndose decidida en obtener lo que pedía, me acerqué intentando mediar ante tal situación.__ ¿Porque? Creí que ibas a __ Es por esa misma razón. - manifestó tomando mi mano, en donde tenía ambos anillos, una en la palma y el otro en mi dedo, de donde nunca salió. - Este matrimonio se dió por un contrato, George. No quiero estar casada por eso. Quiero decidirlo, presumirlo y estar contenta con la fecha para celebrarlo.__ Pero eso puedes hacerlo. No hay una boda religiosa, si deseas cumplir ese deseo, hazlo. - replanteé y negó. - Marina, me estás pidiendo que te deje libre cuando...¿sientes algo por él? ¿sientes algo por el hijo de Daniel? __ No, George. Si me llego a casar de nuevo será con alguien a quien ame y no es Víctor..- aseguró tomando ambas argollas. - No sé cuanto te amaba, pero siento que sí lo hice...lo hago...no sé en realidad. Pero quiero que tomemos está oportunidad para saber
George.Me estaba matando la desesperación por desear saber que ocurrió. Pero los minutos pasaron y lo único que podía hacer era pasearme por el pasillo de la clínica. Sin noticias, sin nada para saber que no corría peligro. Sentí sudor, más solo era ideas porque incluso algo frío recorrió mi espalda. Cada segundo, me pareció una eternidad. No obstante, era la única opción que había. No era algo que podía controlar como con otros aspectos de mi vida, no salió nadie desde que la puse en la camilla, ninguno a decirme que todo estaba bien.Fue Víctor, de eso estaba seguro. Su loción la conocía a la perfección. Por mucho tiempo estuve cerca suyo cuando iba por Marina a la universidad y ese aroma a menta solo en el la sentí. Además que su padre no dejaría el auto estacionado como lo había visto.Me encargaría de él luego. Mi mujer era lo único que tenía importancia en ese instante.Miré la hora, solo habían pasado quince minutos, pero para mí fueron horas. __ ¿Te dijeron algo? - me atrop
George.__ ¿Crees que lo haya hecho él? - insistió Tej por quinta vez desde que los papeles fueron puestos frente a él. - Todo aquí para hecho por alguien Ingenuo. Para hacer este tipo de movimientos, se necesita ser muy inteligente y esto tiene todo menos inteligencia. - miró de nuevo los papeles. - Tiene error tras error. Ni siquiera la auditoría será necesaria para comprobar el delito. Con solo presentarte a la fiscalía lo tendrías atrás de las rejas. __ No todos los delincuentes son ingeniosos. Bruno es un hombre sin escrúpulos, idiota por decir lo menos, no pienso antes de actuar, ni mira lo que hace. Quiere dinero a costa de lo que sea.No quería tratarlo cerca de Marina. Por ello había decidido venir al apartamento de Tej. No podría escuchar lo que pienso de la escoria de mi suegro, ni los alcances que había tenido desde que comenzó a irse a la ruina. Pero no ni entendió cuando le dije que lo enviaría al averno si me tocaba las pelotas.__ Es tu suegro. Supongo que no querrás
Marina.La sugerencia del médico había quedado de lado. No tenía calma, mucho menos estaba libre de estrés. Ver por primera vez desde que regresé de Brasil a mi padre fue un golpe fuerte, pero lo fue más que acusara a George de querer meterlo a la cárcel. Las cosas de su nariz estaban más abierta de lo que se consideraba normal en una persona, su pecho se movió con rapidez y viveza, sus puños los tenía cerrados. Solo que no era rabia, o podia serlo pero en él podía olerse el miedo también. No era difícil entenderlo cuando estaba, según él, a un paso de pisar la cárcel.__ ¿Eso es verdad? - la interrogante abandonó mi boca. - George tú... ¿porqué te acusa de eso? Este resopló casi con molestia. Aunque supe que era hastío de verlo. Como si solo tenerlo frente a él era un fastidio para mi esposo. __ En lugar de venir a decir cuánta estupidez pasa por la cabeza. Deberías ver que venderás para pagar a tu abogado. - declaró el hombre que se levantó de la mesa. - Pero nunca ha reinado la
Marina.Se colgó de mi vestido, sollozó y alzó la mirada con vergüenza, enojo y dolor. No tenía nada para entender cuál era la razón por la cual la mujer de figura esbelta estaba de rodillas ante mí.__ ¿Que estás...¿porque haces esto? - pregunté al fin para entender un poco al menos de lo que ocurría. - Levántate.__ No, hasta que me perdones. - se negó rápidamente cuando quise alejarme.__ ¿Perdonar qué? explícate porque no estoy comprendiendo a que te refieres. - interrumpí su alegato. - Levántate. No quiero...__ Señora. - Max vió reflejado mi confusión e indiqué que me la quitara de encima. La confusión por no tener una sola idea de porqué lo hacía me hizo tener varios cuestionamientos a ella. __ ¿Porqué debo perdonarte? - inquirí al estar a una buena distancia de ella. __ Yo lo causé...yo provoqué que tú...- su llanto no la dejó hablar. - Pero te juro que no creí que llegaría a tanto. Solo estaba enojada. Quería que todo mundo supiera que lo tuyo y de George era una farsa. -