Marina.Se colgó de mi vestido, sollozó y alzó la mirada con vergüenza, enojo y dolor. No tenía nada para entender cuál era la razón por la cual la mujer de figura esbelta estaba de rodillas ante mí.__ ¿Que estás...¿porque haces esto? - pregunté al fin para entender un poco al menos de lo que ocurría. - Levántate.__ No, hasta que me perdones. - se negó rápidamente cuando quise alejarme.__ ¿Perdonar qué? explícate porque no estoy comprendiendo a que te refieres. - interrumpí su alegato. - Levántate. No quiero...__ Señora. - Max vió reflejado mi confusión e indiqué que me la quitara de encima. La confusión por no tener una sola idea de porqué lo hacía me hizo tener varios cuestionamientos a ella. __ ¿Porqué debo perdonarte? - inquirí al estar a una buena distancia de ella. __ Yo lo causé...yo provoqué que tú...- su llanto no la dejó hablar. - Pero te juro que no creí que llegaría a tanto. Solo estaba enojada. Quería que todo mundo supiera que lo tuyo y de George era una farsa. -
George."Fue Zac, fue tu primo" esa exclamación de parte de mi mujer me tenía con el pulso disparado. No tenía idea de como podía haber orquestado tal cosa, pero no dudaba de Marina. Si lo vió, fue porque era verdad, fue él quien causó el accidente. Fue el infeliz que no se cansaba de querer arruinarme. La calmé diciendo que me haría cargo de todo. Pero no quería actuar con la sangre hirviendo. La única vez que actué impulsivo hice algo radical en mi vida, pero ahora lo iba a hacer que pagara todo con creces. Zac creció con nosotros. Junto a mi hermano lo tratamos como uno más, pese a que derrochó su herencia en todo lo que quiso. Apostando, jugando al empresario sin ver si algo podia ser sustentable. El muy maldito no agradeció que fuera tomado en cuenta por mi hermano o yo, se encamó con mi ex, no contento con eso quiso asesinar a mi esposa. ¿Que demonios tenía en la cabeza? Calmé mis latidos para apaciguar la rabia, al menos que disminuyera y darle la tranquilidad que Marina n
George.Limpié mis manos al ver la sangre en mis nudillos, los tenía rotos por la paliza que recibió el imbécil de Zac. El cual tosió con la sangre y dientes quebrados que expulsó. __ Eres un maldito. - masculló con las manos en el abdomen, mientras se escudó atrás de una silla. - Un maldito animal. __ Y seré tu pesadilla, porque me enojó que te metieras con Marlene, pero me enfureció el saber que te atreviste a insultar e intentar hacer algo contra Marina. - dictaminé mirando el desastre. - Espero que te largues de este mundo, porque es la única forma en que no termine con tu maldita vida.__ Gregory...__ Gregory no se meterá en esto, porque de seguro está harto de que hagas cuanta estupidez se te ocurra. - farfullé. - Por ello te sugiero que en lugar de querer confabular en mi contra otra vez, te vayas a donde tus abuela materna de seguro te espera. Me di la vuelta. Si seguía viéndolo de seguro iba a terminar matándolo. Subí al vehículo y conduje hasta el bar donde Aiden y Tej
George__ Dime si lo hiciste o no. - sus gestos gritaron preocupación. - Solo hay cinco minutos. Los oficiales están afuera, Susan los está entreteniendo. Dime si debo ayudarte a escapar o llamar a los abogados.__ ¿Me ayudarías a escapar? - cuestioné con asombro. __ Eres mi hermano, imbécil. Así que dime ¿Lo hiciste tú o...__ Si lo hubiera hecho yo, ya estaría desaparecido ese cuerpo. - abroché mi saco al ponerme de pie. - Tenía motivos, el infeliz trató de asesinar a Marina, por eso fui con él anoche, pero no lo mate. __ ¿Estás seguro? __ Tendría muy claro si lo mate o no. - refuté en lo que llamé a Aiden, el cual contestó casi de inmediato. - Tengo problemas.__ Si es de no saber escoger...__ Me están acusando de asesinar a Zac. - declaré a tiempo que la puerta fue golpeada. __ No hables. No digas nada hasta que llegue. - cortó la llamada y supe que debía, al menos dar la cara ante el detective que mostró mi orden de arresto. __ Ve por Marina a la universidad. - dejé que
George__ ¿Tienes alguna idea de quién pudo hacerlo? - el miedo en Marina fue muy notable. - ¿Quien podría tener interés en que tu primo muriera?__ De seguro muchos a los que quiso entrar a negocios que no había sido sustentados por él y aseguró que sí. - alegué quitándome el saco. - Pero nada me quita de la cabeza que ahí había alguien más ese momento.__ ¿Lo viste? - negué. __ Aunque quien haya sido, me vió. - estaba seguro de eso. Marina se mantuvo intranquila, y con justa razón, no era calma, cosa que debía tener, lo que experimentó en esos momentos. Un oficial esperando a que yo no saliera de la ciudad como lo pidió el detective. Todo era un completo desorden, el cual era rodeado por uno tras otro.Porqué para esa tarde, llegó la señora que me vió con lágrimas en los ojos cuando la miré de frente, sus primos parecía consternados por lo sucedido con Zac, en tanto no supe que debía hacer. Pero doña Florencia me dejó helado cuando me abrazó, por un segundo antes de hacerlo fervie
George.Las cosas no llevaban un buen rumbo, la situación se volvió más complicada y esta vez tenía no solo una sospecha, si no una confirmación de haberlo hecho. Con seis horas detenido, se había hecho la búsqueda de huellas en el arma homicida, sin encontrar nada, lo que atribuyeron a que se limpió para evitar el descubrimiento de estas. Nada me ayudó.Mis amigos tenían la intención de ayudar, pero no sé logró mayor cosa ya que todo apuntaba a que yo era el culpable.Otra vez en una celda, odiaba el hecho de apartarme de Marina más que todo. Víctor la rondaba, si intentó hacerle daño una vez lo haría de nuevo y estando lejos, no podría hacer nada en absoluto.__ Estaré bien. - unió mi frente a la suya, a través de los barrotes. - Me preocupas tú, George. Me asusta que hayan hecho algo más en tu contra. Como sea que llegaron a tu auto, pudieron hacer otra cosa y perjudicarte. __ No me asusta eso. Sé que saldré de aquí, ya sea de la forma correcta o haciendo uso de mis contactos, p
Marina.La opresión en el pecho no me dejaba en paz. Había estado sintiéndolo desde un momento atrás, por ello decidí entrar al baño y poder respirar. Me sostuve del lavabo, dando respiraciones profundas, metiéndome en la cabeza que todo estaba bien, mis bebés debían estarlo. No podría significar que corrían peligro. Me negué a creerlo de esa forma, así que remojé mi cara, amarré mi cabello y me mentalicé en que nada podría ir mal.Aunque la sensación de ser atravesada por una estaca no se fue. __ Marina, al fin estás sola. - giré sobre mis talones para ver, a la defensiva, el hombre que cerró la puerta atrás de mí. __ ¿Que haces aquí, Víctor? - me apresuré a preguntar, presa del temor que verlo de nuevo, causó. - ¿Como hiciste para entrar?__ Marina, linda...__ No me toques. - retrocedí cuando lo intentó una segunda vez. - ¡Craig!__ Guarda silencio. - puso el dedo sobre sus labios. __ No lo haré. Quisiste terminar con mi embarazo, no te acerques. - puse las mano al frente.__ F
Narrador omnisciente.La ventisca fuerte levantó las hojas en casa de los Murcia, nadie supo de quién se trataba porque no fueron avisados de alguna visita, por ello su reacción inmediata fue el hacer espacio a la aeronave que no pretendía quedarse sin aterrizar.La mujer que bajó con paso firme, se abrió paso entre los sirvientes que quisieron saber quién era, más lo único que pidieron ver fue el cabello levantado por el aire, al pasar a su lado siendo custodiada por los tres hombres vestido con traje y cara de no dejar que le pusieran un dedo encima a quien seguían. Entró sin pedir permiso. No iba a esperar a ser anunciada, por ello pasó directamente a las escaleras donde vio aparecer a una señora de edad, acompañada de un sujeto que había visto en el velorio del primo de George. Era por él que estaba ahí, de otra manera jamás iría en búsqueda de la mujer que llevaba en mente. __ ¿Puede alguien decirme que ocurre? - cuestionó Jan con intención de detenerla, pero Max se interpuso