- ¿Ya te vas? - preguntó Jamie. Tom y Adrián jugaban en el patio. - Si. Tengo que llegar antes al hospital. - ¿No tenías hoy el turno de la noche? - Pero hay una cirugía que tengo que cancelar. - ¿Cancelar? - Si, no estoy seguro de ella, no lo decidí yo y no la realizaré. - Mmm, suerte con eso. - le di un abrazo a mi hermano y me marché, Ana estaba trabajando. Al llegar al hospital fui de prisa a cambiarme, sabía que todos me esperaban. Me dirigí a la habitación de Christian y allí estaban. Su padre, la madre, la directora, Leslie y dos doctores más. - Buenas tardes. - Los ignoré a todos y me dirigí hacia sus padres. La directora no me miraba con buenos ojos. - He llegado a una conclusión. - hablé bajo, pues el niño dormía. - No realizaré la operación. - su padre se puso de pie y la madre caminó hacia la puerta. - Doctor Matthew, ¿tengo que suplicarl
¿Leslie y yo? ¿Que había sido todo aquello? ¿Por qué estábamos trabajando y me sentía tan nervioso? Ella en cambio estaba como si nada. No era capaz de mirarla, me hubiera gustado besarla en aquel momento, sentarla en mis piernas y… - Doctor. - interrumpió mis pensamientos. - Vamos a la otra sala. No se quede allí parado. - La observé de pie junto a la puerta, yo aún seguía al lado de la cama del paciente. - Si, ya te sigo. - caminé detrás de ella, en silencio. Se movía despacio y sin prisa. Se detuvo junto a la entrada del área C, la siguiente sala que nos tocaba. - Estas un poco distraído. ¿Estás bien? - Leslie, ¿podemos hablar un momento? Tomemos un descanso. - Está bien. ¿A donde vamos? ¿Comedor? - A mi oficina. - dije con voz aguda. Leslie se detuvo. Tomé su mano y caminé con ella, arrastrándola conmigo por el s
Ana Olsen & Jamie Matthew. Esta vez si era cierto, era real y podría realizarse. ¿Quién diría que en mi segundo intento de casarme estaría tan nerviosa? Incluso más que la primera vez. Mis hijos me esperaban al final se este trayecto, junto al hombre que se convertiría en mi esposo en breves minutos. Esta boda era diferente, Adrián no estaba en mi vientre, habían más invitados y nosotros éramos un poco diferentes a ese entonces, en mi mente no rondaba ninguna duda sobre los deseos o el amor que sentía Jamie hacia mi. Me amaba, como nadie lo había hecho, no hacía falta que él lo pronunciara con sus labios, pero aún así lo hacía. Una sola mirada de él y yo podía comprender todo lo que esta cargaba. El tiempo que teníamos viviendo juntos nos habíamos complementado de una manera que creíamos ya estarlo. Era mi compañero, mi aliado, mi amigo y casi mi esposo. Yo lo amaba, podría caminar este tramo con los ojos cerrados, sabiendo que el me espera
— ¿Por qué sigues con ese ramo de rosas en tus manos aun con la hora que es?— preguntó Jake a Leslie. Los niños ya estaban en la cama y los abuelos dentro, no quedaban invitados. El salió a la terraza para ver donde estaba su dulce enfermera. — No lo se. Está tan bello que solo no quiero soltarlo. Me gusta. — Te queda perfecto. Solo hace falta verte caminando hacia el altar mientras yo te espero al final del camino. — Eso seria algo muy vergonzoso. — dijo sonrojándose. — ¿Cuál parte?— retiró el ramo de sus manos y lo dejó sobre una mesa. Volvió donde Leslie, abrazándola. — La parte en la que voy corriendo hacia ti, para casarnos ya. No creo poder ir a paso lento mientras las personas nos miran, es decir, todo es muy lindo y aunque me agrade la idea de casarnos como lo convencional, no creo que sea mi estilo. Llamar la atención no lo es, ser el centro de todo eso solo me agobiaría. Incluso llevar u
—Jamie, tengo que hacerte una pregunta, de la que hace mucho siento curiosidad pero no me atrevía ya que era algo poco importante y tal vez hacerla esté mal o no sea de mi incumbencia. — sobre la cama, en su casa, aquel sábado en la mañana, escuchaba a los niños jugar en el salón. A su mente llegó el padre de Jamie y lo curioso que era ver a ese hombre, tan callado, poco participativo y sin decisiones relevantes en cualquier cosas. Casi ni se sentía. Apenas si hablaba o decía cosa alguna. — Tu padre ¿siempre ha sido así tan silencioso? Quería formular la pregunta de otra manera pero no quería incomodarlo. Más bien quería preguntar ¿por qué su padre nunca decidía en nada y hacía todo lo que su esposa le decía sin nunca poner una queja? Pero aquello Ana no lo diría. —Tengo otros recuerdos de mi padre, más alegre, más activo, más todo. —¿Está enferm
—¡Papá! — Tom fue el primero en recibirme. Sus manos rodearon mi cintura, abrazándome.— Pensé que ya no llegabas.—Ya estamos aquí.—Hola, Leslie. Feliz cumpleaños. — le dio un beso a mi esposa. —Adrián, han llegado, trae el regalo. — el pequeño Adrián, o más bien, la combinación perfecta entre Ana y Jamie, llegó a nosotros con un regalo en las manos. ¿Desde cuando caminaba tan bien y con esa rapidez? ¿Era yo o ese niño estaba mucho más grande?—Feliz cumpleaños, Leslie. — quisiera decir que eso fue lo que dijo, pero no fue así. Soltó unas palabras en un idioma extraño pero todos entendimos la intención.—Muchas gracias a los dos. ¿Donde están sus padres?—Fuera, Jamie intenta encender la barbacoa, mamá insiste que la deje a ella y el quiere hacerlo por si mismo. Creo que tardarán un poco.—Pues, vayamos allá. — Mi pequeño Tom, ya no era para nada pequeño. Estaba muy grande y con mucha inteligencia. Tenía la impresión de que
Quizás antes sentí un poco de celos hacia Jamie, ¡estaba tan feliz como su familia! Que más que celos, quizás sentí miedo de que se quedara con el amor de Tom. Pero no era así, yo era su padre y eso no cambiaría.Me había casado con Leslie y esta maravillosa mujer había sanado una herida que yo creí que no tenía y que ya no existía.La amaba.Era la mujer indicada, que no solo había sabido amarme en silencio, también esperarme, desde mi relación con Nicol, hasta lo que tuve con Lina. Ella solo me esperó y ya yo estaba con ella, la tenía en mis brazos y en todo mi corazón.Hace un par de semanas, escuché a una mujer llorando mientras dejaba a Leslie en el área de emergencias, no suelo hacer esas cosas pero hay ocasiones en las que se entra en desesperación cuando duele algo o estas solo en el hospital y yo creí que ese era el caso y quise ver que le pasaba a la mujer. Cuando entré a su camilla, al correr la cortina, mi corazón me golpeó como si qui
Había dormido exageradamente mal aquella noche, solo pensaba en la cirugía que tenía esa mañana, quizás estaba un poco nervioso, tal vez algo ansioso. Nada bueno para su trabajo. Pero la pobre mujer había esperado meses para aquella cirugía y Jake quería que todo saliera bien, de eso dependía la vida de aquella mujer. Jake Matthew era un prestigioso cirujano de la parte este del país, a su corta edad contaba con numerosas cirugías, tanto simples como complicadas, todas y cada una de ellas terminadas exitosamente. El mejor cirujano cardiovascular. A sus treinta años, con su cabellera rizada que le llegaba hasta los hombros, con las numerosas pecas que tenía en el rostro y con la poca vida social que tenía, solo pensaba en una sola cosa, sus pacientes. — Pare un momento, tengo que tomar aire. — Le dijo a su chofer, Dani. Salió del coche y
— Si vas a irte tan temprano, al menos avisa. No puedo creer que estoy aquí y ya te vas. — Samantha abrió los ojos después de tocar el lado de la cama de Jake y encontrándolo vacío. Su voz salió un poco pastosa por el sueño. Pero Jake seguía vistiéndose sin prestarle atención. —¿Para que me pediste que viniera anoche si ya te vas ? ¿No estabas libre el día de hoy ? ¿A caso ha surgido alguna operación de emergencia ? — Vuelve a dormir, no tienes que enfadarte porque me levante primero que tú. — Se puso sus zapatillas y tomó el celular de la mesita de noche. — Y no te dije que vinieras, tú te apareciste sin avisar. ¿Ya lo olvidaste ? Solo voy hacer ejercicio. — Ese no es el punto, ya que ahora estoy aquí. — Volveré antes de comer, dile a mama si te quedarás a almorzar, sabes que no le gusta que lo hagas sin avisar. — Está bien. Esperaré a que regreses. Podría decirse que Samantha o c