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Denver rompió el beso, condujo hasta su anterior departamento en ese lugar.Al llegar, Abigail parecía estar dormida, por lo que el hombre la bajó entre sus y la llevó adentro. A la que alguna vez fue su habitación.La recostó en la cama y la observó dormida y en paz.Su mano acarició su rostro.—Abby, mi amor, ¿cómo pude equivocarme tanto contigo? —murmuró.Estuvo a punto de levantarse e irse, cuando ella tomó su mano.—No te vayas, no me dejes sola.—Nunca te dejaría sola —dijo DenverElla se levantó de la cama y comenzó a deambular por la habitación.—Vuelve a la cama, Abby, debes dormir.La mujer no hizo caso y fue hasta la ventana que conectaba con el balcón.Se quejó de tener calor, y sorprendió a Denver, despojándose de sus ropas.Denver se levantó como resorte, no pudo evitar observar su preciosa figura que caminó hacia el balcón. Fue por ella para evitar que se cayera por la cornisa.La tomó del brazo, y la hizo entrar de nuevo.—Abby, debes volver a dormir.Ella negó, puso s
Abigail lo empujó, le mirò con rabia.—No vuelvas a besarme —sentenció.Abigail salió de ahí a toda prisa, y Denver ya no pudo detenerla.Al día siguiente.Abby fue a hablar con Nina Wyne, le explicó lo que sucedió y cómo estaba convencida de que Peter Jensen fue quien le hizo eso.—De alguna forma es mi culpa, pero…—¡No es tu culpa, Abby! Ya había escuchado varios problemas de Peter, y no quise hacerles caso porque pensé que era un error, pero, esto, es el límite.—No quería hacer esto, pero, pensé en que otra mujer podría sufrir lo mismo, y eso me dio suficiente miedo para hacerlo.Cuando Abby salió de ahí, Peter fue llamado.Una hora después estalló la bomba.Abigail estaba a punto de irse, cuando Johana la enfrentó.—¡¿Cómo te atreviste a mentir sobre Peter?! ¡Hiciste que lo despidieran!Abigail se quedó perpleja—Yo…—Traté de ayudarte, Abigail, y mira cómo me pagas.—Pero, ¡esto no tiene nada que ver contigo, Johana! Peter puso una droga en mi bebida, quería hacerme daño. Si dej
Abby no pudo decir nada, sentía tanto dolor.Denver habló con Emerson, él les prestó su avión privado, y viajaron al Mediterráneo.Durante el vuelo, Denver fue como un ángel con la chica, cuidándola y velando su sueño.Abby a veces lloraba, a veces despertaba en gritos y volvía a dormir, se había negado casi a comer.Cuando al fin llegaron a ese país, salieron del aeropuerto y fueron en un auto hasta el hospital donde Vania dijo que estaba.Fueron a preguntar.—Entonces, ¿vienen a reclamar el cuerpo? Deben reconocerlo primero.Ambos se miraron con duda.Ellos fueron trasladados a la morgue.—¿De qué murió mi madre?El perito la observó.—Ella fue asesinada —dijo con toda frialdad.Los ojos de Abby se abrieron asustados, retrocedió y Denver la sujetó de los hombros antes de que cayera.—Abby, calma, estoy aquí.—¡¿Cómo es posible?! ¿Quién le hizo esto?El hombre señaló a un policía. Él los llevó a una oficina, fue ahí donde le contaron todo.—Su madre fue asesinada a puñaladas, fueron c
Vania estaba fuera de sì, intentó lastimar a Mandy, pero Matt fue muy hábil, sostuvo sus brazos, hizo que el cuchillo cayera al suelo, y empujó a la mujer al suelo.Denver llamó a la policía, casi de inmediato.Abby mirò a la mujer con horror. ¿Cómo podía Vania convertirse en una asesina? Abby sabía que algo estaba mal en ella, pero nunca pensó que llegaría a actuar como una demente. De verdad le dolía esto.Denver colgó la llamada. Matt abrazó a Mandy con fuerzas, ella estaba asustada. Cuando lanzó un quejido, tuvo un dolor fuerte en el vientre que los angustió.Vania estaba rabiosa, tomó el cuchillo.—¡Maldita seas, Abby!Abby la mirò incrédula, la mujer la mirò con odio, iba por ella. Se preguntó si moriría, fue una pregunta absurda.Denver reaccionó al instante, corrió a salvarla, pero recibió la puñalada al pecho.Abby lanzó un grito al ver la sangre escurrir por el cuerpo del hombre.Vania soltó el cuchillo aún clavado, intentó escapar, pero la policía que llegó y la capturó.—¡D
Emerson Carrigan llegó hasta ahí, estaba desesperado, el doctor le dio el diagnóstico.—Tuvo un colapso pulmonar, está en terapia intensiva, por ahora está estable.Emerson lanzó un respiro de alivio, Anya le abrazó.—¿Puedo ver a mi hijo? —preguntó Hank.El doctor le dijo que sì, en cuanto saliera la visita que lo acompañaba.Pronto, vieron salir a Abby, se acercaron a ella.—¿Cómo está mi hermano?—Está dormido, no ha despertado.—Voy a verlo —dijo Hank y entró.Holly abrazó a Abby.—Lo siento mucho, no sé qué le pasó a mi hermana, está loca…Emerson asintió.—No te angusties, mi hermano es fuerte, va a estar bien —dijo EmersonAbigail asintió, pero se veía tan rota que se sintieron muy mal por ella.Holly la obligó a ir a la cafetería a comer algo, pues se veía muy pálida.—Pobre chica, estoy segura de que aún ama a Denver, solo debe estar dolida por lo que le hizo, algún día se reconciliaran.Emerson sonriò al escuchar a Anya, la abrazó.—Dios así lo quiera, amor, porque Denver la
Denver visitó a Mandy antes de irse.Mandy tomó su mano cuando un silencio los precedió.—Lucha por ella…Denver negó.—No creo que ella lo quiera, Mandy, la amo, y después de ella ninguna, pero, no puedo seguir rogándole, quisiera hacerlo, pero si eso la hace sufrir, no puedo hacerlo.Mandy lloró.—No quiero que seas infeliz, tú mereces ser feliz en la vida después de todo.—Esto no es culpa de nadie, es solo mía, si una vez hubiese pensado con lógica y no con mi sed de venganza, tal vez ahora todo sería diferente.—Por favor, Denver, no te tires a la muerte.Denver esbozó una sonrisa.—Estaré bien, promete que te cuidarás y también a mi sobrinito.Ella sonriò entre sus lágrimas.—Lo prometo.Denver salió de la habitación y Matt lo llamó.Ambos se miraron.—Lamento que Abby se haya marchado, si quieres hablaré con ella…Denver negó, su mirada era seria, pero no severa.Podía ver como Matt luchaba por hablar, pero no podía.—Denver, yo soy el culpable de todo esto.—Eres culpable de un
Dio un paso atrás, y sintió la mano de Nina Wayne sujetándola con fuerza.—¿Estás bien?—Sí —dijo Abby—Recuerda que en una semana es el aniversario de Yakamoz, todos vendrán a Chicago, al baile temático.—Pero…—No hay peros que valgan, quiero que estén ahí disfrutando conmigo, ¿entiendes?Abby asintió.Nina Wayne se fue.Abby volvió al departamento, entró sin hacer ruido, y se escabulló hasta su alcoba, le alegró que hubiese música alta, así nadie escuchaba sus sollozos.«Lo perdí, sì, perdí a Denver para siempre, ¿Cómo me olvido en un solo año tanto para casarse con otra? ¿Qué me pasa? Fui yo misma quien lo lancé a los brazos de “no sé quién”.Tonta, Abigail, ¿Qué pensabas? Que iba a esperar a que tu orgullo se desvaneciera, ¿Creíste que esperaría a que volvieras a su vida? ¿Qué te diría que eres su único amor y siempre esperaría por ti? ¡Soy una tonta y una egoísta! Él ahora va a casarse, y nadie merece ser más feliz que él, no quiero verlo, no voy a soportar verlo con otra, ant
Denver se levantó, se acercò a ella.Abby le parecía un fantasma de sus más fervientes anhelos.Ella ni parpadeaba, no podía, su corazón latía con anhelo.—¡Abby! ¿Estás aquí? ¿Cuándo volviste?—Yo… ayer…Denver sonriò. Pero, la mujer que estaba detrás, se acercò.—¿Así que tú eres la famosa Abby? —exclamóAbby la mirò con recelo.—Soy Abigail Alwyn, pero no recuerdo ser famosa.Ella sonriò.—Denver me ha hablado mucho de ti.Denver notó como Rose tomaba su mano. Eso lo desconcertó.Abby mirò el agarre de esas manos, tuvo que tolerarlo, sonriò para evitar ser descubierta.«Siento celos, sì, siento rabia de ver al hombre que siempre amé, con otra, y lo perdí por mi propia voluntad», pensóElla tragó saliva.—Espero que vengas a la boda, Abby, será en un mes.Denver frunció el ceño, parecía confuso, cuando Rose besó sus labios.Abby tuvo suficiente, salió casi despavorida, y Johana corrió tras ella.Denver alejó a Rose de èl, la mirò como si fuera una loca.—¡¿Qué demonios haces?!Denver