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La empleada comenzó a gritar al ver el humo desde el jardín cuando estaba por ir a dormir. Entró en la casa, subió la escalera, intentó abrir la puerta, pero estaba atrancada. —¡Señor! ¡Señor Emerson! Abra la puerta, ¡Dios mío! La mujer escuchó unas fuertes pisadas. —¡¿Qué pasa?! ¿Dónde está Emerson? Ella se sorprendió de volver a ver a Hank ahí. —¡Está adentro! ¡Hay un incendio! Hank no lo pensó, intentó abrir la puerta, y la derribó de una sola patada, al entrar, un humo denso no le dejaba ver. La empleada llamó a los bomberos y a los paramédicos. Hank pudo divisar a Emerson ahí sobre el suelo, vio una llama sobre su espalda, Hank se asustó, tomó su chaqueta y logró apagar la llama, tenía una cazadora de cuero, qué rápido logró sofocar las llamas. Arrastró a Emerson fuera de ese lugar, Hank tosía sin control, el humo era implacable. Los bomberos llegaron, comenzaron a apagar las llamas del incendio. La ambulancia llevó a Emerson al hospital. *** Anya dormía en su cama,
Denver observaba a la pequeña bebé en la habitación del hospital. Anya estaba ahí. —Es tan bonita, y pequeña, creo que, se parece a ti. Holly también estaba ahí. Denver cargó a la niña en sus brazos, cuidó mucho de que no fuera a caer, se sintió extraño, hasta temeroso, la pequeña movía su boquita de forma graciosa. Denver nunca sintió tanta ternura como en ese momento. Imaginó lo maravilloso que sería ser padre, pero cuando Abby vino a su mente, su pecho se sintió pesado. —Tranquila, pequeña, si tu padre no quiso cuidarte, yo lo haré, tu tío te cuidará como un padre. Anya se quedó perpleja ante sus palabras, sintió miedo en su corazón. —No, Denver, las cosas no son así; es que, en realidad, Emerson Carrigan nunca supo que estaba embarazada, Emerson no sabe que tiene una hija, no sabe que es padre. Los ojos de Denver se abrieron enormes ante sus palabras. —¿Qué dices? ¿Por qué le has ocultado que tienen un hijo? —exclamó incrédulo. —¡Es que… estaba tan molesta! Y he tenido m
Un mes después. Ashton miraba con rabia las imágenes en su teléfono de la cuenta social de Betty, donde èl tenía un seudónimo falso. —¡Te casaste, Betty, te entregaste a otro hombre que no soy yo! Juraste ser solo mía, ¡eres una zorra barata! Y mírate, ¡adoptaste a una hija! Los ojos de Ashton estaban inyectados en sangre, las lágrimas corrían por su rostro, dejó el móvil a un lado, comenzó a patear todas las cosas en su alcoba, lanzó floreros, fotografías, luego tomó esa foto que había roto de Betty, tomó un cuchillo, la puso en su frente. —¡Vas a pagarlo caro! ¿Querías ser una puta y te di la mejor excusa para serlo? ¿Verdad? Ahora lo pagarás, cuando vuelvas conmigo, te haré llorar lágrimas de sangre —el hombre sonrió. Salió de la habitación que tanto tiempo compartió con Betty, fue hasta la habitación de huéspedes, la abrió y mirò a la mujer, que dormía plácida en la cama, tenía un vientre muy abultado. Sonrió, perverso. —Ya veremos, Betty, dime, ¿Serás capaz de elegir a una
Emerson llegó a Mayrit, y decidió rentar un auto, manejó hasta “Los lagos” Casi por cuatro horas. Solo se detuvo para cargar gasolina, el dolor en su espalda estaba ahí, aunque la herida había cicatrizado, aunque el doctor dijo que ya estaba bien, pero su dolor era soportable, tomó algunos analgésicos y siguió el camino. Solo quería llegar, ver su rostro una vez era como obtener la cura a todo su dolor. De camino, recibió una llamada, era Bradley. Hablaron desde el altavoz. —Te he buscado por todos lados, amigo, ¿Cómo estás? Supe que recibiste el alta médica, pero, no te he encontrado, ni en la casa de tu padre, ni en la mansión, vi que están arreglando todo para que vuelvas a habitarla. —Aún no sé dónde viviré, estoy de viaje. —¡¿De viaje?! ¿Y olvidaste la fiesta de aniversario de la empresa? Emerson, de verdad, lo había olvidado. —¡Oh, yo… lo siento! ¿Cuándo es? —En dos días, organice el evento, ¡Dios, Emerson! Debes estar ahí, eres el CEO, todos te esperan ahí, la verdad a
Anya estaba en ese departamento, en el centro de la ciudad, temblaba de miedo. —¿Así que estabas buscándome, Emerson? ¿¿Para qué? Ahora que el fantasma de tu amor murió, ¿me quieres para tu consuelo? ¡Oh, es tan triste! —murmuró —¿Habló, señora? Anya negó ante Holly, quien cargaba a la pequeña, Anya decidió cargarla ella misma. —¡Es hermosa! ¿Cómo dijo que la llamaría? —Se llamará Sienna, adoro ese nombre, así se llamaba mi abuela. —¿Y el papá? ¿Acaso no le dirá que tuvieron un bebé? Anya se puso nerviosa, abrazó a la pequeña contra su pecho. —Es mía, solo es mi hija. —No diga eso, no sea rencorosa, recuerde que el trabajo de una madre, es velar primero por el amor y la necesidad de su pequeño retoño, ella necesitará a su padre, sobre todo si él es un buen hombre y amaría a su hija, no le niegue el amor paternal. Anya miró a su pequeña hija, era tan dulce y vulnerable, pero su corazón latió muy rápido, volver a enfrentar a Emerson, era como tener espinas en su pecho. *** Em
Cuando Anya volvió al departamento, pensó en lo que le dijo Betty. «¿Aún seguimos casados?» «Emerson, ¿qué quieres de mí?», pensó. Puso a la niña en la cuna, estaba dormidita, cuando Denver entró. —Hola, Anya, hay un favor que quiero pedirte. Anya mirò al hombre con intriga —¿Qué pasa? —Quiero que mañana me acompañes a la fiesta de aniversario de la Compañía Carrigan-Smith, quiero enfrentar a todos, y decirles que he venido por lo que por derecho es mío. Anya asintió, estaba angustiada, eso solo significaría volver a ver a Emerson. Luego recordó que èl estaba fuera del país. «Emerson no volverá aún, seguro me busca. Puedo ir y ayudar a Denver, èl me ha ayudado mucho. De todos modos, pronto debo enfrentar a Emerson» «Me debe dar el divorcio, y ya veremos qué haré sobre mi hija», pensó. —Está bien, Denver, te acompañaré. *** Al día siguiente. Por la mañana, Emerson llegó a Chicago, Hank lo estaba esperando. Sonrió al verlo. —Lamento que esto no haya sido como lo esperaba
Por la noche, Emerson bajó la escalera, Ruby Lang y Bill estaban ahí. Ruby no evitó mirar a Emerson de esa forma, aún podía sentirse tentada al recordarlo como Dios lo trajo al mundo. Emerson los ignoró. —Los veré en la fiesta —dijo, porque Hank llegó, al verlo, subió al auto—. Me alegra que vengas vestido para la fiesta, porque vas a entrar. Hank le mirò aturdido. —Solo me vestí elegante para combinar con el evento. Emerson sonrió. —Eres mi invitado de honor. —Emerson… yo… no puedo. —Sì que puedes. Hank condujo en silencio. *** Denver esperaba a Anya. Holly cargaba a la pequeña, ella la cuidaría. —Vamos, hijo, sé fuerte, y por favor, nada de golpes, ni gritos, demuéstrale quién es Denver Carrigan. —Bueno, en realidad, nunca he sido un Carrigan, nunca lo seré, ahora soy Denver Hank, eso parece. Holly sonrió con dicha. —¿Denver Hank? Mira nada más, combina, perfecto con tu personalidad, eres un hombre fuerte y valiente, hijo. Denver sonrió. Holly era como la madre que n
—¡Anya…! —Emerson murmuró su nombre con anhelo. —¡Eres un impostor! No eres nadie, baja ahora mismo —dijo Bill tocando su pecho con fuerza —¡Soy dueño de esto, tanto como tu hijo! Y tengo un testamento que lo comprueba —dijo Denver. Bill sintió terror, y rabia. Entonces, Emerson se acercó. —¿Es cierto? ¿Él es mi hermano? —exclamó Emerson. —Sí, soy tu hermano —dijo Denver. —¡Es un bastardo que no tiene derecho a nada! —gritó Bill. Aunque intentaban hablar entre ellos, los invitados lograron escuchar tal discusión. —Cállate, padre, si él es hijo de mi madre, es mi hermano y punto. Debemos hablar, este no es el mejor lugar. Denver se quedó perplejo, no esperaba eso. Emerson bajó del escenario, tan rápido como pudo. Al instante, Anya decidió retroceder, estaba por irse. Cuando sintió que tomaron su mano, volvió la mirada. Era Emerson Carrigan ante ella; el solo toque de su piel contra la suya, hizo que se estremeciera. —¡Anya, volviste! —No he vuelto por ti —dijo con cierta ra