— ¿Por qué sigues con ese ramo de rosas en tus manos aun con la hora que es?— preguntó Jake a Leslie. Los niños ya estaban en la cama y los abuelos dentro, no quedaban invitados. El salió a la terraza para ver donde estaba su dulce enfermera.
— No lo se. Está tan bello que solo no quiero soltarlo. Me gusta. — Te queda perfecto. Solo hace falta verte caminando hacia el altar mientras yo te espero al final del camino. — Eso seria algo muy vergonzoso. — dijo sonrojándose. — ¿Cuál parte?— retiró el ramo de sus manos y lo dejó sobre una mesa. Volvió donde Leslie, abrazándola. — La parte en la que voy corriendo hacia ti, para casarnos ya. No creo poder ir a paso lento mientras las personas nos miran, es decir, todo es muy lindo y aunque me agrade la idea de casarnos como lo convencional, no creo que sea mi estilo. Llamar la atención no lo es, ser el centro de todo eso solo me agobiaría. Incluso llevar u—Jamie, tengo que hacerte una pregunta, de la que hace mucho siento curiosidad pero no me atrevía ya que era algo poco importante y tal vez hacerla esté mal o no sea de mi incumbencia. — sobre la cama, en su casa, aquel sábado en la mañana, escuchaba a los niños jugar en el salón. A su mente llegó el padre de Jamie y lo curioso que era ver a ese hombre, tan callado, poco participativo y sin decisiones relevantes en cualquier cosas. Casi ni se sentía. Apenas si hablaba o decía cosa alguna. — Tu padre ¿siempre ha sido así tan silencioso? Quería formular la pregunta de otra manera pero no quería incomodarlo. Más bien quería preguntar ¿por qué su padre nunca decidía en nada y hacía todo lo que su esposa le decía sin nunca poner una queja? Pero aquello Ana no lo diría. —Tengo otros recuerdos de mi padre, más alegre, más activo, más todo. —¿Está enferm
—¡Papá! — Tom fue el primero en recibirme. Sus manos rodearon mi cintura, abrazándome.— Pensé que ya no llegabas.—Ya estamos aquí.—Hola, Leslie. Feliz cumpleaños. — le dio un beso a mi esposa. —Adrián, han llegado, trae el regalo. — el pequeño Adrián, o más bien, la combinación perfecta entre Ana y Jamie, llegó a nosotros con un regalo en las manos. ¿Desde cuando caminaba tan bien y con esa rapidez? ¿Era yo o ese niño estaba mucho más grande?—Feliz cumpleaños, Leslie. — quisiera decir que eso fue lo que dijo, pero no fue así. Soltó unas palabras en un idioma extraño pero todos entendimos la intención.—Muchas gracias a los dos. ¿Donde están sus padres?—Fuera, Jamie intenta encender la barbacoa, mamá insiste que la deje a ella y el quiere hacerlo por si mismo. Creo que tardarán un poco.—Pues, vayamos allá. — Mi pequeño Tom, ya no era para nada pequeño. Estaba muy grande y con mucha inteligencia. Tenía la impresión de que
Quizás antes sentí un poco de celos hacia Jamie, ¡estaba tan feliz como su familia! Que más que celos, quizás sentí miedo de que se quedara con el amor de Tom. Pero no era así, yo era su padre y eso no cambiaría.Me había casado con Leslie y esta maravillosa mujer había sanado una herida que yo creí que no tenía y que ya no existía.La amaba.Era la mujer indicada, que no solo había sabido amarme en silencio, también esperarme, desde mi relación con Nicol, hasta lo que tuve con Lina. Ella solo me esperó y ya yo estaba con ella, la tenía en mis brazos y en todo mi corazón.Hace un par de semanas, escuché a una mujer llorando mientras dejaba a Leslie en el área de emergencias, no suelo hacer esas cosas pero hay ocasiones en las que se entra en desesperación cuando duele algo o estas solo en el hospital y yo creí que ese era el caso y quise ver que le pasaba a la mujer. Cuando entré a su camilla, al correr la cortina, mi corazón me golpeó como si qui
Había dormido exageradamente mal aquella noche, solo pensaba en la cirugía que tenía esa mañana, quizás estaba un poco nervioso, tal vez algo ansioso. Nada bueno para su trabajo. Pero la pobre mujer había esperado meses para aquella cirugía y Jake quería que todo saliera bien, de eso dependía la vida de aquella mujer. Jake Matthew era un prestigioso cirujano de la parte este del país, a su corta edad contaba con numerosas cirugías, tanto simples como complicadas, todas y cada una de ellas terminadas exitosamente. El mejor cirujano cardiovascular. A sus treinta años, con su cabellera rizada que le llegaba hasta los hombros, con las numerosas pecas que tenía en el rostro y con la poca vida social que tenía, solo pensaba en una sola cosa, sus pacientes. — Pare un momento, tengo que tomar aire. — Le dijo a su chofer, Dani. Salió del coche y
— Si vas a irte tan temprano, al menos avisa. No puedo creer que estoy aquí y ya te vas. — Samantha abrió los ojos después de tocar el lado de la cama de Jake y encontrándolo vacío. Su voz salió un poco pastosa por el sueño. Pero Jake seguía vistiéndose sin prestarle atención. —¿Para que me pediste que viniera anoche si ya te vas ? ¿No estabas libre el día de hoy ? ¿A caso ha surgido alguna operación de emergencia ? — Vuelve a dormir, no tienes que enfadarte porque me levante primero que tú. — Se puso sus zapatillas y tomó el celular de la mesita de noche. — Y no te dije que vinieras, tú te apareciste sin avisar. ¿Ya lo olvidaste ? Solo voy hacer ejercicio. — Ese no es el punto, ya que ahora estoy aquí. — Volveré antes de comer, dile a mama si te quedarás a almorzar, sabes que no le gusta que lo hagas sin avisar. — Está bien. Esperaré a que regreses. Podría decirse que Samantha o c
Cuando llegaron al hospital todavía ella permanecía inconsciente pero Jake había hecho como dijo, no se apartó ni un segundo de su lado. Habían limpiado su herida y suturado, la parte de la rodilla no estaba tan mal, solo un poco magullada por el golpe de la caída.Aunque, lamentablemente Jake se había raspado la palma de ambas manos. No era nada grave, pero eran sus manos, con las que realizaba operaciones cada día.Se las habían lavado y curado en el hospital, después de que sanasen podría realizar su labor con total normalidad.— Disculpe, ¿la conoce de algo ? ¿Podría decirnos su nombre ?— No se cual es su nombre, apenas la he visto frente a un supermercado vendiendo periódicos.— Entiendo, esperaremos a que despierte. Tal vez deba de guardar reposo al menos aquí unas cuantas horas más, para descartar que no tenga ninguna secuela.— No creo que ella quiera quedarse, solo la logramos traer sedándola.La enfermera
Siguió a Jake hasta su coche, mirando siempre hacia atrás para asegurarse de que nadie la seguía. Tenía mucho miedo de Robert, era un hombre muy peligroso y no le temblaba el brazo para matar, sobre todo a alguien que no tenía ningún doliente.El pequeño Tom iba abrazado a su cuello mientras ella lo cargaba en brazos.El coche olía muy bien, era amplio y cómodo, le pareció extremadamente suave e incluso le entraron ganas de dormirse allí. No lograba recordar la última vez que había estado sobre algo tan cómodo y suave a la vez.— Debes de sentar al niño en un asiento, a tu lado. No puedes llevarlo cargado.— El irá sobre mi. — dijo con firmeza.— Si alguien lo ve, me multaran. No es la manera correcta de llevarlo.— ¿Crees que yo no sé cual es la manera correcta de llevarlo ? Debería de tener un asiento para niños, como no hay ninguno, lo llevaré en mis brazos.— Está bien, entonces conduciré hasta la tienda más cerc
Después de quedarse observando a Ana con cierto interés, le extendió el vestido. — Puedes usar esto. Después iremos más tarde a comprar algo de ropa. — La mujer de antes está lavando nuestra ropa, podemos seguir usando esa. — Ana observó el vestido, solo de mirarlo sabía que no le gustaría ni le quedaría bien, aunque cualquier ropa le quedaría mejor que la que ella había llevado puesta. — Ya esa está para tirar. ¿Te molesta si les compro algo de ropa ? — Ropa, ropa. Yo quiero unos pantalones y unos calzoncillos. ¡Que sean rojos ! Me gusta el rojo. ¿También puedes comprarme unos zapatos? — ¡Tom! Ya deja de pedir cosas, no está bien, todo tiene un precio y nosotros nos tenemos dinero. — Ya te lo dije antes, no tienes que pagar por nada ni me deberás nada. Lo hago porque quiero, no porque luego tengas que pagarme nada. — No confío en ti. No quiero aceptar tus cosas, solo estamos aquí para que Tom sea curado. Cu