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Capítulo 30: Nido de águilas

La sensación de vacío de mi estómago, sumado a la incertidumbre, no son tan largos como supuse. No moría como había supuesto en los dos segundos que duró mi caída. Más bien caigo en algo firme pero lo suficientemente blando como para no lastimarme.

—¿Lo escuchaste? — oigo a Leonel por arriba de mi cuerpo.

—¿Escuchar qué? — devuelve Victoria.

—¿Viene de aquí el ruido?

No sé dónde caí o cómo caí, pero lo que sí veo sobre mí es el cielo y las sombras de esos dos a través de un recuadro. Me muevo por donde sea que esté y me escondo donde hay techo. Estoy debajo del suelo puedo comprobar.

—¿Esta es tu forma de ignorarme? — protesta Victoria mientras veo una luz iluminar donde había caído.

—Ahorra tus energías para lidiar con tu marido, déjame en paz — escucho por última vez hablar a Leonel y la luz apagarse.

Me quedo en silencio por un buen rato para confirmar que se hayan ido. Y creo que lo hicieron. Ya confirmado recapacito en muchos detalles. Como puedo me saco el celular del escote, po
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