Su respiración se había vuelto pausado, tomé su brazo izquierdo que quería salirse de la cama y se lo acomodé al lado de su pecho. Escuché la puerta de la entrada abrirse y salí de la habitación, mirándola dormida una vez más y cerrando su puerta después. Rogaba para que no tuviera esas horribles pesadillas de las que nunca me había hablado de que se trataban.
— Jamie, ¿que haces aquí? — Dijo Jake al verme bajar por las escaleras.
— Necesito hablar contigo. — Casi me había quedado dormido junto a Ana, por lo que tenía la voz pastosa.
— ¿A estas horas? Tengo algo de sueño.— miraba su celular tecleando algo.
A medias Ana y Jamie habían firmado el contrato para realizar la exhibición en la próxima semana. Mientras tanto, el venía a la casa ayudar a Ana para informarse sobre algunas universidades y cual se adaptaba más a ella. El abogado ya había conseguido la información de la familia de Ana, yo aún no sé la daba. No sabía si era buena idea. Según el, vivían en malas condiciones, por lo que Ana nunca había vivido en condiciones óptimas, había sido más difícil que ellos habían cambiado de dirección varías veces. Tal vez eso la llevo a adaptarse más rápido a las calles, o quizás sabía que su familia no podía ayudarla y simplemente se resignó. La verdad es que no tenía idea, pero lo que Nicol me había dicho, martilleaba en mi cabeza. — ¿Como es que permaneció tanto tiempo allí? Sin buscar ayuda, ir a la policía o buscar la manera de que la
— Es... no lo sé. Mi cuerpo se ve tan... — Llamativo. — ¡Exacto! Mira mis pechos. — Los veo. — contestó él con una risita. — Los veo. — Se ven algo como así, mira. — guarde aire en mis cachetes y se los mostré. Era la forma que tenían mis senos con aquel vestido.— Son tus senos, no puedes sentir vergüenza de ellos. — No es vergüenza de ellos. Solo no me gusta que los miren. — Yo los estoy mirando. ¡Tú me lo pediste!Se había parado de la butaca que esta
Había una vez un chico…Aquella noche tomé de nuevo el taxi y volví a casa. Le pagué cuando llegué. A esa hora todavía Christine estaba despierta. Sus manos me sostuvieron al pasar por la puerta, porque una vez que entré, las piernas me fallaron y las lagrimas comenzaron a salir a borbotones. Tapé mi boca para que mi llanto no despertara a Tom. Ella me guió hasta la cocina. — ¿Pero que ha pasado? ¿Por qué viniste en un taxi? — Christine... — el llanto no me dejaba hablar, pero tenía que desahogarme o la pena me iba a matar. — Jake nunca ha demostrado tener sentimientos hacia mi. ¡Nunca! — Claro que si. No seas tonta. Nadie hace todo eso por una persona solo por su bue
Cena de Gala A pesar de la tela transparente que cubría mi piel, mis senos seguían estando a la vista. Me coloqué el calzado, bastante alto, aunque lo tenía controlado y Christine me había ayudado a peinarme. Llevaba un recogido de medio lado que lo agarraba una pinza plateada, me había hecho un maquillaje sencillo pero realmente me veía hermosa. El vestido era bello. Solo estaba el inconveniente del escote. — Aquí es donde te presentará como su esposa. Es el momento que has estado esperando. — Christine, hoy también es mi exposición. Eso es un momento igual de importante. Dependo de eso para entrar a la universidad por mi propia cuenta. — No te preocupes, el señor no dejará que llegues tarde a eso. Sabe lo importante que es para ti. — Pero lo
Definitivamente el vestido me quedaba perfecto, pero los ánimos faltaban. Lo único que me impulsaba era que era una oportunidad para intentar redimirme con Jamie. — Como no vas a estar, me llevaré a Tom a casa de Nicol, así Christine puede ir a su casa. — Mañana todavía tiene clases. — Llegaremos temprano, tú no te preocupes. — Está bien. Se suponía que Jamie me pasaría a recoger pero me acaba de llegar un mensaje suyo. “No podré recogerte, ven en taxi o dile a tu esposo que te traiga.” Estaba claro que no estábamos en paz y que Jamie no me pondría las cosas fácil. Llamé un taxi que llegaría en diez minutos. Lo
Jamie no se consideraba el mejor, en nada de lo que hacía. Simplemente disfrutaba de ello sin importarle si era peor o mejor que otros. Nunca consideró que tuviera talento en nada, por eso siempre le molestó que su madre se empeñara en que él desarrollara alguna habilidad que él sabía que no tenía. “Puedes ser mejor, mira a tu hermano. Es un buen ejemplo.” Eran las palabras que escuchaba cada día durante toda su adolescencia. Había practicado boxeo, pero cuando su entrenador le dijo “Eres bueno, puedes llegar lejos.” Simplemente lo dejó. ¡No quería ser bueno! ¡Solo quería hacer algo! La mirada de su madre era algo que había llegad
Las luces de la habitación de Jake todavía estaban encendidas, habían sentido cuando Ana acabada de llegar. — Entonces tu hermano se va a Italia. — Italia le gusta. — ¿Por qué no te defendiste cuando él te golpeó? — En otra ocasión yo lo golpeé y no se defendió. Estamos a mano. Nicol acarició su pecho desnudo mientras él se perdía en la belleza de sus senos. — Quiero estar en esa operación. — Cambió drásticamente de tema ella. — Es algo importante.
Es mi hijo Aquella noche solo pude dormir escuchando la voz de Jamie, las grabaciones de audio que me había hecho me servían de mucho. Pero había llegado el domingo y teníamos que pasarlo junto con Nicol. Sinceramente no tenía ni ganas de hablar. Todo el día pasó como si yo no estuviera presente en él y solo lo veía transcurrir. Cuando llegó la noche, empecé a inquietarme. Jamie no había enviado ningún mensaje para saber si había llegado bien o cualquier cosa y yo no quería ser la primera en escribir. Debía de demostrarle que no tenía dependencia de él, era la única maner