Nicol acababa de salir de mi oficina, eran las 12 del medio día y mañana era la operación del joven Marc Arlet, había que hacerle un transplante de corazón, solo tenía diecinueve años, se podría pensar que sería algo sencillo o normal, debido a que una persona de esa edad suele estar fuerte, pero el joven Arlet era todo lo contrario. Esta sería su tercera operación y eso lo complicaba todo. Debido a su condición, se le había reparado la válvula aórtica y sustituido la mitral, pero su estado de salud no había mejorado en lo más mínimo. Tenía que recibir siempre transfusiones de sangre, tenía poca producción de glóbulos blancos y aunque su enfermedad era congénita, había sido no hace mucho detectada. Aún más complicado, su corazón se fue estropeando debido a que no recibía las condiciones adecuadas y el joven llevaba una vida normal y muy activa. Tenía dos meses en nuestro hospital y desde ese entonces, el caso había sido dirigido a mi.
— Disculpe, doctor MattheNo sabía que pasaba, no tenía detalles de nada, solo una dirección de una comisaría y que Jamie estaba desmayado. Pero ya aquí, pasaron a un hombre por el lado mío, iba esposado con el rostro todo machacado y caminando apenas. Aunque me miró por un segundo, pareció no reconocerme pero yo si a él. ¿Como olvidar aquel rostro que incluso en aquel momento me hacía temblar de miedo, asco y repulsión? Robert. Mi cuerpo quería entrar en pánico, pero no lo dejé, apreté mi bolso con fuerza y me obligué a esperar. Jamie me necesitaba. Tuve la intención de salir corriendo, de hecho, era lo que hubiera hecho si las piernas me hubieran respondido en aquel momento, pero no lo hicieron. Me quedé allí de pie hasta que se fue de mi vista, solo así pude moverme otra vez. Me acerqué al mostrador donde estaba un oficial y pregunté por Jamie. — Gire aquí a la derecha, lo verá recostado a unos asi
Jamie salió de la casa de Ana diciéndole que iba a buscar su maleta, algo de ropa en el hotel donde se estaba quedando. Pero no era así, se había dirigido en dirección al hospital donde trabajaba su hermano luego de llamarlo varias veces y este no contestar. No era una opción para el, saber lo que su hermano había hecho y quedarse de brazos cruzados. No iba a discutir con el, se lo había dicho a Ana, pero eso no significaba que no diría nada. Pero, la conversación que había tenido con Jake lo había dejado destrozado. Salió de allí sin poder decir una sola palabra ante lo que su hermano decía. No había creído nada de aquello, pero era doloroso saber que Ana nunca le hubiera mencionado nada, incluso aquella mañana, donde se suponía que ella había estado siendo sincera, le había mostrado su cuerpo y las marcas que la avergonzaban. ¿No confiaba ella en él tanto como lo hacía con Jake para contarle aqu
Cuando te enamoras, hay una cosa en la que piensas, no es ¿seré feliz? O tal vez si; eso puede ser lo que piensan todos. Pero yo, cuando supe que estaba enamorado, lo primero que pensé fue ¿me romperán el corazón? Y admito que tuve miedo, porque sabes que si te partes un brazo, te va a doler, si te caes, te va a doler, si te golpean, te va a doler, pero cuando te rompen en el corazón, no sabes exactamente donde es que te duele, porque te duele en todos lados, incluso respirar es doloroso, pensar en esa persona es doloroso y cada cosa que te recuerde a ella, por mínimo que sea, también será doloroso. No hay nada que puedas tomar para calmar ese dolor, ni si quiera puedes ir al hospital. Pero yo aún no sabía eso, todavía no. Mi corazón seguía intacto y aún no sabía reconocer el sonido de algo que se estaba quebranto, a punto de partirse en mil pedazos. Besar a Ana, se estaba volviendo un deleite y era increíble la rapidez co
Podía observarla sentada, mirando desde allí el enorme salon. Indeciso, con la idea de presentarse ante ella, aunque con miedo a su rechazo. Se quedó allí de pie, justo detrás del marco de la puerta, pensando en que decir. Ella se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro, observando los cuadros que habían en el salon. Pasó por el lado de el, la puerta los separaba, observó su rostro, se veía tan adulta, su pelo había cambiado y aquella expresión era mas dura, no tenia la misma mirada risueña y aquellos ojos tan curiosos o la hermosa sonrisa que siempre adornaba su rostro, pero sin duda alguna, aquella era su Ana, Ana Olsen. Salió de detrás de la puerta quedando detrás de ella, aun no tenia pensando que decir pero no le importaba, Ana estaba justo frente a el, después de tantos años y no perdería un solo minuto mas sin estar cerca de ella. Tocó su hombro despacio, Ana al notar que habia alguien
Me sentía realmente horrible, pero entre Jamie y Tom, tenia que elegirlo a el, habia sido algo sucio de parte de Jake, pero ¿que podia hacer? Me tenia en sus manos, contra la pared. Aun podia escuchar la voz de Jamie cortando el aire al gritar mi nombre de forma tan desesperada. Esta vez si lo habia herido y ya no había marcha atrás ni ninguna posibilidad de nada entre nosotros. – Por favor, solo espéreme unos cinco o diez minutos, le aseguro que saldré lo antes posible. –No se preocupe, señorita. Aquí la espero. – Salí del taxi ya mas calmada, la enorme puerta se cernía sobre mi. – Hola. – dijo Christine después de que yo tocara el timbre.– ¿quien es? –Soy Ana, abre por favor. –Ana, querida, quisiera hacerlo, pero sabes que no tienes permitido entrar. –Ya lo se, no vendría aquí si no fuera por algo, Jamie esta en el hospital y Jake esta con el
–Entonces, ya saben los métodos a utilizar en el concurso, solo participará quien quiera, tendrán la oportunidad de trabajar de pasantes en mi buffet, a pesar del poco tiempo que tenemos dando clase. – dijo el profesor Perez, quien había sido mi abogado y resultó ser también uno de mis profesores de universidad. Habíamos algunos emocionados con esta nueva iniciativa, nos daba una oportunidad única de trabajar con el profesor, aprender mas cosas y tener experiencias en casos reales. No podría ser mejor. Y encima nos pagaban. Definitivamente iba a concursar. La custodia de Tom era o podría decirse compartida, ahora vivía conmigo pero Jake podia verlo cuando quisiera y las vacaciones eran con el, verano, navidades y todo lo que se llamara vacaciones, para asegurar que el niño vivía en optimas condiciones y que no perdiera su ritmo de vida actual, le habían asignado un chofer que corría por cuenta de Jake, adem
–Buenos días. – dijo Jake, cuando Tom le abrió la puerta. Teníamos que ir a un cumpleaños de un amigo de Tom, Jaden. Había que pasar todo el día allí, desde las diez de la mañana hasta la hora que terminara este, se celebraría en una finca que tenían sus padres y desde la casa eran dos horas conduciendo allí. Saldríamos a las ocho, pero eran las siete y quince de la mañana y ya Jake estaba aquí. –Buenos días, papá. Ya yo estoy listo, falta mamá y que desayunemos. ¿Ya has desayunado? –No, salí muy temprano. –Ven, desayuna con nosotros. –Buenos días, Jake.– Dije secamente, todavía no le perdonaba muchas cosas y menos que haya intentado quitarme a Tom a base de engaños y mentiras. –Salgo en unos minutos, casi estoy lista. –Pero frente a Tom, era como si nada pasara. –¿Te importa si desayuno con ustedes?– me preguntó. –No. Fui de regreso a mi habitación para
La relación de Nicol y Jake, pendía de un hilo. Nada había estado bien después de aquella cirugía en la que Jake no le dio participación, sin embargo, seguían estando juntos. Aquella noche, mientras estaban en la cama, después de una insípida, ¿como llamarlo?, acto sexual, después de un insípido acto sexual, Jake encendió las luces y tomó el control de la tele, ella estaba pegada a su celular nada más terminar. Si era que había terminado… o aquellos gemidos habían sido fingidos. No había forma de saberlo y el mismo Jake de vez en cuando se planteaba la duda. Sobre todo, porque su satisfacción no era la misma y lo mismo podia ser de parte de ella. Resultaba ser un poco aburrido, monótono. Para nada excitante. Los jugosos pechos de Nicol seguían al aire libre mientras ella posaba con las piernas cruzadas a lo largo de la cama. Jake subió el volumen del noticiero y se acostó a su lado. De vez en cuan