El hombre miró a su esposa con preocupación y elle entendió que algo estaba mal.—¿Qué ocurrió ahora? —preguntó con fastidio.Desde la boda, sentía que no habían tenido descanso. Los problemas se presentaban uno detrás de otro y le enfurecía saber que, su propia hija, era quien pisoteaba todos los años de trabajo duro. El hombre le dio a Lidia una mirada cargada de decepción.—Los abogados de Lucca y Margarita ya llegaron —explicó.—¿Qué? —inquirió la madre de Lidia, escandalizada—. ¿Por qué? —insistió y su esposo le dio una mirada rigurosa para recordarle lo que su heredera había hecho—. Lidia… —reprochó negando con la cabeza.—Vamos a reunirnos con ellos para saber qué es lo que Ossandón pide para compensar el daño causado —murmuró derrotado.Sentía que, por más que buscaba un escape a los problemas en los que su hija le había metido, nada servía, nada lo salvaba del hoyo en el que estaba.En el fundo Santa Margarita, Lucca recibió una llamada minutos antes de que sus abogados com
Si bien, todos los presentes esperaron a que Lucca contestara el llamado proveniente de Lidia Valdivieso, al hombre le importaba más la salud de su nueva esposa y, no obstante, en una primera impresión sí se había casado con ella a cambio de conseguir su ayuda y un trasfondo que no era el amor, en ese momento, y con el paso de los días, Lucca había aprendido a conocerla y le había fascinado lo que había dentro de ella.El hombre presionó las teclas de volumen y silenció su teléfono móvil. Se lo metió al bolsillo y tomó a Margarita por la espalda, conforme agarró todo su cabello para que no se ensuciara. Miró a su madre para pedirle ayuda y ella reaccionó de forma inmediata.—Papel, aquí tengo papel —dijo ella, alarmada y le ofreció un pa&n
Lucca corrió a auxiliarla y la alzó con mucho cuidado.—Lo lamento —susurró él y se mostró afligido por su bruteza.Quiso sacudirla, pero se contuvo, pues tampoco quería tocarla sin propasarse. Sentía confianza para con July, pero también respetaba a Kun y no iba a tocar, en lo más mínimo, a la mujer de otro.—¿Cómo está ella? —preguntó July y le miró con ansiedad. Lucca suspiró—. Esto ya había pasado antes —agregó y el hombre apretó el ceño—. Cuando Raúl la engañó… Margarita me va a matar si sabe que te dije, pero… —balbuceó con miedo, pero luego apretó los dientes y rabió con llanto falso—, cuando
Los sabores, olores y colores que ella aceptara en el laboratorio serian producidos en masa y puestos a la venta, corriendo el riesgo de cometer un error y fracasar. Pero él confiaba ciegamente en ella y sabía que su camino era hasta el éxito.“Estoy en las afueras de Santa Margarita, por favor, sé hombre y recíbeme”.El corazón de Lucca se detuvo por un segundo cuando leyó el mensaje de su exnovia, y soltó un suspiro cuando entendió que era cierto, ella estaba allí, en su fundo, su casa.Uno de los encargados de seguridad venía corriendo hacia él. De seguro le traía las malas noticias.—¿Llegó
Lidia le invitó a sentarse en la cabina de su camioneta. Él no se negó y se sentó en la puerta horizontal de la parte trasera de la camioneta. Ella se sentó a su lado y le reveló cual era el motivo de su visita.—Tus abogados nos visitaron hoy —musitó. Lucca asintió—. No puedo cumplir lo que ella nos exige, Lucca —susurró con la voz cortada—. Compré las acciones de Vera y no puedo comprar las tuyas también, al menos no ahora —agregó con actitud inocente.Lucca se mantuvo silencioso y pensó detenidamente en lo que la mujer le decía. No podía negarse a lo que Margarita quería de Lidia, a cambio por todo el daño que había causado hacia ella al publicar el video “porno” de los dos.
El beso fue suave y profundo y tuvieron que volver a la tierra cuando los empleados se rieron de la cálida situación.—Lamento que tuvieras que ver eso —susurró Lucca sobre la boca de Margarita y le acarició la cabeza, el cuello y la nuca con los dedos.Margarita se rio coqueta.—Necesitaba verlo y escucharlo —respondió ella y tomó una de sus manos para besarla con suavidad—. Ahora sé que somos reales.Lucca también se rio.—Podemos ser muchas cosas, cariño, pero somos reales y nadie puede contra eso —murmuró él en su cuello, ascendió por su oreja y le besó la mejilla para luego mirarla a los ojos. Ella apretó los labios para formar un
Aunque el médico quiso recomendarle algunos medicamentos que la ayudaran a estar tranquila, ella se negó a recibir cualquier tipo de medicación y cuando Lucca se atrevió a preguntar los motivos, ella solo le ofreció una abierta sonrisa que lo dejó aturdido durante toda la consulta.Tuvieron que aguantar hasta la noche para poder conversar en privado, pues los amigos de Margarita se quedaron a almorzar y a cenar. Celebraron con vino de su propia cosecha el ingreso al concurso, el cual había resultado exitoso y sus muestras viajaban ya hasta el Reino Unido, donde serían evaluadas y categorizadas.Ellos esperaban obtener un puntaje que les pudiera ayudar a mejorar sus ventas, aunque sus números eran los mejores de la región y sus productos apenas llevaban un mes en las salas de venta de todo el país.
Margarita no tardó en unirse a su madre, la que corría de lado a lado, enloquecida con todo lo que debía hacer para que todo resultara bonito y sus tías, las cuarentonas calenturientas la rodearon y la interrogaron.—¿Y te irás a Italia con él? —preguntó una de sus tías.—Que bombón te agarraste Marga —saboreó otra de sus tías.—Y tan desabrida que te ves —bromeó otra y le agarró la cintura para apretujarla.La mamá de Margarita escuchó y la miró con angustia. Ella siempre había dejado a sus hijos libres, sobre todo a las dos mujeres, pero sí le dolía desprenderse de Margarita, pues, la había visto sufrir y no quería que v